LA LUZ DEL INFIERNO

CAPITULO I

EL LLANTO DE UN ANGEL Y EL DESPRECIO DE UNA MADRE

Invierno, mes de Enero, doceavo día, el parto había iniciado desde la noche anterior, ahora el reloj marca las cuatro de la mañana, el patriarca de la casa Phantomhive toma una taza de té en su despacho, acompañado de su fiel demonio, mismo que mira por la ventana caer una nevadada que envolvía los jardines, de pronto un llanto inunda la mansión, Ciel se levantó de su escritorio y con calma acudió hasta la habitación de donde provenía dicho llanto, la doncella abrió la puerta y otra más saco en brazos un pequeño bulto que fue recibido por Ciel.

-Lo sentimos mi señor, es una niña.

-No hay nada de que sentir y prohíbo que digan lo contrario, es mi heredera, por lo cual la tendrán que cuidar con mayor cuidado aun.

-Lo sentimos señor es solo que.

-¿Qué?

-Lady Elizabeth no quiso ni tomarla en brazos al saber que era una niña, nos dijo que usted esperaba un varón para continuar su linaje.

-Salgan de la habitación entrare a hablar con ella, Sebastián.

-¿Si mi lord?

-Ven conmigo

-Si mi señor, doncellas, vayan y duerman al amanecer retomaran sus actividades.

Dicho esto, Ciel entro a la habitación, donde Lizzy ahora toda una mujer esperaba sentada y miraba con ojos de culpa a su esposo, mismo que se acercó y frente a ella descubrió la manta para ver el rostro de su hija.

-Escucha bien Elizabeth, tiene la piel tan blanca como la nieve igual a la tuya y lo ojos azules de mi madre, el cabello como el de madame red y la belleza de todas las mujeres de esta familia, dime, ¿por qué rechazas a mi primogénita?

-No es un varón, yo debí dar a luz a un varón no una niña

-Elizabeth

-Basta Ciel, no criare a esa niña, si no es un varón no la tomare en mis brazos, solo debo criar la continuación del linaje Phantomhive.

-Entonces Elizabeth, tomate fuera de esta casa, si desprecias a mi primogénita, no tienes nada que hacer aquí.

-Ciel, no, espera.

-Sebastián.

-¿Si mi lord? Toma mi hija, que su habitación este a lado de la que será mi nueva habitación, mañana que venga una nodriza y una doncella listas para criar a mi hija, así mismo que las doncellas de Elizabeth preparen sus cosas a primera hora, volverá a la casa Midford.

-Ciel, no lo hagas, no me devuelvas, te daré un varón.

-No es por que sea una niña Elizabeth, es porque no quieres criarla.

-Ciel, esto no es justo, ella acaba de nacer, solo tiene una hora que llego a este mundo y ya me está robando tu cariño.

-Mi cariño hacia ti es distinto al de mi hija.

-La estas anteponiendo a mí, yo debía ser la única mujer en tu vida.

-¡Basta Elizabeth!

El grito de Ciel dejo helada a la rubia la cual miro con un odio profundo a la pequeña que comenzaba a llorar en los brazos de su padre, Sebastián la miro y se percató que la pequeña comenzaba a buscar alimento.

-Elizabeth, alimenta a la bebe.

-No

-Elizabeth toma a la niña ¡Ahora!

Ella tomo a la pequeña en brazos, la cual al mirar a su madre esbozo una sonrisa y comenzó a buscar el pecho de la misma, Elizabeth subió su mirada y observo como Ciel se concentraba en la pequeña, esto la enfureció provocando que arrojara a la niña hacia el suelo, Sebastián reacciono rápidamente y logro impedir la caída de la pequeña.

-La odio Ciel, la odio, ella me ha robado tu mirada por completo, suficiente tengo con compartir tu vida, con el trabajo, la reina y ahora esto

-Elizabeth, elige con cuidado tus palabras, porque no dejare a mí hija en absoluto.

-Pues es ella o yo.

-Entonces sabes mi respuesta de antemano, Sebastián ven con la niña, dejemos a esta mujer aquí.

Ambos fueron hasta el despacho, donde Ciel tomo a su pequeña en brazos, Sebastián salió del lugar y la pequeña comenzó a llorar, Ciel la acerco más a su pecho y la llevo hacia el fuego donde comenzó a arrullarla el no dejo de mirarla ambos padre e hija cruzaron miradas, de pronto este contacto se rompió cuando Sebastián entro.

-Mi lord, la pequeña dama necesitara un nombre, ¿ha decidido alguno?

-Sí, su nombre será Sophie Rachel Pahntomhive.

-Lady Sophie, un nombre hermoso para una joven dama, ¿Pero qué haremos sin la señora?

-Sabes que Elizabeth no me importa en este momento, ella desprecio al ser que mas amo en este mundo el único lazo que me queda con la humanidad y eso nunca se lo perdonare, por la educación de Sophie no te preocupes, se de alguien que estará dispuesta para ayudarme.

-Entiendo, me tome el atrevimiento de enviar una carta a la casa Midford, explicando lo sucedido y pidiendo la presencia de sus tíos para la devolución de la señora.

-Bien hecho Sebastian, mañana a primera hora ve por una nodriza de confianza y una doncella capaz y ve por ella, dile que deseo hablar.

-Si mi lord.

CONTINUARA…..