-Poque Nii-san no toma leche?-
En cuanto la pregunta llegó a sus oidos, Edward se paralizó en su posición, viendo primero su hermanito, luego la leche, otra vez su hermanito, otra vez la leche.
-Al... yo jamás en mi vida tomaré un vomito blanco sacado de una vaca sobrepeso!- exclamó como si le quisieran dar arsenico.
-Pero mamá dice que si Nii-san no toma leche no va a crecer.- le reprochó el menor en su tono de cuatro años, sin saber si estaba más confundido por la extraña manera de su hermano de definir el tal "vomito blanco" o por su obstinación al no querer tomarla.
-Eso no es cierto! Yo estoy creciendo mucho aún sin tomar leche!- estalló desesperado. Ed odiaba la leche, y odiaba aún más que alguien le dijera que era bajito por no tomarla. Frunció el ceño, listo para apartar al vaso lleno del "liquído diabolico" de su cara. Hasta que volvió a mirar al pequeño Alphonse.
El niño tenía una expresión de cachorrito de esas imposibles de ignorar; parecía que en cualquier momento empezaría a llorar como si le estuvieran quien sabe que maldad.
-Y s-si Nii-san se s-siente mal y le pasa algo por no tomarse la leche?- se podía sentir toda la angustía y la preocupación en su voz como si se fuera a acabar el mundo, y el mayor se sentía horrible al verlo tan preocupado por semejante pequeñez.
-No seas estupido Al! No me va a pasar nada por no tomar un vaso de leche!- contestó desordenandole el pelo con la mano. El menor frunció el ceño con más lagrimas amenazando con salir y señaló el vaso en la mesa.
-Nii-san se toma la leche para estar bien y crecer.- afirmó con toda la autoridad de la que podía ser capaz un niño de cuatro años. Y por más que eso sonara más como un capricho que como una orden, el otro se sentía acorralado; por nada en el mundo habría querido decepcionar a su hermano pequeño, pero no quería tomarse ese vomito blanco que lo miraba desde el vaso.
Suspiró, ya no tenía elección. Lo tenía que hacer por su hermano.
Tomó el vaso, aún dudando sobre lo estupidez –según el- que estaba haciendo, y se lo acercó a la boca. Luego de un instante, la leche ya había desaparecido del vaso, y el chico estaba respirando como si hubiera estado en apnea por horas. El menor en cambio mostraba una gran sonrisa, contento y satisfecho con lo que había logrado.
-No fue dificil para Nii-san tomarse la leche verdad?-
-... No, no lo fue, porque tu hiciste que Nii-san se la tomara.- dijo entre risitas. El era el hermano mayor, el que tendría que cuidar de los dos, y el pequeño había logrado cambiarlo todo con un simple vaso de leche.
-Pero hazle un favor a tu Nii-san y no lo hagas más ok?-
woah, ya esta es la tercera historia que escribo :0 no me esperaba tener tanta inspiracion para esto! :D
y eso es lo que ocurre cuando uno lee fanfics a las 2 y 40 de la mañana |D
solo algo que queria aclarar, en este fic alphonse tiene 4 años y edward 5, no estoy muy segura de que se entendiera D: bueno eso era todo, espero que les haya gustado y dejenme un pequeño review para opinar si quieren, aun soy nueva en esto y cada consejo ayuda! 'w'
