EL SIMIO INTERIOR

CAPÍTULO 1:Un gran encuentro

En el monte Paoz vivía un anciano llamado Son Gohan, era un hombre bajo con un extenso bigote y con un rostro viejo pero lleno de vitalidad, siempre llevaba un gorro verde, una camisa amarilla oriental y pantalones negros, parecía un simple anciano desvalido, pero era el segundo guerrero mas fuerte del mundo, solo superado por su maestro Muten Roshi, Son Gohan era alguien que había dado casi toda su vida centrado en las artes marciales y aun siendo ya tan viejo entrenaba bastante aunque no como la misma fuerza y ganas como antaño, lo que Gohan deseaba de verdad era alguien a quien enseñar, alguien con compartir todo su conocimiento... ya hacia años que se sentía solo, quería compañía, a veces se le ocurría ir alojarse con su maestro pero al momento desechaba la idea, su mentor vivía pacíficamente aislado en una pequeñisima isla que solo cabía su casa y poco mas ya que este era un ermitaño y el no quería molestarlo, sus caminos tiempo atrás se separaron.

A veces pensaba en su antiguo compañero de aventuras Gyuma, se decía que vivía en el Monte Frypan en un castillo y allí guardaba sus tesoros en el castillo, pero también desechaba esa idea ya que había oído rumores de los mas desagradables y sabiendo como era su amigo temía que fueran verdad. Así que asumió que estaría solo durante el resto de su vida.

En un día soleado Son Gohan salia a cazar como normalmente hacía, fue hacia el bosque siguiendo el rastro de un oso, tardo media hora en alcanzarlo, Gohan se dio cuenta que no era un oso normal, era humanoide, y este noto la presencia del anciano guerrero.

Mira que bien - exclamo el oso humanoide - la comida viene a mi.
Lo siento - respondió el abuelo - pero he venido a cazarte, no ha ser tu comida.
- Jajaja eso si que tiene gracia, como alguien como tu podrá matarme.

Al decir esas ultimas palabras, el anciano desapareció de la vista del oso y apareció a su lado y le propino una patada horizontal a la cara que le hizo caer al suelo a unos metros, Gohan salto haciendo volteretas en el aire y descendió al cuerpo del oso rompiéndole el cuello de un rodillazo, se levanto y cargo al oso y comenzo a dirigirse a su casa.

Dejo al oso cerca de su casa y fue a recoger leña, se acerco a un árbol, se puso en posición y de un puñetazo lo hizo caer, con sus propias manos hizo varios trozos y se los llevo, al llegar coloco la madera y la prendió fuego con su energía y comenzo a freír al oso.

Después de comer hizo una siesta de una hora, una rutina que nacio hace unas decadas, cuando comenzo a darse cuenta del pasar de los años en su cuerpo. Al despertase comenzo a entrenarse, inicio con algunos calentamientos y media hora de cardio, al acabar de correr se centro mas en las artes marciales, daba varios puñetazo y patadas al aire, salto hacia atrás y de un codazo partió una roca en dos, hizo una imagen reflejada y apareció a varios metros, puso las manos hacia atrás creando energía en las manos, dijo Ka-me Ha-me HA! extendió los brazos hacia delante y lanzo una honda de energía hacia su imagen falsa. En ese preciso momento se distrajo de su entrenamiento ya que oyó algo de gran magtitud estrellarse contra la tierra y como esta se estremecia, el supuso que seria una meteorito o algo parecido, fue corriendo hacia el sitio del impacto que estaba a unos kilómetros, al llegar vio un niño cerca del cráter llorando, Son Gohan se acerco al niño a grandes zancadas.

Vaya chico veo que te han abandonado - dijo el anciano mientras inspeccionaba el cuerpo del niño por si estaba herido - vaya si tienes una cola.

Miro al cráter y vio una especie de nave con la puerta abierta, supuso que el niño vendría de ella. El anciano que no sabia mucho de tecnología ya que vivía aislado, seguramente que sus padres lo abandonaron, el pensó que sería eso, en ningún momento pensó que seria extraterrestre, la ultima vez que fue a la ciudad hacia tres décadas y allí habían inventado cápsulas que reducían los objetos así que vio posible que fuera otro invento.

Alzo al niño al aire y miro al cielo por unos instantes, estaba despejado, sin ninguna nube en el y brillando con su espectacular color azul, tras unos segundos, descendio su mirada hacia el pequeño.

Te llamare Goku - Dijo Gohan con una gran sonrisa de oreja a oreja - Son Goku, seras mi nieto.