El Último Ataque

Todos los personajes de Final Fantasy VII le pertenecen a Sqaure Enix, no a mí.

. La última batalla

La noche había caído en el continente norte. Una hermosa aurora boreal iluminaba el oscuro cielo cuyas estrellas ignoraban la terrible batalla que se llevaba a cabo dentro del Cráter Norte, entre el más poderoso soldado de la Compañía Eléctrica Shin-Ra, el frio e implacable General Sephiroth y un ex candidato a soldado, un joven muchacho de Nibelheim, que peleaba por todos aquellos que no tenían voz, el era conocido como Cloude Strife.

El joven pueblerino estaba peleando con la espada de su mejor amigo, Zack, que se hallaba herido, contra el mejor de los soldados que alguna vez piso ese planeta, luchaba aun sabiendo que podía perder contra el mismísimo Sephiroth.

La espada de Cloude al fin, en un momento de distracción de Sephiroth por "admirar a su madre Jenova", dio su primera estocada contra el poderoso guerrero, atravesando su cuerpo, astillando el contenedor que resguardaba el cuerpo de esa criatura que llamaba "madre". Ese extraño y malvado ser que le había dado parte de si, dándole su fuerza y aspecto tan especial al general. Cloud al ver que Sephiroth no se movía fue hacia su amiga Tifa.

Luego de unos segundos, el General logro recuperarse del primer ataque sorpresa del muchacho. Se levanto, miro a ese cuerpo extraño al cual uno de sus ojos brillaba, parecía hipnotizado. Pero algo se rompió dentro de él. De un fuerte golpe con su puño el cristal termino de romper. El líquido que mantenía a la extraña criatura se escapo, su cuerpo cayo y Sephiroth con su espada, la cabeza le corto. Luego, con algo de esfuerzo, ahí, abandonada, a "su madre" dejo.

Con dolor reflejado en su rostro hasta Cloud se dirigió. Nuevamente empuño su gran espada conocida como Masumune y con ella, al joven guerrero en medio de su cuerpo hirió. La afilada hoja de la espada traspaso la carne de Cloude cual papel delgado. Le desgarro su interior. La sangre, el dolor, la herida a traición hicieron que esos ojos azules de Cloude se cerraran sin poder luchar, algo también se había roto dentro de él y no era por la herida. La hoja brillante de Masumune salió silenciosa de su cuerpo. Cloude cayó de rodillas al piso.

_ Se… Sephiroth… fue lo único que pude decir con las últimas fuerzas que sentía. Y su cuerpo pesadamente cayó hacia atrás, con la mirada hacia el techo de la caverna y hasta él el poderoso general se acerco. Junto al derrotado se arrodillo. Con su mano dentro de su guante de cuero negro el rostro pálido de Cloude acaricio y lo último que el chico vio, antes de cerrar sus claros ojos, fueron los ojos felinos de Sephiroth clavados en los suyos, inexpresivos. Y Cloud en la oscuridad se perdió.