PJO y sus personajes no me pertenecen sino a Rick Riordan


Los malaventurados no lloran

El grito fue tan desgarrador que probablemente se hubiera escuchado por todo el sitio alertando a los guardias, de no ser porque era el Inframundo; un lugar donde los llantos y lamentos eran como los cantos de un grillo en el campo.

Sin embargo, para alguien como Nico aun era algo nuevo; pasaba mucho tiempo en la superficie tanto como en el subsuelo y pese a ello; aun no podía con sus propios gritos; con las sombras que lo transportaban, con los lamentos de los fantasmas o incluso, con las palabras que perforaron su mente; profanando la supuesta paz que tanto habían luchado por conseguir.

¿Por qué le resonaban las frases de un hombre desquiciado?, ¿de un fantasma del montón vagando por alguna de las secciones del Hades?

Quizá era por el remordimiento, de observar mórbidamente en primera fila su muerte; de escuchar sus palabras cuando su alma se separó de su cuerpo mortal incandescente; de los delirios finales de un ser antes de partir a los dominios de su padre. Tal vez, se decía; era eso.

O quizá era la inquietud que sentía en ese momento, los gritos de fiereza que había escuchado y que ignoró creyendo solo era un canto de victoria por los romanos y griegos durante la batalla con Gea… que los dioses los protejan, si realmente las palabras no eran llanas.

Resonaba en sus sueños y en su cabeza cuando estaba pensante; constante, desde aquel día. Tal como si fueran dirigidas expresamente a él, como si el rubio supiera que podría escuchar sus últimas palabras, aun estando tan lejos en la atmósfera. Un secreto que pocos sabían, que los hijos de Hades pueden tener el talento de escuchar el alma delirante en su transición al mundo subterráneo; pero él no podía saberlo, lo que lo ponía nervioso; sus convicciones eran tan poderosas, que pensaba Octavian no estaba realmente muerto; porque pudo escucharlo con claridad, cada palabra y cada frase tal como un ultimátum.

Negó con la cabeza, lo vio morir; así que eso era imposible.

Bufó con fastidio a su pesadilla; restándole importancia como cada noche que lo levantaba gritando, por más demente que haya sido en vida; no podría pasar de un Lémur desquiciado en muerte, uno más de tantos, como aquellos en Pompeya.

Octavian no era una amenaza se dijo a sí mismo, recordando su cruenta muerte.

"La voluntad de Roma está dormida, esta batalla recién comienza; Graecus, su sangre será derramada por nuestras manos."

"¡Alea iacta est!"

Sin embargo, aun envuelto de nuevo en las sábanas su mente seguía perdida en tales palabras y recuerdos.


No sé cómo se me ocurrió eso, honestamente; pero me gustó en cierta medida, como anoté en el summary quizá podría ser una serie muy corta de drabbles basados únicamente en los títulos de las canciones de Panda: "Los malaventurados no lloran", "Disculpa los malos pensamientos" y "Procedimientos para llegar a un común acuerdo" o podría quedarse así; ya estoy libre de pecados y promesas xD

Precisamente es la razón por la que prefiero subir todo por separado.

La frase romana en latín es fácilmente googleable así que no sean vagos como yo, búsquenla xD

Creo que es todo, como dije es parte de mi "campaña personal", para darle cierto renombre a Octavian.