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Capítulo 1: Partida.

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El joven de negros cabellos caminaba lentamente por el parque, el aire mecía los oscuros mechones de su frente. Realmente se sentía fresco y tranquilo. Dar un paseo en un lugar así era reconfortante. Sobre todo porque en casa nunca había paz y tranquilidad.

El pelinegro vivía acompañado de ocho personas y dos pequeños mininos. Aunque la casa era un lugar enorme, el ruido y el desorden estaba siempre a la orden del día.

Frunció un poco el ceño, cuando se dio cuenta de la presencia de dos personas detrás de él. Un hombre alto de piel morena, y una joven de largos cabellos rubios. Siempre estaban detrás de él, siempre al pendiente de su seguridad, lo cual era ridículo, él era un adulto y además se podría defender muy bien solo de cualquier amenaza.

Levanto la mirada y observo el cielo azul, era una tarde despejada. Era un día hermoso, como para dejarse molestar por aquel par de personas. Por lo menos aquellos dos mantenían su distancia, ofreciéndole un poco de privacidad.

Dejo escapar un suspiro mientras se recargaba en la baranda del pequeño puente. Bajo la mirada para mirar el lago y este le regreso la imagen de su reflejo. Detrás de él, la pareja se situó debajo de una enorme árbol. Parecían un par de amantes disfrutando un día en el parque.

Miro el azul profundo de sus ojos en reflejo del agua. Recordó cuando era más joven. Joven y confundido, con grandes lagunas en su memoria. Pero ellos, sus amigos habían sido una pieza importante para que su memoria fuera recuperada. Recordó también la primera vez en que los nueve estuvieron juntos después de casi mil años, pero algo faltaba en aquel momento. Dos personas, primero la princesa de la Luna, y segundo ella, Sailor Moon.

Sailor Moon, la primer Senshi en aparecer, la primer y única guerrera que había peleado a su lado desde el principio. Y la otra la princesa de la Luna, la que había sido su amor verdadero en otra vida.

Sailor Moon, había aparecido en Tokio un mes atrás y con ella, el despertar de él como guerrero. Esa noche, como algunas otras acababan de destruir al Youma en turno. Él estaba a punto de desaparecer como siempre lo hacía, pero ella lo sujeto del brazo. Ella le pidió que se quedara, para hablar.

Estuvo a punto de negarse, no tenía ganas de responder preguntas a las cuales no tenía respuesta. Pero algo en la mirada de la chica, le hizo saber que aquello era algo importante. Caminaron hasta un parque y se sentaron en una de las bancas. Esa fue la última vez que hablaron.

Yo…yo no sé cómo decirte esto—Comenzó la chica de rubios cabellos. Estaba muy nerviosa—Sabes que estoy muy agradecida por toda la ayuda que me has brindado en mi misión como Sailor Moon—Ella se puso de pie y comenzó a caminar, su voz se fue apagando—La misión de proteger este mundo y de encontrar a la princesa…

El pelinegro asintió en silencio. No sabía realmente hacia donde iba aquella conversación. La miraba a través del blanco antifaz.

Por supuesto, mi misión también es ayudarte como Sailor Moon—Respondio el.

La chica dejo de moverse y se quedó quieta delante de él. Una luz en su pecho brillo y su transformación desapareció dejando en su lugar a una jovencita de largas coletas.

El guerrero de traje oscuro y sombrero de copa se quedó mudo, cuando delante el apareció la chica a la que llamaba "cabeza de chorlito". Jamás imagino que Sailor Moon y ella fueran la misma persona.

Ella lo miro a los ojos. Los ojos que estaban enmarcados por un blanco antifaz.

No espero que tú me muestres tu verdadera identidad—La chica hablo rápidamente—Es solo, que la situación por la cual estoy a punto de pasar te afectara directamente.

Él estaba a punto de decir algo, pero ella puso un dedo sobre sus labios.

Por favor, no digas nada—Ella bajo la mirada—Mi padre ha obtenido un empleo en el extranjero. Eso aunado a los ataques del Negaverso aquí en Tokio. Han hecho que tome la decisión de que nos mudemos—Levanto la mirada una vez más, topándose con el zafiro de los ojos de él—Dice que es para mantenernos a salvo.

Ambos se quedaron en silencio por unos momentos. Hasta que ella comenzó a hablar.

Me voy en tres días. Eso significa que tu tendrás que enfrentar al Negaverso solo.

Pero…—Trato de alegar algo.

No puedo decirles que soy Sailor Moon, lo siento—Su voz era un susurro—Y aunque lo hiciera sería peor. Con mayor razón me llevarían lejos de aquí.

El guerrero de antifaz, se había quedado mudo de la impresión. Aquella noche había descubierto que Sailor Moon y la cabeza de chorlito, eran la misma persona, y además ella se iría de Japón. Su batalla contra el Negaverso, la búsqueda del Cristal de Plata y de la princesa de la Luna estaban realmente comprometidos con aquella situación. Pero el solo podía pensar en que ella se iría. Una punzada de dolor se alojó en pecho.

El sonido de algo entre los arbustos lo saco de sus pensamientos. Un pequeño gato negro salto a los brazos de la chica.

Ella es Luna, es mi guía y tutora—Acaricio la pequeña cabeza del minino—Ella me despertó como Sailor Moon, y me ha dicho que hay otras Senshi, que te ayudaran en la batalla que se avecina.

El joven pelinegro seguía en silencio tratando de asimilar toda aquella situación. Cuando la chica puso en sus brazos al pequeño gato negro.

A veces es un poco gruñona. Pero es una buena tutora—Su voz se volvió un susurro—Yo…yo…te extrañare…

La chica se giró para salir corriendo del lugar. Pero el fuerte agarre sobre su brazo la detuvo. Abrió la boca para decir algo, pero de inmediato fue silencia de la forma más sublime que pudo haber imaginado. Un beso.

Unos pocos segundos duro aquel momento de gloria, ya que la chica había desaparecido de aquel parque y de su vida.

Darién dejo escapar otro suspiro, mientras sus ojos seguían clavados en su reflejo en el agua.

Desde aquel momento habían pasado casi diez años.

Diez años, en los cuales había encontrado a las demás Senshi. Mars, Mercury, Júpiter y Venus. Juntos se habían enfrentado al poder del Negaverso. Sin embargo la búsqueda del Cristal de Plata y de la princesa de la Luna, no se había podido llevar a cabo… algo no encajaba en aquella ecuación.

Sin Sailor Moon, las Senshi, se habían quedado sin líder, y el tomo aquel papel. Sin embargo eso no lo convertía en parte de ellas. Ellas eran la guardia de la princesa de la Luna, y su misión era protegerla con su vida.

En medio de aquella batalla se habían enfrentado a Beryl y sus generales. Aquello fue la clave y el detonante de los recuerdos que faltaban en su memoria. Tuxido Mask, recordó su papel en el Milenio de Plata. No era un sirviente o guerrero, tampoco un asesor o heraldo.

Él era el príncipe heredero del Reino de Oro. Era el príncipe de la Tierra, que había viajado a la Luna, para proteger a su amada princesa. Con todos los recuerdos también vino la victoria sobre el reino de la oscuridad. Y la liberación de sus antiguos guardianes.

Los cuatro generales del Negaverso, habían sido sus amigos y guardianes en otra vida. Ellos fueron tomados y poseídos por el poder la oscuridad, obligándolos a luchar contra los seres que amaban.

Sin embargo también habían contado con la ayuda de la antigua reina de la Luna. La reina Serenity los guio a la victoria, para derrotar el poder de Beryl y de Metallia.

Después de aquella batalla habían tenidos muchas otras. Diez años de batallas y momentos difíciles pero siempre victoriosos.

En la época de paz, sus generales se habían emparejado con las cuatro Senshi. y aunque aquello lo llenaba de felicidad por sus amigos, también lo hacía recordar lo solo que sentía…sin ella.

Solo en sueños podía estar ella, con Sailor Moon, con Serena. Alguna veces también soñaba con la princesa de la Luna, pero su recuerdos de ella aun eran vagos. Pero aquellos sueños jamás se hicieron realidad.

En todos aquellos años, jamás encontraron a la princesa de Luna, ni al Cristal de Plata, y sobre todo ella no había regresado.

Por el rabillo del ojo miro a las dos personas que estaban debajo del árbol.

Kevin Ice y Minako Aino. Las identidades de los guerreros, Kunzite y Sailor Venus. Ellos siempre estaban detrás de él vigilándolo, protegiéndolo.

Hace aproximadamente un mes que Sailor Mars, había visto algo en el fuego sagrado, algo que significaba peligro para él. Y los Generales y las Senshi, se encargaban de estar siempre cerca de él.

Era irritante, pero no pudo evitarlo, sobre todo después de que les había mencionado que había tenido la sensación de que algo le sucediera a Sailor Moon. Ambas situaciones, la del fuego sagrado y la de la Senshi de la Luna, los habían puesto a todos alertas.

Todos sabían que había un vínculo especial entre Sailor Moon y Tuxido Mask, el siempre sentía cuando ella estaba en problemas. Un año después de que ella se marchara, había tenido el presentimiento de que algo le había sucedido. Kevin y Jake, se habían encargado de investigar lo sucedido, solo para descubrir que ella y su familia habían sido atacados. Pero Sailor Moon, se había ocupado del problema.

Ella parecía estar llevando una vida normal. Recordó que Luna, dijo un día que Serena siempre quiso ser una chica normal de nuevo, por lo cual dejaron de buscarla. Ella regresaría a ellos cuando estuviera lista. Pero eso no sucedió.

Tiempo después quiso buscarla de nuevo. Pero ella y su familia habían desaparecido por completo. No había donde buscar, ningún rastro, nada quedaba de ella. Sabía que el vínculo entre ellos se activaría, se ella se transformaba en Sailor Moon. Pero de alguna manera aquel vinculo estaba bloqueado, ya que no era capaz de sentirla. Solo podía esperar que ella estuviera bien y viviendo su vida normal. La vida que siempre quiso.

Pero hace un mes la había vuelto a sentir. Sintió como Sailor Moon despertó de nuevo. Pero también sintió una ráfaga de miedo y terror… de ira. Todos aquellos sentimiento provenían de la chica de rubios cabellos. Él sabía que ella se encontraba en peligro, pero cuando quiso buscarla, el vínculo estaba bloqueado de nuevo y ella fuera de su alcancé.

De alguna manera sabía que ella aún estaba asustada, dolida y sobre todo terriblemente enojada. Había sentido por parte de ella una enorme furia. Además el fuego sagrado, había augurado que algo se acercaba a Japón, algo realmente grande. Aquella fuerza oscura buscaba "Sangre Real".

Darién se alejó lentamente de la barandilla y sonrió. Por primera vez en mucho tiempo se alegraba de no haber podido encontrar a la princesa de la Luna. Ya que la única sangre de la realeza, era la suya propia.

Sus amigos le dieron esperanzas en medio de aquel caso. Tal vez con este nuevo enemigo, Sailor Moon regresaría. Entonces toda aquella espera valdría la pena.

Mientras caminaba delante de sus dos guardaespaldas, pensó en ella una vez más. En su cabeza de chorlito ¿Cómo sería ahora? ¿Cuánto habría cambiado?. Siguió caminando mientras imaginaba como sería el reencuentro con aquella dulce chica, que había entrado a su vida de manera tan desastrosa, pero sublime al mismo tiempo.

Aquel avión volaba sobre el inmenso Océano Pacifico Una mujer de negros y cortos cabellos parecía tener algún tipo de pesadilla, ya que tenía el ceño fruncido y de su boca entreabierta salían algunos susurros.

Eres una boba Serena—Grito el chico de cabellos color arena.

¡Cállate Sammy!—Contesto la rubia. Detrás de ellas sus padres sonreían ante la pequeña pelea de sus hijos.

—Tu eres Sailor Moon y deber luchar por el amor y la justicia—Una pequeña minina negra con una luna creciente en su frente llamo la atención de la rubia.

Serena se giró y voy al fondo como un grupo de Youmas atacaba a la gente. Bajo su mirada y se vio a si misma, ya no era Serena, ahora era Sailor Moon.

Tu puedes hacerlo Sailor Moon—Le grito un hombre de Tuxido negro y blanco antifaz.

Debemos irnos a un lugar más seguro, donde no hayan mostros—Era la voz de su padre.

Sailor Moon se giró una vez más y vio como su padre le tendía una mano. Él estaba abrazado a su madre y esta a su vez abrazaba a su pequeño hermano.

Serena, no puedo ir contigo—Ahora era la voz de Luna la que la llamaba—Mi misión esta en este lugar, debo encontrar a la princesa de la Luna, y a las otras Senshi…debes de regresar cuando puedas.

Sailor Moon escucho un grito desgarrador, y cuando volvió para ver de dónde venía, delante de ella apareció una puerta entreabierta. La rubia empujo la puerta y lo que vio en su interior le helo la sangre.

Su padre, su madre y su pequeño hermano, todos estaban muertos. Y en la pared escrito con sangre un mensaje.

"Sigues tu Sailor Moon"

La rubia sintió como el suelo bajo de ella se desmoronaba y ella fue atrapada por un joven de cabellos oscuros. Un príncipe de negros cabellos.

Feliz cumpleaños dieciocho mi amor…—Susurro el a su oído.

¡Dame todo tu dinero!

El grito de aquel hombre y luego varios disparos. De repente delante de ella se encontraba el cuerpo sin vida de un médico. Y de un grupo de enfermeras. Ella estaba herida…

Un niño…es imposible—Susurro.

El llanto de un bebe.

¡Selene!

—Danos el Cristal de Sailor Moon—El hombre amenazo el cuerpo del bebe con un escalpelo.

Las lágrimas rodaron por las mejillas de la joven y todo fue inundado por un resplandor de plata.

¡PODER COSMISCO LUNAR!

La cara del hombre se deformo por el miedo y el horror.

el tiempo cambio, y se vio a si misma corriendo, huyendo, siempre huyendo.

Entrega el Cristal o ella muere…

El terror, el miedo…la ira, sobre todo la ira.

La chica abrió los ojos lentamente y miro a través de la ventana, vio aquella ciudad y sintió como su corazón se aceleró levemente. Por fin había regresado a Tokio.

El pelinegro entro en su ruidoso hogar. En sus brazos sostenía varias bolsas con los víveres de la semana. Detrás de él entraron Kevin y Minako, con varias bolsas también.

—¡Puede alguien venir y ayudarnos!—La voz grave de Kevin lleno el lugar—¡O ninguno comerá nada de esto!

Don hombre y una chica aparecieron en la sala de la casa. Nick Un hombre alto de cabello castaño rojizo, y Jake un joven de rubios cabellos. De inmediato los chicos ayudaron al moreno con los víveres. La chica se limitó a mirar a Kevin mientras levantaba una de sus castañas cejas.

—Si no quieres compartir no hay problema—Sonrió—Pero si yo no como, tampoco cocino, y si no cocino, significa que debes comer lo que prepara Minako.

—¿No serias tan cruel? —Kevin la miro seriamente.

Ambos sonrieron cuando la rubia se alejó haciendo un puchero.

A la escena se unieron dos jóvenes más. Una chica de cabellos azules, y un joven de cabello rubio oscuro.

—Necesitamos hablar—Dijo sin más Amy—Reí nos espera en la sala de computo.

Después de unos minutos los nueve chicos y los dos mininos de encontraban reunidos en la sala de computo.

—Lo que tanto temíamos ha sucedido—Hablo la sacerdotisa de fuego.

—Una concentración de energía fue detectada en un centro comercial abandonado, al este de Tokio—Declaro Amy, mientras tecleaba en el enorme computador.

—Lo más preocupante es que esta energía oscura es demasiado, alta, la más alta en los últimos ocho años—Continuo Zack—Y sigue creciendo.

—¿Alguna idea de que puede ser? —Pregunto Kevin.

—No tenemos aún los datos suficientes—Respondio Amy—Solo sé que no es nada parecido a lo que nos hayamos enfrentado antes.

—Debemos controlarlo—Reí miro a sus compañeros—Esa energía no está aquí por voluntad propia, alguien más está detrás de todo esto.

—Entonces debemos hacerle frente—Darién dio un paso al frente—Minako, Reí, Kevin, Jasón, ustedes serán los encargados de ir a investigar—Ordeno el pelinegro—Vean que pueden averiguar.

El sol brillaba en lo alto, mientras lo cuatro guerreros se encargaban de inspeccionar el lugar abandonado. Llevaban un rato revisando sin encontrar nada útil.

habían llegado hasta una gran bodega, donde se extendía una vacía explanada.

Los sentidos de Sailor Venus se pusieron en alerta justo a tiempo. Un bólido de energía oscura fue lanzado hacia ellos, pero fue repelido por un brillante campo de energía de luz.

Kunzite su unió a Venus para reforzar el campo de energía mientras Mars informaba a sus compañeros del ataque recibido.

Varias sombras aparecieron del suelo, lanzando esferas de energía oscura contra los guerreros. De inmediato Jedite formo entre sus manos un ataque que lanzo combinado con el poder de Mars.

—¡Tornado de Fuego!

—¡Saeta Llameante!

El poderoso ataque combinado hizo que las sombras desaparecieran, pero de inmediato se comenzaron formar más y más.

A los escondido detrás de las sombras un hombre sonrió con malicia, y con movimiento de su mano, más sombras comenzaron a levantarse.

—¡Plasma Dorado!

—¡Torbellino Celeste!

Tuxido Mask y Zoycite, se lanzaron delante de sus amigos. El poder los dos guerreros proyecto a las sombras que fueron destruidas por completo.

—¡Neblina de Mercurio!

La Sailor de Mercurio, aprovecho el momento para cubrir a sus amigos.

El hombre oculto formo una esfera de sombras en la palma de su mano y la arrogo al grupo de guerreros.

Al instante un enorme Youma se formó delante de ellos. El ser era de al menos 3 metros de alto.

Tuxido Mask y los Generales comenzaron a atacar, mientras Mercury buscaba un punto débil en su computador. Pero nada pareciera dar resultado.

—Ese maldito no parece recibir ningún daño—Declaro Kunzite, saltando hasta quedar cerca de la Sailor del agua.

El hombre en las sombras dejo escapar una carcajada al ver como su creación resistía sin mayor problema los ataques de aquellos guerreros.

—¿Y ustedes son los legendarios guerreros que vencieron el poder del Negaverso? —Dijo aquella voz cargada de burla y desprecio—No son capaces de destruir a una de mis sombras. Pero ustedes son solo el aperitivo—Su voz se volvió venenosa—El espera el "Postre".

Tuxido Mask escuchó aquellas palabras, que en cierta forma eran ciertas. Pero sin duda lo que llamo la atención era a que se refería con "Postre".

La respuesta le llego demasiado rápido, cuando una suave y conocida voz lleno el lugar.

—No tiene que esperar mucho por mí.