Animada por muchas personas que han escrito Fanfic sobre los Juegos del Hambre estoy intentando escribir el mio... Espero que les guste!
TODOS LOS PERSONAJES SON CREACIÓN LITERARIA DE SUZANNE COLLINS
DISTRITO 12
CAPITULO 1: MI HOGAR
La gran nación de Panem es digamos, una reconstrucción de lo que al parecer alguna vez fue un país de gran poder en el mundo, o eso es lo que le he escuchado decir a mi maestra de historia cuando extrañamente he estado prestando algo de atención.
Esa reconstrucción fue un nuevo comienzo en el cual 13 distritos y una ciudad central –El Capitolio- formaron lo que hoy es nuestro hogar, aunque después de mucho, incluyendo un devastador desastre natural que acabo por dejar bajo el agua al distrito 13, somos al final la unión de gente al extremo diferente entre sí: alguna poderosa, otra obrera, blancos como la nieve o de piel oscura como el chocolate, cada una dedicada a la actividad representativa de su distrito, en nuestro caso la minería de carbón.
El 12 –Como todos solemos llamarlo- es un lugar pequeño, en comparación a otros como el distrito 2, tiene aproximadamente 10.000 habitantes y esta marcadamente dividido en dos: La parte industrial; donde se ubican los grandes almacenes de ropa, zapatos, juguetes; farmacias, el hospital, la casa de nuestro alcalde y por supuesto la panadería –uno de mis lugares favoritos-, no es que lo frecuente realmente pero disfruto de las visiones que sus hermosos pasteles ofrecen. Y a parte de ello se encuentra la veta donde esta mi casa y el bosque del 12 -Indiscutiblemente mi lugar favorito- La veta es la parte menos lujosa del distrito y es donde se encuentra la gran mayoría de obreros de la planta de carbón.
Sin embargo, existe un lugar al que todos vamos sin importar si somos hijos de obreros o de industriales, la escuela preparatoria "Plutarch Heavensbee" llamada así en honor a un héroe de la revolución que dio independencia a Panem de otras naciones que quisieron apoderarse del territorio luego de la caída de la anterior nación. La escuela es un lugar que reúne a ricos y pobres con la premisa de hacernos ciudadanos de bien y al que tengo que asistir a diario aunque a veces no quiera, no porque no me guste estudiar sino porque con la muerte de papa hace un año soy yo quien ayuda a traer el sustento a casa porque aunque mi mama trabaja en el hospital del distrito como enfermera, lo que gana no alcanza para solventar todos nuestros gastos.
Mi padre era obrero en la planta y un día salió a trabajar y jamás regreso. Ese día hubo un terrible accidente causado por un operario que debido a haberse excedido con el trabajo días antes, se quedó dormido y olvido apagar una máquina que colapso antes que alguien pudiera hacer algo. En el accidente murieron aproximadamente 20 personas entre ellas mi padre y el padre de mi mejor amigo, Gale, quien desde entonces paso a ser el hombre de la casa.
Mi madre quedo devastada por la pérdida de mi padre al igual que yo, pero supongo que para ella fue extremadamente difícil recuperarse del adiós del amor de su vida; cuando alguna vez platicamos como amigas tuvo la oportunidad de contarme que aunque papa fue el hombre al que más amo, antes de el conoció a otro muy especial que quiso como a un gran amigo -igual que yo quiero a Gale, pensé- y que este hizo de todo para enamorarla aunque no lo consiguió y cuando le pregunte porque no lo había logrado me respondió que era imposible enamorarse de alguien más que no fuera mi padre, quien a parte de ser un gran hombre además de atractivo, tenía una maravillosa voz que hacia callar hasta a los pájaros cuando cantaba. El amor es extraño fue lo último que dijo acabando por comentar en su relato que aunque llevaba más tiempo conociendo a su amigo sintió que debía esperar porque había algo más para ella. Entonces ¿será cierto que presentimos que algo mejor llegara? Pues si es así, estoy algo dañada o tengo muy poca sensibilidad para esos asuntos porque no siento nada ni espero nada más que no sea salir adelante con mi familia y especialmente con mi patito, mi preciosa y dulce hermana menor Prim quien me dio la fuerza suficiente para seguir después de la perdida de papa.
Cuando pienso en la historia de mama recuerdo que se bien porque dice que se enamoró de mi padre, es cierto que tenía una voz tan hermosa que todos incluso los pájaros y yo nos callábamos para escuchar y yo creo haber heredado algo de ello porque aunque no lo hago tan bien, me gusta cantar; no lo hago a menudo pero cuando lo hago siento una especial conexión con mi papa y sé que ahora es el quien calla para escucharme.
Un día incluso me anime a hacerlo en plena clase, el maestro de música dijo: ¿Quién sabe la canción del valle? E inmediatamente empujada por algo mayor que yo misma alce la mano y dije ¡yo! para empezar con las notas de aquella canción que conocía bien porque mi padre me la había enseñado y creo que no lo hice tan mal porque todos callaron y al final aplaudieron, en esa época llevaba dos trenzas; hoy en día solo llevo una porque para aquel tiempo era una niña de escasos 10 años, hoy tengo 16.
Todos los días voy a la escuela con Prim y Gale, cada uno a un aula distinta: Prim a primer año de secundaria, Gale y yo a dos consecutivos, aunque somos buenos amigos él es mayor y va en último año, yo solo un escalón atrás. Luego de despedirme de mi patito y de Gale para desearles un buen día me voy a mi clase favorita, biología, soy amante de las plantas igual que mi padre y de vez en cuando, cuando la escuela y el trabajo me lo permiten voy al bosque que tenemos a las afueras del distrito a disfrutar del aire fresco, el agua y las plantas a mi alrededor.
El maestro indica que hoy estudiaremos la anatomía del sauce, un árbol gigante que incluso ha inspirado una canción –Paso la letra mentalmente: En lo más profundo del prado, allí bajo el sauce….- y que para ello debemos formar parejas que el mismo escogerá, la verdad sigo pensando en la canción y es por ello que no me percato de quien es la mía hasta que acerca su asiento. Levanto la mirada para encontrarme con unos hermosos ojos azules y un cabello rubio como el sol, sí que se quién es y aunque vamos en el mismo año jamás he entablado con él una conversación de más de dos palabras: mi compañero es Peeta Mellark, el hijo del panadero, dueño de uno de mis lugares favoritos luego del bosque.
Lo veo acercarse tímidamente a mí para decir hola, la verdad es que no sé porque se comporta así conmigo si lo he visto platicar amena y fluidamente con sus amigos; tal vez igual que yo se siente incómodo de que nos haya tocado juntos, el ciertamente es más popular e incluso pienso que si alguna vez se ha fijado en mi es para pensar en lo rara que debo parecerle.
Yo normalmente hago pareja de trabajo siempre con Madge Undersee la hija del alcalde, con Delly Cartwrigth, la hija del dueño de la tienda de zapatos donde trabajo o con Annie Cresta, una chica que nació en el distrito 4 pero se trasladó aquí desde muy pequeña con su familia; ellas además de Gale son las personas a las que puedo llamar amigas. A parte de estudiar conmigo trabajan en el mismo almacén que yo, a excepción de Delly por supuesto aunque no necesitan el dinero, sé que lo hacen por mí, porque como suelo ser poco sociable sienten que deben ayudarme a que se me dé eso de la atención al cliente.
Cuando Peeta dice hola noto algo de rubor en sus mejillas y sin mirarlo a los ojos contesto su saludo con otro hola, luego se sienta para empezar a trabajar, se supone que cada uno de los grupos debe estudiar la anatomía del árbol y hacer una presentación para el resto del aula sobre algo en relación con él, sus diferentes usos: medicinales, industriales, comestibles entre otros. A Peeta y a mí nos corresponde la parte de la medicina lo cual me parece maravilloso porque mi mama sabe de ello. Antes de casarse con mi padre era ella la encargada de atender una de las farmacias más grandes del distrito que por cierto he olvidado mencionar que es de mi abuelo, de mi dulce abuelo materno, Coriolanus Snow. Lo de dulce por supuesto fue un sarcasmo porque ese hombre con quien ni mama ni yo hablamos la dejó a su suerte hace mucho porque jamás estuvo de acuerdo con que mi papa fuera el esposo de su hija debido a que era humilde, en fin, Prim –Quien solo ve bondad en la gente- es la única que de vez en cuando lo frecuenta.
Peeta y yo pasamos el resto de la clase intentando fallidamente organizar lo que hemos de hacer con nuestra tarea, la verdad aunque amo la biología no me siento en la capacidad de comunicarme con alguien a quien no conozco, lo he visto pero jamás hemos hablado y aunque sé que será por el bien de la ciencia me está dando dificultades.
-¿Qué opinas de nuestro trabajo? Dice de repente
-¿Eh? Me toma por sorpresa
-Que ¿Qué opinas de nuestro trabajo? ¿Cómo nos vamos a organizar para hacerlo? Repite nuevamente.
- Me parece que debemos consultar por separado y luego unir lo que cada uno tiene. Digo súbitamente.
- ok responde Peeta con una emoción a la que ni siquiera le encuentro nombre porque no es posible que se decepcione o se enoje puesto que no somos amigos.
Luego de ello suena el timbre que indica cambio de clases y entonces cada uno se coloca en su lugar, pero debo decir que el resto del día me siento observada por mi compañero de biología quien al notar que lo miro voltea a ver a otro lado. Al final del día cada uno ira a su casa pero para mí empieza una nueva jornada en el almacén de zapatos de los Cartwrigth, por suerte Madge y Annie van conmigo para hacer de mi trabajo algo más ameno.
Cuando empieza a caer la noche debo regresar a casa y ese es el momento en el que comparto con Gale quien también sale de su trabajo en el restaurante de Sae "la grasienta" como la conocemos todos en el distrito. Camino a casa platicamos sobre nuestro día y algunas trivialidades propias de nuestra amistad; Gale y yo podríamos pasar perfectamente por familiares porque en muchos aspectos somos similares: el mismo cabello oscuro y la piel olivácea además de los ojos grises, pero realmente en lo que nos encuentro más parecidos es en nuestra determinación por luchar a diario por quienes amamos: yo tengo a Prim y a mama y el a su madre Hazelle y a sus tres hermanos menores Vick, Rory y Posy.
Al llegar a casa la encuentro sentada en nuestro sofá con sus hermosos ojos azules y su cabello rubio pero sobre todo con la más maravillosa expresión de alegría al verme, si no fuera por Buttercup, el horroroso gato que trae en su regazo diría que todo en mi hermanita menor es perfecto porque cada vez que siento que no puedo continuar solo me basta con verla sonreír para saber que siempre hay un nuevo día.
-¿Cómo estuvo tu día Katniss? Me pregunta con ilusión
-No estuvo mal, me fue bien en el trabajo y en la escuela me dieron deberes como para quedarme en casa quinientos años. Luego de ello la escucho reír. ¿Y mama? Le pregunto
- Tuvo que ir al hospital a hacer un turno que resulto a último momento pero nos dejó la cena y una nota para ti.
Me apresure a tomarla y leí para mí: Les prepare algo, por favor cuida de Prim y asegúrate que haga su tarea. Las amo. Mama. No tiene que decirme nada de eso porque yo sé bien lo que debo hacer, sin embargo creo que lo hace porque se siente un poco culpable pues cuando murió papa estuvo deprimida por meses descuidando la casa y a nosotras; por suerte ahora está bien y somos una familia unida que no necesita de nadie más porque nos tenemos la una a la otra.
Luego de cenar, hacer la tarea y asearnos, nos vamos a la cama; Prim se recuesta con el gato quien en un ademán de protección no deja que nadie se le acerque, por suerte yo he aprendido a comprarlo con trozos de comida y ahora me bufa menos que antes. Después de dejarla bajo su cobija me dirijo a mi cama la cual se encuentra en la misma habitación y me recuesto a pensar en mi día recordando lo más memorable de este, los ojos azules del chico del pan, como suelo llamarlo para mí porque es el hijo del panadero y no es por nada especial, es solo que su mirada es cálida y me transmite paz, ¡es una tontería! Lo sé pero así es y es con esa paz con la que cierro mis ojos.
