Va a sonar payaso, pero… "¿Cómo están ustedes?"
Educación ante todo.
Bueno, me explico un poco antes de empezar: el título en sí puede no decir mucho (no veáis lo que me costó decidirme) pero la serie en sí…puede ser considerada una obra de arte. La verdad es que hace falta poco para engancharme, pero esta serie, al igual que Pysch, consiguieron llevarse mi aplauso.
¡Viva Leroy Jethro Gibbs! ¡Viva Anthony DiNozzo! ¡Viva Abby! ¡Kate y Ziva! ¡McGuee y Ducky!
Todos ellos. Me encanta lo trabajado de los personajes. Pero me mataron cuando descubrí que Gibbs había perdido a su mujer (la única que no era ya ex…) y a su hija Kelly, que fueron asesinadas por presenciar un crimen que no debieron. Lugar y momento equivocados, vaya. Todo un cliché que marca y condiciona a un gran personaje.
Esto me dio mucho en que pensar. ¿Por qué no hacer un fic (en el que todavía no apareciera Ziva como integrante de NCIS) acto seguido del asesinato de Kate, y darle una preciosa oportunidad a Tony y a Jethro? Sí, rescaté a Kelly. A mi entender, un personaje fuerte y valiente, como su padre.
De modo que (sin disclaimer, ya sabéis que me he enganchado a la serie, o sea, que no es mía) probad suerte, a ver si os gusta mi última locura.
Bueno provecho.
OoOoO
DiNozzo se metió el último trozo de pizza en la boca, con la misma ansia que el primero. Y casi se atraganta.
Una muchacha morena, con el pelo rubio ceniza recogido en un moño con un lápiz, la seguridad de una diosa y la elegancia de una reina al caminar, salió del ascensor. Tragó en grueso, rápidamente.
Llevaba una camisa de franela a cuadros y pantalones vaqueros cortos.
No tendría más de veinte años. Era de cintura fina y pechos pequeños. Su movimiento de caderas al acercarse fue tan sutil que consiguió aturdir al agente. Verla enfrente suya, sin haber escuchado taconeo, lo trajo de vuelta a la realidad.
-Hola, soy el agente especial...
Pero ella no le dejó presentarse.
-No me importa quién seas-dijo cortante-. ¿Dónde está Gibbs?-preguntó con altivez. A Anthony se le congeló la sonrisa en la cara.
-Ahora mismo no está aquí…-contestó recibiendo por parte de ella un chasquido con la lengua.
-Hasta ahí había llegado yo sola-comentó, con dejo borde. Él ignoró su gesto contrariado y siguió hablando:
-Pero el segundo en el lugar soy yo, así que si puedo ayudarte en algo…-se ofreció, con cadencias insinuantes. Ella alzó una ceja, claramente divertida.
-No, gracias-volvió a responder, esta vez menos seca. El cambio de humor sorprendió a DiNozzo.
Ella buscó por la oficina en silencio, con la mirada, y se detuvo en un escritorio en particular, debajo de la escalera. Se encaminó decidida hacia él y dejó caer su bolso (grande y alargado) con descuido sobre la mesa. Tony abrió la boca para replicar, y ella de nuevo, volvió a interrumpirle.
-Ya lo sé-se sentó en la silla de Gibbs, arrellanándose y acomodándose en ella con satisfacción-. No le va a gustar encontrarme en su mesa-se quitó el lápiz, deshaciéndose el moño y ahuecando el pelo ondulado con ambas manos, lujuriosamente-. Ya lo sé-Tony se encogió de hombros, colocando las manos detrás de la nuca y haciéndose para atrás con la silla.
-Allá tú-la vio cruzar las piernas, una encima de la otra, evaluándolo mientras ladeaba un poco la cabeza. Se miraron fijamente durante unos segundos, calibrándose y analizándose, hasta que DiNozzo retiró la mirada.
Tenía los ojos azules. ¿Dónde había visto esos ojos?
-¿Qué?
Ella sonrió felina, como si supiera lo que le estaba pasando en esos momentos por la cabeza.
-¿Dónde está Gibbs?-pronunció con claridad y lentitud, tan exasperante como sensual. Los labios rojos y carnosos. Los dientes perfectos y blancos. Aquello solo se podía traducir mentalmente para DiNozzo en "boca apeteciblemente besable".
-Aquí-respondió la voz, transportándolos de nuevo a la oficina. Un hombre alto de pelo canoso, casi blanco y con corte militar apareció por la puerta que conectaba con el laboratorio.
Lo seguía, agitando en el aire unos papeles, una muchacha morena, con dos coletas y una telaraña tatuada en el hueco entre la mandíbula y la oreja. Otro joven más, la seguía a ella.
-Gibbs, ¡ya lo tengo espera…!-pero el hombre solo preguntó en una exclamación.
-¡DiNozzo, ¿qué hace en mi silla?- y con una sonrisa dulce, rayando lo infantil y lo inseguro, la chica sentada allí, hizo girar el asiento hasta quedar de cara con el propietario.
-Hola. Lo siento-se disculpó tratando de retener las lágrimas. A Gibbs se le descolgó la mandíbula.
DiNozzo parpadeó, sorprendido. Vale, era guapa. Pero ¿Gibbs? ¿Y qué pasaba con su silla? Si lo hubiera hecho él, lo habría levantado de ella a collejas.
Además, o era muy buena actriz y él no se había dado cuenta (cosa que descartó enseguida) o Hollywood se estaba perdiendo una estrella… Aunque puede que tambén tuviera unos ramalazos que ríete de Abby cuando llevaba más Caff-Pow de lo normal.
A Gibbs le llevó unos segundos poder emitir un sonido.
-Hola, Kelly-saludó en shock, sin saber cómo comportarse exactamente.
Se podía percibir la emoción del momento, por lo que la gótica feliz se retiró con disimulo diciendo:
-Bien, creo que los resultados pueden esperar…-la otra chica la miró con dulzura y sonrió.
-No hay drama, Abby.
Y la aludida se quedó boquiabierta, frunciendo el entrecejo.
-¿Nos conocemos?
-Algo así…-asintió, sin perder la sonrisa, volviendo a mirar a Gibbs. ¿Otra ex esposa?
-Creo… que me he perdido un capítulo-comentó Tony, con soltura. Ella volteó a mirarlo.
-Tú eres DiNozzo-sacudió la cabeza en su dirección.
-Para ti, Tony-alzó una ceja con ademán seductor. Abby rodó los ojos. La chica nueva contuvo la risa.
-Ya, DiNozzo-pronunció con deliberado énfasis su apellido, sonsacándole a Abigail una sonrisa divertida y un poco burlona-. Pues para ti, yo soy Gibbs-volvió a mirar a su padre, y añadió en una sonrisa-. Kelly Gibbs.
OoOoO
Fin del primer chapter. ¿Qué os ha parecido? Bueno, para que me entere, tenéis que dejarme un review, clicando ahí. Muy bien. Ese botoncito tan cuco. ¡Gracias!
PD: Si queréis segundo… podéis ir diciéndome títulos, porque soy de llamar "x" e "y", ¿sabéis? Se admiten sugerencias.
Puse "Volviendo a la vida, porque tenía que traer de vuelta a Kelly, haciendo resucitar una parte de Gibbs que estaba perdida y de DiNozzo, que ya se verá.
Ale, ayudadme un poquito, que la recompensa viene pronto.
