La Deidad Embarazada

Summary: Tomoe no tenía idea de lo que se sentía ser padre, y Nanami le acababa de dar la tan afamada noticia: "Estoy embarazada". ¿Qué es ese sentimiento tan desesperado de protegerla más que antes? ¿Podrá el cuerpo humano de Nanami soportar la energía espiritual de un hibrido? [Serie de One-shorts]

Primer Mes: Cambios.

Se sentía extraño. Por primera vez en la vida un sentimiento lo embargó de manera abrupta y derribó el hielo que mantenía sus emociones controladas. Vio el rostro de la mujer que tanto amaba en busca de algo que le indicara cómo reaccionar. Notó el color de la sangre subir por sus mejillas y esa sonrisa titubeante en los labios; amaba cómo sus ojos canela se cristalizaban hasta formar las lágrimas que ahora caían una tras otra.

—¿Qué estás diciendo, Nanami?Interrogó con tono serio mientras la veía fijamente, esperando que se tratara de una broma de mal gusto. Ella lo sabía, estaba al tanto de que no iba a ser fácil darle la noticia a ese tempano de hielo.

—Tomoe, vas a ser papá. El chico abrió los ojos de par en par; no se trataba de una broma.

¿Qué significa exactamente ser padre? ¿Qué era esa sensación que lo había tumbado sin previo aviso y que además ponía a su corazón enfermo de taquicardia? No sabía cómo reaccionar a eso y el tiempo seguía lentamente. Sintió una gran necesidad de protegerla con sus brazos y cubrirla entre su kimono hasta que la noche pasara sin hacer ningún ruido. Solos los dos en un espacio que le permitiera asimilar la noticia y pensar bien lo que iban a hacer de ahora en adelante.

—Nana…El cuerpo de la chica sobre el suyo lo hizo retroceder un par de pasos y tirar en el acto la bandeja que había preparado para el desayuno. No supo en qué momento ella había leído sus pensamientos, pero le alegraba que así hubiera sido. Sujetó su espalda con fuerza empujándola hacia a él aún más. Lo suficiente para hundirla en su pecho y así no viera una sonrisa de gratitud en su rostro.

Nanami llevaba cinco semanas de gestación y estaba vuelta un manojo de hormonas. Desde que su periodo se había retrasado el miedo la había invadido en un sentimiento de tristeza. No quería llorar, pero cómo no podría hacerlo si estaba demasiado joven para convertirse en madre. Se suponía que ingresaría a la universidad el próximo mes y con esto todo se iba al carajo. Tomoe se había percatado de que había algo mal en la chica, pero nada de qué preocuparse considerando que podría estar en sus fechas.

Una y otra vez recordó el momento en el que se le hizo pasar la noche con su novio en la misma cama. Nada malo podría opacar esa felicidad de compartir intimidad con la persona más especial para ti, y de hecho no se arrepentía en lo absoluto de ello, solo deseaba poder tener más tiempo antes de pensar en formar una familia con Tomoe de acuerdo.

Los días pasaron y sus sospechas se hicieron ciertas: Estaba embarazada. Ami, su mejor amiga, le había conseguido una prueba de embarazo que dio positivo luego de unos instantes. No recordaba con exactitud el rostro que puso al ver el resultado que arrojó la prueba; pero sí la sensación de ese nudo en el estómago que la hizo devolver todo el delicioso almuerzo que había preparado el zorro.

El ver el rostro estupefacto de este al lanzar la noticia le pareció incluso algo gracioso. Quién diría que algo como un bebé podría superarlo de esa manera. Había pensado cómo darle la noticia toda esa noche y, cuando por fin salió el sol, ese viejo impulso la hizo correr para decírselo. Él estaba allí, acomodando las cosas en la bandeja como todas las mañanas, con esos champiñones que tanto detestaba y que ponía para hacerla enojar. Cuando finalmente volteó lo dijo sin más en un bocado de aire que le hirvió la sangre.

El resto del día fue "normal". Nanami se fue al colegio ahora más que feliz a afrontar la semana de exámenes y él se quedó en el templo para organizar la fiesta que le suplicó su diosa. Había estado pensando en qué era lo que debería de hacer para mantenerla fuera del peligro durante el embarazo y aún más: cómo afrontar el hecho de que sería padre.

—Te ves distraído, Tomoe-kun.El hombre volteó para ver al albino tomar sake sobre una roca, entretanto este parecía limpiar el mismo pozo de hacía una hora.

—Tsk…Chasqueó la lengua molesto al percatarse de que tenía razón, se encontraba completamente fuera de sí.

—¿Pasó algo con Nanami-chan?

—Nanami está embarazada.Mizuki dejó caer el tarro de sake que se partió en mil pedazos.

—¿Qué?Fue exactamente su expresión. El zorro le dio la espalda para ir a la cocina a preparar los alimentos.

—¡Espera, Tomoe-kun!Sus manos se movían majestuosamente preparando lo que sería un banquete de sushi para los compañeros de su clase. Sabía que las chicas ya no eran un problema desde que se había declarado oficialmente su noviazgo, pero le preocupaba que la gente pensara mal de Nanami. "Tal vez lo mejor sería que dejara la escuela" Pensó.

—¿Un bebé? ¡Eso será maravilloso!Tomoe lo ignoró golpeándolo con la puerta del refrigerador., sin embargo, y para su desgracia, el par de espíritus lo había escuchado.

—¡Waaahh!¡Nanami-sama está esperando a un bebé! La vena era cada vez más notoria en el peliblanco.

Los murmullos crecían en la habitación: "¿¡Será niña o niño?!", "¿¡Se parecerá a Tomoe-dono!?", "¡Debemos avisarle a todos!"

—¡Todos ustedes vuelvan al trabajo! — Los tres salieron volando con el fuego azul del zorro.

¿Niño o niña? No lo había pensado con detenimiento. Mientras su mano maniobraba con el cuchillo su mente comenzó a divagar en algo que le había venido preocupando: ¿Será humano o demonio?

—Llegamos. — La voz de Nanami resonó en los pasillos. Tomoe se apresuró a recibirla junto a otros siete compañeros bien conocidos por ambos. Las mochilas fueron acomodadas en la entrada sobre un banco preparado con anticipación mientras los pares de zapatos aguardaban en la entrada.

Sus dueños se encontraban reunidos alrededor del comedor.

—A pesar de ser un sushi tradicional sabe bastante bien, ¡Eres genial, Tomoe! — Exclamó un castaño.

Momozomo sonreía al escuchar eso, en verdad tenían razón; el zorro era bastante habilidoso en la cocina. Sin embargo al pasar un pequeño bocado su estómago dio un vuelco que trató de sofocar tras su mano derecha, mientras que la izquierda presionaba ligeramente vientre. Maldición, esa sensación de náuseas era en todo el sentido de la palabra, incómoda. Un escalofrío recorrió toda su espalda, sentía el rostro frío; presumiblemente pálido cual hoja de papel.

—Nanami, ¿Estás bien? — Tomoe fue el primero en darse cuenta de que algo andaba mal; pero justo antes de poder tocarla, la chica salió corriendo al baño para devolver el estómago. Ami la siguió para sujetarle el cabello entretanto los invitados se veían los unos a los otros. Aunque no podían escuchar nada, el pensar que alguien vomitaba les había quitado el apetito.

Un par de minutos más tarde, una castaña visiblemente cansada y enferma regresó a la sala para sentarse junto a su novio. Eso no iba a impedirle celebrar como lo tenía contemplado. El familiar estaba seguro de que sería mejor terminar con esa ridícula fiesta y llevarla en brazos a la cama.

—Momozomo… no me dirás que estás embarazada, ¿O sí? — La oji-canela bajó la vista y apretó los puños. No pensaba que todos se darían cuenta antes de darles la noticia; Tomoe permanecía observando fijamente al muchacho, si este la hacía sentir mal lo pagaría con su miserable vida. —Vaya, vaya; eso sería un problema. Hoy en día es mal visto que una señorita de tu edad esté preñada, y no serías la excepción. Por otro lado alguien como tú no cometería semejante estupidez; de Tomoe no me sorprendería. —

Ese último comentario la hizo enfadar, ¿Quién demonios era él para burlarse de una bendición? —¿Qué tendría de malo tener un hijo de Tomoe? — Explotó. —Tener un bebé es una bendición de los dioses y es algo que tú nunca podrás experimentar. —

—La fiesta se termina. — La voz grave del zorro sembró el miedo suficiente como para que se levantaran y salieran en silencio. El muchacho lamentó a los cuatro vientos el haberse echado a un tipo peligroso como lo era Tomoe, quien no dejó de asesinarlo con mirada filosa hasta que desapareció en el umbral de la puerta.

—Nanami….— Vio cómo esta ocultaba las lágrimas que corrían incesantes; no sabía por qué lloraba, solo tenía ganas de hacerlo. El hombre la tomó nuevamente entre sus brazos, el calor de su cuerpo y el olor que desprendía su novio la calmaban con rapidez, sin embargo también le hacía pensar que sin él no podría estar viviendo la vida llena de amor que llevaba.

Definitivamente él no permitiría que la volvieran a insultar. Su diosa no era una humana cualquiera, él estaba consciente de ello. Además de ser la única y primera en ocupar un lugar en el corazón de un demonio, ahora se trataba de la madre de su hijo.

Ahora que lo recordaba, Yukiji en el pasado también lo había estado. Su panza se hinchó tanto y en tan poco tiempo que realmente le asustaba lo que esa "cosa" le estaba haciendo a su cuerpo, no tanto su apariencia, sino la manera estrepitosa en la que su salud había cambiado con ello. ¿Nanami también se encontraba en peligro? En ese entonces pensó que lo mejor sería deshacerse del niño, pero esto era diferente, después de todo…

Él era el padre de esa criatura.


Hola cheketos :D Acá el primer one-shot de "La deidad embarazada" con los sentimientos de Tomoe a flor de piel por ser papá :3

Siempre quise ver algo así X33

P.D: Morí al ver la imagen (fan-art de un capitulo del manga -spoiler- en la cual sostiene al hijo de Yukiji)

¿Reviews? ¿Ignore Zone XD?

Nos leemos.