El espejo de Incanta.

Disclaimer: Tinkerbell y el tesoro perdido es propiedad de Disney esta historia solo tiene como finalidad hacer pasar al lector un rato agradable y participar en el Reto #2: "¿Y si...?" del foro "El Valle Encantado: Dónde la magia comienza".

Los piratas finalmente lo habían conseguido, habían atrapado un hada, ¡El espejo de Incanta era suyo! ¡Finalmente era suyo!

El primer deseo de esos rufianes fue conseguir un tesoro como no se había visto nunca ni en Tierra Firme ni en Nunca Jamás, un tesoro tan extraordinario y sorprendente que solo podía ser imaginado la ambiciosa mente de los piratas; lo que no sabían esos hombres inconscientes era que el reflejo de las joyas, los diamantes y el oro que se acumulaba en el fondo de su viejo y desvencijado barco solo mostraba la avaricia que carcomía sus almas, no solo el tesoro lo reflejaba, también el espejo…

Con el segundo deseo pidieron ser invencibles y poder surcar los mares sin temor a ser derrotados por ningún otro navío, ¡Ningún hombre podría contra ellos! El espejo les concedió lo que pidieron, ahora la pureza del cristal no solo reflejaba su avaricia sino también su maldad… Y semejante maldad no podía ser soportada por alto tan puro y noble como el espejo de Incanta…

Así fue que esos piratas fueron cambiando, fueron dejando salir su lado más brutal, más salvaje, más sucio y atemorizante aun entre ellos mismos, se fueron convirtiendo en animales, fueron olvidando lo que alguna vez fue ser hombre, y algo que nunca conocieron, el ser un hombre bueno… fue así que en un momento dado ya convertidos en una plaga animal dejaron de controlar su barco y el tesoro junto con el mágico espejo de Incanta se perdió para siempre; pero, no se destruyó ni desapareció de Nunca Jamás, no, se quedó en el barco que nunca se hunde vigilado por cientos de ojos rojos, patas peludas, garras sucias, afilados colmillos… Se quedó solo olvidado entre las galeras de los piratas ahora convertidos en ratas.

En ratas malvadas como habían sido los piratas cuando tenían forma humana, se habían quedado sin el último deseo, sabían que un día, no sabían cuándo pero sí que un día, alguien iría por el tercer deseo pendiente, ¡No podían soportar la idea de que alguien se atreviera a robar sus tesoros y el deseo!

Habían olvidado que era ser hombre, pero no olvidaban la maldad y la ambición… ¡Pobre de aquel que osará arrebatarles lo que con garras y colmillos tan celosamente custodiaban!

Con lo que no contaban los piratas-ratas era que quién buscaba en esta ocasión el Espejo de Incanta era nada más y nada menos que Tinkerbell y no iba sola, iba acompañada del noble Terrence y el valiente Blaze…

-¡Ratas! –gritó Tink corriendo lo más rápido que podía junto a Terrence por las descomunales teclas del viejo piano- ¡Lyria nunca dijo nada sobre ratas!

Fin.

._.

Siempre me pregunté qué les había pasado a los piratas en Tinkerbell y el tesoro perdido, por qué habían dejado su barco abandonado, bueno, el reto de El Valle Encantado era el momento perfecto para lanzar mi teoría de ¿Y si las ratas que persiguen a Tinkerbell y Terrence en el barco pirata realmente eran los piratas de la historia de Lyria? Podría ser ¿no?

Tavata.