Disclaimer:No en pertenecen los personajes de Diabolik Lovers ni la trama que se desarrolla en el juego, pero si me es mi creación la historia a continuación.
Yui estaba cansada de que los Sakamaki la tratarán como un objeto o mejor dicho, comida. Pero no era eso lo que la tenía así, no, lo que sucede es que estaba harta de no poder salvarse a sí misma, siempre humillándose y siendo la burla de los sádicos vampiros. Ella no podía hacer nada contra ellos, sólo era una humana, que cada vez más se iba marchitando, igual que una flor sin agua; y para Yui su agua era su libertad, algo indispensable y que era suyo por derecho propio, sólo que le fue arrebatado de forma cruel. Sabía que si seguía soportando los abusos de ellos, no tardaría en ser más que un cadáver seco y roto, por lo que se propuso escapar, quiso darles su merecido a cada uno de los hermanos, pero no lo haría; no es que no tuviera las oportunidades ni el conocimiento para hacerlos sufrir, de hecho, eso es lo que más había aprendido durante todo su tiempo conviviendo, no lo haría porque no estaba en su naturaleza el ser vengativa, el sólo hecho de haber pensado en hacerle daño a otro demostraba como los maltratos la estaban cambiando, la estaban convirtiendo en una persona sin sentimientos.
Tenía el plan listo y lo pondría en marcha cuando estuvieran en la escuela. Había notado que los hermanos bajaban la guardia entre clases, pues no podían hacerse notar más de lo debido, y es que ellos ya llamaban la atención sin hacer nada. Después de la segunda hora sería el momento, era la clase de inglés, el profesor siempre creía en lo que los alumnos decían, así que si decía que le dolía el estómago no preguntaría más y la dejaría ir.
Básicamente el plan consistía en robar el auto del enfermero de la escuela, sentiría culpabilidad pero tenía que hacerlo, luego se rociaría una sustancia que ella misma creó con plantas y flores del patio de la escuela, se había escapado para experimentar en la sustancia y se dio cuenta de que si no podía borrar su olor, al menos podría minimizarlo y mimetizarlo con su entorno, lo mejor de todo fue cuando comprobó que si funcionaba al punto de pasar desapercibida por el mismísimo Ayato. La sustancia se encontraba oculta en el baño de damas del primer piso, el cual estaba cerca de la enfermería, pues si llevaba a casa la sustancia se darían cuenta de lo que tramaba. Y por último escaparía por la ventana del baño que daba al estacionamiento para los docentes.
Era un escape de alto riesgo, moriría de seguro si la atrapaban, se lo habían dicho desde el primer momento en que llegó a vivir allí. Pero daría lo que fuera, se esforzaría al máximo, no les regalaría su último aliento a quienes más la ahogaban. Si moría, sería en libertad.
Se acercaba la hora del escape, Yui se encontraba en la limusina camino a la escuela, seguiría la rutina de todos los días. Ella sería acosada por Ayato, de forma sexual por Raito, sería golpeada por Kanato si hacia algo que no le gustaba, Shu y Reiji la ignorarían, más Shu que su hermano menor, y por último Subaru se enfadaría con ella sin razón; les dejaría beber un poco de su sangre si era necesario, todo por el bien de su plan que la llevaría a la libertad. Como siempre llegaron y se fueron a sus clases, pero antes de eso Yui fue a dejar el bolso a la enfermeria, con la excusa de que estaba en su período y era ropa de cambio, aunque en cierta forma era verdad. Regresó a su salón segundos antes de que el profesor llegara, ahora sólo quedaba esperar la segunda hora. El tiempo se sentía lento y se estaba poniendo nerviosa, pues sentía la mirada de Ayato sobre ella, quizás tenía hambre y no era bueno, no quería quedar anémica, arruinaría el plan. Al fin el timbre se dignó a sonar, agarró sus cosas y salió volando del salón, debía de perder a Ayato y a los demas, por lo que tendría que estar en movimiento toda la hora del receso, en un momento se encontró a Shu, pero no le prestó atención, algo que Yui agradecía internamente. Quedaban pocos minutos para el término del receso, pero Yui tuvo la mala suerte de encontrarse con Raito.
HeyBitch-chan, estas rara,¿ estás actuando para llamar nuestra atención?.- preguntó coqueto. Como saben, eso es lo que menos quería hacer la rubia, iba a contestar pero el timbre la salvó, pero aún así dijo algo antes de irse.- Nunca quise llamar su atención, traté de llevarme bien con ustedes, pero eso es imposible, esperó que encuentren la felicidad algún día.- se despidió con una sonrisa que dejó con una inquietud a Raito, para dirigirse a su salón. El chico trató de calmarse, era imposible que Yui escapara, ya que sentirían su olor a lo lejos e inmediatamente irían en su búsqueda, eliminó esa preocupación pensando que estaba paranoico; sin saber que sería el último que hablaría con la pequeña rubia y se fue a su salón. Se encontraba ansiosa, pero no lo demostraba, el tiempo que pasó con los vampiros le ayudó a aprender a esconder sus emociones de ellos, como un modo de defensa para prevenir que su sadismo fuera más lejos pero lamentablemente no funcionaba con ellos, sólo los alentaba a torturarla más y más. Ya era el tiempo el profesor estaba explicando la pronunciación de unas palabras Yui se dijo que era ahora o nunca, alzó la mano y habló.- Mister, can i go to the infarmary? I feel a little sick.- dijo fluido bajo la atenta mirada de sus compañeros, especialmente de Kanato y Ayato , era un requisito de la asignatura hablar en todo momento en inglés.
Of course Miss Komori, if you feel sick just go.-le respondió con una sonrisa amable. Yui se fue lentamente del salón, pensando que esa sería la última vez que la vieran. Se dirigió a paso rápido pero seguro a la enfermería, sabía que el enfermero encargado dejaba sus llaves en su bolsillo del delantal. Tocó un para de veces la puerta hasta escuchar un 'adelante'.
Disculpe sensei vine por mi bolso.- dijo fingiendo timidez, esta ya la había perdido hace mucho.- claro Komori-san, aquí tienes.- le extendió el bolso gentilmente. Yui avanzó y "resbaló", el sensei viendo esto la sujetó para que no cayera, en esos breves segundos Yui fue capaz de obtener la llave sin que él se diera cuenta.- muchas gracias sensei y perdón.- dijo esta para disimular.
No te preocupes, ten.- le dió el bolso.- ven si te sientes mal.
Gracias sensei, adiós.- se despidió Yui. Era la segunda etapa de su plan la que ahora entraba en acción se dirigió al baño y entró, se cambió de ropa lo más rápido que pudo, la cual consistía en una chamarra negra y unos jeans azules que le permitían moverse libremente junto con una zapatillas negras. Sacó la sustancia que se encontraba detrás del tercer lavamanos y se roció, tiró el botecito donde se almacenaba y salió por la ventana, estaba oscureciendo por lo que debía apresurarse. Buscó con la mirada el auto de sensei, el cual era negro y lo mejor era que tenía ventanas polarizadas, por lo que su presencia sería menos notada. Se subió al coche y lo hizo andar, divisó por la ventana del segundo piso a Subaru, éste no notó su presencia y siguió su camino, esto dio paso para que Yui retrocediera y luego apretase el acelerador hasta el fondo, tenía que alejarse lo más rápido cabo de media hora todo se encontraba oscuro, pero Yui había llegado a la estación del tren, le pagó a un chico para que dejara el auto donde debía estar, si este llegaba o no ya no le importaba, su prioridad eres ir lo más lejos posible, compró un boleto y subió al tren sin tener idea de a donde la llevaría, en su bolso tenía el dinero suficiente para sobrevivir algunos meses,tenía sus documentos por lo que no tendría problemas para conseguir un trabajo. El tren comenzó a andar, luego de unas horas Yui miró por la ventana, todo se encontraba oscuro, supuso que el tren al que subió uno de los últimos que saldrían. Yui lo supo, lo había logrado, escapó y aunque suene raro esa noche sería el amanecer de sus esperanzas .
Bueno eso es todo, si quieren saber la reacción de los sakamaki dejen un comentario, es mi primer one shot, así que espero que les guste:). ¡Nos leemos!.
