El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000. A excepción de personajes, sucesos, lugares que yo misma saqué de mi mente perturbada. Esto es sin fines de lucro.
Notas de la autora: Es mi primera vez publicando algo de esta pareja. Todo realmente nació un día que ingresé a la comunidad 10instantes de Livejournal y me enamoré de la tabla de frases de William Shakespeare, y al leer las diez frases, pensé inmediatamente en estos dos. Así que en medio de mi entusiasmo, he empezado con esto. Las viñetas (o capítulos, como quieran llamarlos), van en orden cronológico y tienen cierta relación entre sí, aunque se puede leer una sin haber leído las otras.; esa es la magia del asunto.
Gracias a Estrella de la Tarde1 por oficiar de beta-reader en esta primera viñeta.
"Diez lecciones para alcanzar lo que se llama amor"
"El aspecto exterior pregona muchas veces la condición interior del hombre" – William Shakespeare
Cuando Lily conoce a James
Las facciones de Severus eran un poco hoscas, como si un artista hubiera hecho con una paleta ancha y poco trabajada los retoques fundamentales a una escultura. Su encorvada nariz, larga y desproporcionada en comparación con su rostro; mejillas duras y quietas –producto que él casi nunca sonreía- teñidas de un blanco casi cetrino, enfermizo. Sus ojos oscuros combinaban a la perfección con su largo pelo negro y ligeramente grasiento desde la raíz hasta la punta.
Pero a Lily no le importaba mucho que su amigo tuviera una apariencia agradable o no a la vista. Mucho menos que su posición arqueada, espalda ancha, y cuerpo maceteado permaneciera escondido bajo la capa de Hogwarts; le dieran una apariencia apocada, como si él mismo quisiera desaparecer de la faz de la tierra o pasar tan desapercibido de la misma manera que una hormiga en el campo.
A ella le gustaba la imagen de su amigo, porque Severus era una persona que siempre quería pasar desapercibida, era muy humilde. Él no divulgaba sus conocimientos ni su muy avanzada inteligencia para niños de once años, tampoco se daba aires de superioridad o se burlaba de los demás. No ayudaba al resto para ganar éxito o el respeto de los otros niños. Severus ayudaba porque se sentía feliz de compartir sus vagos temas aprendidos para que los demás pudieran gozar de conocerlos, de haberlos ayudado sin ninguna razón egoísta. Y en especial a ella, quien no tenía muchas luces respecto al mundo mágico.
La apariencia de Severus reflejaba su humildad y pequeñez, quizás su sentimiento de inferioridad y timidez, pero con un corazón tan dedicado, que a Lily le importaba un pimiento si él no era atractivo o bien parecido.
-Disculpa. Estoy haciendo una encuesta –Un chico de gafas redondas y pelo desordenado se plantó en el compartimiento y les sonrió con gentileza-. ¿Cuál casa piensan que es la mejor?
Severus frunció el ceño incómodo por la intromisión de ese chico, pero prefirió responderle para que se fuera lo más pronto posible.
-Slytherin –dijo con simpleza.
-Oh, que mal gusto tienes –arrugó la nariz el chico y miró a Lily.
-No lo sé… -Se alzó de hombros la chica con sinceridad. Severus le había contado sobre la existencia de cuatro casas, y lo que caracterizaban a los estudiantes de cada una de ellas.
-Vamos, nena, no seas tímida –la animó alzando las cejas coquetamente.
Lo que primero se le cruzó a Lily por la cabeza fue qué clase de niño actúa de esa manera tan conquistadora a su edad. Se veía francamente ridículo alzando sus cejas como si ese movimiento le gustara.
Y lo segundo, fue que no pudo dejar de fijarse en el chico: Su pelo negro azabache parecía tener vida propia o nunca había conocido un peine. Los ojos cafés ocultos bajo unos extravagantes anteojos redondos, parpadeaban con mucha frecuencia. Que sus cejas se enarcaban sin esfuerzo, siendo producto de varias repeticiones del acto con el mismo fin de darle aire arrebatador; y observó cómo sus mejillas se hinchaban con naturalidad sobre su gran sonrisa. Sus facciones eran delicadas, pero no lo suficientes para ser femeninas.
Archivó el detalle de su espalda erguida, su pose muy recta y barbilla alzada.
Ciertamente él se quería hacer notar y le gustaba la atención…
-¿Perdón, cómo te llamas? –preguntó Lily con un hilo agudo de voz. Estaba nerviosa por la situación.
-James Potter. ¿Y tú, preciosa?
Pasó sus dedos entre el pelo, quizás quisiera revolvérselo, pero no había ninguna diferencia en su ya electrificada melena.
Lo que sí llamó la atención de Lily fue el brillo en sus ojos, que no sabía exactamente qué era, pero sí qué transmitía: Ella estaba a sus pies, caía en sus redes.
Oh, no, eso no.
-Bien, James Potter –se aclaró la garganta y entornó los ojos con malicia-. Me encantaría estar en cualquier casa, menos en la que tú seas elegido –habló con agudeza y malicia.
El chico la miró luciendo impactado por sus palabras, pero se retiró lo más digno posible.
Severus le preguntó por qué le había dicho eso, aunque no justificaba su actitud.
-Sé que no se debe juzgar a alguien por las apariencias… Sin embargo, este chico se creía el rey del mundo y no me gustan las personas así –explicó buscando una de las ranas de chocolate que Severus le había comprado para engullirla.
¿Sugerencias, tomatazos, ramos de flores, críticas constructivas o lo que se les pase por la cabeza? Un review siempre ayuda a la escritora y a los que leen :).
El próximo capítulo, pronto.
