Disclaimer: ni Naruto ni sus personajes me pertenecen (por desgracia), este fin es publicado sin fines de lucro.

Rated: M.

Pareja: Naruto x Sakura.

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Protección

By: NathixG

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—¡Que noche tan endemoniada! —Sakura se queja dejándose caer en una de las dos sillas que hay en la sala de Emergencias, quitando las perlas de sudor que resbalan por su frente con el dorso de su mano.

—Eso pasa por decir que iba tranquila, ¡Es como una maldición! —se quejó Ino, su rubia amiga de forma dramática.

—Pero lo han hecho muy bien chicas —comentó el especialista, Uchiha Sasuke quitándose los guantes.

—Muchísimas gracias Doctor —suspiraron ellas con estrellitas en sus ojos. El nuevo Cirujano era extremadamente guapo y andaba rompiendo corazones por el servicio de cirugía.

El celular de Sakura vibró, llamando su atención.

—"Naruto…" —una pequeña sonrisa se ubicó en su cara mientras lo revisaba.

Naruto: Al parecer has tenido una dura guardia pequeña, espero que hayas podido con todo.

Sakura: un autobús volcado… son gajes del oficio.

Intentó sonar algo desinteresada, sabía que muchas estaban por igual tras el Doctor Uzumaki, uno de los mejores pediatras del Hospital de Konoha, él era una excelente persona y ella, aunque era una estudiante a penas, había logrado entablar amistad con él. Hubo un tiempo en que la pelirrosa estaba totalmente colada por el rubio pediatra, sin embargo se había llevado su decepción al averiguar que era como el resto de los doctores, un P-E-R-R-O.

Naruto: así es pequeña, pero tú puedes!

Sakura sonrió algo tontamente, luego recordó que estaba en público y recobró rápidamente la compostura. Aquellos comentarios eran lo que una vez le habían conquistado, y aunque hoy día los seguía apreciando, no surtían el mismo efecto.

—Pienso que se han portado muy bien —Hinata Hyuuga, una residente del servicio, les sonrió con dulzura—, les firmaré ya su guardia.

—¿Es en serio doctora? —preguntaron ambas con ilusión, pues a penas era la una de la mañana.

La Hyuuga asintió con una sonrisa y después de sellarles la hoja de guardia las dejó ir.

Sakura: claro que puedo! Está hablando de mí :P… ya me firmaron la guardia, subiré a dormir al cuarto.

Naruto: que vida tan dura! Deberían ponerte a trabajar más jajaja

Sakura: hey! A ustedes les pagan! A mí no ¬¬

Haciendo un puchero a una figura imaginaria, Sakura siguió con su camino subiendo los pisos hasta el área de las habitaciones.

Entraron en sumo silencio, habían varios de sus compañeros durmiendo y no querían despertarlos, Sakura tomó una ducha rápida luego de Ino, y antes de acostarse a dormir vio que la pantalla de su teléfono se encendía mostrando un nuevo mensaje.

Naruto: claro, como ya no estás en pediatría ni un besito de buenas noches, no? Mala

Sakura quedó en shock, ¿de verdad acababa de leer lo que creía que acababa de leer? ¿O eran solo imaginaciones suyas? Se talló los ojos y miró de nueva cuenta… Síp, eso decía.

—Nuevamente entrando en tu modo coqueto, Uzumaki —Sakura sonrió mordiendo su labio inferior, era un tema que ya había hablado una vez con Ino y la rubia le había dado la mejor sugerencia que tenía en su repertorio.

—"¡Disfruta de tu Juventud pero de forma responsable frentona!" —prácticamente le había gritado la vez que le confesó, hace unas dos semanas, que llevaba dos años sin tener sexo. ¡Vaya melodrama que le había formado la Yamanaka aquella vez!—"¡Dos años es demasiado! Con razón te ves tan infeliz"

Sakura: si quieres un beso de buenas noches puedes subir a buscarlo.

Dudó dos segundos en enviarlo e inmediatamente se sintió morir de pena, ni ella misma podía creer lo que había hecho, el primer infarto le llegó con la respuesta.

Naruto: en serio? Mira que pienso subir a buscarlo.

—Tranquilízate Sakura… respira —se hablaba a ella misma mientras se abanicaba con sus propias manos.

Sakura: pero pronto, tengo sueño y quiero dormir.

Indiferencia, indiferencia antes que nada.

Naruto: jajajaja dime en qué piso estás.

Oh… Por… Dios… de verdad pensaba hacerlo… ¡Iba a subir!

Le dejó escrito el piso y hacia donde tenía que ir, mientras ella a la velocidad de la luz y lo más silenciosamente que pudo, se arregló el cabello de forma que pareciera casual pero no desaliñada, se volvió a cepillar los dientes (solo por si acaso), limpió de su rostro cualquier impureza que pudo haber quedado y respiró profundamente tres veces, salió cerrando con cuidado la puerta, y no había pasado un minuto completo cuando ya el rubio doctor se asomaba por el ascensor.

—Eres un necio —le atacó ella nada más verlo, pero con una sonrisa adornando su rostro, Naruto le llevaba a ella casi una cabeza de altura.

—Dame tres razones que justifiquen tu respuesta —le dijo él devolviendo su sonrisa, acercándose a ella más de lo que era socialmente debido.

—Porque yo lo digo, porque lo eres y porque sí —respondió con simpleza la ojiverde, con un brillo juguetón en sus ojos.

—Esas son muy malas razones Sakura-chan —él le hizo un puchero que a ella se le antojó adorable.

—No dijiste que debían ser buenas —Sakura le guiñó un ojo de forma juguetona.

—Quiero mi beso Sakura-chan —le dijo el rubio aún con el gesto en su rostro. La pelirrosa sin oponerse demasiado, le abrazó y le dio un beso en la mejilla, y él aprovechando, la envolvió entre sus brazos de forma fuerte.

Sakura se sintió muy cómoda entonces, se dio cuenta que era… ¿cómo describirlo?... Abrazable, sí, eso.

—¿Ya vas a dejarme ir? —preguntó la chica, colocando las manos en el pecho de él.

—¿Y si te digo que no? —tanteó el terreno el ojiazul, colocando una de sus características sonrisas.

—"Oh no Uzumaki, no te será tan fácil" —pensó la pelirrosa— ¡Vamos! Tengo que descansar. No querrás que me vaya mal en mis clases mañana, ¿verdad?

—Está bieeeeen —Naruto hizo nuevamente un puchero, sin embargo el delicado cuerpo de la muchacha seguía atrapado entre sus brazos.

—¡Naruto! —rio la chica.

—Me vas a tener que dar otro beso, este ha sido un encuentro injustamente corto Sakura-chan —explicó el hombre con cara de seriedad, como si lo que estaba diciendo fuera una verdad absoluta.

—Bien, pero me sueltas —accedió ella, dándole otro beso en la mejilla, sintiendo cómo los brazos del rubio se apretaban alrededor suyo con más fuerza para luego dejarla libre, tomando y entrelazando sus manos—. Debo irme ya.

—Lo sé —Naruto tomó una de sus manos y le dio un beso—. Buenas noches Sakura-chan.

—Buenas noches —le sonrió nuevamente y se dio la vuelta, sintiendo fijamente sus ojos color cielo sobre ella. Agradeció estar de espaldas o habría notado de inmediato el sonrojo que le provocó con una gran sonrisa.

Así pasaron unas tres semanas de encuentros furtivos los días que coincidían en guardias o servicios, Sakura no era tonta, sabía que el que fueran a escondidas le beneficiaba tanto a ella como al rubio, por eso no había puesto nunca un pero. Aunque él parecía creer que no lo había entendido del todo, pues cuando hablaban por teléfono, casi una vez por día se aseguraba de decirle que tenían que mantenerlo en secreto para "evitar habladurías".

Sí, claro. Pensaba Sakura. Estaba totalmente segura que solamente no querría que lo vieran con una de sus "conquistas". A ella no le molestaba, en realidad, mientras menos supiera la gente muchísimo mejor.

Finalmente, un día que coincidían en guardia, Naruto la invitó a comer en la hora que la dejaron ir a almorzar los residentes que estaban de guardia, ella extrañada lo comentó brevemente con Ino y se encontró con él en las afueras del hospital.

—Vaya… tiene carro —murmuró una vez lo hubo visualizado, aceleró un poco el paso para llegar y se montó en el asiento del copiloto.

—Hola pequeña, ¿tienes hambre? —le habló con sus ánimos característicos.

—Solo tengo una hora Naruto —le advirtió ella, y el rubio hizo un gesto militar muy exagerado, rayando en lo gracioso.

—¡Sí mi señora!

Aquello fue algo bastante inesperado, Naruto nunca le había regalado siquiera un caramelo y de repente la había llevado a comer a un lindo e informal restaurante. Hablaron todo el rato de trivialidades, al parecer se estaba esforzando bastante por hacerla reír y eso la hizo sentirse muy bien, apreciada. Regresaron con tiempo de sobra, todavía quedaban unos 15 minutos para que terminara su hora de almuerzo.

—¿Quieres un agua? —preguntó una vez hubo estacionado en su puesto.

—En el cuarto tenemos un filtro de agua —negó ella con la cabeza.

—¿En serio? —Naruto la miró con sorpresa y ella sonrió.

—¿Te recargo tu termo?

—¡Muchas gracias, Sakura-chan! —le respondió alegre.

Bajaron y subieron hasta la habitación de estudiantes donde se quedaba Sakura sus días de guardia, de repente ella entró en razón de lo que hacía… ¡Mierda! ¡Se estaba paseando al lado del pediatra por todo el hospital! Agradeció en su fuero interno que era un domingo y por tanto, no había casi gente. Al llegar a la habitación la encontró vacía.

—Los chicos deben estar en la azotea, nos gusta comer ahí —explicó la pelirrosa tomando el termo de Naruto y acercándose al filtro.

—Ya veo, debe tener una linda vista.

—Así es, es muy… —Sakura llenó el envase y lo cerró, cortando su diálogo ya que al darse la vuelta, el rubio doctor se encontraba prácticamente pegada a ella— relajante.

Naruto la miró fijamente, y sin siquiera pedir permiso posó sus labios sobre los carnosos y rojizos de ella, primero con suavidad, luego agregó movimiento a la par que la apresaba entre sus brazos como hacía días llevaba haciéndolo, finalmente invadió su boca con la lengua, picando y jugueteando con la de la chica que después del primer impacto, empezó a corresponderle metiendo la mano libre entre las rubias hebras de su cabello.

La pasión del beso aumentó, él la aferró contra sí y ella pudo notar que su cuerpo si bien no era sumamente atlético, estaba en forma. Pronto se quedaron sin el oxígeno vital y tuvieron que separarse.

—Ya… debo… bajar —tartamudeó la chica, no solamente por la ansiedad del momento, también quería evitar que alguno de sus compañeros la viera en aquella comprometedora situación. Para su suerte, Naruto aceptó irse sin poner réplicas, y a los pocos minutos de haber bajado ella luego de encontrarse con Ino, recibió un mensaje.

Naruto: si de ahora en adelante así serán mis besos de buenas noches, espero con ansias el de hoy.

El rubor la invadió sin que pudiera evitarlo, le estaba confirmando que esa noche se verían de nuevo y que planeaba volver a repetir lo que habían hecho.

No pudo estarse muy tranquila el resto de la guardia, si pasaba más de cinco minutos sentada sentía que pronto colapsaría de los nervios así que estuvo más activa que nunca.

—Hoy tienes mucha energía, Sakura-san —le comentó Hinata con una sonrisa, Sakura se sonrojó un poco.

—No es cierto Doctora Hyuuga —respondió algo apenada, Hinata rio por lo bajo y cuando ya eran las dos de la mañana, les selló la guardia.

—Hoy ocurrió algo que te tiene muy nerviosa frentona —le sonrió Ino de forma pícara a la pelirrosa.

—¿Cómo crees Ino? —trató de esquivarla, aquel no era el lugar idóneo para hablar de ello, y por descuidarse tropezó con…

—¡Doctor Uzumaki! —saludó Ino con un tono de voz que Sakura reconocía, se burlaba de ella.

—Buenas noches chicas —les sonrió el rubio con alegría— ¿Listas para irse a dormir ya?

—Así es —contestó Ino—, Sakura ha sido tan enérgica hoy que ha terminado con todo el trabajo prácticamente ella sola —la pelirrosa para ese entonces quería morir de vergüenza—. Al parecer la comida de hoy le ha sentado de lo mejor —pero se llevaría a esa desgraciada rubia consigo al infierno.

—¿De veras? Pues que bien Sakura-chan —Naruto la miró con un brillo extraño en los ojos, y ella oficialmente era un tomate.

—Ya debemos irnos, fue un placer Doctor —cortó Sakura antes de que comenzara a humear su cabeza, llevándose a su amiga del brazo con la promesa en su mirada de que sería asesinada de forma lenta y dolorosa.

El teléfono no se hizo esperar.

Naruto: quiero mi beso de buenas noches.

Santa madre ¿es que no había sido suficiente humillación en menos de una hora?

Sakura: iré en cuanto Ino se duerma.

Naruto: mi habitación queda exactamente arriba de la tuya.

Jodida vida, jodido Uzumaki, jodida Ino, ¡jodido todo! ¿por qué no existían las arenas movedizas a domicilio? Que se la tragara la tierra en ese justo momento le parecía una solución bastante viable.

Para su suerte, se encontraron con unos compañeros de clases en el camino que también iban ya listos a dormir, por lo que Ino no pudo hacer burla de su encuentro de minutos atrás, luego de que todos se acostaran por lo cansados que estaban mientras Sakura se bañaba con la excusa de que estaba muy sudada, cuando salió totalmente vestida todos estaban ya en brazos de Morfeo, tomó su celular, viendo que por supuesto tenía unos mensajes aparentemente ansiosos por ser leídos.

Naruto: no te vas a escapar de mí pequeña, sé dónde duermes y quiero mi beso de buenas noches.

Sakura-chan veeeeen, no seas mala

:'c

Sakura sonrió y le contestó.

Sakura: voy en camino.

Naruto: al fin! =D

La rapidez con la que había respondido no hizo más que causarle gracia, obviamente estaba ansiando la confirmación de su encuentro nocturno.

Ella salió del cuarto haciendo sumo silencio, caminó a hurtadillas prácticamente por los pasillos hasta subir las escaleras, le repicó a Naruto al celular, y él a los pocos segundos abrió la puerta de su cuarto dejándola entrar.

—Te tardaste —dijo tomándola casi de inmediato entre sus brazos y callando cualquier posible respuesta con un beso.

—Nos… encontramos a unos… compañeros… subiendo —"hablaba" ella entre los besos.

—Tus compañeros son muy inoportunos —le sonrió él, deleitándose en los nervios que podía observar en los ojos de ella, sintiéndola temblar entre sus brazos.

Pasó a besarla con lentitud, comenzando siempre con un roce de labios que fue aumentando de intensidad, rozando la lengua contra los labios de ella para permitirle el acceso a su boca, el cual Sakura le brindó con premura, juntándolas así a ambas, envolviéndose una en la otra con extrema lentitud. Naruto pasó una de sus manos hasta su cuello y con la otra acarició su espalda de arriba abajo, pronto la intensidad del beso comenzó a subir, la pelirrosa sentía cómo la temperatura de su cuerpo iba en aumento, solo se dio cuenta que él la había empujado con suavidad cuando sus piernas chocaron contra el borde de la cama, haciéndola caer sentada.

—Sakura-chan… si no lo deseas detenme, no importa el momento —Naruto se agazapó sobre ella, la miró con intensidad antes de volver a devorar sus labios con hambre, mientras la chica se arrimaba hacia atrás, recostándose lentamente hasta tenerlo totalmente sobre ella.

El ojiazul comenzó entonces a tantear el terreno, metiendo su mano por debajo de la blusa de uniforme de ella, sintiendo el calor que emanaba su piel, comenzando a subirla de a poco hasta que una pequeña risa lo detuvo.

—¿Qué sucede? —preguntó con curiosidad.

—Sí sabes que esta franela tiene cierre, ¿verdad? —Sakura pudo casi ver a través de la oscuridad cómo las mejillas del rubio se encendían.

—No lo recordaba —dijo finalmente en un susurro pero con una sonrisa radiante, volviendo a besarla al tiempo que bajaba el cierre, separándose cuando hubo terminado para ver el cuerpo de la chica.

Sakura se sintió enrojecer, hacía mucho que no estaba con un hombre ya, sin embargo agradeció haberse ido con una ropa interior más que decente para la ocasión, un brasier y un cachetero de encaje color morado.

Naruto no perdió tiempo y besó la piel del escote de la chica, al tiempo que terminaba de llevarse consigo la franela, bajando sin perder tiempo el pantalón, rozando con su mano la aterciopelada piel de sus piernas, sonriendo al escucharle soltar un leve gemido.

—Eres hermosa, Sakura-chan —le susurró con voz ronca al tiempo que ella se sentaba para tomar el borde inferior de la franela del rubio y quitársela con su ayuda, tocando con suavidad su pecho de arriba hasta abajo, deteniéndose al borde de la liga de su pantalón, haciendo que él se levantara para poder sacárselo junto al bóxer y los zapatos.

Sintió sus mejillas arder al ver su miembro, no era especialmente grande pero sí grueso, tragó con algo de dificultad y se atrevió a tomarlo entre sus manos arrancándole un gemido al hombre, que cerró los ojos al sentir frágil mano masturbarlo lentamente. La detuvo a los pocos segundos y la besó con hambre, invadiendo su boca sin mucha delicadeza, sintiéndose aún más excitado al sentir la pasión con la que ella le correspondía, no permitiéndose quedar atrás.

La liberó de la prisión del sostén y el cachetero, dejando su boca para observarla en su totalidad, desnuda únicamente para él, sus ojos azules se opacaron de deseo y esta vez fue en dirección a sus pechos, metiendo su pezón en la boca y succionando de él con ansias, mientras con sus manos masajeaba sus glúteos, pegando su miembro a la entrada de su cuerpo, sintiéndola húmeda y lista.

Lo estaba volviendo loco. Aquella joven chica lo tenía excitado a más no poder.

La ubicó al centro de la cama con cuidado, nunca abandonando cualquier parte de ella, dejándole mordiscos, besos y lamidas donde pudiera, sobre todo en sus pechos; Sakura, azorada, se dejó hacer totalmente a la voluntad de él, moviendo su cuerpo contra el del rubio para aumentar el contacto, y cuando sintió que Naruto ubicaba su miembro en la entrada de su vagina para penetrarla, lo detuvo por un segundo.

—Naruto… —gimió con debilidad.

—¿Quieres que pare, pequeña? —preguntó él con voz ronca, sin embargo dispuesto a hacerlo.

—No… no es eso —negó ella abrazándolo por el cuello y dándole un beso—. Es que llevo mucho sin tener relaciones, así que por favor ten cuidado.

Naruto no se esperaba aquello, aquella dulce chica era una cajita de sorpresas sin dudas. La besó con suavidad calmando sus ansias al mismo tiempo, y empujó con lentitud.

Sakura gimió ahogado, no podía hacer ruido, envolvió sus piernas alrededor de la cintura del hombre permitiéndole ir más a fondo, sintiendo cómo separaba de forma deliciosa sus húmedas paredes aunque con algo de esfuerzo.

—Dios… pequeña… estás muy apretada —gimió él enterrando la cabeza en su hombro una vez la hubo penetrado por completo, se detuvo no queriendo moverse al no recibir respuesta.

—Sigue, Naruto —le incitó ella acariciando su espalda con la voz entrecortada.

Aliviado, el ojiazul obedeció las órdenes de Sakura, comenzando a mover las caderas con lentitud de adelante hacia atrás, cayendo en un abismo de sensaciones placenteras que si bien ya había experimentado antes con otras mujeres, esta estaba resultando enloquecedora, se llegó a preguntar si ella era virgen para el momento, aunque sabía que no.

Sakura por su parte estaba luchando por no dejar salir los gemidos de placer de su boca, aquello era bastante extraño pues con la única pareja con la que había estado jamás había sentido esa necesidad, también notó un tortuoso placer que la llenaba cada vez que sentía a Naruto salir o entrar en ella, el ritmo lento que llevaba la estaba volviendo loca por lo que hizo caso a sus instintos y movió sus caderas con el fin de sentirlo más adentro. No se dio cuenta cuando sus manos se movieron a sus nalgas.

Aquello fue demasiado para el autocontrol de Naruto, que empezó a penetrarla con más energía, tomando uno de sus pechos entre sus manos para volver a guiarlo a su boca para succionarlo sin parar el vaivén de sus caderas.

—Me vas a volver loco… Sakura-chan —gimió mientras se enterraba con cada vez más fuerza en ella, sujetándola de las caderas con una mano y pasando la otra por debajo de su cuello para poder besarla.

Ella, en algún momento que nunca reconoció, perdió el control de sí misma, enterrando sus uñas en la piel del hombre que la hacía suya en ese momento, ahogando los gemidos en su boca mientras sus lenguas se debatían en una erótica batalla en la que ninguno de los dos quería perder.

Poco a poco iban subiendo los escalones del placer. El primero en alcanzar el clímax fue Naruto, que penetró a Sakura con fuerza en sus últimas envestidas haciéndola llegar a ella a su propio orgasmo.

Fue intenso, ella se sintió desvanecer en una dulce nube de puro placer, luego de que ambos pudieran recuperar un poco la conciencia, él no se separó de ella, por el contrario la inundó de muchos besos durante unos diez minutos, unos piquitos y otros suaves, hasta que finalmente Sakura habló.

—Debo… irme al cuarto —susurró, mientras acariciaba los rubios cabellos que lucían ahora más desordenados que nunca.

—Lo sé pequeña —murmuró Naruto, saliendo finalmente de su cuerpo.

Sakura, satisfecha, se arregló y bajó hasta su cuarto. Su incansable teléfono volvió a vibrar.

Naruto: jamás voy a olvidar esta noche.

Muy por el contrario a lo que esperaba, aquello se le antojó demasiado cursi, tal vez por la conciencia de que eso se lo habría dicho ya a más de una.

Sakura: buenas noches Naruto :3

Y con eso, se fue a dormir. Tal vez la idea de tener un amigo con derecho, no sería tan mala.

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Continuará

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Buenas buenas mis amados lectores, he vuelto por fin este año luego de estar perdida durante un buen tiempo, pero entre el final estúpido del manga que me sumió en cierto grado de decepción y depresión, la universidad que me tuvo hasta las medias y el sencillo hecho de dormir, la verdad es que no me quedaba ningún chance de pensar nada más.

Afortunadamente, me han retado a hacer esto en el foro donde hago vida y he decidido traerlo para acá para su deleite… espero que no quieran asesinarme por como va la cosa, pero es una historia que sencillamente me ha cautivado.

Espero con ansias sus reviews, recuerden que son el nutriente básico para el alma de cada autor.