Bueno, este es mi primer fic. Está inspirada en la historia de amor de una novela argentina llamada "Valientes". Es Brittana
La vida de Brittany McDonald no era la mejor, ni la más deseada o la más codiciada. Es más, era una de esas vidas que cualquiera agradecería no tener. Nadie en este mundo querría ser una peona de campo con un patrón que lo único que hacía era recordarle todos los días que lo inútil que era.
Brittany había estado bajo los "cuidados" del viejo Steven desde que tuvo uso de razón, sabía que no era su padre biológico, pero no tenía a nadie más en el mundo y, si lo tenía, de seguro estaba muerto. Estaba convencida de que para lo único que había nacido era para cuidar puercos, gallinas, arar la tierra y muchas otras actividades campestres, pues no sabía hacer otra cosa y el único mundo que conocía eran grandes hectáreas de campo.
Brittany tenía 20 años, pero sabía que su vida no siempre fue así...
Flashback
12 años antes en algún pueblo perdido del sur del estado de Ohio.
-Confío plenamente en usted, señor McDonald. Sé que cuidará bien de Brittany ahora que no tiene a nadie más en el mundo-decía un cura a metros de una tumba en el cementerio. Brittany estaba frente a la tumba donde yacía su padre biológico.
"Bastian Pierce, amado padre de Sam, Noah y Brittany"
-¿Dónde están sus hermanos?-dijo un inexpresivo Steven viendo con desprecio y a la vez con lujuria a una pequeña Brittany de 8 años quién seguía frente a la tumba de su padre ignorando la conversación que había detrás de ella.
-A Noah lo ha adoptado un hombre que vive en Columbus y Sam fue adoptado por una pareja de un pueblo vecino. Brittany es una buena chica, sé que no le causará problemas. Por favor, acéptela.-dijo el cura en tono de súplica.
-¿No tiene nadie más a quién darle esta mocosa?No soporto a los niños.-dijo en tono despresiativo un fastidiado Steven.
-Créame, el orfanato está lleno y las familias locales no pueden mantenerla, además es mejor que se mantenga alejada del pueblo, ya que había algunos que no veían con buenos ojos a la familia Pierce.-dijo un desesperado cura-Si se queda aquí, no se mantendrá viva por mucho tiempo.
Hubo un largo momento de silencio en el que Steven McDonald continuaba mirando con desprecio a Brittany mietras que los ojos del cura trataban de descifrar los pensamientos del conocido patrón de estancia.
-Supongo que de algo me servirá esta perrita-dijo rompiendo el silencio y acompañando sus palabras con una sonrisa macabra.
El cura sabía que Brittany no la pasaría bien, pero incluso Steven McDonald era una mejor opción que quedarse en ese pueblo lleno de odio y dolor, así que con el más grande de los pesares dejó partir a Brittany con el que sería su nuevo "padre".
-¿Qué estás haciendo? Deja de perder el tiempo y termina de recoger los huevos del corral-dijo un enojado Steven quién sacó a Brittany de sus pensamientos-Esto es lo que me pasa por tener una idiota como peona...
-Lo siento, "tata"-dijo una asustada Brittany.
-Vamos, vamos. Ponte a trabajar o sino no comes esta noche.
Brittany ya llevaba 2 días sin comer nada más que algunos huevos de gallina que robaba del corral, ya que el viejo Steven no le daba de comer como castigo por distraerse tanto durante la cocecha mensual. Por eso, puso todo su empeño en terminar rápido y bien las tareas de ese día y como recompensa logró que el viejo le diera un poco de pollo con una pequeña papa de sus campos.
Brittany estaba segura de que su vida era eso: el campo, los cerdos, las gallinas, las vacas y, por mucho que le pese, Steven. Ya se había hecho a la idea de que su vida nunca cambiaría y que estaba destinada para ser una peona campestre o, por lo menos, no había tenido ningún indicio de algún cambio en su rutina diaria por lo tanto sus ilusiones de cambio-si es que alguna vez las tuvo-habían desaparecido hace mucho.
Luego de la cena, en la que ella comió en el suelo mientras que Steven la miraba desde su lugar en la mesa, Brittany aprovechó mientras este comía y trató de apresurarse a ir hasta el granero-donde ella dormía-para evitar lo que más le desagradaba en el mundo. Pero el viejo fue más rápido y, antes de que la rubia cruzara el umbral de la puerta para irse a dormir al granero, Steven la tomó de las muñecas y la empujó fuertemente contra una pared.
-No te olvides que aún no comimos el postre, putita.-dijo el viejo con una mirada de deseo. Brittany no respondió, sólo trató de contener las lágrimas porque sabía que eso lo enojaría más y que eso terminaría mucho peor, así que optó por no mirarlo a los ojos y morderse la lengua para no liberar un sollozo.
De pronto, Steven comenzó a besarle el cuello y se la arastró muy bruscamente hasta su habitación. La empujó haciendola caer sobre la cama mientras él se desabrochaba su cinturón. Brittany permaneció inmóvil, mirando hacia el techo y rogando que esto terminara lo más pronto posible. Sintió como sus pantalones y ropa interior inferiror era retirada de su cuerpo con una gran brutalidad seguida por una fuerte presión provocada porque Steven se había recostado encima de ella. Comenzó a sentir un gran dolor en su sexo y sabía que el viejo la estaba penetrando una y otra vez con embestidas demasiado brutales. Ella seguía mirando hacia el techo inmóvil, suplicando interiormente que alguien viniera a su rescate. Desafortunadamente, nadie vino y otra vez terminaba el día con un dolor intenso y con un sentimiento de vacío y odio.
Como Brittany ya estaba resiganada a esta vida-que era la única que conocía-no tenía ninguna esperanza de nada. Pero se equivocó, esa noche-sin dudas-su vida cambiaría para siempre.
Brittany ya estaba acurrucada entre las pajas del granero que servían como cama, a veces se despertaba en la mañana observando las mordidas de las ratas que paseaban por allí de noche. Todas las noches hacía un esfuerzo sobrehumano para dormir porque no sólo las ratas paseaban entre las pajas, también había vinchucas y debía hacer lo imposible para no rascarse en algún momento.
No podía conciliar el sueño y el dolor corporal no ayudaba mucho, por lo tanto pudo escuchar con claridad como alguien abría la puerta del granero con cuidado. Brittany rogó que no sea lo que estaba pensando: rogó que no sea Steven con ganas de una segunda "vez". Brittany no podría soportar una segunda vuelta porque no estaba segura si sería capaz de reprimir su llanto.
Para su sorpresa, pudo distinguir entre la oscuridad a una cabellera rubia. Brittany se quedó paralizada, jamás había pasado por ese tipo de situación, por lo tanto no sabía qué hacer. No sabía si debía llamar a su "tata" Steven o simplemente defenderse ella. No hizo ni una ni la otra porque, a pesar de que quería, no se podía mover del miedo.
-Brittany...-susurró derrepente el posedor de esa cabellera haciendo que Brittany se asustase más todavía, pero su curiosidad pudo más, así que se animó a responder sin tener en vigencia las consecuencias.
-¿Qui...quién eres?-preguntó con una voz temblorosa que denotaba un gran temor.
-No te asustes, no te haré nada. He venido a rescatarte...-continuo susrrando el desconocido.
Brittany aún estaba atemorizada y, a la vez, confundida ¿rescatarla de qué?
-¿Qué?-dijo una dudosa Brittany. Realmente no entendía, ¿de qué estaba hablando? ¿qué le quería decir? ¿qué significaba rescatar?
-A rescatarte, a sacarte de aquí-dijo la voz con un halo de preocupación, parecía apresurado y afligido-¿no me recuerdas? Soy Sam...tu hermano.-en ese momento, Brittany parecía ser iluminada con la verdad absoluta. Derrepente su mente fue inundada de recuerdos de su infancia, de cómo jugaba en el tráctor de su padre, de cómo cantaban en las noches al son de la guitarra de su padre, de cómo asustaba a las gallinas en el corral y, sobre todo, de sus hermanos: de Sam y Noah. Y un poco más oculto en sus recuerdos, de su padre.
Se produjo un momento de silencio en el que ninguno de los dos sabía que decir hasta que Sam escuchó un ruido proveniente de afuera. Él era conciente de la miseria en la que vivía su hermana y había tenido algunos encuentros con el viejo Steven antes y sabía que era un capataz de estancia muy violento, así que, si debía elegir, preferiría dejar el menor rastro de su presencia en ese granero para no tener que enfrentar a Steven. Después de todo, era un viejo.
-Ven, vamos-dijo Sam tomándola del brazo y sacándola con toda prisa de ese granero.
Recorrieron una gran distancia hasta llegar al alambrado que rodeaba la granja del viejo Steven, saltaron por encima de él y luego de unos minutos llegaron hasta una camioneta negra. Sam le ordenó que suba y así lo hizo. Brittany no sabía porqué estaba siguiendo a Sam en vez de informarle a Steven sobre un intruso, no sabía porqué se estaba alejando de la granja de su "tata" junto con un completo desconocido. Algo en lo que Sam dijo le había inspirado confianza y un aire de familiariadad, además pensó "¿qué puede ser peor que el 'tata'?".
La camioneta se perdió en la ocuridad de la noche...
En el próximo capítulo ya aparecerá Santana y se aclararán más cosas. Comenten a ver si les gusta o dejo de escribir :)
Aclaración: la vinchuca es un insecto que vive, por lo general, en los techos de paja y transmite "El mal de Chagas-Maza" a través de su excremento que cuando lo defeca en la piel humana da comezón y cuando el humano se rasca, al ser esparcido el excremnto, transmite la enfermedad. Se da, por lo general, en el Norte de Argentina, Sur de Brasil y Paraguay.
