Hola!!! aquí estoy yo con un nuevo ff, esta vez sobre Bellatrix Black, sobre porqué se hizo mortífaga y que le pasó para que perdiera la inpocencia infantil.
Bueno, eso de que los personajes pertenecen a Rowling y que yo no busco dinero, sólo divertirme, ya se lo saben ¿no? Bueno, espero que me manden muchos reviews.
Bueno, ya paso a la historia:
Unos pasos decididos, dados con unos tacones, sonaban en el oscuro corredor.
TAC. TAC. TAC
Eran unos pasos sugerentes e intempestivos.
TAC. TAC. TAC
De pronto, la puerta de la sala se abrió con un chirrido y en el umbral apareció la figura de una mujer, alta y atractiva. Vestida con elegancia, tanto, que resultaba completamente fuera de lugar, como si la mujer hubiera pensado que aquello era una especie de fiesta o algo así…
Sostenía en la mano una boquilla, que el alguacil le hizo apagar de inmediato.
La mujer se hallaba flanqueada por un par de dementotes. Pero tal vez no tuviera recuerdos tristes, o simplemente, éstos no conseguían alterar su humor lo más mínimo.
La sala estaba repleta del suelo al techo, de rostros humanos, desde la barandilla del estrado hasta el más reducido ángulo del último rincón de las galerías, todas las miradas estaban fijas en una sola mujer: Bellatrix Black Por delante y por detrás de ella, por arriba y por abajo, a la derecha y a la izquierda, parecía hallarse rodeada de un firmamento encendido de ojos fulgurantes.
Bellatrix seguía en la puerta, altiva y orgullosa. El vestido rojo que llevaba, dejaba entrever las seductoras curvas de su cuerpo.
Era entonces, una muchacha aún joven, casi una chiquilla. Apenas contaría dieciséis años, diecisiete, tal vez.
El ministro de magia habló, haciendo que el murmullo cesara y el silencio se instauró en la sala del tribunal. Entonces, el ministro señaló la silla situada en el centro de la sala, alumbrada con potente luz.
-Siéntese, por favor- pidió.
Así lo hizo Bellatrix, ahora ocupaba la atención de todos los presentes, era el blanco de todas las miradas.
El ministro, tomó un fajo de papeles de su mesa, los igualó y empezó a leer con voz embargada por la emoción:
-Bellatrix Black, ha sido llamada a comparecer en este tribunal por el delito, establecido en el artículo 534 del estatuto de magos. Ha usado usted una maldición imperdonable contra… otro ser humano, si es que se le puede llamar así.
-¿Se reafirma usted en éstos hechos?- inquirió el ministro en tono grave, pero con una leve nota de triunfo en la voz.
-Sí- repuso Bellatrix en un susurro.
-¿Comprende usted que si es declarada culpable de dicho delito por este tribunal, la pena aplicable será de muerte?- volvió a preguntar el ministro.
-Sí- repitió Bellatrix, elevando el tono de voz.
-Bien- dijo el ministro- entonces el jurado se retirará deliberar, si la acusada no tiene nada más que añadir, así que…
-Sí tengo algo que añadir.- interrumpió Bellatrix- En condiciones normales, jamás me habrían capturado, pero… si se han enamorado alguna vez, comprenderán que el amor puede hacer que te vuelvas loca... sobre todo si has amado al mismo diablo…
Capítulo 1: El hombre más poderoso que he conocido
La primera vez que lo vi., era sólo una niña, pero el aura de poder que desprendía, me marcó para siempre…
Créanme si les digo que era un hombre atractivo, aunque eso es lo de menos. Era el hombre más poderoso que yo había conocido, al menos hasta entonces.
Mi hermana Narcissa lo había invitado a cenar para presentárselo a mis padres…
Recuerdo que esa noche no probé bocado, no le quitaba el ojo de encima.
Cuando se marchó, después de la cena, me encerré en mi habitación, aún abrumada por lo que había visto.
Oía a mi familia hablar de él, en el salón, con Narcissa y Andrómeda. Imaginé la cara de asco que debía estar poniendo ésta última.
-Me gusta este chico- decía mi madre, Eleanor Black- Tiene la misma edad que tú, y lo que es más importante, pertenece a la familia más rica y poderosa del mundo mágico. Exceptuando la nuestra, claro.
Tras decir las últimas palabras, todos estallaron en estruendosas carcajadas.
Mi madre prosiguió: -Entre madre e hija- dijo- Lucius Malfoy es un hombre muy atractivo.
Ambas volvieron a reír.
En mi habitación, me dejé caer, resbalando por la puerta y me abracé las rodillas con ambas manos. Así que Lucius Malfoy, de 18 años, como mi hermana Narcissa…
-Lucius Malfoy, vas a ser mío- dije con gran seguridad a las paredes de mi habitación que eran las únicas que me escuchaban- Aunque sólo contaba por aquel entonces con 11 años, sabía muy bien lo que quería…
