Esta historia nació de una simple locura mía, será, quizás, el proyecto más ambicioso que tengo hasta ahora. Es una nueva historia de vampiros, en un mundo gobernado por éstos, donde sobrevivir es casi imposible incluso para ellos mismos.
Está un poco relacionada con Hijos de la sangre, e incluso basada en el mismo juego (Blood o'men, que en castellano es lo mismo), pero en la segunda parte del mismo y hago algunas alusiones al respecto, sin embargo, NO ES SU SECUELA, así que si no lo han leído, no importa (pero me gustaría que lo hicieran y me dejaran su comentario), igual la van a entender.
Es todo lo que tengo que decir de la historia y espero que les guste.
Shio Chang.
Advertencia: Los personajes aquí mencionados no son míos (que más quisiera), le pertenecen a sus respectivos dueños.
Prólogo: Una TraiciónEn mi tierra existía una leyenda que contaba que hace miles de años que uno de los reyes de Benice era un vampiro y que, luego de luchar arduamente, destruyó la maldición de todos aquellos seres. Sin embargo, una nueva casta de vampiros surgió de la nada y comenzó a adueñarse del mundo.
Yo, Heero Yuy, uno de los lugartenientes más jóvenes del emperador, alguna vez fui un humano, pero fue hace tanto tiempo que ya ni me acuerdo cómo llegué a ser lo que soy.
Kein es nuestro poderoso soberano y su imperio se extiende por todo Benice y Meridian, lugar donde habitan casi todos los vampiros más poderosos, e incluso más allá, a lugares que yo no conozco, sólo soy un subordinado más de Kein a quien no le da más poder por ser lo que soy, un vampiro con apariencia humana y él no confía en mí. Sin embargo, siempre estoy vigilado por alguno de mis hermanos, mi amo parece tener un particular odio hacia mí, quizás sea porque yo aún conservo en parte mi "bella" apariencia humana (recuerdo que las mujeres solían decir: "Que guapo es") o quizás porque he ido evolucionado de una manera muy diferente a la del resto de mis hermanos que se han vuelto auténticos monstruos, no lo sé, pero es un tanto molesto tener que cuidar tus pasos en cualquier cosa para que él no se enoje conmigo.
Kein alguna vez fue humano, lo sé, pero cada vez que este evoluciona, es más horroroso que antes, su rostro ha perdido todo rastro humano ¿quién diría que alguna vez fue hombre? Cualquiera diría que salió directamente del infierno para destruir a toda la raza humana, es un ser que de solo verlo les da miedo a los pocos humanos que van quedando, creo que se los han comido a casi todos en este mundo, incluso a muchos vampiros los aterroriza. Además de horrible, es despiadado y sanguinario, si a alguien se le ocurre oponerse a sus deseos, lo mata y se lo come, importándole muy poco de quien se trate, se dice que, antes que se hiciera con el poder de nuestro clan, su hermano lo traicionó y le quitó sus poderes, pero él se vengó cruelmente y ha resultado peor que el hermano.
Pero ha llegado la hora de la evolución y todos debemos presentarnos ante Kein otra vez. Esto es algo que sólo sucede una vez cada 50 años, siempre en el mismo día, no sé por qué, sólo sé que te agota las energías y estás hambriento por varios días. Por cierto, esta es apenas mi tercera evolución, creo que soy el más joven de los vampiros que son lugartenientes en Benice.
Ya reunidos en el castillo los veo evolucionar uno por uno, cada cual más feo que los demás, como si aquella fealdad los hiciera superiores a los otros, más fuertes, incluido el propio Kein, que ya parece cualquier cosa menos hombre. Cuando al fin llega mi turno, hacen un circulo a mi alrededor, escucho sus murmullos diciendo que ojalá esta vez si cambie, pero otra vez los decepciono , mi cuerpo no ha sufrido cambios a pesar del intenso dolor en la parte alta de mi espalda. Es entonces que fijo mis ojos asombrados en mi sombra y despliego lo que parecen ser dos alas. Kein camina a mi alrededor, puedo sentir su ira de forma muy patente, la veo reflejada en los ojos de los demás.
- No es mi culpa – murmuro apenas, pero de nada vale puesto que él nunca escucha a nadie y con sus manos desgarra mis las y me golpea con furia, sé que a ellos jamás les han salido alas y eso les molesta, en especial a él porque he evolucionado para mejor.
Entonces escucho la cruel sentencia de su fría y monstruosa voz:
- ¡Láncenlo al torbellino! – ordena y sé lo que aquello significa, soy un traidor ante sus ojos y así, mal herido y cansado por la transformación, no soy capaz de defenderme. Me amarran con correas de cuero y me amordazan con mi propio pendón mientras me llevan para la ejecución al puente sobre el torbellino.
Los vampiros somos seres poderosos, sin embargo, también poseemos ciertas debilidades, como la luz del sol y el agua, esta consume nuestro cuerpo hasta dejar sólo el esqueleto, no como el sol que nos consume por completo convirtiéndonos en cenizas.
Vuelvo a escuchar su voz diciendo que suelten las amarras y que me lancen al agua, es aquí donde se inicia mi nuevo tormento, el agua lacera mis múltiples heridas y lentamente comienza a consumir mi carne, provocando un dolor indescriptible que no cesa…
Continuará…
Cortito y preciso, espero que el prólogo haya logrado captar su atención y que me escriban pidiendo el resto de la historia, una historia que ha estado en el tintero por demasiado tiempo y que hoy quiere salir a la superficie.
Por si acaso, he comenzado tomándolo desde una sola perspectiva, pero ello no significa que vaya a seguir así, aunque ¿quién sabe? Nunca las cosas me salen como pienso, siempre las transformo en el camino. Ya veremos que pasa.
Saludos a todos mis lectores, pero con un cariño especial para Uru, Chipita, Terry, Keysie, Aimoon, Jotaru, Águila Fanel, Dúo, Chanty, etc., etc., etc.
Shio Chan los quiere mucho, mucho.
