Historia de una Isla

Capitulo 1- Obsesión

El viento soplaba fuertemente, su silbido rompía la quietud de la fresca madrugada, Trunks ya estaba despierto; no podía conciliar el sueño, asomado en la ventana miraba las hojas ser arrancadas de los árboles, la abuela lo llamaba "otoño" no era la primera vez que lo veía; pero no recordaba cuando exactamente lo vio por primera vez.

Recargó su pequeño rostro en el cristal de la ventana, su padre estaba lejos, fue precisamente su ki elevándose a magnitudes inimaginables lo que le despertó, no estaba en casa, si no afuera, a mucha distancia, aunque no podía precisar exactamente cuanto, aun no comprendía del todo bien los kilómetros y las millas, solo sabía que estaba lejos de él y su madre, como casi siempre lo estaba, o al menos desde que tenía memoria.

El viento continuaba soplando ferozmente y aun seguía oscuro, Trunks dio un fuerte suspiro, abrazó a su oso de felpa y se recostó en la cama. Pensó en su padre, aquel hombre era un desconocido, a veces le daba la impresión de que no lo quería, que era un estorbo para él.

Sus amigos siempre hablaban sobre sus padres, a veces los veía ir por ellos a la escuela y los abrazaban, esos niños siempre tenían algo que decir, mas él no, cuando todos hablaban de lo geniales que eran sus padres, Trunks simplemente se quedaba en silencio escuchando todo lo que decían ¿Qué podría decir? A penas conocía a su padre, no entendía porque su madre se ponía triste por su causa y porque lo amabaContinuamente se preguntaba que le había hecho, si le había molestado de alguna forma para ganarse su desagrado, la forma en que le ignoraba…"es un príncipe, por eso es así"… entonces ¿los príncipes no querían a sus hijos?

Recordó su sueño, desde hacia días soñaba con el mismo sujeto, un hombre vestido de blanco que le insistía para que se fuera con él, le prometía una vida mejor en un lugar mejor, donde nunca sufriría, donde todo estaría bien; pero no podía irse dejando a su madre, él tenía que estar a su lado; pero esa persona incluso le había amenazado, debía irse con él, lo quisiera o no, la vida de su madre y sus abuelos dependían de ello.

Su abuelo le explicó que los sueños no eran reales aunque así parecieran, que solo se quedaban como recuerdos tras despertar, y ese hombre seguramente era parte de lo que su abuelito llamo "imaginación" aunque aun no estaba muy seguro de que significaba.

El ki de su madre se incremento ligeramente y se dirigía a su habitación, le encantaba tener a su madre a su lado, se sentía protegido y tranquilo. Comenzaba a amanecer, la puerta de su habitación se deslizó abriéndole el paso a Bulma, sin duda era la mujer más bella e inteligente del universo.

Ella le saludó con una gran sonrisa y con un cálido abrazó como siempre solía hacerlo, todos los días estaba ahí para despertarlo, sin importar nada, aun si estaba cansada, triste o preocupada, ella siempre estaba ahí, preguntándole si había pasado la noche bien.

-¿Recuerdas que vamos a hacer hoy?

-Si, respondió emocionado- vamos con Gohan- accidentalmente, Trunks, movió la almohada dejando ver todos los dibujos que había escondido debajo de ella con la esperanza de que su madre nunca los encontrara; pero todo fue inútil, movida por la curiosidad, Bulma tomó los dibujos con cuidado viéndolos con detalle uno a uno, todos eran sobre lo mismo, esa isla que desde hacia semanas su hijo venia dibujando con tanto afán: un circulo café con 12 rectángulos verdes dentro a los que Trunks llamó pinos, esa era la isla.

El niño intuía que esos dibujos exasperaban a su madre, y aunque hizo el firme propósito de no volver a hacerlos, sin darse cuenta dibujaba de nuevo, esa isla que sin saber como se metía en su cabeza y no podía sacarla de ahí no importaba cuanto lo intentara. Bulma no podía entender porque la dibujaba una y otra vez, en la escuela nunca se había visto ninguna isla, ni en los dibujos animados ni en los cuentos las islas figuraban. Decían que el niño tuvo que verla en alguna otra parte, inclusive preguntó a sus padres; pero ninguno le mencionó o mostró alguna isla al pequeño Trunks, sus opciones comenzaban a agotarse; Vegeta hablaba con él contadas veces y seguramente una isla no era participe en su conversación, solo le quedaba preguntarle a Milk, en ocasiones dejaba que Trunks pasara todo un día en casa de los Son al lado de Gohan y Goten, eran los únicos sobre la tierra que podían seguir su ritmo de juego sin salir lastimados, además el niño sentía una profunda admiración por el primogénito de Gokú, incluso alguna vez preguntó a su madre si podía tener un hermano como él.

Era esa la razón por la que Bulma llevaba a Trunks ese día a la montaña Paoz, a resolver esa duda que tanto le inquietaba, el origen de la obsesión de su niño por la misteriosa isla.

-¿Cuándo los hiciste?- pregunto con mesura tratando de no hacerlo sentir culpable

-Ayer…en la noche…si te molestan ya no los vuelvo a hacer

-No es eso, mi cielo- dijo con una gran sonrisa- es que es extraño que dibujes esa isla cuando tú siempre dibujas de todo…mejor vamos a desayunar y luego te cambias de ropa para ir a casa de Gohan

-Ya vamos a ir con él- pregunto el pequeño entusiasmado, desde el día en que su madre le dijo que irían a casa de Gohan no pudo dejar de pensar en eso, ya quería estar ahí. En parte envidiaba a Goten ¿Por qué ese niño podía tener un hermano como Gohan?-vamos, ya- rogó el pequeño

-Ahora no, Trunks, tengo que ver unos planos de un nuevo invento que presentare a unas personas de la empresa

-¿Cuánto más?- preguntó con el ceño fruncido, molesto por no poder estar ahí desde ese momento como él quería, se dio cuenta de que su madre lo miraba con una alegría melancólica; no tenía idea de que su expresión era casi idéntica a la de ese hombre que le era un completo extraño.

-unas horas más

-¿Por qué me miras así¿Estas triste, mami?

-no, es solo que…me recordaste a alguien

-¿A quién?- pregunto con curiosidad

-A tu padre- Trunks se aferró a ella como si en cualquier momento fuera a perderla

-¿Lo quieres?

-Si, porque… es tu padre

-Pero él no me quiere- esgrimo con seriedad mientras cubría sus ojos de la brillante luz de la mañana. La heredera de la corporación capsula acarició su rostro ¿Cómo un niño de 4 años podía llegar a esas conclusiones?

-Ya te he dicho que es no es porque no te quiera, él así fue educado, es un…

-Si se, es un príncipe-añadió acostumbrado a esa excusa tan sobre usada. Su madre le abrazó con ternura, que más hubiera querido que su hijo no sufriera por su padre, que llevara la vida que otros niños de su edad llevaban; pero eso era imposible.

Espero a su madre en la cocina, sobre la mesa tenia varias hojas aun en blanco y otras que ya tenían a la isla plasmada en ellas. Algo dentro de sí le exigía continuar con sus dibujos, ya vería donde los escondería después para que su madre no se preocupara.

Se quedó tan abstraído en su tarea que no se percató de la presencia de su padre, al alzar la vista él ya estaba ahí bebiendo un vaso de jugo, a sus ojos le parecía un gigante enigmático, quien no le prestaba el más mínimo interés y esa vez no era la excepción; tomo su lápiz de color azul y coloreo las agua que rodeaban su isla con 12 rectángulos verdes; se quedó al pendiente de su ki para saber si aun seguía ahí sentado y en efecto así era, continuaba bebiendo su jugo sin prestarle atención

-¿Qué tanto me ves?- pregunto con hastió en su voz, no soportaba que le miraran de esa forma escrutiñadora, el niño dejo de hacerlo de inmediato, sin entender exactamente cual era la razón de que le reprendieran.

-…Papá- le llamó el niño, mas él no contesto, fue como si ni siquiera le hubiera escuchado- tú…tú- él miro al pequeño con severidad

-Si vas a decir algo, dilo de una buena vez, no tengo porque perder mi tiempo- Trunks reunió todo su valor, apretó sus pequeños puños

-¿No me quieres, papá?- se escuchaba el trinar de las aves, el viento que aun continuaba soplando con ferocidad -¿Te molesto?

-¿Tu madre te dijo que me preguntaras?

-No

-Entonces deja de preguntar esas tonterías- contesto malhumorado por escuchar tales sentimentalismos sin sentido- no vuelvas a preguntarme esas estupideces, Trunks- y se levanto

-no lo vuelvo a hacer- respondió como siempre que hacia algo malo o inapropiado. Le vio marcharse sin decir más. Trunks rayaba la hoja con más fuerza, como si ella tuviera la culpa de que su padre no lo tomara en cuenta.

-------------------------------------

-Mu, hace la vaca- señalo Trunks a la vaca del juguete que dejaba escuchar los ruidos de los animales

-¿Hay una vaca de veldad dentro?- pregunto el pequeño Goten mirando con curiosidad al juguete, tratando de pensar como una vaca podía entrar ahí…debía ser una extremadamente pequeña.

-No hay vacas, ahí dentro, no pueden entrar- dijo exasperado llevándose una mano a la cabeza, era la tercera vez que insistía en que las vacas no podían entrar ahí- ¿Por qué te es difícil de entender?- Goten rió divertido ante la consternación de Trunks, apretaba la vaca una y otra vez dejando salir su mugido

-…No le exijas tanto, Trunks- intervino Gohan sentándose en el suelo junto a ambos pequeños- tan solo tiene 2 años

-¿Una isla?- dijo Milk extrañada ante la pregunta de Bulma sobre si su hijo había visto algo sobre una isla mientras se quedaba ahí

-Si, ha estado dibujando esa isla una y otra vez, tiene cerca de 20 dibujos de lo mismo

-Pues cuando esta aquí se la pasa jugando con Goten y Gohan, estoy pendiente de lo que ven en la televisión y créeme que nunca han visto una isla como la que me describes- la heredera Brief, miró a su hijo divertirse con los hermanos Son, solo con ellos los veía tan feliz- Tal vez lo vio con tus padres ¿no crees?

-No- objetó con seguridad- ya les he preguntado; pero nunca le han mostrado una isla, además todo es muy raro, el nunca se obsesiona a tal grado con nada- escucho su risa desde la habitación de los hermanos, un sonido que le alegraba el alma, haciéndole olvidar todas sus preocupaciones

-Ya sabes como son los niños, de la nada se obsesionan con algo, los monstruos, los robots… nunca sabes con que te van a salir- le dio un sorbo a su taza con té-…Gohan estuvo encaprichado un tiempo con un tonto dragón que venía buscarlo…- pero Trunks no era así, conocía bien a su hijo, nunca antes había ocurrido tal fijación por algo que, al parecer, nunca había visto.

Llegó a la casa con su pequeño en brazos, dormido, rendido por los juegos y las explicaciones a un niño de 2 años que apenas alcanzaba a entender de que le estaba hablando, cansado de pensar en su padre y de todas sus dudas sobre él.

Bulma lo recostó en su cama, le cambio la ropa por su pijama azul con el logo de la corporación, a su lado le puso a su fiel compañero para dormir, un oso de felpa gris. Lo contemplo por unos instantes antes de apagar la luz de la lámpara, parecía ayer cuando era un recién nacido, justo cuando iba a apagarla vio sobresaliendo bajo el colchón de la cama varias hojas pintadas de azul, las tomó con sumo cuidado, eran cerca de 10 con el mismo dibujo que comenzaba a hartarla: la isla.

-No puedo- Balbuceó el pequeño, seguramente soñaba- no quiero- dobló los dibujos, le dio un beso en la frente

-…mamá- tenía los ojos bien abiertos, un sudor que recorría toda su frente- te quiero- y volvió a dormir

-Te amo, Trunks- acaricio su cabello lavanda, tal vez lo que su hijo soñaba tendría que ver con su padre, sabía muy bien toda la ambivalencia que el niño sentía hacia él, su intriga por el hecho de que él actuara como si no le interesada; pero era demasiado joven para entender que su padre era un hombre orgulloso, que no podía reflejar sus sentimientos como cualquier otra persona lo haría, él los ocultaba bien, él podía amar a alguien, aunque pareciera que no le interesaba en lo absoluto. No podía explicarle que aunado a todo eso, su padre apenas salía de un circulo de depresión del que por mucho tiempo no quiso liberarse, no podía hacerle comprender la entramada relación que ella mantenía con el príncipe de los saiyajin que, lo quisiera o no, afectaba en la relación del príncipe con su primogénito, un niño al que nunca deseo.

------------------------------------

-Bulma- le llamó su padre al mismo tiempo que tomaba asiento junto a ella en el mueble más grande de la sala- ¿estas ocupada?

-Solo veo las noticias- contestó dejando la televisión en silencio- ¿Qué sucede?

-¿Ya tienes todo listo para mañana?- ella asintió

-Esta listo desde hace varias semanas, hoy fui a ver como iba el prototipo de la nave en la corporación, todo esta marchando según nuestro itinerario- contestó con orgullo

-Me alegro por eso- el científico tomo un cigarro de su cajetilla- ¿Y mi nieto?- lo encendió sin perder más tiempo, necesitaba su dosis de nicotina.

-Ya esta dormido

-¿Qué es eso?- señaló el señor Brief al televisor, Bulma de inmediato le regresó el volumen

"Un sismo de 6.1 grados Richter fue reportado en la región sur hace apenas 3 horas, siendo este el cuarto que se registra en este día, sumándose de esta manera a la cadena de terremotos que azotan la región del sur; incluso los volcanes del así llamado "anillo de fuego del sur" que estuvo inactivo por cientos de años, de nuevo han entrado en actividad"

-Vaya- exclamo el viejo mientras exhalaba el humo de su cigarro- la situación es mala en el sur, tal parece que puede haber un desastre

-mmm…no lo creo- dijo Bulma- ha de ser una actividad esporádica de los volcanes y de las placas tectónicas de la tierra, todo será como antes en unos días

-Espero que así sea, hija.

Descansaban tras hacer el amor, el príncipe dormía profundamente, desde hacia tiempo que no sentía a Vegeta tan apasionado, casi como un salvaje, como en aquellas primeras veces. Ella lo amaba, a pesar de que llevaban varios años con su relación y que ya tenían un hijo, no podía comprender en que momento la atracción física y el placer que sentía a su lado evoluciono hacia amor, hacia la necesidad de tenerlo, de protegerlo e inclusive tratar de demostrarle que el también tenía esa capacidad de amar que muchas veces él negaba rotundamente.

La vida es irónica, el orgulloso y egoísta príncipe le había dado lo más hermoso que tenía en la vida, su hijo Trunks. El niño se parecía tanto a él, aun no lucia como un saiyajin se suponía debía lucir, su semblante, su forma de mirar, ese empeño por no rendirse al querer alcanzar una meta, como cuando apenas comenzaba a caminar, eso lo había heredaro de su padre.

Las nubes grisáceas en el cielo nocturno tomaban bordes dorados y el lucero del alba comenzaba a desaparecer, pronto amanecería y no quería levantarse, quería estar al lado de ese hombre, aun si eso significaba no asistir a la presentación de su nuevo proyecto.

Vegeta dormiría profundamente un largo rato, Bulma se levantó, tenía que ver a Trunks; era una necesidad que apareció de la inesperadamente, con pasos sigilosos camino hasta la habitación de su pequeño; pero a cada paso su corazón comenzaba a latir más rápido, sentía como se estrujaba al grado de que era doloroso y una angustia invadía todo su ser; tan solo obedeció a su instinto, algo andaba mal, sus sigilosos pasos se transformaron hacia una enardecida carrera hasta la habitación del niño, abrió la puerta con rapidez

-Trunks- pero él ya no estaba ahí-¡Trunks!-lo buscó por toda la habitación, bajo la cama, se asomó a la ventana- ¡Trunks!- gritó con desesperación, con el alma en un hilo a punto de enloquecer y perderse en la impaciencia, gritó su nombre una y otra vez llamándole por toda la corporación.

Sus padres, sobresaltados por los gritos alterados de Bulma, salieron al pasillo preguntando que sucedía

-Trunks…no esta….no esta- murmuró entre el llanto y el nerviosismo- los señores Brief trataron de calmarla, en parte no lo creían, se trataba de un niño pequeño que estaba en la edad en la cual gustaba de esconderse, incluso ella lo hizo a su edad; pero aquella plausible explicación no fue suficiente, tenía ese fuerte presentimiento que le decía que su hijo no estaba mas en su hogar y que incluso estaba en peligro. Repentinamente pensó en Vegeta…el podría detectar su ki, estaba segura que le sería fácil buscar la presencia de su hijo.

-Vegeta- le vio de pie en el balcón, cruzado de brazos y con la mirada perdida en el horizonte- …Vegeta- le llamó con lo que le restaba de su quebrantada voz, temblando como si fuera a deshacerse en miles de pedazos. Él no se inmutó al escuchar su nombre, continuo con su gélido semblante- nuestro hijo…alguien…alguien- y no pudo continuar cayó de rodillas derrotada por el sufrimiento, rompió en llanto sin que él hiciera algo para consolarla.

-No encuentro el ki del niño- aquella respuesta en un tono tan sombrío terminó por hundir a la mujer en una brutal angustia. Tomó fuerzas de donde no las tenía para levantarse, furiosa, se enfrentó al padre de su hijo

-¿Cómo que no lo encuentras!- gritó enloquecida de rabia- ¡tú mismo has dicho que tiene un ki muy fuerte, tienes que encontrarlo!- él le dirigió una mirada de desaprobación, le dio la espalda y caminó hacia la puerta- así de poco te importa tu hijo- dijo con desilusión- pero es tuyo, Vegeta, ese niño es parte de ti…te pertenece- apeló a su desmesurado orgullo, a la vergüenza que en teoría debía sentir si un humano común le arrebatara a su hijo, sin importar que estuviera cerca de su habitación.- Un humano se ha burlado de ti al llevarse a tu hijo- se detuvo a escuchar sus palabras, bien sabía que todo lo que su mujer había dicho era en parte por la desesperación de no saber que más podría hacer para encontrar a su pequeño, sin rebatir lo que ella dijo, se fue de ahí- ¡Vegeta!- gritó pero no hizo caso.

Pasaba ya el medio día, se dio aviso a la policía de la Capital del Oeste, y se buscó al niño no solo en la corporación capsula, si no también por toda la ciudad, nadie daba razón de su paradero; incluso su inconsolable madre había dado una conferencia de prensa rogando a aquel que lo tuviese que lo regresara, no importaba la cantidad de dinero que pidiese se le sería proporcionado sin mayor adversidad, más nadie llamó para pedir un rescate.

Desde hacia horas que no sabía nada de Vegeta, desconsolada, Bulma se encerró en su habitación esperando junto al teléfono cualquier noticia que tuvieran que darle sobre su hijo. Toda la capital del Oeste estaba conmocionada por la desaparición de quien, en un futuro lejano, heredaría la corporación capsula, tratando de encontrar al infame que pudo llevárselo consigo.

El viejo Brief, desolado por lo que ahora se presumía era un "secuestro" se sentó en su laboratorio a analizar cada cuadro de las cámaras de seguridad, no importaba si la policía ya trabajaba en eso, no había nada mejor que hacerlo él mismo. A pesar de que veía cada cuadro de las filmaciones con cuidado no hallaba nada relevante, era como si su nieto simplemente se hubiese esfumado inesperadamente. Fatigado por tan demandante tarea se levanto de su sillón y encendió el pequeño televisor, por si acaso los medios de comunicación tenían noticias de Trunks aun antes que ellos. Tan solo se hablaba de la noticia sin descanso, era una bomba mediática, una de esas noticias que simplemente no podían dejar de cubrirse por los niveles de audiencia que causaban, todo canal de televisión hablaba sobre la extraña desaparición de Trunks Brief, el científico le cambiaba al canal una y otra vez esperando encontrar alguna noticia nueva

"Los científicos no dan una explicación certera para la súbita aparición de esta isla, se encuentra aproximadamente a 200 Km del complejo de las islas del Sur, por satélite se ha calculado que mide aproximadamente 48 kilómetros de largo, entre 12 y 24 kilómetros de ancho y un área de alrededor 572 kilómetros cuadrados" y en aquel momento pusieron su imagen en televisión "Desde su aparición cientos de animales marinos han aparecido muertos en las costas de las islas circunvecinas, no hay explicación científica para todos estos sucesos" grabó de inmediato la imagen, su hija tenía que verla.

Vegeta había regresado, entró a su cuarto por el balcón como si la vida continuara de lo más normal, se recostó en la cama sin inmutarse por el inconsolable estado de animo de la madre de su hijo, quien sentía que su mundo colapsó por completo, su desesperación ya iba más allá de lo que podía soportar, ansiaba saber sobre su hijo, si estaba bien, si estaba asustado, si la persona quien se lo llevó quería hacerle tanto daño como para matarlo, Trunks apenas y sabia defenderse ¿De que le servía ser hijo del príncipe de los saiyajin si apenas sabía pelear? Odiaba a Vegeta ¿Qué le costaba entrenar a su hijo? Era darle un poco de tiempo cuando tan solo pensaba en la humillación que sufrió por un "soldado de clase baja" ¡maldito¡Un infeliz maldito! Tenía tantas ganas de reclamarle e incluso de golpearlo aunque sabía muy bien que sus golpes no le dañaban en lo absoluto.

El príncipe trataba de pensar, no lo decía, pero salió a buscar a su hijo, en todo ese tiempo había recorrido la tierra entera tratando de localizar su ki, mas todo esfuerzo fue inútil, tal pareciera que el niño se hubiera, literalmente, desvanecido, la otra posibilidad para la desaparición de su ki…era…no, no se atrevía a pensar en ello, su hijo no pudo sufrir tal destino.

-No te interesa tu hijo- le llamó Bulma al borde del llanto por el coraje de verlo tendido sobre la cama sin hacer ni decir nada- te da igual como este, no te importa para que lo secuestraron- él nada respondió para defenderse, no tenía porque dar cuentas de sus actos a nadie, le dio la espalda y trató de ignorarla, tan solo quería pensar quien podría haberse llevado a su hijo sin que él se percatara, quien fuese lo pagaría caro, con su vida si era preciso, tal burla no podía ser perdonada tan fácilmente –Vegeta, al menos mírame cuando te hablo…nunca pensé que así de poco te interesara Trunks…

-Calla ya- le instó

-¡Al menos pudiste enseñarle alguna técnica de pelea! Muchas veces te pidió que lo dejaras entrenar junto a ti y te negaste…si le pasa algo…- enmudeció de inmediato, la sola idea de pensar que su hijo sufriera la enloquecía de amargura.

-¡Bulma!...Hija, abre por favor…es urgente- le llamó su eufórico padre, Vegeta alzó una ceja, tal vez se trataba de algo que tuviera que ver con su hijo, tenía que enterarse también, se levanto de inmediato

-¿Qué pasa papá?...es Trunks…

-Algo parecido… ven conmigo- le vio irse con su padre, sin importar su orgullo decidió seguirlos hasta el laboratorio del viejo científico, si algo le había sucedido a su hijo tenía que saberlo. Al llegar les vio viendo una imagen estática en la televisión, una isla con 12 altos pinos en su entrada, flanqueada por bardas de piedra, con cientos de rocas a su alrededor y un espectral aspecto que ni siquiera había visto en sus múltiples misiones a través del universo, rodeada por un mar azul oscuro y un cielo grisáceo, la misma isla parecía estar envuelta en nubes grises

-Es…es igual al dibujo de Trunks- murmuró la mujer- esto era lo que tenía obsesionado a mi hijo…no puede ser otra- Vegeta se acercó a la televisión a observar con detenimiento aquella imagen congelada

-... ¿que lugar es este?- pregunto el príncipe con ferocidad -¿Quién vive ahí?

-Aparentemente nadie- respondió el abuelo con nerviosismo, dejando la colilla de su cigarro en el cenicero- dicen que antes no existía, que emergió de la nada en el Sur y aparentemente causa la muerte de los animales que andan cerca- ambos padres miraron al anciano exigiendo implícitamente que se explicara mejor- encontraron peces y demás fauna marina en las costas de islas cercanas a esta…tal vez sea algún tipo de magnetismo que provoca la muerte de los animales.

-Trunks… esta ahí- musitó Bulma con dificultad, sin saber de donde venía tal revelación -¿Dónde esta la isla¡Tengo que ir ahí a buscarlo!- gritó desesperada

-No…espera…hija, han enviado a varios reporteros a investigar y todos ellos mueren a pocos kilómetros antes de llegar

-¿Qué?

-Hija, lo que sea que esta alrededor de esa isla no solo mata a animales…al parecer también mata a seres humanos

-¡No me importa¡Yo tengo que buscar a Trunks, no puedo dejarlo ahí solo a merced de quien sabe quien!- inesperadamente, el príncipe sintió un ki impresionante, era casi tan grande e imponente como el de un súper saiyajin y ese ki…ese ki…era de su hijo ¿podría ser cierto?

-Trunks- pronuncio su nombre con la seguridad de que ese ki le pertenecía, era increíble que siendo tan pequeño alcanzara tales magnitudes, sin duda era su hijo, digno heredero de la sangre real de Vegeta; boquiabierto avanzó unos cuantos pasos, y tan inesperadamente como apareció esa arrolladora energía ceso. Bulma, con la mirada abatida y bañada en llanto, se interpuso en su camino, le miro a sus ojos azabaches con la el desasosiego que no le deseaba ni a su peor enemigo -¿Qué pasa con Trunks?... ¡Dímelo!

-Sentí su ki- contesto con gravedad- esta hacia el sur

-Vegeta- él camino a la salida del laboratorio, no le diría que el ki de su hijo desapareció por completo, no quería atormentarla aun más de lo que estaba

-Iré por él

-Iré contigo…

-No, quédate aquí…yo volveré con tu hijo- salió de ahí, y ella no supo que decir, se derrumbo en los brazos de su padre, llorando como si fuera una niña; al menos su corazón estaba menos afligido, después de todo, su príncipe se preocupaba por su hijo.

-------------------------------------

Volando a gran velocidad llegó hasta las islas del sur, se quedo flotando a unos 20 Kilómetros de aquella que el viejo científico les mostró, la isla que su hijo dibujó con tanto afán, aquella con los pinos altos en la entrada, lúgubre y casi siniestra, el mismo mar se enfurecía al estar cerca de ella, las olas se rompían con furia en los cientos de rocas que la rodeaban, no se podía sentir ni el mas ínfimo ki a sus alrededores, ni siquiera las aves la sobrevolaban…¿Qué era esa isla? Su hijo estaba en ella y no se marcharía de ahí hasta encontrarlo.

Se quedo de pie en el muelle, sentía una presencia que envolvía toda la isla, como si fuera ella misma la dueña de aquel ki; pero aquello era simplemente imposible, un pedazo de tierra no podía emitir energía a tal grado. A su espalda se escuchaba el furioso chocar de las olas contra aquella isla, tal parecía que el mar quería desaparecerla pero tal tétrico no le amedrento, camino el estrecho camino hacia la entrada, toda la isla estaba rodeada por una barda a excepción de un parte en la entrada donde se levantaban dos columnas en las que hallaban fin la muralla que circundaba la isla, sobre ella dos estatuas en mármol de esqueletos sosteniendo sus guadañas. Vegeta continuo caminando, surcando con la mirada la superficie de la isla

-Le esperábamos su majestad- el príncipe volteo súbitamente hacia los pinos- Sabemos que busca aquí; pero no podrá encontrarlo.