Esta cabreado de tanto calor, todo es culpa del viejo de mierda que gracias a sus típicos "ataques sorpresa" rompió el único ventilador de la casa; con un abanico intentaba disipar el calor de mierda, pero ¿a quién engañaba?, ni un poco de viento llegaba a mi cara.
Lo positivo de los veranos en Japón es que puedes andar todos los días en Yukata, que es sólo una bata verde con una cinta a la cintura. El sudor bajaba por mis muslos de una forma asquerosa, de tanto calor ya me estaba quedando sin fuerzas de nada.
Ya cansado de la situación salí de la casa, mirando el cielo estrellado, algo de viento se coló entre mis brazos y juró que quería llorar de felicidad, ya estaba harto del calor; sólo con ver mi cara de mierda era evidente mi fastidio.
Entonces la mejor idea que e tenido en estos días se me cruzó por la mente. Me dirigí al supermercado más cercano llegando con tanto sudor en el rostro que cualquiera que me viera pensaría que estaba corriendo o algo.
Con felicidad saque helado de piña para mi y para mi familia, ya en la caja, el señor con cara de trasero paso el delicioso pedazo de cielo entregándomelo adentro de una bolsa plástica.
Sin esperar y con la boca llena de saliva saque mi helado chupando el dulce líquido blanquecino, caminé tranquilamente por las calles desoladas de Karakura, ya debían ser como las ocho de la noche, lo que significaba que la mayoría de gente estaba en sus casas comiendo.
Cerca de la esquina sentí como un escalofrío pasaba por mi espalda, como si alguien me estuviera siguiendo, peor cuando miré hacía atrás no había nadie.
—ahí alguien allí?—pregunté sacando el helado de mi boca, mientras miraba hacía todas partes y sentía cómo alguien caía con un fuerte estruendo, —hola?, ahí alguien?—Volví a preguntar, acercándome al lugar de donde pensé que podría haber salido ese ruido.
Un frío recorrió mi espalda, me giré justo cuando una Katana rozó con la Yukata.
—si que tienes suerte de esquivar mi ataque, veamos cómo te va con el segundo—gruñó el hombre frente a mi, con una sonrisa bravucona, de complexión delgada y alta, con una cabello inusualmente azul, corto y erizado, vestido con Hakama blanco y una faja Sash; con un movimiento rápido intentó atacar de nuevo, pero yo fui más rápido rodando por el suelo, el segundo más rápido y preciso corto un poco mi mejilla derecha.
Entre ataque y ataque podía esquivar un poco, mientras intentaba huir, sus ojos azules con motas verde lo hacían parecer un felino y lograba que el miedo se mezclará con la adrenalina.
—pensé que iba a hacer más divertido Ichigo Kurosaki, pero veo que esto será más rápido de lo que pensé —En un movimiento ya tenía la espada clavada en mi pierna, el desgarrador dolor no dejó que respirará.
La sangre salía a chorros, ¿iba a morir?, ¿así?, ¿sin más?, en un segundo todo se volvió negro.
—Ichigo! —una voz rasposa y lejana llamaba mi nombre, cuando me levante del piso me preocupé al ver debajo de mis pies el cielo azul con nubes, mientas que los edificios flotaban en el aire invertidos.
—donde estoy?.
Un hombre de pelo ondulado castaño, con una barba descuidado aparece parado en uno de los edificios.
—eso es todo?—preguntó de forma cortante, mientras bajaba hasta quedar frente a mí.
—que?—todo estaba siendo una locura, una pesadilla de la que pronto quería despertar.
nota de la autora: les gusto el primer cap? si? no? meh? di les gsuto comenten y denle un corazoncito. me serviría mucho.-july:D.
