Bueno, heme aquí de nuevo, pero esta vez no voy a hacerlo sola, este un fic hecho por la grandiosa ETERNAL-VAMPIRE y mi persona (la perfecta narración hecha por ella, yo soy la de las ideas, xD).
Disclaimer: Ni Inuyasha ni ninguno de los personajes de la serie nos pertenecen sino a Rumiko Takahashi.
… : Pensamientos.
(…): Aclaraciones, notas de las autoras y multiuso en pocas palabras.
&&&&&&&&: Cambio de escena.
Sin más que aclarar, esperamos que el fic sea de su agrado y que dejen su opinión.
Decisiones del Corazón
Cruce con el destino
En el aeropuerto de Internacional de Japón se encontraba una joven que esperaba su vuelo impaciente. La espera en aquellos lugares normalmente no era mucha, más sin embargo se debía presentar media hora antes pues debían revisar su equipaje y darle el visto bueno. Pérdida de tiempo a su parecer pero tenía que aceptar que lo hacían para la protección de los pasajeros, aunque la posibilidad de que el avión fuera víctima de ataques terroristas o que fallaron los motores e indiscutiblemente terminará en el fondo del mar con todos sus viajeros adentro eran de una en un millón siempre tenían que estar precavidas. Claro que aquellos pensamientos solo lograrán que las personas la vieran extraño pues para su mala suerte como era costumbre había pensado en voz alta.
Su nombre: Kagome Higurashi, una joven de dieciocho años, larga y brillante melena color azabache tan hermoso cabello tenía que el firmamento la envidiaba por aquel don que se le había concedido, poseía unos hermosos e hipnotizantes ojos chocolate, una nariz respingada de tez del más hermoso blanco que alguien hubiese imaginado, unos labios finos y delgados, suaves como el pétalo de una dulce flor y con un color carmesí exquisito a la vista. Poseía una figura que nada tenía que envidiarle a las modelas solamente que ella gozaba de una ventaja en contra de ellas; ella podía comer lo que quisiera. Sus bien torneadas y firmes piernas seducían a cuanto hombre la viera, ocasionándole también diferentes problemas y situación graciosas
El motivo por el cual se encontraba de viaje era porque era uno que había esperado desde hacía dos años cuando viajo y vio por última vez a su madre ya que ella junto con su padre viajó en esa época para visitar a su familia en Arabia Saudita, claro que después de la muerte de su padre no pudo retornar a aquel místico lugar además de cuestiones económicas y sociales pues la familia de parte de su padre se negaba a que ella viajará por la diferencia de religiones y costumbres que aquel país poseía, ellos no deseaban que ella sufriera por culpa de alguna de las tradiciones.
Kagome no tenía mucho dinero pero con la ayuda de su familia paterna había podido completar sus estudios y a pesar de que acababa de entrar a la Universidad para comenzar su nueva carrera decidió visitar primero a su familia materna. Ella era descendiente de japoneses y árabes, aún así sus rasgos denotaban poco pero significativamente la semejanza con los árabes, poseía el conocimiento básico sobre el idioma y cultura de las tierras de Alá. Una vez en el avión durmió bastante tiempo, soñando con todo lo que podría descubrir y todas las aventuras que le esperaban por vivir en esa tierra.
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El cielo estaba comenzando a mostrar claramente que el sol pronto se escondería dando paso a una noche vez, creando un hermoso tornasol de colores, un apuesto joven observaba embelesado aquel espectáculo desde el jardín de su modesta casa (mansión), poseía una larga cabellera de color plateado como el hermoso astro que estaba a punto de saludarle como todas las noches hacía desde su nacimiento y que era su única confidente, sus hermosos ojos dorados y su pícara sonrisa creaban en el joven una aura misteriosa y a la vez atractiva, no necesito volver la vista cuando oyó pasos cerca de él, sabía a la perfección quien era y el porque de su visita
(…): Hijo, no puedes permanecer soltero toda tu vida, aún así si no puedes escoger tú a tu futura esposa como quería que hicieras para evitarme la molestia de ver un próximo divorcio, no tendré más opción que escogerla yo, pero de la cual no te podrás divorciar ni porque ella intente matarte, ¿entendiste Inuyasha? – le molestaba que intentarán controlar su vida, ¡por Alá! apenas si tenía diecinueve años, no entendía porque deseaban verle casado tan rápido si bien era cierto que todas las mujeres caían rendidas a sus pies asimismo estaba consciente de que ese no era su meta en ese momento, él no deseaba casarse con alguien al que se le hubiesen impuesto el quería casarse por amor, si era cierto, aunque sonará ridículo como decía su hermano eso era lo que su corazón le dictaba
- Ajá – soltó despreocupado, no importaría cuanto se negará al fin y al cabo terminarían casándolo así que decidió seguirles la corriente, ¿qué ganaba con oponerse? - pero tampoco la escojas con toda la intención de hacerme sufrir, te lo agradecería – y continúo observando aquel único momento y que aunque volviese a ocurrir nuevamente jamás sería igual o tal vez el no lo admirase igual cada atardecer, aún no lo sabía, pero no le importaba.
-No tienes remedio, ¿no? – Preguntó resignado Inu no Taisho – La familia Sakr tiene prestigio, no lo arruines ¿quieres? – su hijo menor era un caso especial, era rebelde, siempre se había preguntado porque era así, porque no podía ser como su hermano Sesshoumaru que ahora gozaba de una buenísima reputación, poseía una buena vida, con dos esposas y tres hermosos hijos, porque él no podía ser así
- Como sea, voy a salir un momento, luego hablamos, ¿sí? – debía encontrar una salida a este tema o su padre lo hostigaría de nuevo y entonces no habría marcha atrás, su madre no se encontraba con ellos en ese momento así que no había quien lo salvase
- Como si tuviera derecho a opinar. – Dijo sarcástico una vez que Inuyasha saliera del recinto. Ojala Alá me ilumine y pueda conseguirle alguien que valga la pena, pero ya he recorrido media Arabia buscándole jovencitas y ya todas han sido rechazadas. Sólo que me la trajeran del cielo Pensó fastidiado, pero una fuerte imagen le atravesó la mente, había una familia que aún no había ido a visitar y si su memoria no le fallaba ellos poseían una hermosa hija al menos cuando él la conoció era hermosa ahora contaría con la edad de dieciocho años así que tomo un abrigo y salió con rapidez de su hogar
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- ¡Dios! Creí que no llegaría. – Exclamó una cansada y sucia Kagome luego de tomar todo tipo de transporte incluyendo el camello para llegar hasta el pueblo natal de su madre.
Una vez en el corazón de la humilde ciudad, se dio cuenta que era observada por muchas personas que la veían como si hubiese matado a medio mundo y no era para menos pues no portaba la vestimenta tradicional del lugar y por la forma en que iba vestida en definitiva causaba revuelo entre las personas especialmente entre los hombres del lugar, en sí, su blusa rosa palo estaba bien ceñida a su cuerpo y su falda de mezclilla pues no dejaba mucho a la imaginación de aquellos hombres acostumbrados al tapado completo, por eso se colocó un velo junto con el yashmak por encima de la que usaba y se adentró entre la gente para preguntar por su madre. Cuando supo de su paradero, se dirigió hasta la casa que le habían dicho y llamó.
Una señora ya entrada en edad la recibió y la guío hasta la sala principal donde la dejo hasta la llegada de aquella persona tan querida, por unos momentos observo como todo el lugar había cambiado, tal vez no fuese mucho pero ante sus ojos el cambio era bien notado, conocía cada rincón de aquella casa (mansión) y podía notar hasta el más mínimo detalle; también sabía que la persona que la había recibido era su nana Kaede que desde pequeña la había cuidado pero luego de la muerte de su padre no se habían vuelto a hablar y era obvio que no la reconociera. Su progenitora tampoco la reconoció de momento pero cuando Kagome se quito el molesto velo su madre pudo divisar su rostro, al instante los ojos de ambas mujeres se llenaron de lágrimas.
- Kagome ¿cómo llegaste hasta aquí, hija mía? – Preguntó Sara para luego observar a su hija y sonreír al observar cuan bella estaba.
- Ja, ja, ja. No sabes todo lo que me costó, tuve que preguntar por ti como Sara Higurashi y nadie sabía nada así que se me ocurrió preguntar por Sara Seryak y pues eso hizo más rápida mi búsqueda así que aquí me tienes – poco le importaba ahora todo lo que había tenido que buscar por hallarla, estaba feliz pues dos años lejos de ella había sido triste.
- Me alegra que estés de nuevo aquí, no sabes cuanto te he echado de menos, ¡oh! pero debes tener hambre y sueño – tomó con delicadeza la mano de su hija y con sumo cuidado la beso mientras le dirigía una hermosa sonrisa, gesto que Kagome contesto de igual manera.
- Oh, pues la verdad si madre, me siento un poco sucia y cansada – Dijo adentrándose en su hogar al tiempo que se comenzaba a despojar del yashmak pero fue interrumpida por su madre quien la veía inquisitoriamente y le pedía con la mirada quedarse un momento más con el traje pues siempre había deseado verla así aunque fuera por unos momentos así que desarmada acepto y prosiguió su camino hasta su recámara.
- Le pediré a una de las sirvientas que te prepare un baño, mientras tanto, yo te prepararé la ropa – sabía que dentro de la casa no sería juzgada así que optó por dejarla usar ropa cómoda como a su hija le gustaba.
- Ok – fue el único monosílabo que emano de los labios de la chica que se quedo cautivada al contemplar el hermoso jardín de su casa que a diferencia de hace dos años había cambiado radicalmente
- ¿Qué dijiste? – aquellas palabras la confundieron pues no entendía lo que su hija acababa de decirle lo que la obligo a volver sus ojos hacia su hija y observarla embelesada con aquel hermoso paisaje.
Como saliendo de su ensoñamiento, volvió hacia su madre que la veía curiosa – vamos mamá, no me digas que ya se te olvidó el inglés, quise decir que ya voy – al tiempo que una sonrisa mostraba toda su alegría.
- ¿Eh? Ah, claro, ya recuerdo, es que he pasado tanto tiempo aquí que a veces olvido mis otras costumbres allá en Japón. – Respondió devolviendo la sonrisa y retomando de nuevo el camino, siendo seguida cercanamente de Kagome que observa el lugar minuciosamente tratando de averiguar si habían hecho algún otro cambio en su ausencia.
Para cuando Sara regresó a la sala principal observó que tenía visita muy peculiar pues era de un hombre, rápidamente se bajó el velo y lo recibió con mucho respeto y educación ya que se trataba del importante Inu no Taisho Sakr.
- Dígame, ¿qué se le ofrece señor? – Preguntó tomando asiento delante de él e invitándolo a que la imitara.
- Si mal no recuerdo Sara usted tiene una hija ¿cierto? Estoy buscando esposa para mi hijo y en verdad no he conseguido la apropiada. – Mintió para ocultar el poco interés de su hijo mientras se sentaba.
- En realidad sí, pero ella llegó hoy de Japón y en verdad no sé si esté de acuerdo con el matrimonio, recuerde que no tiene la misma costumbre que nosotros. – le advirtió la madre pues conocía el testarudo carácter de su hija e intentaba ahorrarle disgustos a aquella importante familia.
- Eso es algo que ella no tiene derecho a escoger, ¿recuerda? – Preguntó cortante y altivo – mientras sea hija suya la costumbre la ata a nuestras costumbres así que no intente defenderla – terminó la discusión esperando que ella le guiará hasta la hija para comunicarle del matrimonio con Inuyasha.
- Pues…sí es cierto, pero estoy segura que una muchacha como ella no llenaría sus expectativas, mi señor. – Respondió dudosa esperando que el hombre se rindiera
- Eso es algo que decido yo, mujer. Sí me permite conocerla, veré si lo que dijo es cierto – clamó a Alá porque ella fuera la que con tanto ahínco estaba esperando
- ¿Qué quiere saber de mí? – Preguntó Kagome que entraba en la conversación pero ya no llevaba el "disfraz" como solía denominar al yashmak, al contrario usaba unos jeans ajustados en la cadera y marcaban perfectamente su bien formada cintura y caían holgadamente y la franela manga corta con la que había viajado ya que aún no había tomado su baño porque no estaba listo
Sara se puso pálida al ver a Kagome comportarse de esa manera tan "irrespetuosa" como se le denominaría allá e Inu no Taisho se regocijó por dentro ya que esa jovencita se veía que pondría a Inuyasha con los pies en la tierra, en definitiva Alá había escuchado sus oraciones.
- En realidad joven, hablábamos de su futuro matrimonio. – Respondió con una sonrisa.
- ¿Qué quiere decir con eso? – Preguntó asustada observando a Inu no Taisho como si estuviese loco
- Lo he decidido, ella será la prometida de mi hijo y no aceptaré un "no" por respuesta. – Dijo levantándose y dirigiéndose a la puerta para poder salir. Mientras las mujeres se habían quedado observando la puerta como algo realmente interesante, Kagome fue la primera en reaccionar pues con todo lo que acaba de pasar ni tiempo le había dado de protestar, observó a su madre en busca de una buena explicación.
- Bueno, Kagome, tienes una boda pendiente. – Le respondió seriamente su madre, no le agradaba la idea de que su hija tuviese que hacerlo pero eran las costumbres y ella no podía objetar así que decidió que se haría lo acordado
- ¿QUÉ? – Preguntó sin creer lo que oía. – Acabo de llegar y ¿ya tú arreglaste un matrimonio? ¿Cómo se te ocurre? – la ira la invadió por completo y comenzó a clamar maldiciones en inglés mientras caminaba como león enjaulado por la sala al tiempo que su madre se acomodaba en un sillón cercano y la observaba con tristeza.
- Juro que acaba de llegar, hija. No era mi intención que esto pasara pero la voz de una mujer no tiene tanta importancia como la de un hombre y por el bien de mi familia no puedo negarme – trataba de calmar la situación y por consiguiente la explosiva reacción de Kagome, ella había viajado hasta su casa para pasear y visitar lugares mientras convivía con ellos no para formalizar una relación y casarse
- Dios mío… "¿y ahora qué hago?" – Pensó llevándose una mano a la frente, jamás imagino que aquel viaje cambiaría por completo su vida ¿ahora que haría?
Vuelvo y recalco: el fic ES COMPARTIDO y ETERNAL-VAMPIRE hizo prácticamente todo, así que si van a dejar review: o felicitan en plural o más que todo a ella, yo estoy aquí es de copia barata de inspiración, xD. Bueno, ahora, sí, mi frase típica que esta vez voy a compartir con ella: Esperamos que el inicio de este nuevo fic sea de su agrado y que dejen su opinión. Sayonara.
