'' MISTER SAMURAY ''

Capítulo 1 – Las decisiones de los hombres...¿aceptan todos?

Era una mañana soleada, tan soleada que hasta te cansaba el solo pensar. Un crujido atrajo el silencio del lugar, ahí se mostró una sombra y abriendo con gran impetú la puerta, salió al exterior cargado de un saco y una palo, listo para desaparecer de este infierno. Su respiración se hacía acelerada, no consiguió dar más de dos pasos cuando alguien le cogió de la solapa de su Gi.

-¡¿A donde crees que vas?!...-le preguntó una voz tétrica y oscura como la misma noche..-¡tú te quedas aquí!.

-Snif ¡suéltame!...-le rogó con lágrimas en los ojos...-¡no permitas que me quede aquí, sería demasiado espantoso y podría estar marcado para toda la vida!..-se arrodilló a sus pies y se agarró con fuerza..

-¡Déjame garrapata!...-se movía con dificultad...-¡suéltame pesado!..

Y asi quedaba la pelea. Mientras tanto en el interior del recinto, había otro sujeto atado al árbol, se había quedado dormido por el esfuerzo realizado, había intentado escaparse, pero el carcelero se lo había prohibido...

-¡¿Y por qué no nos vamos todos?!...-le preguntó lloroso...-¡nos escapamos los tres y dejamos a esas brujas solas!...

-¡¿Insinuas que huyamos?!..-vio la afirmación del otro...-¡escúchame cobarde pelirrojo, jamás hubiera creido escuchar la palabra huir!...-acercó su rostro al de su amigo...-casi me convences pero...¡es que si no te devuelvo Megumi se enfada conmigo y ver a tu churry de mal humor es...¡espantoso!!...

Y cogiendolo por la coleta, comenzó a arrastrarlo al interior del dojo, mientras Yahiko seguía durmiendo con una pequeña baba que caía de su boca. Lo tiró de bruces contra el suelo y agarrando otra cuerda lo ató al lado del pequeño, mientras este seguía ajeno a todo. Apretó fuerte el agarre y sentándose a su lado, comenzó a farfullar numerosos improverbios contra todas las personas que se le venían a la mente. Nunca creyó que iban a convencerlo de hacer algo tan...¡horrible! prefería luchar nuevamente contra Shishio u otra interesante pelea, que acceder a los chantajes emocionales de su CHURRY. Bufó y esperó ahí, mientras Kenshin lloraba y seguía llorando, despertando en su proceso al pequeño...

-¡Traidor te has dejado convencer por ese par de hienas desesperadas!...-se retorcía en el árbol...-¡yo no he nacido para hacer semejante espectáculo, soy un luchador!...

-No llames hiena a Megumi, llámale a tu Kaoru...

-¡Chicos!..-obtuvo la atención de los mayores...-¿ya que debéis obedecer a vuestras chicas...que me hace obedecerlas a mi?¡yo no estoy enamorado de ellas, es más, son muy viejas y encima pellejas!...

Un objeto salió volando desde una distancia enorme y hacía diana en el rostro del pequeño, consiguiendo que quedará durante un buen rato inconsciente. Ambos hombres tenía los ojos enormes, las mujeres tenían una puntería de oro...

-¡¿Por cierto que tal le irá a Aoshi?!..-preguntó Sanosuke observando el cielo...

-Pues sabiendo de sobras como es...-observó a su amigo..-estará con sus kodachis preparado para la batalla...

Y efectivamente, el ninja más guapo de todos estaba con su traje de pelea y sus kodachis y enfrente de él estaba la ninja, con sus cuchillas. Se miraron detenidamente a los ojos, sin vacilar por un solo segundo, el viento pasaba por su alrededor como si fuera una fuerza invisible incapaz de hacerlos retroceder en su empeño. Los ojos azules y hermosos de Aoshi estaban penetrando el alma de la chica, que por algunos momentos en su interior estaba vacilando en hacerle participar en ese plan. Sabía por carta que sus amigas habían convencidos a los del dojo, pero convencer a Aoshi de algo que no quiere hacer era...una misión imposible y encima peligrosa...

-Misao no pienso hacer eso, así que sácatelo de la cabeza...-amenazó con rabia...-¿o prefieres luchar contra mí? sabes de antemano que te ganaría...

-¿Me harías daño?..-le preguntó...-¿harías daño a la mujer que amas?...

-No...-vio la sonrisa de la chica...-pero si me obligas si...

Okina estaba con una pañuelo mientras que los demás ninjas observaban esa absurda pelea. Estaban a punto de pelear por un absurdo comentario, que llegó a sus límites. El anciano estaba llorando mientras se tomaba una taza de té con sus galletas de fibra. Tenía la tensión muy alta. Justo en ese momento, ambos contrincantes se lanzaron hacía su enemigo. En ningún momento Aoshi usaba sus kodachis, solo las utilizaba de escudo, conocía muy bien los movimientos de su amada y no estaba dispuesto a perder, aunque le infligiera un poco de dolor. En cambio Misao estaba un tanto frustada, no encontraba ningún hueco para lanzárselas, era increíble la protección. La pequeña se tropezó consigo misma y cayó de espaldas al suelo, en ese momento, el ninja se tiró encima de ella y haciéndole presión, impidió que se levantará...

-No voy a hacerlo Misao, has perdido...-le susurro dulcemente en la oreja...-no pienso hacer el payaso...

-¡Hazlo por mí!..-le expresó nuevamente...

Le negó. Sentía mucho hacerle daño. Pero ante todo estaba su honor. Jamás aceptaría eso, era imperdonable para su ser. Aunque esos palurdos del dojo si lo hicieran..él ¡no!. La pequeña Misao se levantó mientras era ayudada por su amado, y agarrándose de su cuello le besó con pasión, a esté le pilló desprevenido y no supo que hacer, pero rápidamente los labios de la joven pasaron a los lóbulos de su oreja y con un mordisquito tierno y sensual, el cuerpo del joven tembló, estaba reaccionando a esta tierna caricia...

-Si lo haces por mí, te prometo que después de esto tendrás más fuegos artificiales y te haré un privado...-sonrió con picardía, ante la cara desencajada de Aoshi...-¡tú me haces ese favor y yo te realizo el mismo favor!...

Los ojos azules de Aoshi la observaron detenidamente...¿Cómo negarse ante una propuesta como esta? ¿cómo se podía negar a tener la piel de su amada con la suya?. El joven agarró el rostro de la chica y besándola con más pasión...

-Trato echo mi pequeña Misao...-y la bajó, para darse la vuelta y entrar en el interior de la casa, ante las caras de interrogación de los demás, que no se explicaban lo que había pasado, aunque el anciano se moría de ganas por saberlo...-¡no preguntéis por qué no tendréis respuesta!...-y entró.

Mientras tanto Misao los observó y con los dos signos de vistoria...

-Ja...ante un beso y unas cuantas caricias cualquier hombre se deshace...-y saltó...-prepárate Kaoru que mi Aoshi será el mejor.

Nuevamente los dejó a todos con más interrogaciones que antes. Ajeno a todo esto, una mujer bella, con los cabellos recogidos y un kimono juvenil, vio la puerta de un despacho, donde ponía "Fugita Goro", paso olímpicamente de tocar la puerta y con decisión la abrió, el dueño del despacho estaba por echarla la bronca cuando...

-¡¿Qué haces aquí?!...-le contesté de mala forma...

-He venido a verte..-le contestó con el mismo tono...-¿qué pasa, no puedo venir?¿me estás prohibiendo la entrada?...

El lobo la observaba detenidamente, con la mirada más cruel que ponía a todos los indeseables, pero ella ni se inmutaba, al contrario, se sentó en la silla y bostezó largamente, colocó su bolso en la mesa del Lobo y cruzándole los brazos...

-¡¿Dónde está Cho?!...

-¿Por qué quieres saberlo?...-le preguntó con un interés extraño...-¡últimamente preguntas mucho por él!

-He venido a invitarle a cenar a casa...¿qué pasa, no puedo?...-le preguntó con diversión...-¡es mi casa!

-¡Y la mía!..-le contestó...-¿dime lo que quieres Tokito?

-¡Está bien Lobito mío!..-le dijo con una sonrisa, se levantó de la silla y tirandose encima de él, consiguió que Saito ganará unos lindos colores...-mi querido lobito mío, quiero proponerte un trato muy especial y lindo..snif! me lo debes cariñito mío...

Ante tantas palabras tiernas, el pulso del Lobo ganaba espacios agigantados y su rostro serio y como una piedra, estaba de color rojo. Justo en ese momento la puerta se abrió y entró Cho, pero al ver esa tierna imagen del matrimonio de Lobos pues...¡echo media vuelta y se largó! Bueno al menos eso intentó, pero la mujer le alzó la voz.

-¡Cho espera!..-se levantó del cuerpo de su maridito...-he venido a invitarte a comer..¿quieres?...

-Que buena que es usted señora...-le contesto suavemente...-aun no sigo entendiendo como se ha casado con un hombre tan...rastrero como Saito...

-¡Ay!no digas eso..-se puso colorada...-mi lindo Lobito no es tan malo como quiere aparentar, es un corderito..¿verdad cariño?..-se giro para verlo, aunque observó que su rostro estaba contraído por la vergüenza...-¡¿a que vienes?!...

-¡Claro señora!...

-¡No Tokito, él no viene a cenar a casa..se está volviendo una rutina!...-le respondió seriamente...

-A las 8:00 en casa...

-¡¿Qué no me oyes?!¡¡he dicho que no!!..-le gritó con rabia, consiguiendo que Cho temblará, pero ella ni siquiera se inmutó...-¡Tokito te estoy hablando!..-la mujer se giró y con fuego en sus ojos, la pareja se mantuvo en una guerra, una sangruienta guerra en la cual debía disputarse el puesto de ganador...al final...-¡esta bien!..-se tiró en la silla con los brazos cruzados.

-¡Has visto que no es tan malo como quiere aparentar mi Lobito!..-sonrió para lanzarle un beso...-nos vemos más tarde en casa y os propongo un trato...-y le guiño el ojo.

Y se largó, ante la rabia interior del Lobo, que siempre perdía cuando a su mujer se le metía algo en la cabeza. Mientras tanto Cho pensaba y seguía pensando..

"-¿Un trato? Mmm ¡que sospechoso!...¿no será que...¡ostras!?..-se puso blanco..-¿es una proposición indecente?..¡pero que señora más calenturienta!..-se puso rojo y comenzaba a babear...-¡quiere hacer un trio! Genial...verla desnuda y...¡que asco! A Saito también...¡no me van los chicos, no soy Kamatari!"...-seguía en sus divagaciones, sin prestarle atención a los ojos penetrantes del Lobo que lo observaban con maldad y...con ganas de asesinarlo