Published: 02-19-11, Updated: 02-19-11


Pareja/Personajes: 9YL! Bianchi y Lambo, pero no de una manera romántica. Rating y demases: PG-13. Angst. Gen. Muy general. Plottttbunny?

Bianchi-céntrico. Es una mentira romántica asegurar que el tiempo sana todas las heridas.


El tiempo y todas sus implicaciones

Uno no escoge donde nace. Así que no era su culpa. A pesar de eso a Bianchi, una mujer con porte de señora de abolengo, lo que podría ser una perfecta Doña o esposa de mafioso; aún le pesa verle la cara y acordarse.

Apenas y cumple los quince y la semblanza con Romeo es apabullante. Un Bovino se reconoce a kilómetros de distancia. El cabello, los ojos. Todo.

Bianchi, a sus veintiséis años, va del brazo de Reborn cuando entra al salón y con una señal de la cabeza, él sabe que ella debe presentarse. Que tiene que hacerlo. Es como un rito, una manera en la cual se reafirma que las cosas van mejorando. Que todo ahora está bien.

—No tardes —le dice. —No pierdas el tiempo. Y ella se ríe, irremediablemente embelesada por el joven Arcobaleno.

Cuando llega un débil Hola y una mirada tímida bajo unos rizos traviesos le dan la bienvenida. Hola, ella responde y se sienta a su lado. Él toma de su bebida.

Usa uniforme de escuela aun a esa hora, y como siempre, es acompañado por sus feas sandalias. Bianchi busca a I-pin con la mirada porque él está solo.

Solo, porque es el único adolescente. Y los niños no deben meterse en estas cosas, Lambo-kun. Solo; Porque estas cosas no te conciernen, vaca estúpida. Solo; Porque estas preocupaciones no deberían ser tuyas, no aún.

Bianchi sonríe como madre, como amiga. Lambo no sabe qué hacer.

Ha sido mucho tiempo desde que hablamos, Bianchi-san. Lo sé. ¿No es aburrido estar conmigo? Y luego una risa. En lo absoluto.

Reencontrarse con él es reencontrarse con el pasado. Reencontrarse con el único mercenario de la familia Bovino. Reencontrarse con el asesino de la pianista, de la madre de Hayato. Y volver a vivir todas las reuniones de su padre con los Bovino, todas las negociaciones.

Reencontrarse con la ingenua ignorancia de Lambo.

A Bianchi le costó trabajo perdonarlo. Por su apariencia. Por ser quien era. Y a Gokudera también.

Pero poco a poco las cosas iban restaurándose. Poco a poco.

Bianchi le da unas palmadas en el hombro y sonríe. Lambo no sabe nada. Y es mejor así.

I-pin llega, fresca y presurosa, como siempre. Bianchi deja su asiento y los despide.

Lambo sonríe. Bianchi se aleja.

Es una mentira romántica asegurar que el tiempo sana todas las heridas.