Damas y Caballeros, aquí esta, La Purga Ghoul: Ghoul Lincoln.
Este es un proyecto colaborativo con Banghg en el cual básicamente intercambiamos Lincolns, el mío en su mundo y viceversa.
Hacer este prologo tardo más de lo que creí. En parte porque la universidad me mantuvo ocupado esta semana y en parte porque cuando no estaba ocupado tenía una especie de bloqueo creativo.
Un par de cosas antes de continuar:
#1. Los Lincolns que elegimos son de diferentes líneas temporales, no le den vueltas al asunto y disfruten de ambas historias, al final este es solo un proyecto que comenzamos para divertirnos.
#2. Sé que según el canon de la serie Lucy es pelinegra. Honestamente me gusta más el fan canon en el que Lucy es rubia y se tiñe el cabello de negro, pienso que le da un poco más de actitud a su personaje. No sé cuál es la opinión de Banghg al respecto pero en su historia y la mía ella es rubia.
Me gustaría agradecerle a Banghg por permitirme usar su mundo y sus personajes en esta historia y espero que este pequeño inicio no decepcione. Los invito a leer su parte de la colaboración que va por el nombre: "La Purga Ghoul: Purge Lincoln" y el resto de sus trabajos (La Purga Loud, su secuela Asylum (tercer favorito personal), Llamadas (a este punto lo sigo solo para saber cómo termina), Ya viene (favorito personal), Animatronic Loud, Tanto Tiempo (segundo favorito personal), etc.) les prometo que lo los va a decepcionar.
Sin más que decir los dejo con la historia.
Godspeed!
El Paraíso de un Monstruo
Oscuridad.
Todo a su alrededor era oscuridad, las paredes, el piso si es que había alguno y el techo, todo estaba cubierto por una espectral oscuridad que parecía tragarlo todo para jamás escupirlo. Levanto sus manos y las puso frente a su rostro, suspiro de alivio al saber que al menos había suficiente iluminación en el ambiente para poder verlas y la regreso a su posición original al lado de su cuerpo, ya se había acostumbrado a ella, la oscuridad a estas alturas de su vida era tan cotidiana que cada vez que estaba en una posición como esta todo lo que hacía era dejarse llevar por la corriente, no le prestaba atención, tampoco le preocupaba, ya había dejado de preocuparse por cosas como estas desde hace tiempo.
-¿Por qué tan serio guapo?
-¿Estabas esperándonos?
De la oscuridad reverberaron dos voces espectrales, el tono coqueto y juguetón de las voces traicionaba el sobrenaturalmente frio sonido de ellas. Una llego por detrás, un par de tenebrosamente delgados brazos se enredaron en su pecho y poco a poco bajaron por sus pectorales pasando por sus abdominales terminando por detenerse en su zona púbica desprovista de vello alguno, no se había dado cuenta hasta ese punto que estaba totalmente desnudo. La segunda voz llego desde el frente, lo que era una vaga sombra en la oscuridad poco a poco fue tomando forma conforme se estaba acercando a él, cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo divisar el origen de la macabra voz, era una mujer, tan delgada que parecía raquítica, vistiendo un vestido negro que difícilmente dejaba algo a la imaginación y una cabellera larga y grasosa que le llegaba a las rodillas, lo más llamativo de esta mujer era su rostro, no era un rostro humano, en vez de esto tenía la cabeza de un ave de carroña parcialmente tapado por larga cabellera. Él estaba seguro que detrás de él había una mujer exactamente igual a ella, y al igual que su doble paso sus esqueléticas manos sobre él, esta vez comenzando por el área púbica subiendo por sus abdominales y pectorales y terminando en sus hombros. Una vez rodeado por las dos espectrales figuras estas acercaron los picos de buitre que hacían de boca a sus oídos y luego de respirar un par de veces en ellos empezaron a susurrar.
-¿Qué nos ibas a hacer?
-¿Nos ibas a dar contra la pared?
-¿En el piso?
-¿De pie?
-¿En la Cama?
-¿Con la ropa puesta?
-¿Frente a tu hermana?
-¿Junto a tu hermana?
-¿Con tu hermana?
-¿Querías hacerlo de perrito?
-¿Misionero?
-¿De vaquera?
-¿Querías sexo oral?
-¿Nos la ibas a lamer?
-¿Anal tal vez?
-¿O te conformabas con una rusa?
Las voces susurraban en sus oídos, las frías voces de los espectros con forma de ninfa habían tomado un tono seductor, cada palabra que salía de los picos de ellas mandaba una corriente por la espalda hasta su entrepierna, él tuvo una erección, nadie podía culparlo, él era joven, él era viril, él era saludable y una erección ocasional no presentaba ningún problema ya que para encargarse de ella habían más que suficientes candidatas, incluso aunque no estuvieran dispuestas no podían objetar si eran elegidas para el honor, su vida era así.
Él simplemente tomaba lo que quería.
Él tenía el poder para hacerlo.
-Yo me puedo encargar de eso- sonó una voz en la oscuridad. La voz era masculina y al hacer evidente su presencia ambas arpías que lo manoseaban se ubicaron una a cada lado de él, como lo supuso, las arpías era exactamente iguales en apariencia, una de ellas comenzó a masturbarlo, lo estaba preparando, la otra simplemente continuo con el manoseo. De la oscuridad, el emitente de la voz se acercó a él, tenía forma humana, o al menos su torso y piernas lo eran, en el lugar de sus brazos había alas huesudas cubiertas por una piel casi transparente y en lugar de una cabeza humana estaba la cabeza de murciélago vampiro.
-¡Déjame succionar ese exceso de sangre que tienes ahí!- la voz de la bestia sonaba rígida, tenía un tono desesperado y se veía las ansias recorrer su cuerpo. Antes de que el pudiera objetar la bestia ya se había arrodillado y había tomado su miembro erecto entre las pesuñas de sus alas, la bestia acerco nerviosamente sus labios a su rígida masculinidad y con cuidado engullo cada centímetro de este, habría la boca todo lo que podía para que sus afilados colmillos no tocaran la vara de carne caliente que entraba y salía de su boca y a medida que pasaba el tiempo su ritmo iba aumentando, movía la cabeza de atrás para delante de una manera más frenética mientras emitía gemidos desesperados al momento de llevar a cabo el acto y segregaba chorros de saliva que dejaban en evidencia su apetito por la semilla del individuo al que le estaba dando una felación.
Las palpitaciones en aumento de su falo fueron la señal que la bestia necesitó para saber que estaba haciendo un buen trabajo, que estaba a punto de ser recompensado por su esfuerzo. La bestia aumento el ritmo, movía la cabeza con más velocidad y succionaba con más fuerza de tal manera que casi pareciese que estuviera rogando por aquel liquido espeso que tanto deseaba -¡hmm!- con un gemido, él descargo su semilla dentro del hocico de la bestia, esta no dejaba escapar ni una sola gota del blanco néctar que se acumulaban entre sus colmillos y cuando la última eyección del simiente fue hecha, las bestia con una última succión libero el miembro. La bestia levanto su mirada con una expresión satisfecha y abrió la jeta para mostrar que no había desperdiciado ni una gota, el cerro y trago y la volvió a abrir. -¡delicioso!
-MI ÑINO…
Una vos retumbo en la oscuridad, aquella vos era gruesa, abisal, era la voz de un demonio. Él al principio no supo exactamente de donde venía aquella voz pero luego de unos segundos pudo percibir una respiración sobre la cabeza y al levantar la mirada lo vio. Era un gigante, no había otra palabra para describirlo, la oscuridad ocultaba la inmensidad de su cuerpo pero el rostro del gigante estaba lo suficientemente cerca como para que él pudiera verlo, era tan largo como él lo era de alto y él era alto, su rostro estaba completamente seco, en las cuencas de los ojos habían un par de esferas negras que se asemejaban a unos dátiles en textura y su rostro estaba cubierto por miles de vendajes amarillentos.
-MI CREACION…- el gigante acerco sus esqueléticas manos que eran igual de grandes que su rostro y utilizo uno de sus dedos para tocarlo a él, la punta de sus dedos era del tamaño de una mano adulta -ESOS BRAZOS… ESAS PIERNAS… ESA ESPALDA….- decía el gigante mientras recorría cada parte de su cuerpo rozándola con la punta de sus dedos, cada parte de su cuerpo fue señalada por el gigante sin ninguna reserva, cada parte era apuntada con una especie de orgullo y admiración que solo un padre podría tener al ver a su hijo vuelto un adulto frente a sus propios ojos.
-ERES EL GHOUL PERFECTO.
-Eres el Ghoul perfecto.
-Eres el Ghoul perfecto.
-Eres el Ghoul perfecto.
Todos lo decían una y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez, lo repetían y lo repetían, sus voces reverberaban en la oscuridad como un coro maldito cantando su canción pagana en honor al demonio que tanto admiraban, pero todos lo decían de una manera diferente, las arpías lo decían con deseo, la bestia lo decía con pavor y el gigante lo decía con orgullo y respeto.
El malévolo canto de sus atormentadores llego a su fin cuando se escuchó en la oscuridad un sonido de tac, tac, tac que lentamente se acercaba, el sonido metálico de golpeteos contra el suelo ahogo todos los demás sonidos del lugar y mientras más se acercaba más fuerte se hacían los golpeteos, él no pudo saber sin embargo que era aquel sonido hasta que tuvo a su emisor frente a él. Era una cabra, una cabra de aspecto lamentable; aunque la cabra era inmensa en tamaño siendo está más o menos del tamaño de una camioneta se la veía exhausta, de su hocico salía baba mezclada con sangre y jadeaba como si hubiese acabado de atravesar un desierto, apenas podía sostener el peso de su cuerpo con sus cinco patas y su pelaje era antinaturalmente largo y estaba tan sucio que se hacía dreadlock con su propia grasa haciendo que se asemejaran a unos deformes tentáculos, lo más inquietante de esta criatura eran sus ojos, aunque todo su cuerpo mostraba indicios de vida sus ojos estaban idos, estaban totalmente muertos, eran los ojos de un cadáver. La cabra abrió el hocico para hablar dejando salir una enorme cantidad de sangre y baba en el proceso.
-ERES EL GHOUL PERFECTO, LINCOLN.
El ensordecedor estruendo de los relámpagos retumbaba por la noche mientras la lluvia se metía a través de la ventana rota, ¿tal vez poner su cama justo debajo de ella no fue tan buena idea después de todo? Pero nadie podía culparlo, sin un ventilador las calurosas noches de verano podrían asar vivo a cualquiera, incluso si ese cualquiera resultaba ser un Ghoul.
-¡Mmm!- gruño perezosamente -¿otra pesadilla?- La combinación del agua que entraba y lo salpicaba en la cara y la lluvia de relámpagos fue suficiente para sacarlo del mundo de los sueños. Lincoln despertó y aunque durmió parte de la noche anterior y casi todo el día el cansancio que sentía al despertarse no era el de alguien descansado, era la clase de cansancio que el sueño no podía curar.
-Ya van tres noches seguidas, ¿debería salir a cazar?- Lincoln se levantó de su cama y con una patada la aparto de la ventana para que no se siguiera mojando, camino por el piso de madera chirriante del cuarto hasta una esquina con una caja llena de ropa y tomo unos pantalones, una camiseta naranja con mangas largas y una chaqueta con capucha. Los pantalones y la chaqueta no tenían nada en especial la camiseta sin embargo tenía un diseño de pliegues en la espalda, estos pliegues estaban ocultando unos grandes orificios en la espalda en el área de los hombros, omoplatos, cintura y espalda baja, era ropa diseñada para un Ghoul. Después de vestirse y de ponerse un par de botas salió por el marco del cuarto donde se suponía debía haber una puerta. No es como si la necesitara.
Lincoln camino por el edificio abandonado que había estado usando como hogar los últimos meses, se supone que era un viejo motel decrepito que cerraron por ser la escena del crimen de varios asesinatos y ahora era la cuna de varias leyendas urbanas que solo existían para ahuyentar a adolecentes asustadizos, la única razón por la que había decidido mudarse al lugar era porque compartía cableado eléctrico con un club nocturno que quedaba justo al frente, la música era buena pero el lugar en si apestaba a alcohol, drogas y enfermedades de transmisión sexual. El motel no era la gran cosa cuando llego pero luego de asustar a un puñado de adolescentes que entraban a hacer pruebas de valor para impresionar a las chicas y a los yonquis del club que venían a suministrarse su dosis los rumores acerca del edificio comenzaron a ser tomados enserio y dejaron de molestarlo por la noche.
Lincoln camino hasta uno de los tantos cuartos del edificio en donde había una pequeña nevera que contenía principalmente botellas de agua y café helado y una mesa con un par de sillas, abrió la nevera y tomo uno de los cafés de adentro, cuando se iba a sentar en la mesa en la mesa noto un pequeño contenedor con una carta encima de ella, Lincoln tomo la carta, la abrió y la leyó mientras bebía el café.
Los territorios de caza ya se decidieron, te toco en el norte. Pasa por mi casa mientras estas por el lugar ¿quieres? Han pasado meses desde la última vez que hablamos y B se siente sola. -K.
P.S.: Cook te mando las quemadas, dice que si quieres las de la tanda buena tienes que mover el trasero e ir a la pastelería de sus padres, ahora trabaja atendiendo a los clientes.
Lincoln le quito la tapa al contenedor y vio que adentro habían más o menos una docena de galletas de chispas de chocolate algo quemadas pero no lo suficiente para que no fuesen comestibles, tomo una, la sumergió en café y se la llevo a la boca -nada mal Cook- saboreo las galletas una por una, sabía que esto no le quitaría el hambre, pero al menos la apaciguaría un poco. Su hambre hasta ahora se encontraba a un nivel en el que no presentaba ningún problema, unas cuantas pesadillas y dolores de cabeza no eran nada que no pudiera manejar pero ahora que estaba despierto ya no podría dormir hasta que quemara algo de energía, y pasar el rato en el escondite de degenerados que quedaba al frente no era algo que le llamara la atención -supongo que puedo salir a tomar aire libre… a la mitad de una tormenta. Bien, no es como si tuviera algo que se dañara con el agua- Lincoln se terminó el café y las galletas y salió del cuarto, bajo hasta el viejo lobby del motel pero antes de salir se acercó al mostrador y tomo un pequeño frasco lleno de un líquido rojo intenso firmemente amarrado a una cadena y se lo puso como se fuera un collar.
Lincoln salió por una puerta en el callejón adyacente al motel, el edificio tenía una entrada principal pero ya desde hace años estaba bloqueada por gruesos tablones destinados a evitar que vagabundos invadieran el lugar antes de que olvidaran que el lugar si quiera existía. Al salir del callejón se encontró frente al club y fue cegado por la brillante luz proveniente de él, el sonido de la música era parcialmente apaciguado por el sonido de la lluvia que caía a cantaros pero ni el olor de la humedad pudo cubrir el olor de aquel asqueroso lugar, con una mueca de asco, Lincoln se fue caminando lejos del lugar.
Las calles en una noche donde parecía que el cielo se caería eran como esperarían que fuesen, desérticas, Lincoln sentía como si estuviese caminando por un pueblo fantasma por las calles vacías de la ciudad ¿Quién saldría a esta hora? Y una mejor pregunta ¿Quién saldría a dar un paseo a pie con un clima así? Fue en ese momento que Lincoln se dio cuenta que solo salió de su hogar por capricho pues esperar encontrar algo esa noche era demasiado optimista de su parte.
-¿Me pregunto qué tan cerca estaré de su departamento? Ha pasado un tiempo desde la última vez que la visite- Lincoln estaba caminando sin preocupación a mitad de la lluvia, el diluvio no era problema para él, no le importaba el riesgo de un resfrió. Camino un par de cuadras hasta que llego a una avenida más o menos transcurrida y se paró en una parada de autobús, en parte para protegerse de la lluvia que ya lo había empapado de pies a cabeza y en parte para ver a los pocos autos que transitaban esa noche pasar, mientras miraba en silencio, pudo sentir el tres leves aromas siendo arrastrados por el viento, estaba seguro que dos de ellos eran Ghoul el otro era el aroma de algo parecido a un humano -¿salió esta noche?- los olores se hacían cada vez más presentes, a cada segundo que pasaba se iban acercando cada vez más a la parada de autobús hasta que los tuvo justo al lado.
-¡Loud! Ha pasado un tiempo- dijo la persona que se refugió junto a él en la parada de autobús, era un hombre joven de cabello negro, traía puesto un uniforme gris desordenado manchado de lo que parecía salsa de tomate y gaseosa, llevaba un maletín en cada mano, uno de ellos era plateado con la imagen de un fantasma de pac-man en uno de sus costados y el otro era negro con la imagen de un gato.
-Wagner, ¿te obligaron a salir con esta lluvia?
-¿Que te puedo decir?- dijo mientras se encogía de hombros -administración me odia ¿saliste a cazar?
-No, solo estoy tomando algo de aire libre- dijo Lincoln sin mirarlo a la cara -ya sabes, estiro las piernas.
-¡Aaaah sí!- dijo con sarcasmo -¡Nada como salir a trotar durante un monzón para despejar la mente!
Lincoln se sintió algo molesto por sus palabras, había olvidado que el hombre a su lado podía ser algo pedante en ocasiones -he estado teniendo… pesadillas.
-¿Estás a dieta?
-No, ni siquiera tengo hambre, son solo pesadillas recurrentes es todo.
-Tal vez es solo estrés acumulado, ¿ya intentaste llamar a una de tus amigas? Ya sabes, sacar a "Lincoln Jr." A dar un paseo.
-No, no es eso, bueno… no creo que lo sea- respondió Lincoln en lo que parecía casi un susurro -y… ¿no te han asignado un compañero nuevo?
-No. Después de lo que pasó con el último la academia cree que soy una mala influencia.
-Lo siento viejo.
-Descuida, no quiero tener a un mocoso estorbándome de todas formas, aunque el ultimo de hecho podía seguirme el paso dudo que ese sea el caso con el siguiente, YAWN- el bostezo del hombre hacia aparente su cansancio, levanto su brazo izquierdo para ver su reloj y dejo que sobre su rostro se dibujara una pequeña sonrisa -4:30 AM, ya casi termina mi turno.
-¿Tu turno termina a las 5 o algo así?
-Termina a las 7- respondió -me gusta pasar las últimas dos horas hablando con el conserje- el hombre salió de la parada de autobús, ya se había resignado a mojarse con la lluvia que no paraba de caer -da igual, creo que inteligencia sospecha en donde puedes estar escondiéndote así que nos vemos pronto.
-Nos vemos- Lincoln se despidió mientras lo veía perderse en la lluvia y luego el mismo decidió seguir caminando, el alzo la mirada y miro al cielo, el oscuro cielo de la noche se había vuelto aún más oscuro por culpa de las nubes negras que tapaban la luz de la luna llena, de no ser por los relámpagos que parecían haberse declarado a guerra en el cielo lo único que iluminaria las calles de la ciudad serían las débiles luces naranjas del alumbrado público.
Lincoln dio un salto en el aire de esos de los que solo había dado cuando Lucy lo asustaba al aparecerse de repente en su cuarto cuando un relámpago cayó justo cuando iba pasando al lado de un callejón, estuvo tan peligrosamente cerca que creyó poder ver el cráter rojo creado por el impacto, estuvo a punto de irse lo más lejos posible del lugar pues había leído que un rayo podía golpear más de una vez el mismo sitio pero no lo hizo -¿Qué es eso?- lo que lo detuvo fue una especie de brillo morado que salía del callejón, sentía que el extraño resplandor proveniente del lugar lo llamaba, que se detuviera en el acto y fuera a investigar exactamente qué era lo que emitía ese ominoso fulgor que lo atraía como el néctar de una flor atraía a las abejas. Lincoln se dirigió hasta el centelleo.
-¿Alucinaciones tan pronto?- pensó Lincoln -¿no debería pasar al menos un mes para esto?- él fue rápido en catalogar lo que estaba sucediendo frente a sus ojos como una alucinación, después de todo, ¿Qué otra cosa podría ser? Ahora mismo tenia frente a él lo que solo podía ser descrito como una rasgadura en el aire, un agujero en la ahora no tan metafórica tela del tiempo y el espacio y dentro de ella podía se encontró con un panorama que era cuando menos confuso.
Era una versión del mismo, pero más joven, tenía el cabello algo descuidado y estaba utilizando ropas de hospital, parecía estar en un cuarto con las paredes y el piso acolchado y cuando su otro yo más joven se acercó en el desgarramiento de la realidad lo hizo cojeando de una pierna, cuando ya estaba más cerca pudo verle el rostro con más claridad, tenía unos ojos llenos de ira pero a la vez estaban muertos, carentes de toda empatía.
No supo porque pero cuando se vio a sí mismo no pudo el evitar extender su mano para tocar a su otro yo, algo acerca de toda la situación lo empujaba, lo obligaba a meter la mano en la fuerza desconocida que se había presentado frente a él. Lincoln extendió su mano, y la luz lo engullo.
-Bien, lo preguntare una vez más, ¿Dónde está Lincoln Loud?
-Por doceava vez ¡YO. SOY. LINCOLN. LOUD!- no estaba exagerando, esa pregunta ya se la había hecho un total de 12 veces. Ya habían pasado cerca de tres días desde lo que al principio había considerado una muy larga y bizarra alucinación producto del hambre pero esa posibilidad quedo descartada después del primer día, todo era demasiado real para ser las retorcidas fantasías que le advertían que se estaba muriendo de hambre.
En el segundo día comenzó a analizar la bizarra situación en la que se encontraba. Había sido tele transportado a un pequeño cuarto totalmente acolchado, luego de inspeccionar el lugar se dio cuenta que la puerta del lugar estaba firmemente cerrada, su cerradura estaba sellada a toda hora pero esto no significaba que su cuarto fuera un lugar muy frecuentado, al contrario, parece que todos en el lugar evadían el cuarto como si fuera la peste, solo se acercaron un par de veces una persona a traerle una charola de comida y una botella de agua, por su olor supo que había algo raro en la comida, como un olor leve a medicina, no era como si se la fuese a comer de todas formas, solo se bebió la botella de agua e ignoro la comida, hablando del lugar, Lincoln no sabía exactamente donde se encontraba, sabía que el lugar era grande pues podía captar cerca de 200 aromas diferentes en toda la zona y sabía que se encontraba en una especie de hospital gracias al olor a cataplasma en toda el área pero eso fue todo lo que podía saber solo usando su nariz y la razón por la que se decidió a quedarse en su cuarto y no investigar fue exactamente esa, los hedores que su nariz captaba. Los humanos del lugar no olían bien, ni siquiera sabía si eran realmente humanos ya que la fragancia que desprendían no era como ninguna que haya olido jamás, tampoco eran Ghouls, lo que sea que fuesen simplemente tenían un esencia neutra. El peligro de encontrarse con algo a lo que no estaba preparado para enfrentar era demasiado grande.
La noche no fue tan productiva, simplemente se quedó sentado en una esquina del cuarto desde la que podía vigilar la puerta, intento dormir un poco pero no pudo, algo en sus instintos le indicaban que estaba siendo observado y aunque no pudo ver que en el cuarto hubiera una cámara tampoco había nada que indicaba que no la hubiese. Esa noche, todo lo que hizo fue quedarse agazapado en una esquina mientras esperaba que algo se pasara por la puerta.
La mañana del tercer día pasó más o menos de la misma manera que los anteriores dos, la diferencia es que podía percibir mucha menos gente por los alrededores, luego en la tarde recibió la visita de la persona que ahora tenía frente a él, era un hombre de anteojos, barba espesa acompañada de un pequeño bigote, llevaba puesto un traje marrón elegante y en sus manos traía una silla plegable y unas cuantas revistas, luego de entrar al cuarto desplego la silla que trajo consigo y se puso cómodo en ella. A Lincoln no le agradaba este sujeto, no entendía porque pero algo acerca de la expresión confiada que tenía lo perturbaba, era el tipo de confianza que alguien que tiene la situación bajo control mostraba. El hombre se le quedo viendo por un momento antes de que decidiera echarle una ojeada a las revistas que había traído, esto todo lo que hizo fue confundir a Lincoln todavía más. Al cabo de unos minutos leyendo el hombre bajo la revista e hizo la pregunta por primera vez "¿Dónde está Lincoln Loud?" naturalmente, Lincoln le respondió con la verdad esperando que esto fuera una especie de Quid Pro Quo pero cuando fue el turno de Lincoln de hacer preguntas el hombre frente a él simplemente lo ignoro y regreso a su revista. No importa que le preguntara ni cuantas veces lo hiciera el hombre simplemente lo ignoraba hasta que Lincoln se rendía y él le volvía a hacer la misma pregunta y todo volvía a comenzar. Hizo esto alrededor de una docena de veces durante un lapso de cerca de tres horas, a veces hacia algo diferente como encender un cigarrillo y fumárselo rápidamente o simplemente se le quedaba viendo fijamente mientras se lamia los labios pero aparte de eso fue lo mismo durante tres largas horas.
-Ahora enserio, me estoy comenzando a aburrir, dime donde esta Lincoln Loud y terminemos con esto.
-Ya te lo dije, ¡yo soy Lincoln Loud!- dijo Lincoln enfadado -¿Acaso estas sordo? Te lo he estado diciendo desde hace horas, ahora tú respóndeme ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? ¿Por qué me secuestraron? ¿Quién me secuestro? ¿Fuiste tú?
-¡Oh no! Nadie te secuestro chico- respondió el hombre por primera vez a una de sus preguntas, probablemente para demostrarle que no estaba sordo.
-¿Entonces cómo demonios llegue aquí?
-¿Quieres que te diga como terminaste aquí?
-¡SI! ¡ESO ES LO QUE HE QUERIDO SABER DESDE HACE TRES DIAS!
-Entonces dime, ¿Dónde está Lincoln Loud?
-¡AAAAAAAAAAAAAH! ¡YA ME HARTE!- Lincoln grito antes de lanzarse en contra del hombre, lo tomo del cuello del traje y lo alzo sobre su cabeza y justo cuando estaba a punto de partirle el cráneo de un golpe un clic lo detuvo en seco, era el sonido del martillo percutor de un revolver en su mano, ahora Lincoln podía ver porque estaba tan relajado. El arma en las manos del hombre sorprendió a Lincoln por un momento hasta que pudo olerla y noto que no tenía nada especial, era un arma común y corriente -ok, me perdí, ¿exactamente que pretende este tipo? -¿es esto una especie de broma elaborada o algo así? Porque no entiendo porque usarías ese juguete estúpido en mi contra.
-¡Oh! ¿Piensas que es de juguete?- dijo el hombre mientras que levantaba el cañón del revolver para que estuviera a la altura de sus ojos -¿piensas que no te disparare?
-Tsk adelante, dispara, pierdes tu tiemBANG- el sonido del disparo no lo dejo terminar, antes de que se diera cuenta había terminado con una bala en el ojo. El impacto de la baja hizo que su cabeza se hiciera un poco para atrás antes de que soltara al hombre y callera al suelo.
-los jóvenes de hoy en día son tan-¡AAAGH ESTUPIDO IDIOTA!- el hombre estaba guardando su arma cuando un quejido proveniente de lo que se suponía fuera un cadáver lo interrumpió.
-¡¿Tienes idea de cómo duele eso?!- dijo Lincoln mientras se levantaba del suelo -¡Voy a estar tuerto toda la semana!- se puso de pie con relativa facilidad y miro al hombre a la cara, el disparo le había impactado en ojo derecho por lo que este estaba fuertemente cerrado mientras lágrimas de sangre recorrían su rostro, su otro ojo sin embargo estaba bien abierto, el hombre retrocedió un par de pasos y no pudo ocultar su expresión de sorpresa luego de ver el ojo descubierto de Lincoln, la esclerótica negra de este hacia que su pupila roja sobresaliera todavía más, su sorpresa no hizo más que aumentar cuando Lincoln metió dos de sus dedos en su ojo y luego de escarbar un poco saco la bala que parecía haber impactado contra una pared de metal y la arrojo a sus pies, el hombre solo pudo salir de su estupor cuando escucho en sonido de su teléfono celular, sacudió la cabeza y rápidamente tomo su teléfono, se dio media vuelta y lo contesto.
-Si… si, acaba de suceder… no, el revolver no tiene nada raro…- estuvo hablando con alguien durante unos minutos mientras se daba la vuelta un par de veces para mantenerlo vigilado, por lo que estaba diciendo Lincoln no que cupo duda de que su presentimiento estuvo en lo correcto y en algún lugar del cuarto hay una cámara escondida, para cuando la llamada termino el ojo derecho de Lincoln ya se había regenerado, cuando el hombre dio la vuelta para verlo al rostro no pudo evitar soltar una pequeña carcajada al ver a su ojo torcido, a Lincoln no le gusto esto pero no hizo nada, el hombre frente a el había demostrado que no era ningún fanfarrón y si estaba tan tranquilo después de ver que hacía falta más que un disparo en el ojo para matarlo probablemente le interesaba lo que tenía que decir.
-Así que… "Lincoln Loud"- dijo el hombre haciendo una señal con los dedos -tengo una propuesta que hacerte.
(12:00 AM, Día de La Purga.)
Benditos sean los padres fundadores del estado. Damos anuncio de que la purga número catorce ha dado inicio. Desde las 12:00 AM hasta las 06:00 AM toda forma de crimen y delito son totalmente legales. Dejen salir a la bestia en este día dado por los padres fundadores y purifiquen sus almas.
¡Que tengan una buena purga!
Gritos y disparos se escuchaban a lo lejos, la alegría y el terror de aquellos que habían decidido salir esa noche o se habían quedado atrapados en el fuego cruzado se mezclaba por igual y se perdían en las calles de Royal Woods. En una avenida vacía dos siluetas iban caminando agarradas de la mano tranquilamente en la mitad de la calle, uno de ellos era Lincoln que parecía estar disfrutando de la sinfonía de destrucción que hacía eco en las calles.
-¡Jajaja! ¿Así que esto es la noche de la purga?- dijo Lincoln con una sonrisa en el rostro -¡no es diferente a un maldito campo de guerra! ¿Enserio piensan que esta noche hace a las personas más civilizadas? Pero que grupo de tarados ¿no lo crees Lucy?
La voz de Lincoln la hizo dar un pequeño salto, aunque no fue realmente por su voz en sí, desde que pusieron un pie en la calle parecía que cada pequeño ruido la haría correr con todo lo que tenía sin mirar atrás, a cada paso que daban los ojos de Lucy se movían de un lado a otro viendo cada pequeña sombra dentro de cada pequeño callejón en busca de algún tipo de peligro. Lincoln se dio cuenta de esto por lo que se detuvo y se arrodillo para poder hablarle a la altura de los ojos.
-Lucy, Lucy…- dijo Lincoln mientras llevaba sus manos a los cachetes de Lucy -¡mi pequeña Lucy! No voy a dejar que nada malo te suceda, ¿sabes porque?- acerco el rostro de Lucy al suyo hasta que sus frentes se tocaron, ahora todo lo que Lucy podía ver era un par de ojos de esclerótica negra con las pupilas de un carmesí intenso, en otros tiempos ella habría considerado estos ojos hermosos, inclusive los habría considerado sensuales, pero todo lo que podía ver en ellos eran ansias, deseo y locura -no voy a dejar que nada te suceda porque eres mi última salida. Si nada más me satisface esta noche, si no puedo saciar mi hambre para cuando el reloj marque… digamos… 5 minutos para las 06:00 AM, TÚ vas a saciarme ¿verdad? ¿Tú puedes saciar mi hambre, no es así? Somos familia, deberías ser igual a como era antes de convertirme en Ghoul.
Su momento de hermanos fue interrumpido por el sonido de un motor acercándose a toda velocidad a la vacía avenida donde se encontraban, Lincoln volteo para ver que a lo lejos se acercaba una camioneta pick-up repleta de personas que disparaban al cielo y gritaban de alegría. Ver esto dibujo una sonrisa aún más grande a la que ya tenía en su rostro, con el alegre gesto volteo nuevamente a ver a Lucy que no pudo evitar temblar un poco al verlo.
-Prepárate Lucy, nuestra noche comienza ahora.
