Hojas marchitas.

Capitulo 1: ¿Por qué no quieres a papa?

Disclaimer; Tanto los personajes como los lugares que lean a continuación y que ustedes logren reconocer son propiedad de J. K Rowling. Lo que no logren reconocer me pertenece a mi.

Una mujer de complexión delgada terminaba de recoger su castaño cabello en un recogido alto, muy a la Brigitte Bardot. Su rostro había sido ligeramente maquillado con polvo blanco, sus labios estaban pintados con un rosa carmín y sus pestañas estaban en proceso de ser rizadas.

Su curvilíneo cuerpo estaba enfundado en un elegante vestido rojo de gala.

Toda ella parecía brillar. Todo menos sus ojos.

Sus ojos color marrón se encontraban carentes de cualquier emoción. Estaban tan vacíos que daba vértigo el mirarla directo a sus ojos.

-Mami - le llamo una dulce voz a sus espaldas. Su hijo de cinco años estaba sentado a sus espaldas, en aquella enorme cama -.¿Por qué no quieres a papa?

La pregunta en si la descoloco por unos segundos. Se quedo mirando a su hijo a través del reflejo que el espejo le ofrecía.

-¿Qué te hace creer que no lo quiero? - pregunto volviendo a la tarea de rizar sus pestañas.

El niño bajo por unos momentos la mirada, pensando en cual seria la mejor manera de plantear el por que el creía que su madre no sentía ningún afecto hacia su padre.

-Siempre que estas cerca de el da la impresión de que quieres salir corriendo - comenzó a hablar, contándole todo los cosas que había notado en la actitud que tenia su madre cada vez que estaba cerca de su padre-. Nunca le dices que lo quieres como me lo dices a mi. Y siempre que el esta se te ve triste.

Hermione se quedo tensada en su lugar. No esperaba que su hijo notara esas actitudes que no podía dejar de tener. Eran hábitos que había desarrollado y no podía reprimirlos en un ciento por ciento.

Todo eso era demasiado malo. Si su pequeño hijo de tres años lo había notado sabia que también el lo habría echo.

Su estomago se revolvió de solo pensar en el.

-Yo quiero mucho a tu padre - su voz sonaba tranquila. Quería convencer a su hijo de que quería a su esposo, y en el proceso convencerse a si misma-. Tu eres una prueba viviente de ello cariño.

Sentía que estaba diciendo la mentira mas gorda del mundo, pero lo hacia tan bien que no pudo parar.

Cuatro años con el tenían que haber dejado algo bueno. Aunque eso fuera solo el echo de que ahora podía mentir sin que la voz le temblara y sin que su nerviosismo la delatara.

Eso la ayudaba a convencer a su hijo de que había nacido en una buena familia llena de amor.

-Pero no lo miras como a mi - su hijo parecía estar a punto de llorar, y ahora era incapaz de ver otra cosa que no fueran sus pequeñas manitas -. No pareces quererlo - le dijo en apenas un susurro ahogado por el nudo que tenia en su garganta.

Hermione se levanto del banquillo verde botella y camino de forma lenta hasta la cama para poder sentarse a un lado de su hijo.

Tomo con delicadeza las manos del pequeño y dijo con una voz que solo las madres pueden utilizar para calmar a sus hijos -. Yo amo mucho a tu padre. Y no lo miro de la misma manera que te miro a ti por porque tu eres mi hijo y el mi esposo.

Esposo. Otra vez esa palabra que le ponía los nervios de punta. Le daban ganas de vomitar de solo recordarlo.

- ¿De verdad lo amas mami?

La voz de su hijo sonaba tan llena de alegría que se le hizo imposible no contagiarse de ella.

-Cla…

No alcanzo a terminar de hablar puesto que se vio interrumpida por unos golpes en la puerta.

-Adelante - dijo con voz firme.

Una de las mucamas que trabajaba en la casa entro con la cabeza gacha.

-El coche esta listo Señora - les informo para luego hacer una especie de reverencia con su cabeza y luego salir.

-Vamos cielo - Hermione se levanto y fue hasta su armario para sacar un saco negro que se pegaba a su cuerpo.

Con una mano tomo su bolso rojo y con la otra rodeo la mano que su hijo le ofrecía.

Caminaron a través de un largo pastillo cubierto de mármol negro.

Sentía un cosquilleo en el estomago. Sucedía cada vez que tenia que ir a una fiesta con su esposo.

Era una rutina tan aburrida. Iban a la fiesta, oía a su esposo hablar con algunas personas sobre negocios, y otras cosas que a ella no le interesaban en lo mas mínimo. Nunca podía llevar a su hijo a ese tipo de fiestas porqué era demasiado pequeño. Esta iba a ser la primera vez que lo llevaran consigo. La razón era que uno de los amigos de su esposo estaba festejando que iba a ser padre o algo así le había entendido a su esposo. Por lo tanto todos los que tenían hijo lo llevarían.

Claro que Hermione pensaba mandarlo a casa lo mas temprano que pudiera. Y si le era posible se iría con el.

No le gustaba lo mas mínimo estar en compañía de los amigos de su esposo ni de este.

Siempre hablaban de negocios, dinero, y política. Rara vez hablaban de otro tema. Y siempre que su esposo dejaba que se retirara un poco encontraba algo de compañía en las esposas de aquellos hombres tan aburridos. Pero ninguna de ellas lograba ofrecerle una conversación que realmente le intentara. Solo en una había encontrado una conversación amena.

Cuando salieron de aquella imponente mansión vieron como el SB Avalon los esperaba con la capota cerrada.

Camino aun tomada de la pequeña mano de su hijo hasta el auto, en donde el chofer le abrió la puerta y ayudo a que ambos subieran.

Su esposo no estaba en el carro. Le parecía extraño eso. El siempre se iba con ella para llegar juntos y que no pudiera alejarse de el, amenos claro que el se lo permitiera.

-El señor ya se ha ido señora - le informo el chofer ante su muda pregunta.

Ella solo asintió y le sonrío en agradecimiento.

Sentía algo extraño en su pecho.

Había ido a muchas fiestas a lo largo de su matrimonio, pero en ninguna había tenido que llegar sola. Era como darle una vuelta completa a la situación.

Solo el echo de que su hijo estuviera a su lado la tranquilizaba y le daba confianza.

-¿Sabe por qué no nos ha esperado?

-El señor no dijo el porque - contesto el chofer mirándola por el retrovisor -. Solo me ha pedido que la llevara puntual. A usted y al señorito.

El pequeño sonrío ante su mención.

Nunca había ido a una fiesta de noche. Todas en las que había estado se realizaban durante el día y su madre siempre trataba de llevarlo a casa lo mas pronto posible. Y si eso no sucedía el terminaba por dormirse y al despertar o se encontraba en su casa o iban de camino a ella.

Las fiestas eran de los pocos momentos en los que los tres podían estar juntos.

Su padre siempre estaba fuera de casa, atendiendo sus negocios.

Su madre era con quien mas tiempo pasaba. Pero siempre que su padre llegaba las cosas cambiaban drásticamente. Su madre no hablaba mas de lo necesario y las actividades se volvían otras.

Su madre jugaba a la pelota con el. Le enseñaba a pintar, le leía algún libro interesante y trataba de enseñarle otros idiomas. Mientras que su padre le trataba de enseñar sobre los negocios, política y cosas como esas. Jamás jugaba con el a la pelota ni a ninguna otra cosa que se le pareciera.

-Llegamos -informo el chofer.

Ambos esperaron hasta que este les abrió la puerta y los ayudo a bajar.

Ambos comenzaron a caminar a la mansión que se alzaba ante ellos.

-Mami, ¿Hablabas enserio cuando me dijiste que querías a papa?

Hermione se detuvo unos segundos y se agacho hasta quedar a la altura de su hijo.

Con una mano acaricio el pequeño y redondo rostro.

-Te contare una historia - Hermione se levanto y volvió a tomar la mano de su hijo para poder entrar a la mansión -. Pero será mas tarde. Tu papá se preocupara si no nos ve.

Nota; Siento haber borrado mi otra historia pero sentía que la había abordado desde el ángulo equivocado por lo que decidí volver a crearla. En pocas palabras se trata de la misma historia pero abordada desde un nuevo punto. Así que dejen sus comentarios. (Los apreciaría mucho.