El lluvioso pueblo de Forks es tan pequeño que todos sus habitantes se conocen, y Bella Swan no era la excepción.

Isabella estaba casada con Jacob Black, originiario de la tribu Quileute que había sido su mejor amigo durante muchos años.

El principio de su matrimonio había sido excelente, pero el tiempo había creado una brecha irreparable. A los ojos de los demás, ellos seguían siendo un matrimonio perfecto, siempre estaban juntos, sonreían y parecían muy felices. Pero nadie sabía lo que en verdad sucedía cuando estaban lejos del foco de atención de sus conocidos.

¿Jake?-preguntó Bella cuando sintió que su esposo entraba en la cama, por un momento pensó que ya tenía que levantarse, y vio un brillante dos rojo en el despertador. Eran las dos de la mañana y su esposo apenas llegaba a casa.

Ni siquiera se dignó a responderle, Jacob solo se acostó a su lado y le dió la espalda. Hacia años que no hablaban de algo importante, por no decir que hacia mucho tiempo que ni siquiera tocaba a su esposa. Entre ellos se había creado un muro de silencioso rencor que no hacía más que crecer.

Bella sólo suspiró y deseó con todas sus fuerzas a alguien que en verdad la amara. Volvió a cerrar los ojos para intentar dormir de nuevo.

Al día siguiente, despertó y vió el otro lado de la cama vacío, pero no se sorprendió mucho. Con el tiempo se había habituado al trato frío de su esposo.

Bajó a la cocina para desayunar, pero vió que el refriegerador estaba casi vacío, a excepción de un cartón de leche a medias. Ultimamente, comía fuera de su casa, odiaba comer sola y Jacob nunca estaba en casa.

Supongo que tendré que ir al supermercado-dijo para sí. Se duchó, se puso unos pantalones de mezcilla y una blusa azul, no tenía mucho sentido arreglarse tanto para ir a hacer compras.

Repasaba la lista de compras mientras empujaba el carrito por el pasillo, un choque metálico la devolvió a la realidad. Había chocado con un hombre mas o menos de su edad.

Oh... Lo siento-se ruborizó-Estaba un poco distraída.

No te preocupes-le respondió él-Nunca te había visto por aquí, ¿Cómo te llamas?

Probablemente me has visto varias veces, soy Bella Swan-respondió ella, sonriendo un poco.

Estoy seguro de que nunca te he visto, no podría olvidarte-enfocó sus ojos verdes en los de ella, que volvió a ruborizarse y bajó la mirada.

¿Cuál es tu nombre?-le preguntó ella.

Soy Edward Cullen-respondió.


Twilight: Stephenie Meyer