Una dulce pesadilla
Capítulo I
Disclaimer: Los personajes de CCS no me pertenecen, solo los tomé prestados para crear esta historia, además son muy lindos ¿no creen?
Nota: Bueno, leí todos los lindos comentarios que hicieron para "Dark side of the road" y sé que muchas personas estuvieron inconformes con el final u.u así que lo pensé, lo medité, comí pockys y dije… ¡Sakura y Shao se merecen un final diferente! òuó9 Así que heme aquí no sé cuantos meses después trayéndoles lo que podría considerarse una secuela de esa historia. Espero que la disfruten tanto como la anterior n_n
SAKURA P.O.V
-Te digo que esa maldita chica me dijo que era su prometida
-¿Viste el anillo?
-No, pero…
-Entonces no puedes saber si eso es verdad. Además estoy segura de que eres diez veces más bonita que ella.
-Ni siquiera la conoces
-En todo caso ¡ya estamos aquí! Anda, pásame esas papitas que se me están haciendo ojitos desde hace rato.
Tomé el bol de la mesa y se lo pasé a la morena. Era cierto que no había viajado cientos de kilómetros solo para escuchar a una chica simplona decir "es mi prometido" ¿Cómo así? Pero la sensación de vacío no desaparecía, era como si siguiera fuera cubierta de nieve mientras tiritaba esperando algo. Esperando al destino que me cansé de llamar.
-De todas formas él no está aquí – luego de decir eso metí un gran puño de palomitas en mi boca, la película era un asco así que conversar parecía la mejor opción además de atragantarnos de comida en el sofá.
-Pues esperaremos a que vuelva, mi madre dijo que me encargara de las empresas en Tokio así que de ahora en adelante serás… mi socia. Suena bien ¿no?
Casi me ahogo al escuchar aquello mientras intentaba pasar las palomitas hacia mi estómago.
-¿Qué?
-No tienes por ahora ningún contrato y lo único que debes hacer es vigilar a las modelos, supongo que debe ser parecido a la actuación.
-¡Claro que no! Son cosas completamente diferentes.
-Qué importa. Mañana iremos a ver cómo está todo por aquí.
Llevaba cerca de siete años conociendo a esa chica, sabía que no tenía ningún sentido seguir discutiendo con ella. Me concentré en la película a pesar de que no entendía nada. Definitivamente, si Shaoran aparecía y resultaba estar comprometido le patearía las… ideas para que no volviera a acostarse con nadie más en toda su vida. Definitivamente lo haría.
Ni siquiera terminé de ver la película, el sueño llegó antes a mí y no pude evitar correr a sus brazos a pesar de no estar en mi cama ni en una posición muy cómoda. Desperté y el dolor en mi cuello era tan intenso que apenas podía moverlo sin sentir que se me caería en cualquier momento. Tomoyo se reía de mí desde la cocina, tenía una taza de café en la mano así que supuse que llevaba un buen rato levantada mirando como sufría intentando dormir.
-¿Te diviertes? – le pregunté tratando de contener un bostezo. Ella asintió y dio un pequeño sorbo a su bebida.
-Vístete. Tenemos que estar en una hora ahí.
-¡Una hora! – ¡solo lavar mi cabello me llevaba ese tiempo! Lo había dejado crecer varios centímetros y ahora me llegaba más debajo de los hombros, lavarlo por supuesto no era tan sencillo como cuando solía solo dejar que tocara ligeramente estos – ¿no puedo alcanzarte allá? Toya no ha venido por su camioneta, prometo estar ahí.
-Nunca cambiarás, pero está bien. ¡Más te vale llegar antes de que te llame!
-Claro – en seguida corrí al baño y abrí el grifo del agua, estaba saliendo de la ducha cuando escuché la puerta de la entrada cerrarse. Tardé una hora más en alistarme para parecer una mujer de negocios. Tenía un traje fiusha de dos piezas con falda, una blusa crema de mangas cortas y unas zapatillas negras. Las medias eran algo incómodas, pero no había remedio, era eso o lucir como una prostituta lista para saltar en el carro del cliente.
Subí al coche y di marcha hacia el lugar que Tomoyo había dibujado para mí en un lindo y útil mapa. Llevaba cerca de media hora conduciendo ya cuando decidí ver el mapa mientras seguía en marcha, parecía buena idea en aquel momento de todas formas ya iba retrasada. Estaba por hacer la conexión de donde me encontraba al dibujo cuando de pronto algo pasó frente a mí. Hundí el pie en el acelerador y las llantas chirriaron al detenerse abruptamente. Me golpeé la frente en la bolsa de aire que en seguida salió disparada hacia mí y en cuanto recuperé el conocimiento lo primero que hice fue bajar a ver qué había sido eso.
Me llevé una enorme sorpresa al ver que se trataba de un muchacho. Estaba tirado en medio del camino inconsciente, me acerqué para ver si aún respiraba y lo hacía, para mi fortuna. Aun así seguía asustada y no sabía qué hacer, caminé de un lado a otro tratando de pensar pero nada salía de mi cabeza aparte de llevarlo al hospital.
Lo arrastré hasta el asiento trasero del coche, subirlo ha sido la proeza más grande de mi vida, quizás pesaba unos sesenta kilos mientras yo rondaba los cincuenta. Juro que si me sale una hernia culparé a ese sujeto.
Conduje como loca de regreso a la ciudad. Él despertó a la mitad del camino y se sorprendió mucho al notar que estaba en un coche con una desconocida al volante.
-¿Qui..én eres? – balbuceó y se intentó levantar.
-¡No te muevas! ¿Recuerdas tu nombre? ¿Dónde vives?
-Soy Kuro Yumeyoshi ¿Me secuestraste?!
Podía notar el pánico en su cara. Era normal que pensara eso… ¿no?
-¡No! Te atropellé. Te llevo al médico.
-¿Qué tu qué! – pero no hubo tiempo para más preguntas pues ya habíamos llegado. Me bajé corriendo y fui a suplicar por una camilla a emergencias. Varios enfermeros salieron con una y montaron al chico en ella. Estaba aliviada porque al fin lo estaban revisando y estaba por irme cuando el doctor apareció.
-¿Qué le sucedió al chico?
-Bueno…yo…iba conduciendo y él salió de pronto y…lo atropellé – el hombre negó varias veces con la cabeza. Era joven, inclusive llegué a pensar que no era un doctor de verdad pero tenía una bata blanca y uno de esos tablones donde anotan las cosas.
-Por eso las mujeres no deberían conducir – se lamentó mientras anotaba algo en su tablón. – necesito que se quede para hacerse responsable por esto. Le haremos una resonancia para ver que no haya daño, así que siéntese por allá.
Me señaló una pequeña salita donde varias personas esperaban para saber lo que sucedería con sus seres queridos. ¡Genial! Tomoyo usaría mi cabeza para adornar su oficina ahora que había roto la promesa. Me temblaban las manos cuando marqué su número y también me tembló la voz cuando contestó.
-¿Tomoyo? – dije algo insegura.
-¿Dónde estás? Llevo media hora esperando a que aparezcas, más vale que me digas que estás afuera porque sino…
-Escucha, atropellé a alguien. Estaba en el camino de grava cuando de pronto apareció y frené pero creo que no fue suficiente, estoy en el hospital y no sé qué hacer – no pude contener más el llanto, escuchar su voz me reconfortaba lo cual me hacía sentir segura para llorar y transmitir todo el miedo que en ese momento sentía.
-¿Estás bien? Estoy a punto de terminar aquí. Voy en camino – luego solo colgó. Colgué yo también y entonces caí en la cuenta de que estaba llorando sola en una sala llena de gente que me miraba "disimuladamente". Limpié las lágrimas de mis mejillas y traté de calmarme. Al poco rato apareció el doctor y me indicó que lo siguiera.
En una de las tantas camillas alineadas una tras otra, estaba Kuro acostado con las manos a los costados.
-Parece que no fue un golpe muy fuerte, solo presenta un hematoma en la cabeza pero nada grave. Está durmiendo.
-Entonces ¿puedo irme?
-No. Revisamos sus bolsillos pero no traía identificación alguna.
-Me dijo que se llamaba… – trataba de recordar el nombre cuando noté que el doctor ya no estaba a mi lado.
-Pague la cuenta y luego llévelo a casa.
-¡Oiga! – pero ni siquiera así se detuvo. Maldito doctor, ahora ¿qué haría con el chico? Ser un adulto es una lata, debes hacerte responsable por tus acciones y, lo peor, en casa no estarán mamá y papá para darte regalos o compensarte por tomar una buena decisión. Aunque hacía mucho que yo no contaba con mamá y ahora tampoco con papá. A veces recordaba todo lo que había pasado años atrás y lo inmadura que había sido al enfrentar esas situaciones, inclusive sentía remordimiento por obligar a Li a observar como protestaba contra el mundo tratando de autodestruirme.
Si es verdad que se casará… al menos quisiera decirle que nunca lo olvidé y que me está yendo bien en la vida aunque tuve algunos tropiezos menores. Sin darme cuenta algunas lágrimas comenzaron a caer de mis ojos, era triste pensar que él al fin había encontrado su felicidad cuando yo apenas flotaba como un barco de papel a la deriva. ¡No era justo!
-Una chica tan linda no debería llorar cerca de alguien que acaba de golpear.
Me sobresalté al escuchar la voz del chico. Pasé de la tristeza al asombro en un santiamén y eso pareció hacerle gracia.
-Pensé que nunca despertarías
-Lo siento, yo también pensé que podía cruzar el camino a salvo… pero ya ves.
-Te llevaré a tu casa y pagaré la cuenta del hospital. El doctor dice que tienes una contusión leve.
Él asintió. Fui a la caja y pagué los gastos, de seguro no tendría dinero el resto de la semana y todo por atropellar a un maldito chico. Regresé y vi que ese maldito chico se agarraba la cabeza con fuerza, corrí hasta la camilla y lo tomé por los hombros.
-¿Qué sucede?
-Trataba de recordar mi dirección y entonces… – de nuevo se agarró la cabeza, esta vez llamé al doctor y él acudió inmediatamente. Me hicieron salir de la sala y esperar una vez más en aquellas incómodas sillas afuera.
-¡Sakura! – escuché la voz de mi amiga como si se tratara de un ángel. ¡Al fin! Apenas llegó me abrazó y acarició mi cabello, era bastante reconfortante tenerla a mi lado a pesar de que muchas veces me hacía desatinar. – ¿Todo está bien?
-No, ¡no está bien! – de nuevo comencé a llorar, comenzaba a creer que tanta susceptibilidad solo se podía deber a que mis días rojos estaban cerca. ¡Maldición! ¿Por qué debía ser castigada cuando yo no deseaba tener hijos en un futuro cercano?
-¿Por qué?
-Lo atropellé y el doctor dijo que está bien pero – un largo sollozo me impidió continuar – pero parece que no recuerda dónde vive y no sé qué hacer. No sé…
-Ay Sakura solo tú puedes no llegar a una junta y atropellar a alguien en el mismo día – lo dijo de una manera tan irónica que me fue imposible seguir llorando sin soltar una carcajada. Y así de pronto ambas estábamos riendo en medio de la sala, como dos locas que ríen en un funeral. Todos nos veían y decían cosas, pero con Tomoyo siempre era así, no había desarrollado la capacidad suficiente para ignorarlos aunque resultaba fácil descifrar las cosas que decían – Anda, quiero saber a qué clase de persona atropellaste.
Entramos al lugar de las camillas y el doctor me llamó, mientras ella fue directo a la camilla del paciente.
-En la resonancia no aparece ningún síntoma de pérdida de memoria, quizás es solo algo temporal. De todas formas debería reportar a la policía que se ha encontrado al chico.
-Eso haré – él asintió y de nuevo se despidió. ¡Genial! ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Llevarlo a casa? No podía vivir con nosotras. No podía…
-Vaya Sakura, escogiste un chico muy lindo para casi matar
-¡Tomoyo! – al parecer se llevaba de maravilla con Kuro y eso que llevaban quizás dos minutos de conocerse, ya podía imaginar mi vida hecha cuadritos por ambos si es que convivían más tiempo. ¡Definitivamente no!
Aunque tenía razón. No lo había notado pero Kuro era un chico bastante ¿peculiar? Tenía el cabello negro y algo largo, sus ojos eran de un azul cenizo y su tez era blanca aunque quizás un tono más arriba que la de mi amiga. Vestía como yo solía hacerlo en mi época estudiantil, con pantalones de mezclilla y camisas negras, nada que llamara demasiado la atención a las demás personas.
-¿Cuántos años tienes?
-Tengo 19
-¿Y si recuerdas todo, por qué la dirección no? – él solo alzó los hombros con indiferencia.
-¡Ay Sakura! Llevémoslo a casa, estoy segura de que esta noche ni aunque lo golpees recordará
No era mala idea, pero considerando que sería considerado violencia decidí ceder.
-Bien
Y así Tomoyo y yo nos habíamos hecho de pronto con un pequeño problema de 19 años. Lo llevamos a casa, le dimos algo de la ropa que había dejado alguna vez el exnovio de la morena y una manta para que se acomodara en el sillón. Comía como un ejército, vacío nuestro refrigerador y aun así seguía teniendo hambre.
-No sabía que los jóvenes comían tanto – dijo Tomoyo asombrada al verlo comer su segundo tazón de fideos como si fuera el primero. Apenas bajó el tazón vacío a la mesa su estómago gruñó una vez más. Solo teníamos dos paquetes de fideos, uno para ella y otro para mí, así que por el momento nuestras provisiones estaban un poco escasas.
-Lo siento, es que esto del desarrollo consume muchas calorías
-¡Eso es en la adolescencia! Tú ya eres un adulto joven – Kuro solo me sonrió y volvió a alzar los hombros. Comenzaba a exasperarme ese gesto suyo.
-Bien, tenemos helado, fresas, dos yogurts, mantequilla, esto… ¿Qué es esto? ¡Está verde! – Tomoyo tenía en la mano una bolsa de contenido sospechoso y tan pronto como dijo esto lo lanzó contra la pared como si fuera la campeona en lanzamiento de bala. La bolsa explotó al chocar contra ella y pronto tomó el mismo color verde que aquella cosa.
-¡Tomoyo! Ahora tenemos que limpiar toda la pared
-Lo siento – de pronto el chico comenzó a reír, reía tanto que pensamos caería de su silla. Ella y yo nos miramos y luego comenzamos a reír. Estuvimos haciéndolo hasta que el estómago nos dolió y no pudimos más.
Al parecer, el destino sí seguía funcionando. Esperar a Shaoran Li estaba resultando más entretenido de lo que esperaba.
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Notas de rainy:
Bien, creo que lo importante ya lo dije allá arriba jajaja así que espero les haya gustado el primer capítulo. Sigo teniendo la idea de que el amor joven es bastante inestable así que bueno ya que Shaoran se desvivió por Sakura en el pasado ahora era su turno de hacer algo por él y creo que es un lindo detalle que ella lo esté buscando. Aunque no lo encontró por el momento…pero ya veremos después :D qué les pareció Kuro jajaja un personaje sacado de mi pura imaginación xD ok bueno tengo mucha tarea TT_TT aunque es la segunda semana de clases apenas, así que los dejo para que escriban lindos y preciosos comentarios (espero) que me alegren la vida jajaja.
Nos leemos!
