Bueno, este es el primer fanfic de Yu Yu Hakusho que subo, este trata la historia desde el futuro a partir del torneo para gobernar el mundo humano y demoníaco (concretamente, 200 años después) Hay cambio de personajes protagonistas, pero con alguna que otra sorpresa que espero que sea de vuestro agrado~~
Intentaré hacer unos cuantos capítulos y ver si gusta o no. Espero que os guste para seguir con ánimo y gusto ^^
Se aceptan críticas y sugerencias, si tenéis alguna idea, tratadla y la tendré en cuenta para el futuro de la historia.
Muchas gracias por leer y espero que lo disfrutéis.
Faltaban unas semanas para las elecciones al nuevo candidato a gobernar durante cuatro años el mundo humano y demoníaco; Como siempre, todas las escuelas estudiaban cómo se inició esta decisión y eso siempre llevaba al estudio del fundador: Yusuke Urameshi.
La historia de los cuatro "héroes" era el pan de cada día cuando se acercaba esa fecha: Desde la muerte de Yusuke hasta el ganador del primer torneo.
El instituto Sarayashiki, por supuesto, no era una excepción, más teniendo en cuenta que fue el lugar donde Yusuke "estudió".
-Después de haber insistido mucho al gran rey Enma, nos han concedido una excursión para ver a Toguro. –La profesora habló con gran alegría.
Los alumnos no mostraron mucho interés, al fin y al cabo, esa excursión no sería más que una excusa para seguir estudiando la tan repetida historia de Urameshi.
-Dentro de una semana, podremos ver al único demonio que tuvo la desgracia de enfrentarse al grupo de Urameshi y seguir con vida. –Prosiguió la profesora con ímpetu. –Deberéis de repasar el tema para saber bien por qué y cómo acabó así. –Con una sonrisa miró a los alumnos y se retiró del aula al sonido de la campana.
-Toguro… -Murmuró uno de los alumnos. -¿A quien le importa esa momia viviente? Si hay que conocer a alguien, que sea a Urameshi –Se quejó apoyándose en la mesa.
-¡A mi me hace ilusión! Si sigue vivo al fin y al cabo, es porque es inmortal… Sería genial preguntarle personalmente cómo eran. –Comentó otra de las alumnas.
-Mira que eres rara, Inezumi… -Comentó aun apoyado en la mesa. –No se cómo puede gustarte este tema…
-¡Me parece interesante! No hay ningún archivo que confirme la existencia de Urameshi, tampoco hay fotos, ¿No es misterioso? –Preguntó con emoción.
-No seas idiota, mira el libro de historia, hay una foto de todos.
-¡Ya la he visto! Pero no se ve nada… ¡Podrían ser cualquiera! –Se enfadó Inezumi.
-¿Es que acaso cuestionas lo que ocurrió? –Preguntó finalmente levantándose de la silla.
-Pues sí… Me parece una historia demasiado bien lineada para no haber pruebas…
-¡El mismo Koenma explicó lo ocurrido! –Exclamó el chico cruzándose de brazos.
-El mismo Koenma puede mentir… -Refutó agachando la cabeza.
-¿Mentir? ¿Koenma? ¡No seas idiota, Inezumi! ¿Para qué querría mentir?
-Eso es lo que me gustaría saber, Izaya… -Tras decir eso, Inezumi decidió irse, al fin y al cabo la clase había terminado hace rato.
Izaya en el fondo, se sentía ofendido, era fan de Yusuke Urameshi, y que alguien cuestionase a su héroe, no le hacía mucha gracia.
-Vamos… ¿Qué más dará lo que piense esa rata? –Hablando detrás de la oreja de Izaya, una chica le asustó.
-¡Riruko! ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me hables por la espalda? –Comentó después de dar un salto, algo ruborizado.
-ja, ja, ja es que es gracioso verte saltar asustado –Rió intentando picarle un poco.
-Cállate… -Respondió ignorando sus piques.
Riruko, al ver que no había funcionado, se sentó en la mesa que se encontraba frente a Izaya.
-No entiendo que tiene de especial esa historia… Vale que el cambio fuese importante, pero tanto como para estudiarlo cada cuatro años con tanto ahínco…
Izaya ignoró a Riruko, prefirió seguir pensando en todo lo que sabía de Yusuke; algún día le conocería personalmente, por muy desaparecido que estuviese.
Riruko, dándose por vencida, decidió marcharse entre suspiros. Izaya, después de un rato dándole vueltas a todo, decidió irse también.
-Oye mamá… -Comentó Izaya sentándose en la mesa. -¿Tú sabes algo de Yusuke Urameshi? Algo que te haya contado alguien que le conozca en persona y eso…
Después de poner el plato en la mesa, la madre se sentó en medio de un suspiro.
-Vaya preguntas me haces… Urameshi vivió hace doscientos años… En mi familia es imposible que se comentase nada de él ya que nadie le conoció, y ya sabes que en esta familia no se hablan con demonios… Por cierto, No seguirás hablándote con esa chica demonio, ¿verdad? Inezumi, o como se llame…
-Tranquila mamá… -Mintió el chico –Ya se que en cualquier momento puede ganar el torneo un tirano y que no debo de relacionarme con demonios para que no me coman –Recitó como si estuviese leyendo.
-Así es… Nuestra familia es una de las pocas que quedan con sangre puramente humana, debemos de tener mucho cuidado. –Advirtió la madre.
-Tampoco es que queden muchas familias de sangre puramente demoníaca… -Musió mirando al plato.
-¿Has dicho algo? –Preguntó su madre mirándole.
-No, nada… -Negó para empezar a comer.
Tras terminar de comer, Izaya fue hasta su cuarto y se tiró sobre la cama.
-Papá… Dentro de una semana cumpliré catorce años… Tendré la misma edad que nuestro héroe –Sonrió Izaya mirando un cuadro con la foto de un hombre. –Me prometiste una visita por los lugares por donde Yusuke vivió… Supongo que tendré que posponerlo para dentro de cuatro años más… -Comentó con tristeza pensando en su mayoría de edad.
Esa noche, Izaya tuvo un sueño extraño; un halo de color verdoso le rodeaba y le susurraba palabras sin sentido. Parecía que llegaría a alguna clase de respuesta concreta cuando de pronto despertó.
Sin darle mucha importancia al sueño, Izaya se preparó para irse al instituto; Al bajar a desayunar, encontró a su madre rezando en silencio. Izaya ya sabía qué pedía: Protección para él, que ningún demonio le comiera o hiriese como le pasó a su padre un año atrás…
Sin querer interrumpir a su madre, se fue hacia el instituto sin siquiera desayunar.
Pensando en lo que sufría su madre, al entrar a clase observó: En toda su clase, dominaban los mestizos entre demonios y humanos; solo una pequeña parte era humana por entera, el resto: demonios. Tras respirar profundamente, pidió en su cabeza que su madre no supiera que en su clase dominaba la clase demoníaca. Seguramente, sería un gran shock para su madre.
-¿Sabes qué? –Preguntó Inezumi de pronto al ver a Izaya. –Voy a pedir hablar con Koenma, ¡Estoy segura de que él me resolverá las dudas! –Exclamó convencida.
-Koenma te dirá lo que todo el mundo sabe… -Afirmó sin mirarla.
-Puede ser… ¡Ah! ¿Sabes que han abierto las plazas de inscripción al torneo? Me gustaría saber quien se presenta…
-Yo desde luego no lo haría ni loco… -Afirmó Izaya sin duda. –No duraría ni medio asalto –Rió olvidando el tema demoníaco de su cabeza.
-Yo solo espero que sea quien sea el que salga elegido… No cambie las cosas… -Comentó Inezumi con cierta tristeza.
-Tranquila… Los demonios de clase S superior están en extinción… Y los que hay, viven en las profundidades del infierno escondidos para no acabar exterminados del todo. –Afirmó Izaya, quien parecía saber del tema.
-Ahí se incluyen Kurama, Hiei y Yusuke… Supuestamente… -Comentó en su creencia de que estaban muertos desde hacía mucho tiempo, dudando incluso, de que llegasen a existir alguna vez.
-De todas formas –Siguió Izaya ignorando la indirecta de Inezumi. –El actual campeón, dicen que es el más poderoso que ha aparecido en los últimos setenta años, no creo que nadie pueda ganarle… Y de ser así, la mayor parte de los demonios se ha renegado a volver a sus orígenes, así que no hay de qué preocuparse.
Inezumi, sonriendo, le agradeció a Izaya sus palabras.
-Estoy deseando que llegue la semana que viene, me encantará ver a ese tal Toguro. Dicen que las técnicas de Kurama eran las más crueles y poderosas después de las de Yusuke… Creo que viendo lo que le hizo a ese tipo, sabremos qué tipo de poder tenía Yusuke, ¿No crees? –Sonrió intentando rectificar la duda indirecta que soltó sin más.
Izaya respondió de una cabezada afirmativa y seguidamente se fue a su sitio.
Al lado de Izaya se sentaba Riruko, estaban colocados al fondo de la clase, pegados a la ventana. Contraria a ellos, Inezumi se sentaba en la primera fila, al lado de la puerta.
La clase volvía a tener que ver con los cuatro proclamados héroes, por lo que Izaya, que estaba bastante puesto en el tema, decidió pensar en otras cosas para sacar un poco de provecho a ese tiempo perdido para él.
Miro a Inezumi pensativo, de nuevo recordando a sus padres… Recordando más concretamente cómo murió su padre; Saliendo del trabajo, un par de demonios o semidemonios le acorralaron tratando de averiguar dónde vivía para comerse al resto de la familia que poseía sangre puramente humana… Al no recibir respuesta del padre de familia, estos le torturaron para luego comérselo. Eso fue lo que la policía concluyó… Y también fue el primer caso de asesinato de demonios a humanos de forma ilegal desde hacía casi cien años.
Sin darse cuenta, la clase había terminado y él seguía en su pensamiento. Rápido salió del pequeño trance al escuchar su nombre repetidas veces de parte de Riruko.
-¡Estás en babia! –Exclamó algo enfadada. –Te estaba diciendo que si quieres venir conmigo a dar una vuelta o algo… Como es Viernes…
-Si, claro –Confirmó sin pensarlo demasiado. -¿Quiénes vamos?
-¿Cómo que quienes? ¡Pues tú y yo! –Rió levantándole de la silla con el brazo
-¿Eh? Ah, pero… ¡Ah, espera! –Sin poder negarse o soltarse, fue tirado por Riruko hasta fuera de la clase.
Antes de salir, las miradas de Inezumi e Izaya se cruzaron… Izaya tuvo un mal presentimiento.
Tras una tarde ajetreada, Izaya pudo volver a su casa; estaba agotado y necesitaba un largo y merecido descanso; No era fácil tratar toda una tarde con Riruko en un centro comercial.
Tras saludar a su madre, quien parecía algo preocupada de su tardanza, subió a su habitación y se quedó rápidamente dormido… Teniendo nuevamente un extraño sueño, rodeado de auras de colores…
Fue inevitable despertarse de madrugada, se había dormido sin ni siquiera cenar y el hambre le había despertado. Sin embargo, el solo hecho de comer algo, no había relajado a Izaya del sueño que había tenido, necesitaba tomar el aire y así lo hizo.
Salió de su casa sin decir nada, su madre dormía tranquilamente y no quería despertarla, seguramente, se hubiese puesto más nerviosa que guardando el secreto.
Una vez fuera, decidió dar una vuelta, observando la noche y teniendo cuidado de no cruzarse con nadie: Al fin y al cabo, las advertencias de su madre le hacían efecto, aun a sabiendas de que siempre se encontraba rodeado de demonios y semidemonios.
Izaya comenzó a pensar en su sueño, no era capaz de encontrarle un significado y eso le perturbaba de alguna manera. ¿Debería de preocuparse? Ni él mismo lo sabía…
En medio de sus pensamientos, no se dio cuenta de que alguien se dirigía hacia él, fue inevitable chocarse y pensar en lo peor.
-Disculpe… -Musitó Izaya con miedo, sin mirar a la otra persona.
-¡No te preocupes, chaval! –Respondió el otro risueño. -¡Ah! Ya que nos hemos chocado… ¿Sabes donde queda el instituto Sarayashiki? Llevo todo el día perdido y no se donde encontrarlo…
A Izaya le retumbó el corazón, ¿Era una casualidad que preguntara por su instituto?... Prefirió no pensar en ello y responder para poder marcharse cuanto antes.
-Gracias chico, me has salvado –Tras moverle el pelo con gracia, se retiró.
Izaya se fue hacia su casa con paso rápido, el sueño se le había olvidado por completo, ahora solo quedaba el nerviosismo de lo ocurrido… Ahora si que dormir no era una opción para el miedo que sentía.
El fin de semana pasó sin nada en particular. Todos los medios de comunicación hablaban del acontecimiento tan mencionado, quedaban escasas semanas para el tan esperado torneo.
-Finalmente nuestra excursión será para este miércoles. No hace falta que traigáis la mochila ni nada de eso, estaremos allí todo el día y la comida nos la regala el mundo espiritual, así que, ¡Es la oportunidad perfecta! -Comentó la profesora con entusiasmo. -¡Ah! Antes de que se me olvide… Nos han advertido de que acercarse a menos de dos metros de Toguro está terminantemente prohibido. De todas formas habrá vigilancia: la guardia personal de Koenma vigilará personalmente el lugar.
La expresión de Inezumi se tornó con decepción; ella esperaba poder hablar personalmente con Toguro para preguntarle por todo lo relacionado con los "héroes".
-Esperaba algo más de libertades… -Se quejó Inezumi cuando fue a hablar con Izaya.
-No seas tonta… Está atado a un poder espiritual que si se soltara formaría una gran catástrofe, es lógico que pongan esas medidas de seguridad –Explicó Izaya.
-¿Y cómo sabes tú eso? –Preguntó Inezumi; Ella no sabía el estado en el que se encontraba Toguro.
Izaya tras suspirar, decidió explicarla la situación.
-Toguro se encuentra bajo un hechizo muy poderoso de Kurama; este consiste en una planta que actúa como parásito, es decir, que acoplado a un cuerpo absorbe la energía de este hasta que este muere. Toguro no puede morir pase lo que pase, por lo que anular ese hechizo significaría… Una catástrofe mundial… -Comentó Izaya.
-Qué exageración… -Afirmó Inezumi sin perderse ningún detalle de lo que Izaya explicaba. –Estoy segura de que si es un hechizo tan poderoso, no se romperá tan fácilmente…
-Idiota… Ese hechizo lleva en vigor doscientos años… Aunque sea Kurama, su energía espiritual tiene un límite… Un mínimo resquicio de espiritualidad contra su hechizo podría mandarlo todo a hacer puñetas… -Explicó con bastante claridad.
A pesar de todo, Inezumi no quedaba convencida, aunque prefirió no hacerlo ver.
El miércoles llegó sin problema alguno y los alumnos del instituto Sarayashiki, se colocaron en fila esperando al autobús que les llevaría al lugar.
Volando llegó un autobús del mundo demoníaco, con él, llegarían mucho más rápido al lugar. Koenma les recibió a todos con su forma humana desde la puerta del autobús.
-Buenos días niños –Saludó sin mirarles demasiado. –Creo que ya os han dado instrucciones sobre lo que debéis y no hacer, pero para que no se nos olviden, las recordaré cuando subáis todos.
Siguiendo las órdenes del hijo del gran rey del cielo, todos subieron al autobús y se sentaron con orden, seguidamente, Koenma cogió un micrófono conectado al autobús y comenzó a hablar.
-Como todos sabéis, Toguro fue uno de los demonios más peligrosos y poderosos hace doscientos años. Su inmortalidad hizo que su destrucción fuera imposible, por lo que Kurama, el segundo más fuerte del equipo de Urameshi, tuvo que encargarse de él mediante sus técnicas con las plantas demoníacas. Os advierto de que esta magia, a pesar de no desvanecerse, si que pierde eficacia con el tiempo, lo explicaré con más detalle: Cualquier aura espiritual en expansión de nivel B podría anular esta magia y formar un terrible accidente… Es por ello que mis guardias personales se encargarán de proteger el lugar. Cualquier indicio de aura espiritual, significará una inmovilización por parte de mi guardia y una sanción… Espero que seáis conscientes de lo que eso supone y no hagáis tonterías. –Explicó Koenma sin mucho ánimo. -¿Alguna pregunta?
-Me gustaría poder escuchar de nuevo la historia de Urameshi –Afirmó Inezumi mirando con desconfianza a Koenma.
Tras un abucheo general de la clase, que tenía más que oída esa historia, todos callaron y miraron a Koenma.
-Es una historia heroica, todos les debemos mucho, creo que ya lo sabéis, pero… Si quieres que te la cuente personalmente, lo haré. –Tras una pequeña pausa, Koenma respiró y comenzó a hablar. –Hace unos doscientos años, un joven murió para salvarle la vida a un niño pequeño. Esa persona no estaba destinada a morir, así que se le dio la oportunidad de resucitar a cambio de convertirse en detective espiritual. Aquel joven era Yusuke Urameshi, un chico obediente, justo y responsable que accedió a resucitar para poder servir al mundo. Tras arduas pruebas, se le concedió la resurrección, seguidamente, comenzó su trabajo como detective: Con gran gusto y sentido de la justicia, accedió a todas aquellas misiones que se le encomendaron: Venció a demonios con el poder espiritual que fue creciendo en él poco a poco. Kuwabara, Hiei y Kurama se unieron a él al ver su gran sentido de la justicia, sus ganas por salvar al mundo de la perdición… Y juntos vencieron a muchos más demonios que pretendían perjudicar al mundo de una u otra manera. Toguro, fue el más complicado de vencer y tras la derrota de Kuwabara contra este, Kurama decidió vencerle con su poder.
Finalmente, Yusuke comprendió que vencer demonios no era la solución, no todos los demonios eran malos, tenía a Kurama y a Hiei para demostrarlo. Entonces tuvo la idea de darle la oportunidad a todo el mundo de rectificar sus malas acciones, así nació el tan famoso torneo, por el cual, demonios y humanos vivimos en paz y armonía… ¿Así está bien? Preguntó Koenma tras soltar toda la retahíla como si se la supiese de memoria.
-…Sí… -Afirmó Inezumi nada convencida de toda su palabrería. Seguía pensando que con tanta perfección en la historia no podía ser verdadera.
-¿Por qué no quieres creer la historia? ¿Qué más dará que fuese o no verdad? –Preguntó Riruko arqueando una ceja.
-No da lo mismo… -Afirmó Inezumi. –Es la historia de la convivencia entre demonios y humanos, para mi… Eso es uy importante, por eso quiero saber la verdad…
Riruko, sin comprenderla, decidió sentarse bien en su sitio y no hacer más preguntas.
Tras una hora de viaje aproximadamente, llegaron a su destino. Todos se pararon frente a la boca de la cueva, la cual estaba sellada espiritualmente por el mismísimo Koenma. Tras pedir que todos se apartaran, la abrió y dejó pasar a la juventud, seguidamente, volvió a cerrar la barrera con todos dentro.
La guardia, tal y como había advertido Koenma, se colocó alrededor del demacrado Toguro, dejando un hueco para poder verle.
Toguro se mantenía callado, rodeado por una planta seca y marchita que parecía poder caer en cualquier momento.
Los chicos formaron una fila para poder observarle, a Koenma no le hacía mucha gracia, sin embargo, la insistencia de la profesora, hizo que finalmente les diera el permiso. No tenía más remedio que aguantarse.
Inezumi no guardó cola, prefirió mirar en la lejanía a Toguro, a quien pensaba que le aclararía las dudas. Ciertamente, no estaba contenta. Tras un rato de observación decidió acercarse un poco más, pudiendo verle a través de los guardias sin guardar la cola.
De pronto, como si la suerte la hubiese sonreído, uno de los niños tropezó, cayendo dentro del límite. Esto desató el pánico entre todos los guardias, quienes se abalanzaron sobre el chico, dejando toda la zona alrededor de Toguro libre. Inezumi aprovechó esa oportunidad para acercarse y mirar a Toguro de cerca. Alzó su mano para tocar la planta, sin embargo, antes de lograrlo, Izaya, que había estado observándolo todo pudo darse cuenta de ello y gritó.
-¡No lo hagas! –Su grito fue acompañado de una carrera para impedir que Inezumi hiciese cualquier cosa.
Sin embargo, estaba demasiado lejos. Inezumi tocó la planta y esta se desvaneció como si de una montaña de polvo se tratase. A la vez, una cantidad incontrolable de aura espiritual resurgió de Izaya…
El tiempo se detuvo para todo el mundo con excepción de Inezumi e Izaya: Todo se detuvo, Koenma, los guardias… De pronto, ambos se dieron cuenta de que no eran los únicos que podían moverse; un estridente chillido seguido de una risa maligna les colocó a ambos en la "realidad".
-Al fin… al fin puedo sentir… ver la realidad… ¡Por fin acabó la pesadilla! –Exclamó Toguro estirándose junto al cuerpo del ya fallecido Makihara. –Tú… -Dijo señalando a Inezumi. –Tú me has salvado la vida… ¿Quién eres?
-I-Inezumi… -Respondió con timidez.
-¡No le respondas, idiota! –Exclamó Izaya acercándose a ellos.
-Ni un paso más, humano insignificante –Advirtió Toguro alzando su mano contra él.
-¡No! –Pidió Inezumi. –Es amigo mío, es buena persona, no le hagas daño.
-… -Toguro bajó la mano y acto seguido miró a la chica. –Inezumi… ¿verdad? ¿Conoces a alguien llamado Kurama? Tengo cuentas pendientes con ese ser… -Explicó estirándose.
-Nadie sabe sobre él desde hace casi doscientos años, no sabemos si…
-¿¡Doscientos años! –Se sorprendió Toguro interrumpiendo a Inezumi. –Maldita sea… Kurama… -Murmuró con rabia.
-Inezumi… -Trató de hablar Izaya.
-¡Cállate, humano! No me hagas perder la paciencia… Dime, Inezumi… ¿Por qué me has despertado? –Preguntó curioso.
-Creí… que podías darme información verídica de Urameshi…
-¿Urameshi? ¿El humano que mató a mi hermano? ¿Qué tiene ese insignificante de interesante?
-¿Matar…? –Preguntó Izaya en baja voz.
Inezumi le explicó a Toguro lo que había ocurrido hasta el momento, lo que quería saber, Izaya solo podía mirar con miedo… Se encontraba ante un demonio temido y poderoso.
-ja, ja, ja –Rió Toguro con fuerza. -¿Buena persona? ¿Ese crío gamberro? Si que os han soltado mentiras… Aunque… que el crease ese torneo es algo que me puedo creer… De echo, es un evento interesante… Como muestra de mi gratitud, pequeña, te propongo algo… Te contaré toda la verdad que quieres saber sobre Urameshi y los suyos. A cambio, me ayudarás a participar en ese torneo… Quien gane, puede proponer lo que quiera, ¿verdad? Suena muy interesante….
-Inezumi… No irás a aceptar, ¿verdad? –Pregunto Izaya con miedo.
-No hagas caso a ese humano… Eres un semi-demonio, ¿no es así? En ese caso, estoy seguro de que estos insignificantes humanos te han tratado con menosprecio… Es más, estoy seguro de que te han tratado como si fueras idiota –Comentó Toguro mirándola a los ojos, analizando su interior. –Te sientes sola, ¿verdad? Yo no dejaré que estés sola nunca más… Te lo prometo –Comentó mirándola a los ojos.
-¡Que no te engañe! Inezumi, no es cierto lo que dice, ¡tú lo sabes! –Exclamó Izaya temblando.
-Vamos… no hay más que ver a ese perdedor para saberlo… Te trata como si fueras idiota, ¿no lo ves?
-¡Inez…!
Sin dejar que acabase la frase, los ojos determinados de Inezumi se cruzaron con los de Izaya.
-No soy idiota… No soy mala persona a pesar de ser lo que soy… Yo… Yo iré… Iré con Toguro… -Respondió
Izaya la miró desconcertado ¿Qué había hecho mal? Él pensaba que la había tratado lo mejor que pudo, nunca pensó que la hubiese tratado mal… Si lo hubiese sabido, él mismo lo hubiese cambiado, Inezumi era…
-V-vamos Inezumi, déjate de bromas… -Dijo Izaya con miedo. –No… No puedes irte con él, ni si quiera le conoces.
-No… Pero parece tratarme mejor… -Respondió con tristeza. –Izaya… sabes mejor que nadie… Lo sola que estoy. –Terminó con una sonrisa su frase y acto seguido ambos desaparecieron, dejando de nuevo el tiempo correr.
Koenma observó que Toguro no estaba y dio la alerta roja; todos los guardias desaparecieron inmediatamente del lugar. Acto seguido, antes de que Koenma también se marchara, alguien entró.
-¿Qué ocurre? ¿Tan tarde llego que os habéis desenfrenado?
Izaya salió de su trance, esa voz era la misma que le había preguntado por su instituto la noche anterior.
-¡Yusuke! ¡Eres un idiota! –Vociferó Koenma -¡Si hubieses venido a tu hora ahora no estaríamos en este berenjenal!
-Lo siento Koenma, llevo tanto tiempo sin venir por estos sitios que me había perdido… -Se excusó viendo cómo cundía el pánico.
Izaya se dio media vuelta… ¿Le había llamado Yusuke? No podía ser… Ese Yusuke llevaba desaparecido casi doscientos años… ¿Sería él? Aún con temblor en las piernas se dio media vuelta para verle la cara, no hizo falta nada más para que Yusuke se diera cuenta de quien era.
-¡Eh, chaval! Gracias por indicarme cómo llegar al instituto… Sin tu ayuda, nunca hubiese llegado –Rió aun sin darse cuenta en la situación en la que estaba.
-¿Eres… Yusuke Urameshi…? –Preguntó con duda y nerviosismo.
-Claro, ¿Quién si no? –Preguntó poniendo una pose heroica. –Me resulta raro que preguntes eso, nos vimos ayer.
-No… no te miré la cara… -Se excusó sin mucho ánimo, a pesar de tener en frente a su ídolo.
-Estás pálido… Y viendo todas estas caras… ¿Ha pasado algo? –Preguntó con cara de tonto.
-Toguro ha escapado… -Comentó Koenma con rabia, -Sabía que esta excursión no traería nada bueno… Mierda… -Se quejó mientras pensaba en cómo pararle los pies nuevamente.
-Se ha llevado… A Inezumi… -Murmuró Izaya. –Y no he podido evitarlo… La ha comido la cabeza y se la ha llevado… -Echándose una mano en la cabeza, rabió y volvió a expulsar energía espiritual, levemente.
-…Me temo que esa no va a ser la mayor de tus preocupaciones… -Afirmó Yusuke agarrándole de un hombro. -¿Quieres rescatarla?
-¿Qué? ¿Qué pregunta es esa? ¡Claro que quiero rescatarla! No quiero ni saber lo que le hará ese monstruo… -Afirmó agachando la cabeza.
-Alza la cabeza. –Exigió Yusuke, Izaya obedeció. -¿Cómo te llamas?
-Izaya –Respondió con algo de sorpresa por su carácter.
-Oye Koenma, te presento al nuevo heredero de la onda espiritual –Comentó sin importancia.
-¿¡Pero tú eres consciente de lo que dices, idiota! –Riñó Koenma inmediatamente.
-Este chico quiere salvar de las garras de Toguro a una mujer en apuros… ¿qué problema hay? Además, me he cansado de tanto poder, ya no hay nadie que merezca la pena derrotar, así que creo que va siendo hora de pasarle la herencia a alguien. –Comentó sin pensarlo demasiado. -¿Qué te parecería ser mi discípulo, chico?
-Y-Yo… -Izaya no sabía que decir, su mayor sueño se le acababa de presentar. Yusuke Urameshi, su ídolo, le estaba ofreciendo hacer de maestro para derrotar a Toguro; lo único que podía pensar, era si se trataba de algún tipo de sueño.
-No tengo todo el día –Se impacientó Yusuke con cara de pocos amigos.
-¡Si! ¡Claro! Seré tu discípulo para salvar a Inezumi.
-Así me gusta… Aunque te advierto que no va a ser nada fácil…
Yusuke se llevó a Izaya fuera del lugar.
-¿A dónde vamos? –Preguntó con curiosidad.
-A tu casa.
-¿A mi casa? ¿Para qué?
-¿No es evidente? Mira… No hay nada peor que una madre que se preocupa por ti… Créeme… Si desapareces de pronto, será capaz de perseguirte hasta el mismísimo infierno para saber si estás bien… Es algo que aprendí muy bien –Dijo pensndo en el pasado.
-¡No puedo decírselo a mi madre! –Exclamó inmediatamente.
-¿Por qué? ¿Prefieres que se muera de la preocupación?
-Tampoco es eso… Si mi madre descubre que voy a prepararme para pelear contra demonios y salvar a un semi-demonio… Me encierra para siempre.
-¿Qué quieres decir? –Preguntó Yusuke sin entenderlo muy bien.
-Mi madre… Odia y teme a los demonios y semi-demonios… Somos una de las pocas familias de sangre puramente humana que queda en el mundo, por lo que somos muy exquisitos para los demonios de pensamiento radical… Ya me entiendes…
-Pues precisamente por eso, te ayudaré a que tengas la fuerza y el poder para que nadie se atreva a meterse contigo o tu familia, ¿No es una gran oportunidad?
-No lo entiendes… A mi padre… Le asesinaron demonios y después se lo comieron… Al menos eso nos dijo la policía… No hubo rastro de él… Solo su corbata ensangrentada…
-¿Sabes? Si hay algo que puede convencer a una madre… Es la seguridad en uno mismo. Si confías en ti, si confías en ganar y en salvar a esa chica… Estoy seguro de que tu madre lo acabará entendiendo.
Izaya decidió no responder, él ya sabía cómo era su madre y cómo sería su reacción, por ello decidió que el propio Yusuke se diera cuenta de ello.
Pronto llegaron a casa de Izaya, donde su madre, abrió con inseguridad al ver a su hijo con Yusuke. Al saber su identidad, le permitió el paso.
-No, ¡No pienso dejar que mi hijo arriesgue su vida! Y menos por un semi-demonio… ¡Nunca!
-Te lo dije… -Advirtió Izaya. Yusuke le dio un capón al escucharle.
-Señora… Se que es difícil de entender, pero tiene que hacerlo, es su decisión, es lo que quiere…
-¡Tiene catorce años! ¡No sabe lo que quiere, es un niño! –Exclamó interrumpiendo a Yusuke.
-Bueno, yo comencé siendo detective del mundo espiritual con esa edad –Explicó recordando. –Y la verdad, nunca le pedí permiso a mi madre para serlo, de echo, no me quedó otra opción… Si le aviso a usted, no es para que me de su consentimiento, esto ya está decidido, simplemente lo hago para evitarse la amargura de no saber dónde está y qué hace su hijo.
Ante esas palabras, la madre de Izaya tornó su cara a un semblante más tajante, no permitiría que su hijo hiciese algo así.
Poniéndose de pie, Yusuke miró a la mujer con decisión.
-Se que debió de pasarlo mal, pero le diré algo; Su hijo tiene una gran cantidad de poder espiritual, si no aprende a controlarla, será cuando los demonios cojan interés por él. En ese momento, si que habrá peligro de verdad, y no habrá nada que hacer, ni por él ni seguramente por usted. Se que eso puede comprenderlo.
-Los demonios… Los demonios temerían, no le tendrían interés –Afirmó con dudas.
-¿Ah si? ¿Entonces cómo explica que yo haya llegado hasta aquí? –Preguntó Yusuke torciendo su sonrisa. La madre de Izaya no entendió la pregunta. –Ah, es cierto… Koenma nunca contó la verdad… Bueno, se la diré para que comprenda la situación… No soy humano, soy el hijo de un demonio bastante conocido en su tiempo… Soy un semi-demonio con una de las auras más potentes y peligrosas del mundo.
Ante esas palabras, el color de la piel de la madre de Izaya cambió; palideció completamente en un momento.
-Pero tranquila, hay algo que quizás no sepa pero que yo le haré saber; no todos los demonios son malos, de echo, hay muchos humanos peores que los propios demonios. Así que no debería solo de preocuparse por una parte del mundo, si no por toda… Le diré otra verdad de paso: Su hijo vendrá conmigo, aprenderá la onda espiritual, se enfrentará a Toguro y recuperará a su amiga. Después, podrá hacer lo que quiera con él… Si para aquel entonces aún sigue pensando de esa manera tan radical. –Dicho esto, se marchó, Izaya le siguió. –Ah y… Tranquila, yo soy uno de los buenos.
Al terminar su frase, se marchó, dejando atrás a la mujer, pensativa y con lágrimas en los ojos.
-… ¿Crees que estará bien? –Preguntó Izaya con preocupación por su madre.
-Claro que sí… De hecho, te aseguro que cuando llegue el momento, te animará con todas sus fuerzas para que derrotes al enemigo. Pero… ahora debemos de centrarnos en controlar tu poder… Quedan tres semanas para el torneo.
