–Hace dos días solicitaron permiso para entrar a la aldea –les anunció a los trece jounin que tenía a sus espaldas.
–Disculpe Hokague pero de eso se encargan los ninjas de la puerta o usted en persona.
–El problema no es que alguien quiera entrar –se giró para verlos–. El problema es de quién se trata. Por eso los he convocado capitanes, la tarea que les voy a asignar la tomarán como misión… Ustedes son la seguridad de Konoha por eso quiero que analicen lo que les voy a decir por un tiempo de cinco días, cinco días en los que sus segundos al mando tomarán el control del escuadrón –inmediatamente los ANBU se tensaron en desacuerdo–. He estudiado su entrada por dos días pero hay demasiados pros y contras por lo que he solicitado su ayuda. Quiero que el quinto día me den su decisión final con la que todos estén de acuerdo.
–¿Quién es? –preguntó por todos Shino.
–Se los diré mañana a primera hora en el cuartel ANBU, que es cuando empiezan a correr los días. Buenas noches –les dio la espalda nuevamente–. Y otra cosa –todos se detuvieron– esto es estrictamente confidencial.
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–¿Y qué piensa que vamos a estar haciendo esos días, jugar? Es un tiempo excesivo el que nos quiere tener sin acción–se quejó Kiba ya estando todos de nuevo en el cuartel después de delegar su equipo a su segundo al mando.
– Ya lo oíste, quiere que analicemos –dijo algo molesta Ino.
–¿Analizar qué? solo quiere un simple si o no para dejar entrar a alguien. Hubiera decidido él mismo, de todas maneras protegemos Konoha tanto adentro como afuera.
–Tal vez solo quiere nuestra aprobación a una elección que ya hizo –intervino Lee.
–¿Tú crees que nos hubiera dejado cinco días para al final ver si nuestra respuesta es igual a la suya? Yo creo que no. Él quiere que nosotros elijamos –Chouji recapacitó.
–Y por eso debemos elegir bien, así que basta de suposiciones y larguémonos ya de este edificio que lo estaremos viendo muy seguido estos días –todos sonrieron ante esa realidad y desaparecieron.
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Una pareja caminaba en silencio por las ya oscuras y solitarias calles de Konoha. La mujer iba haciendo gestos de pesar mientras que el hombre seguía estoico.
–Renunciaré –le anunció a su acompañante.
–A nadie nos gustaron las condiciones que nos impuso pero no es para tanto, además –esbozó una sonrisa algo burlesca– no hay nada más que te guste que la pelea. Y francamente no puedo ni imaginarte renunciando a ANBU.
–Por eso mismo renunciaré, lo que sea necesario para volver al campo. Aunque sea saliendo por mí misma–se escuchó hasta un poco desesperada–. Además te equivocas -sonrió sensualmente–. Hay algo que me gusta más que pelear –detuvo el andar del hombre parándose enfrente y lo observó de arriba abajo. En un momento él la estaba besando lentamente.
–Hay que ver el lado bueno –separó un poco sus labios.
–¿Cuál es?
–Que al no estar en servicio…
–No vuelvas a repetir eso –realmente recordar que no iba a tener una verdadera pelea le afectaba.
–Tendremos más tiempo para practicar –sonrió maliciosamente, sus ojos tenían un brillo de diversión y lujuria y sus caderas se pegaron a la de ella.
–Eso no suena tan mal –olvidó por completo la razón de su abatimiento y le devolvió la misma mirada antes de besarlo apasionadamente.
–Nada mal –lo pronunció contra los labios de la castaña con voz ronca, profunda y llena de deseo mientras la atraía más hacia él.
Después de no sé cuanto tiempo regreso con fic. Cada fin de semana (viernes o sábado) habrá capítulo.
