Toda su vida la vivió sin tomar mucho en cuenta su al rededor.

Pero era sincero y tal vez era su sinceridad lo que lo hacía especial.
Puesto que logró tener un trabajo estable; bastante por así decirlo.

Y tenía ahora mucho dinero, pero
Realmente no era lo más importante.

Un vago recuerdo le vino a la mente, cuando era pequeño y no sabía ninguna de las respuestas del exámen de 2 año de secundaria.

Todos lo miraron, pero él, sólo miraba desinteresado la hoja frente a él.
Entonces, al momento de entregar.
Todos como esperando algún motivo, no le despegaron los ojos.

Él solamente, tomó su hoja y dijo

"Para qué engañar, eso es feo. Si no se nada, no sé".

y entonces ahí terminó.
Pudo salir de ahí de alguna manera.
Era fiel a lo que sentía y lo que creía.

Algo muy noble, más, en esta época,

Pero no estaba completo. Sentía una alta necesidad de algo o alguien.

Ese maldito vacío emocional.
Conduciendo su buen coche (auto), llegó a una estación debajo de cerezos (arbol japonés bastante común) con un periódico en mano.

Y ahí miró a alguien extraordinaria.
Una chica bastante fina, hermosa con una sonrisa encantadora.

Todo lo que él necesitaba ¿no?.

Pero lo que más le encantó fue la historia de su vida.
No era para nada feliz, para nada honesta, para nada fina.

Todo lo opuesto a todo lo que él le había pasado.
Le cautivó.

Y la cautivó.