Te quiero completa
Hinata
Estaba boca abajo sobre mi cama, él buscaba sus prendas por mi habitación para irse. Las vacaciones estaban terminando y durante este tiempo he estado teniendo sexo con Sasuke-kun, no es como que estuvimos en mi departamento todo este tiempo encerrados haciéndolo sin descanso, pero él ha venido aquí con frecuencia y es lo único que hacemos, no hablamos, no comemos, simplemente tenemos sexo y lo disfruto mucho, Sasuke-kun es bastante intenso y se que también lo disfruta por eso viene a mi casa buscándome. Me recargue en mi lado izquierdo apoyando la cabeza en mi mano.
-Te vas- dije, no era pregunta ni reproche solo una simple observación.
-Naruto insiste en que lo acompañe- ahí estaba su frase de despedida, antes de irse decía algo como "tengo que ver a mi hermano" o "hay algo que debo hacer", no es que le exigiera una explicación soy consiente de que lo que tenemos solo es sexo, muy buen sexo a mi parecer, después de eso no tenemos nada.
Caminó hasta la puerta de mi cuarto y se detuvo en el marco.
-Linda pose- y sin más salió, le oí bajar por las escaleras y después escuche la puerta cerrarse.
También debía levantarme, tenía cosas que hacer. Me deshice de la sabana que cubría mis piernas para ir a ducharme, pero me detuve en el espejo y toque mi pechos, no había que pensar mucho para saber que mi mayor atributo era el preferido de Sasuke-kun, tenia marcas en ambos hechas por su boca e incluso eyaculo sobre ellos en una ocasión cuando le dije que no me sentía segura haciéndolo durante mis días, pero eso no le impidió excitarse con el gran par que tengo hasta derramarse en ellos. Regrese al camino de la ducha y abrí la llave, tal vez lo dejo hacer lo que sea con mi cuerpo pero no es que me disguste lo que hace y si con eso él también disfruta ¿por qué no dejarlo que lo haga? De cualquier forma seria malo que solo uno gozara sin el otro; el agua caliente me caía en la espalda y comencé a tallar mi cuerpo con el jabón, cada parte que tocaba ya había sido tocada por Sasuke-kun no había lugar desconocido en mi piel para él y tal vez también no quede ninguna parte que yo no halla tocado de él y aún así venia a disfrutar de mi y yo de él, siempre en una postura nueva. Me envolví en la toalla y regrese a mi cuarto a vestirme me puse un juego de lencería morado con encaje negro donde el bra se abría por enfrente, era pretencioso lo se, pero cuando mi amante regresó al día siguiente de la primera vez y al día siguiente de ese, fui a surtirme de ropa interior más provocativa y claro que dio efecto, en esa ocasión llego a venir más de una vez y como agradecimiento, al menos yo así lo tome, él se quedo tumbado conmigo por un largo rato, algo que no hizo las primeras veces donde solo esperaba a que recuperara el aliento para luego partir. Tome una blusa blanca de manga larga, un short negro que me llegaba a la mitad del muslo y un par de tenis, me acerque al tocador para cepillar mi larga cabellera, tal vez ya es hora de un corte y por ultimo un poco de brillo en mis labios, no era fanática del maquillaje en realidad prefería dormir 5 minutos más antes de pasar ese tiempo frente al espejo maquillándome, pero mis labios se resacaban con facilidad así que el brillo era la excepción.
Pasaban de las 11 am cuando salí de casa, aún me era extraño no decir "adiós" o "ya llegue" cada que pasaba la puerta pero era un logro para mi el poder hacerlo, tarde 3 años en convencer a mi padre que no era bueno para alguien de mi edad cambiar de escuela cada año gracias a sus largos viajes de negocios y termino accediendo con la condición de que mi primo me visitara regularmente y pues su universidad que queda a 40 min del departamento, estas visitas fueron frecuentes en mis primeros meses sola pero poco a poco se fueron reduciendo y yo lo entiendo ningún universitario quiere hacer de niñera de su prima menor. Vivir sola también tenía desventajas, una de ellas era tener que hacer las compras yo misma y cargarlas, no es como que comprara mucho, es decir, solo soy yo en casa el problema era que a los del supermercado les gustaba poner una cosa por bolsa y al final terminaba con muchas bolsas que cortan la circulación de los dedos en mis pequeñas manos y tenía que hacer paradas para reacomodármelas, quizá sería más fácil tomar un taxi o un bus pero me gustaba caminar aunque fuera una tortura para mis manos, tal vez soy masoquista.
Termine mis compras muy rápido, no solía demorarme en ese lugar, algunas cosas para la casa y cosas de papelería para la escuela, regresar a clases me emocionaba esta sería la primera vez que cursara dos años seguidos en la misma institución, no tendría que pasar por no tener miedo y hacer nuevos amigos, ya que tendría a los mismos de antes. Llegue a la entrada de mi casa baje las bolsas que ya dejaron marcas en mis palmas para poder abrir la puerta cuando escuche su voz.
-¿Necesitas ayuda?- gire un poco mi cuerpo para verle la cara, su sonrisa ladina y ese brillo en sus ojos que me pedía por dejarle pasar.
-Si- deje en tono bajo para luego abrir la puerta.
Él tomo las bolsas, mantuve la puerta abierta para que él entrara, cerré la puerta, apenas me voltee y ya lo tenía sobre mí, sus manos en mi cadera apegándome a él y su boca en mi cuello, pase mis manos por su espalda y las suyas fueron a mi trasero, lo estrujaron y luego bajaron a mis piernas, me pego a la puerta para subir mis piernas a su cintura, me encantaba tenerlo tan cerca como ahora pero la ropa me estorbaba, me enrede a su cintura y busque el fin de su playera para comenzar a subirla y quitársela de una vez.
-¿Tienes prisa?- murmuro en mi cuello.
-Solo ansias- rio un poco y levanto los brazos para que saliera con facilidad su prenda.
Metió sus manos debajo de mi blusa y acaricio mi piel, gemí, sabia que en cuanto mi ropa comenzara a estar en suelo ese tacto suave de él se iría y comenzaría a acariciarme con esa intensidad que ya deseaba, nos movió de la entrada al sillón, otra vez el sillón, me gustaba lo que el espacio limitado nos hacia, estar rosándonos todo el tiempo, se sentó, yo me recargue en mis piernas y comencé a restregarme en él, sentía su excitación en su pantalón y estaba por volverme loca por que la introdujera en mi. Sus manos subían y con ellas mi blusa, fue mi turno de subir las manos y sabia que significaba eso, intensidad, la dejo caer a cualquier lado y gruño, se relamió los labios y no perdió más tiempo se acerco a mis pechos y los lamio, con los dientes buscaba mi pezón por sobre la tela de mi sujetador mientras sus manos subían y bajaban con insistencia por la piel descubierta de mis piernas yo me apoyaba en sus hombros y seguía moviendo mis caderas sobre su pantalón mientras suspiraba en respuesta a sus caricias.
-¡Ah!- grite cuando sus dientes encontraron mi pezón.
Baje las manos a su pantalón y lo desabroche, metí una mano y saque su miembro, movía mi mano de arriba abajo, Sasuke-kun me rodeo con un brazo la cintura y me atrajo a él yo me subió un poco quede hincada sobre en sillón con él entre mis piernas, desabrocho mi sostén y ataco mi busto como otras tantas veces antes.
-¡Ah!- mi voz subía cada vez más y yo apretaba su erección.
Su otra mano entro en mis shorts y se coló en mis pantis, frotaba mi botón y buscaba meter sus dedos, cuando lo consiguió los dedos de mi mano libre se encajaron en su hombro.
-No te escucho Hime- su voz ronca, me encendía y comencé a soltar gemidos que fueron incrementando.
-¡Sasuke-kun!- mi orgasmo llego, al menos el primero de esta ronda.
Saco su mano y se chupo los dedos, me estrujo un ceno y la mano que me sostenía de la cintura subió a mi cabeza para empujarla hacia abajo, señal de que quería que la chupara, obediente me baje del sillón y me arrodille en el piso, sin pensarlo lamí su pene lentamente y luego lo metí a mi boca, Sasuke-kun gruñía y como era de esperarse no tardo en poner sus manos en mi cabello y marcar su ritmo, yo succionaba con fuerza su gran excitación hasta que me jalo del pelo para que lo dejara sentía mi saliva querer salir de mi boca así que chupe mis labios. Me sujeto por los brazos y me hizo ponerme de pie, siempre obediente a sus peticiones lo hice, tomo los extremos desbrochados de mis shorts y me acerco a él, beso mi vientre mientras bajaba ambas prendas yo me deshice de los tirantes del bra, levante los pies cuando las prendas llegaron hasta abajo, Sasuke-kun se levanto del sillón para quitarse los pantalones, me acerque a él para besar su pecho, él dio leves gruñidos y mis manos vagaron por la parte superior de su cuerpo y luego las fui bajando, poco me falto para llegar a su trasero cuando me hecho al sillón y vi su sonrisa completa, sabia era lo que quería ahora y se lo daría porque también lo quería, tomo mi pierna izquierda y la recargo en su hombro y adentro su más que excitado miembro en mi.
-¡Ah!- y la mejor parte inicio.
Entraba una y otra y otra vez, tres lentos y luego rápido, solo me daba unos segundos para recuperar algo de aliento y volver a moverse rápido hasta que todo fue rápido.
-¡Sasuke-kun!- el que dijera su nombre le encantaba.
-Mala suerte Hime- salió de mí para meter su pene en mi boca, lo recibí gustosa y lo succione con ganas hasta que sentí su semen salir de él para entrar por mi garganta, lo trague, parecería que su semen ya es parte de mi dieta. Se tumbo del otro lado de del sillón y marco caricias en mi tobillo con su mano derecha. – Hay que subir, te debo un orgasmo.
Cuando nuestras respiraciones se calmaron un poco subimos a mi cuarto, se sentó en la orilla de la cama y me pidió que me sentara en sus piernas y que le diera la espalda a él, movió mi cabello por encima de mi hombro derecho y dio pequeñas mordidas en mi cuello, sus manos vagaban por mis muslos, mi trasero rosaba a propósito con su miembro, y un par de dedos se colaron entre mis piernas se movían rápido, lo quería dentro ya, mi desesperación me hizo pasar una mano detrás de mi para buscar su pene y ayudar a excitarlo pero él me lo impidió.
-Tócate los pechos- esta vez quería que lo excitara de otra forma por es se sentó frente a mi espejo de cuerpo completo.
No me resistí y comencé a frotarme los pechos uno con el otro, pase a mis pezones los pellizqué y los jale, desde que tuvimos nuestro primer encuentro sexual había dejado de masturbarme, si ya tenia a alguien que satisfacía mis ganas, tocarme yo misma ya no tenia sentido, recargue mi cabeza en su hombro y me toque los pechos con insistencia, jalaba y jugaba con mis pezones con fuerza.
-Sasuke-kun- suplique mis caricias y sus ahora tres dedos dentro de mi hacían que mi cuerpo ardiera, pero lo que quería era el orgasmo que me debía, provocado con su pene dentro de mi vagina penetrándome con la fuerza que solo Sasuke-kun me daba.
-Pero lo haces muy bien, así te ves hermosa Hime.
-Por favor Sasuke-kun- mordía mi labio inferior con insistencia, me resistía a llegar solo con esto, lo quería a él, dentro, empujando, ¡Lo quería ahora!
Saco sus dedos, me pellizco las pompis para que me levantara un poco y que él pudiera acomodar su excitación en mi entrada, cuando sentí la punta simplemente baje de sentón, Sasuke-kun rio por un segundo hasta que me moví con insistencia, él volvía a gruñir.
-¡Ah! ¡Sasuke-kun!¡Ah!
Por el espejo veía su mirada fija en mis cenos, al parecer le gustaba el rebote que provocaba mi movimiento, así que me apoye con mis manos en la cama y subía y bajaba de forma más rápida, el bote de mis pechos aumento y él movió sus cadera con fuerza.
-¡Ah! ¡Sasuke-kun!- y llegue al mejor orgasmo que he tenido hasta ahora, Sasuke-kun no me dejo detenerme, enterró sus manos en mis caderas tomando el control me subía y bajaba a placer.
-Abre la boca- su voz sonó más ronca que nunca.
Abrí mi boca para él, me saco su pene de golpe que hasta esa fue su salida más rica que me ha dado, quede sentada en la alfombra de mi cuarto, metió su pene erecto y caliente tan duro que mi cabeza fue a dar contra el colchón, Sasuke-kun me penetro la boca con la misma rudeza que me penetraba la vagina hace un momento que no me daba tiempo para chupar o succionarlo como solía hacerlo, la punta de su pene terminaba rosando mi garganta, eyaculo , tuve que dar tres tragos grandes para pasar todo su semen, tal parece que no fui la única en esta habitación en tener un gran y glorioso orgasmo.
Saco su miembro de mi boca e intentaba recuperar el aliento estando de pie recargando sus manos en el colchón, me acerque a limpiar su miembro con la lengua, él rio satisfecho.
-Ven a la cama.
Después de un par de visitas al inicio de las vacaciones, después de tener sexo me sentía cargada de energía, pero esta vez, nuevamente me sentía soñolienta. Sasuke-kun estaba boca arriba con su brazo derecho estirado en la cama y con su otra mano alaba hebras de mi cabello, yo le daba la espalda con mi cabeza recargada en su brazo estirado e intentaba no quedarme dormida. Ambos estábamos cubiertos por la cobija hasta la mitad de nuestros cuerpos.
-Duerme- susurro Sasuke-kun
Y como ya era la costumbre, obedecí.
