Persigo una estrella que no sé si quiere ser atrapada, esperando con ansias que cuando la toque comience a brillar para mí. Persigo una estrella que cuando me acerco a ella alrededor parece construirse murallas, pero no la siento como una amenaza para mí.
Al por fin acercarme a ella tanto que la pueden rozar envolviéndome su aura de calidez y paz, mis murallas me dan una mala jugada, la fortaleza a mi alrededor se cierra, dejando a mi estrella al otro lado de aquella muralla a la que apenas podía verle final.
La confusión me abraza, para luego arder con la ira, ¡¿quién había osado frustrar mis esfuerzos y separarme de mi anhelo?! Luego la tristeza abrió paso al darme cuenta que las murallas las iba construyendo yo mismo, y me estaban protegiendo de lo que yo inconscientemente consideraba a la vez que mi salvación, mi destrucción.
Pasé días divagando en la cúspide de una torre que en mi fortaleza se encontraba, cuando la vi, a ella, a mi estrella, aún parada frente a la pared que había construido separándonos y lo entendí, entendí que no es que ella no quería ser atrapada, entendí que ella quería que yo fuera libre para tener la libertad con ella.
Y con esa revelación… la muralla al fin cayó.
Espero les haya gustado :) Está narrado desde la perspectiva de Inuyasha, que a pesar que me pareció muy lindo, se me antoja hasta más cerrado que Sessomaru. ¿La estrella? pongan el persona que uds quieran
