Al estar mirando entre mis cosas, encontre este fic de Kaito y Aoko que escribi hace un time...creo que 3 o 4 años XD
Es una mini historia de unos capis, no recuerdo cuantos porque nunca les puse XD, pero bueno, eso es de menos importancia XD
Espero que les guste.
Magic Kaito es propiedad de Gosho...DANOS OTRO TOMO GOSHO SI TANTO EXTRAÑAS A KID! (Esa es mi suposicion por haber visto ultimamente muchoa kid en los op y en el manga de DC... para mi que extraña dibujar sus aventuras XD)
¿Quién es Aoko?
Capitulo 1: Haruhi.
Kaito Kuroba estaba solo en su cuarto pensando en el motivo de su cruel tristeza: Aoko. Kaito ya llevaba un año de dolor puro por ella debido a que Aoko había sido victima de un accidente, pero su cuerpo jamás fue encontrado por lo que la policía la declararon muerta 3 semanas después.
Ya casi no trabajaba como Kaito Kid porque al ver al inspector, el recuerdo de Aoko invadía su mente, de lo último que le dijo antes de que desapareciera y esta noche, aunque no quisiera, tenía que ir a robar. Ahora estaba de pie en el techo de su casa viendo las estrellas y de un "PUF" ahora era Kaito Kid.
-Es mi culpa, ¿no Aoko?-Murmuro mientras desaparece
No muy lejos, una pareja de ancianos terminaban recién de empacar en su nuevo hogar, ellos provenían del campo y estuvieron 2 días con el desempaque, pero no vivían solos, vivían también con su querida nieta de 18 años que ahora se reunía con ellos con una bandeja con tazas de té y medicinas que pertenecían a sus abuelos.
-Si que ha sido duro estos días, ¿no abuelos? – Les comentaba mientras dejaba la bandeja sobre la mesa. – Tomen de su té y no se olviden de su medicina
-Tienes razón Haruhi. – Dijo la abuela
-Esta nueva vida será mucho más agradable
-Pero… - Dijo la joven – ¿Está bien haber dejado el campo? Tal vez era más difícil el transporte, pero su salud…
-Todo estará bien Haruhi, deja de preocuparte tanto. – L pedía la abuela con una sonrisa.
-Además nos ahorraremos lo que gastábamos en el transporte de ida y vuelta.
-Está bien – No muy convencida, se preocupaba mucho por sus abuelos, eran los únicos familiares que tenía.
-Será mejor que vayas a dormir
-Que mañana será un día duro. – Finalizo el abuelo
-¡Sí! – Exclama con una sonrisa. – ¡Hasta mañana abuelo! ¡Abuela! – Besa a cada uno en la mejilla y sube las escaleras.
Era de día y los rayos del sol entraron al cuarto de Haruhi, despertándola. Se refregó los ojos y lanzó un largo bostezo, estaba cansada por el asunto de la mudanza, pero debía levantarse ya que hoy saldría con su abuelo para terminar los trámites e inscribirla a una nueva escuela. Estaba ya cambiada, usaba unos pescadores de jeans holgados y de color azul, una pollera sin mangas de color blanca y sandalias negras, estaba por irse cuando recordó algo.
Se dio media vuelta y se dirige a su escritorio, abrió uno de los cajones y vio la figurilla de una bailarina. La miró feliz y con nostalgia, no sabía como termino en sus manos, pero sentía que era su mayor tesoro y si no la veía aunque fuera una vez al día, se sentía vacía, como si eso la conectaba a algo que le faltaba. La volvió a dejar en su lugar y salió de su cuarto para reunirse con sus abuelos a desayunar.
Después de comer lo más importante del día, pescó su bolso y salió de la casa con su abuelo después de despedirse de su abuela y ambos le dijeron que volverían a la hora de la cena. Antes de comenzar con sus asuntos, pasaron primero a una tienda para que el abuelo de Haruhi comprara el diario y cuando lo vio abrirlo en la mitad, se sorprendió al ver una foto que estaba en la primera plana.
-Abuelo… ¿Quién es el tipo de la foto?
-¿Eh? – Cierra el diario para ver a lo que se refería su nieta. – ¡Ah! Es un ladrón muy reconocido, el ladrón fantasma Kaito Kid.
-¿Kaito…Kid? – No sabía por que, pero sus mejillas tuvieron un leve sonrojo que lo oculto de inmediato.
-Así es, aparece mucho en Tokio, así que ten cuidado Haruhi. – La chica asiente y mientras ambos caminaban, la joven no dejaba de ver la imagen del ladrón, que se lucia en la primera plana.
Pasaron todo el día con los trámites de la mudanza, con la inscripción de la joven a la escuela y con la compra del uniforme y los materiales. Cuando la chica se vio en el espejo con el uniforme, por una extraña razón, se veía con otro, uno con falda corta y chaqueta, todo de azul y con una pañoleta amarilla en su cuello, cerro los ojos y al abrirlos, suspira aliviada al verse con el verdadero uniforme de la escuela.
-¿Qué ocurre Haruhi?
-Nada abuelo. Me gusta el uniforme, es todo
-Está bien… Bueno, ya terminamos, así que regresemos antes de preocupar a la Abuela.
Llegaron a casa una hora antes de lo planeado y la abuela había informado que faltaban algunos ingredientes para la cena, por lo que Haruhi se ofreció a ir a comprarlos, como era de noche, su abuelo le pidió que tuviera cuidado, pero la joven le asegura que estará bien, que no se preocupara.
Mientras estaba en el mercado comprando, su mente no dejaba de pensar en el ladrón Kaito Kid, tenía la sensación de haberlo conocido antes y lo peor de todo, es que se sonrojaba cada vez que pensaba en él, es más, en todo el día, mientras caminaba con su abuelo, pasaron por lugares que creyó haber estado antes, incluso preocupo a su abuelo cuando lágrimas derramaron por sus ojos al pasar por un gran edificio con un reloj gigante. Estaba tan distraída que cuando se acercaba a la caja, no notó que alguien estaba delante de ella y choca y ese alguien la atrapó de los hombros, impidiéndole caer.
-¡Lo siento! – Se disculpo. – Estaba distraída y…
-Deberías tener más cuidado. – Era un chico.
-¿Eh? – Alzo la vista sorprendida al oír su voz para ver a un apuesto joven, tuvo la sensación de haberlo visto antes, es más, creía conocer su voz de memoria y la penetraba tan fuerte en su mente y corazón que sintió como este latía a mil por hora y se sonrojo al verlo sonreír que tuvo que agachar su cabeza. – Lo siento…
-Tranquila… - Dijo para pensar. – Es imposible que sea ella, se parecen y todo, pero… – Ve, te dejó pasar a ti primero.
-Pero tú…
-Descuida, puedo esperar un poco más, no tengo prisa. – Volviendo a sonreír.
-Gracias. – Sonríe en agradecimiento y toma su lugar, de inmediato fue atendida por la cajera y después de comprar, toma las bolsas, se despide del chico y se va.
-Definitivamente no es ella… Si lo fuera me hubiera reconocido, pero aun así… Se parecen tanto… - Y se dio cuenta de que cuando ella salió, tres sujetos la miraba irse con malicia, hablaban entre sí y fueron tras ella. – ¡Rayos!
Haruhi caminaba de vuelta a su casa pensando en aquel joven con quien chocó, cuando lo vio no solo tenía aquellas sensaciones de hace un momento, sino que también deseaba derramar lágrimas de felicidad por verlo (cosa que le pareció muy extraña porque es la primera vez que lo ve), abrazarlo y… ¿Besarlo? Sacude su cabeza sonrojada al pensar en lo último y se asusto al ver como tres delincuentes la rodeaban con malas intenciones.
-Pero que preciosura tenemos aquí. – Dijo uno.
-P-Por favor… No me hagan nada, les daré todo mi dinero, pero por favor, déjenme ir. – Su miedo iba aumentando con cada paso que ellos daban.
-Por favor señorita, no nos ofenda así. – Dijo otro.
-Sólo queremos pasar un rato agradable con usted. – Dijo el tercero.
-¡No! – Grito y cuando estaban por ponerle un dedo encima, cartas de ases de corazones atacaron a los maleantes.
-¡¿Pero qué…? – Gritaron y se asustaron cuando delante de la chica estaba Kaito Kid, extendiendo su brazo derecho para defenderla. – ¡Kaito Kid!
-Caballeros… ¿No tienen vergüenza en tratar así a una dama? – Les preguntó con su mirada de póquer y apuntando con su arma.
-¡Ahh! – Se fueron asustados.
-¿Tú eres Kaito Kid? – Le pregunto sorprendida de que un ladrón la haya salvado.
-Así es dulce dama… - Al voltearse para verla la chica se sonroja y creyó que su corazón se le saldría del pecho cuando sintió los labios del ladrón en su mano derecha y se sorprendió cuando hizo aparecer una rosa roja en su mano izquierda, ofreciéndola.
-Es usted una Señorita, ¿cierto? – No sabía porque, pero Kid quiso hacerle esa pregunta, quería quitarse la loca idea de que ella fuera…
-¿Tiene algo de malo que lo sea? – Tomando la rosa, no sabía porque pero a pesar de sentirse molesta, no le había sorprendido la pregunta, como si ya la hubiera oído antes.
-No puede ser. – Murmuro mientras que su mente, hace que detrás de Haruhi vea a una Aoko sonriendo, no había duda, con su respuesta, su apariencia y su voz…. – ¿A-Aoko?
-¿Aoko? No se de que me esta hablando.
-Eres tú Aoko, no finjas.
-¡He dicho que no lo soy! ¡¿Por qué me confunde con alguien que no soy?
-Amnesia… - Murmuro el ladrón y acto seguido la toma de los hombros.
-¡Suélteme! ¡Suélteme pervertido! – Y sólo tuvo de respuesta un beso, un beso en los labios robados por el ladrón. Estaba sorprendida y su cuerpo no se movía, pero logró reaccionar y logra zafarse del ladrón, dándole una bofetada. – ¡Mi nombre es Haruhi Oyamada! ¡No Aoko!-Y se fue corriendo, Kid no se había movido, en vez de eso sonríe.
-No lo creo… Aoko. – Su sonrisa era de felicidad con ironía. – Me alegra saber que estas viva… ¡Estás viva! – Y se va volando con su aeroplano feliz
Haruhi corrió sin detenerse o mirar hacía tras. Cuando llegó a su casa estaba por abrir la puerta cuando recordó que su mano sostenía aquella rosa que le había regalado Kid, lo miró, sin saber por que, con cariño y nostalgia, en el fondo, se sentía feliz por el presente y por aquel beso. Entró a su casa y dejó las compras en la cocina y subió a su cuarto diciendo que no tenía hambre.
Estaba en su cuarto, tendida en su escritorio, sin dejar de ver la rosa y a su mente apareció la imagen de Kid y de aquel niño, ambos entregándoles una rosa.
-Ese niño… Tenga la sensación…
¡Aoko! – El niño gritaba aquel nombre en su mente. – ¡Vamos Aoko!
-¿Quién eres?
