Hi gente guapa, he regresado con una nueva historia de este estupendo anime con mi pareja favorita y poco común Dive/Kai, serán tres capítulos o eso yo asumo. Espero que lo disfrutéis es un A.U. así que estáis advertidos.

Disclaimer: Blood+ © Production I.G, Aniplex y Junichi Fujisaku.


Bajo un cielo salvaje

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by Miss. Breakable Butterfly

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Chapter 1: Cacofonía

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Te ví una vez, sólo una vez, hace años:
no debo decir cuantos, pero no muchos.
Era una medianoche de julio,
y de luna llena que, como tu alma,
cerníase también en el firmamento,
y buscaba con afán un sendero a través de él.

Caía un plateado velo de luz, con la quietud,
la pena y el sopor sobre los rostros vueltos
a la bóveda de mil rosas que crecen en aquel jardín encantado,
donde el viento sólo deambula sigiloso, en puntas de pie.

Caía sobre los rostros vueltos hacia la noche
de estas rosas que sonreían y morían,
hechizadas por tí,
y por la poesía de tu presencia.

¿No fue el Destino el que esta noche de julio,
no fue el Destino, cuyo nombre es también Dolor,
el que me detuvo ante la puerta de aquel jardín
a respirar el aroma de aquellas rosas dormidas?

No se oía pisada alguna;
el odiado mundo entero dormía,
salvo tú y yo (¡Oh, Cielos, cómo arde mi corazón
al reunir estas dos palabras!).

Salvo tú y yo únicamente.
Yo me detuve, miré... y en un instante
todo desapareció de mi vista
(Era de hecho, un Jardín encantado).

Todo, todo murió,
salvo tú;
salvo la divina luz en tus ojos,
el alma de tus ojos alzados hacia el cielo.

Ellos fueron lo único que vi;
ellos fueron el mundo entero para mí:
ellos fueron lo único que vi durante horas,
lo único que vi hasta que la luna se puso.

Más ¡qué profunda, qué insondable capacidad de amor!
Pero al fin, Diana descendió hacia occidente
envuelta en nubes tempestuosas; y tú,
espectro entre los árboles sepulcrales, te desvaneciste.

Sólo tus ojos quedaron.
Ellos no quisieron irse
(todavía no se han ido).
Alumbraron mi senda solitaria de regreso al hogar.

Ellos no me han abandonado un instante
(como hicieron mis esperanzas) desde entonces.
Me siguen, me conducen a través de los años;
son mis Amos, y yo su esclavo.

Su oficio es iluminar y enardecer;
mi deber, ser salvado por su luz resplandeciente,
y ser purificado en su eléctrico fuego,
santificado en su elisíaco fuego.

Ellos colman mi alma de Belleza
(que es esperanza), y resplandecen en lo alto,
estrellas ante las cuales me arrodillo
en las tristes y silenciosas vigilias de la noche.

Aun en medio de fulgor meridiano del día los veo:
dos planetas claros,
centelleantes como Venus,
cuyo dulce brillo no extingue el sol.

Fragmento del poema "A Elena"

De Edgar Allan Poe

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.X.

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Tiene catorce años cuando la conoce por primera vez.

La mira porque: déjame decirte que hay muy pocas niñas de ¿doce años? que aún con ropa vieja, la carita un poco sucia se vean tan preciosas.

Sin embargo, ella no lo mira, sus ojos ven hacia el cielo mientras su voz se gana el aplauso de las personas que pasan y miran a la pobre niña con lastima pero no hacen nada para ayudarle como si una moneda pudiese cambiar su situación.

Cuando termina la canción ella sonríe. El tipo de sonrisa que promete robarte el corazón a la primera oportunidad, el azul de sus ojos resplandece y después de una reverencia como las que esta seguro hacen las princesas; ella coge su desgastado sombrerito donde un montón de monedas -que ni por asomo mejoran su situación- de diferente denominación son las que le compraran un día más de vida.

Es entonces cuando ella levanta la mirada y su corazón de catorce años se abre prematuramente y cuando ella sonríe sabe que se ha ruborizado pero…

— ¡Haji! — ella grita con entusiasmo hacia una persona que esta justo detrás de él. Algo parecido a la decepción se instala en su pecho cuando mira el brillo en los ajos azules de la niña

Cuando él mira en la misma dirección que la niña, ve aún joven delgado y alto que mira a la niña sin mucho interés.

— Diva — el joven pronuncia sin entusiasmo mientras camina hacia ella — ¿Dónde habéis dejado a Saya?

El rostro de la niña se ensombrece por un instante, luego mira al joven con un puchero y…

— No se supone que ella es la mayor, ¿Por qué tendría yo que saber donde esta mi queridísima hermana mayor?

— Diva — la voz del joven sale en un siseo de advertencia.

Por un momento él, que permanece como espectador distante, mira como los ojos de la niña se cristalizan, pero ni una lágrima sale, sólo esa sonrisa desafiante y burlona que amenaza con comerse al mundo y…

— No se donde esta, además se supone que debías cuidarla — le dice mientras gira en sus talones haciendo que su desgastado vestido se agite y camina ignorando el llamado del joven que con un suspiro de frustración camina en dirección contraria.

Sin embargo, para Kai sólo esta la figura de la pequeña niña que se aleja cada vez más con cada paso que da. Su corazón se agita y la memoria comienza a desteñirse con cada latido que olvida el recuerdo más no la sensación.


(—¿Serás mi príncipe azul?su voz suena terriblemente triste.

Siempre su voz no vacila al pronunciar, mucho menos cuando se acerca y con un beso profundo le roba parte del aliento.

Ella acaricia su cabello después de romper el beso, mientras lo mira fijamente, sonríe, y segundos después niega con la cabeza.

Romperé tu corazón su voz sale cantarina y burlona.)


La siguiente ocasión que se encuentran él tiene veinte y unas ganas enormes de recorrer el mundo y comérselo a mordidas. Demasiado grande para ser un niño y demasiado –aunque no tanto– pequeño e ingenuo para ser un hombre.

El suspiro escapa de sus labios mientras observa a su hermano pequeño coquetear de una manera bastante torpe con una chica que a la primera insinuación ya le ha subido los colores al rostro.

Una risita burlona se escucha justamente a su lado y la voz más preciosa del mundo (¿Qué no te he visto antes?) parece robarle los sentido y obligar su mirada a sólo ver a la dueña de la melodiosa voz.

— Que torpe — sus ojos en automático miran a la joven que ha dicho eso, su ceño un poco fruncido porque después de todo es de su hermano de quien se esta burlando pero incluso antes de que pueda decir algo ella pronuncia de nuevo — Pero adorable.

Entrecierra los ojos ante esa frase y niega lentamente con la cabeza cuando se da cuenta que esa frase ha despertado un sentimiento egoísta en su pecho.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunta ella antes de soltar una risa burlona cuando él se sobresalta.

— Mm… ¿Y-yo? — el rojo acude a sus mejillas cuando su voz sale temblorosa y entrecortada.

— Obvio tonto, ¿Acaso ves a alguien más sentado a mi lado? — le pregunta ella de manera burlona después de una alegre carcajada.

Él carraspea y frunce el ceño intentando con ese gesto pasar desapercibido su notable vergüenza.

— Soy Kai — finalmente contesta mientras extiende su mano hacia ella.

Ella arquea una ceja para segundos después negar con la cabeza con una sonrisa.

— Que tonto — murmura y halando de su mano le planta un beso en los labios.

Después de eso él dejo de pensar en su hermano y su novia Mao que seguramente le armaría un escándalo cuando lo viese.


(— Es terriblemente triste pronuncia ella con una voz que parece quebrarse con el viento.

¿Qué? pregunta él mientras gira su cuerpo sobre la cama para quedar justo frente a ella.

Ella ríe de una manera casi melancólica mientras sus ojos antes posados en la luna que se deja ver tras la ventana le perforan casi el alma.

Que tonto eres su cuerpo desnudo se pega al suyo cuando lo abraza.

La siente temblar en sus brazos y esta seguro que alguna lágrima ha mojado su pecho. Pero cuando ella levanta el rostro para besarle. Sus ojos están secos, sólo el azul de su par de iris parecía más intenso.)


— Ella es preciosa, te lo juro, es la chica más guapa que te puedas imaginar.

Kai suelta un suspiro mientras escucha por veinteava vez a su pequeño hermano Riku hablar de la misteriosa chica que ha conocido hace apenas tres días en una fiesta realizada por uno de sus amigos de colegio.

— Oh hermanito cuanto has crecido — le dice de manera burlona mientras revuelve su cabello. Pese a que su hermano tienen quince años hasta ahora no había demostrado gran interés sobre una joven. Siente un poco de pena cuando lo observa ponerse rojo como un tomate y comenzar a balbucear.

— Deja ya Kai — finalmente Riku pronuncia mientras aleja su mano de un manotazo y mira con cierta ansiedad el reloj. Se pone de pie de un salto, coge su chaqueta y sale como bólido hacia la puerta — Nos vemos.

— Por supuesto joven caballero, dadle mis saludos a su misteriosa y dudosa bella dama.

— ¡Kai!

— De acuerdo, pero no llegues muy tarde.

La puerta se cierra y los ojos de Kai en automático caen en una foto donde su padre, Riku, ella y él sonríen para la cámara.

— Parece que nuestro niño esta creciendo papá — pronuncia hacia la foto mientras una sonrisa triste se instala en sus labios ante los recuerdos que cada día parecen más lejanos.

Sus pensamientos se interrumpen cuando el timbre suena. Cuando abre la puerta una joven se lanza a sus brazos.

— Cuanto te he extrañado hermano.

Kai aún sorprendido devuelve el abrazo a su hermana, que con una sonrisa en los labios entra en la casa.

— Saya — pronuncia él en un susurro aún sin creer que ella este ahí otra vez. Sin embargo, prontamente frunce el ceño y su mirada se vuelve un tanto acusadora mientras le espeta — Fueron dos años.

El semblante de la joven decae y con voz quebrada pronuncia.

— Fue demasiado doloroso para mí.

— ¿Y para nosotros no? ¡Era nuestro padre! — termina por gritar cuando la ve derramar una lágrima. Se obliga a calmarse y — Lo siento, sólo… yo.

Niega con la cabeza sin saber muy bien que decir y después de un suspiro que finalmente le trae cierta calma pronuncia.

— Tu habitación sigue igual a como la habéis dejado — se gira listo para irse pero la voz de su hermana le detienen.

— No voy a quedarme.

— ¿Qué?

— Regrese pero yo… bueno, yo estoy con alguien — el rubor cubre sus mejillas y la tristeza se ha disipado de su rostro.

Por un momento su rostro deja de ser su rostro y sus ojos son azules y resplandecientes, Kai parpadea para deshacer la imagen y sus ojos conectan con los ojos castaños de su hermana.

— Has lo que quieras — finalmente pronuncia y ve los ojos de Saya velarse por la tristeza. Una punzada de culpa se instala en su pecho y le obliga a desviar la mirada. Las llaves de su motocicleta quedan a su vista y sin pensarlo mucho camina hasta ellas las coge y sin ver una segunda vez a su hermana camina hacia la puerta y sale sintiendo aún su mirada triste sobre su nuca.

En la calle segundos antes de que su motocicleta arranque su mirada se cruza con la de un joven alto de cabello negro, vestido de traje que parece esperar a alguien recargado en un auto.

Mientras se aleja observa por uno de los espejos a su hermana abrazando al tipo, segundos antes de que se metan en el coche.


(— ¡Tu no lo entiendes! el grito que ella da le rompe el corazón.

Me mentiste su mirada llena de cierta burla le enfurece.

Si su voz incluso parece cínica mientras una sonrisa se forma en sus labios Me odias.

No y es casi culpable su respuesta.

Yo lo hago sus ojos azules resplandecen.)


Continuara...