Capítulo 1. Empecemos a trabajar.

Estamos en las oficinas de gobierno donde se administra la Policía Federal, al Sur de la Ciudad de México. Es el piso destinado al Departamento de Homicidios. La oficina de Kagome es de dos punto cinco metros cuadrados, tiene un escritorio, una laptop, teléfono, un perchero, un archivero, un par de sillas y montones de documentos regados por todos lados. En el resto del piso hay escritorios distribuidos simétricamente, archiveros, sillas de oficina, se pueden ver tanto la instalación eléctrica como la calefacción algo deterioradas.

Todos los burócratas visten formalmente, los hombres con traje y zapatos negros, las mujeres muy arregladas, con zapatillas, haciendo ruido al caminar. El reloj de la oficina marca las 9:05 horas. Kagome aparece vestida con un pantalón de mezclilla ajustado, una playera también ajustada, tennis para correr, sudadera en mano y una bolsa que parece más una mochila, que un accesorio femenino.

-Buenos días. ¿Se puede saber qué hacen todos reunidos alrededor de la cafetera en lugar de estar trabajando? -dice Kagome molesta.

-Buenos días Jefa, nada, sólo vinimos por café, enseguida nos vamos a nuestros lugares -responde Nobunaga nervioso y todos se van a sus escritorios.

-Una no puede llegar cinco minutos tarde porque enseguida holgazanean -Kagome habla entre dientes y camina apresuradamente hacia su oficina, pero enseguida da vuelta.

-Qué genio, lo que le hace falta es casarse -murmura IZUMOa uno de sus compañeros.

-¡Se les paga para que trabajen, no para que vengan a socializar! -grita- Si no quieren que nadie les diga lo que tienen que hacer, presenten su renuncia y así ustedes se libran de mí y yo no tengo que soportarles la pereza -Kagome entra furiosa a su oficina y da un portazo, cinco minutos después aparece Kaede, mujer de edad avanzada, con un mensaje.

-Jefa, le recuerdo que dentro de media hora llega el Secretario de Seguridad Pública, los Jefes de Departamento tienen que darle la bienvenida -dice Kaede.

-Todo son cambios y cambios, una no puede trabajar en paz. ¿A mí que me importa que ahora tengamos que aguantar a nuestro Jefe directo aquí en las oficinas? ¡Como si no pudiera él tener su propio edificio! -Kagome apaga la comptutadora y sale de la oficina.

-Recuerde por favor mantener buenas relaciones, así el Departamento puede obtener más presupuesto, nos hace falta para las investigaciones -dice Kaede tratando de ser amable.

-Sí, Kaede, lo tendré en cuenta. Gracias por decirlo -agita la mano con un gesto de cansancio.

Kagome desciende por el elevador, baja en el vestíbulo, donde ya están reunidos todos los jefes de Departamento y formados conforme a su rango. Un hombre joven le toca el hombro y ella voltea molesta, pero luego se sorprende.

-¡Bankotsu! ¿Qué haces aquí? -Kagome abre mucho los ojos.

-¡Qué pregunta! Pues aquí trabajo, igual que tú. Cuando me dijeron quién era la Jefe del Departamento de Homicidios me vino tu imagen a la mente, pero nunca pude constatar que realmente fueras tú -Bankotsu sonríe.

-Yo siempre estoy en mi oficina, cuando no tengo que salir a campo a muestrear, bien podrías haber ido para saludarme, así que no me eches la culpa de nada. ¿Cuál es tu puesto? -Kagome recupera su seriedad habitual.

-¡Pero qué seria te has vuelto! Así que los rumores sobre ti son ciertos, sólo te interesa el trabajo. Bueno, tus motivos tendrás. Aunque no pensé que también a mí me trataras así. Respondiendo a tu pregunta, pues, estoy de Jefe de Sistemas -Bankotsu responde despreocupado.

Kagome lo interrumpe.

-¡Ah, qué bien! Desde que entré aquí, no han sido capaces de montar el sistema en mi Departamento, ni una bendita computadora tenemos, para colmo de males, yo traje mi laptop para trabajar, pero no me la puedo llevar a mi casa, porque resulta que como tiene información confidencial, ¡ahora es propiedad de la policía! Me dijeron que fuera a arreglar todo con el Jefe de Sistemas, pero como no quería perder el tiempo con algún burócrata, preferí trabajar a la antigüita. Me alegra saber que eres tú el encargado, espero que puedas montar el sistema lo más pronto posible -dice.

-Claro, Kagome. Sólo recuerda que tienes que seguir el protocolo, llenar unas cuantas formas, solicitar el equipo, etcétera. Pásate por mi oficina y con gusto te orientaré -responde Bankotsu sonriendo y la mira por encima del hombro.

-Y dices que a mí sólo me interesa el trabajo. Quieres que te trate como viejos amigos, pero en cuanto te pido un favor, me mandas a que realice el protocolo. Gracias, Bankotsu -Kagome entorna los ojos, luego los cierra y suspira.

Todos guardan silencio por un momento, se alinean y adoptan la postura de firmes. Hace su entrada una escolta de guardaespaldas, se situan a los lados de la puerta y entonces aparece un hombre elegantemente vestido, alto, delgado, de tez clara, larga cabellera argenta, ojos árueos. Camina sin prisa por entre los burócratas, los observa de pies a cabeza, todos vestidos uniformemente, su mirada se detiene ante una mujer que viste pantalón de mezclilla y tennis.

-¿Jefa del Departamento de Homicidios? Preséntese en mi oficina -le ordena el Secretario de Seguridad, serio, le echa un vistazo por encima del hombro.

-Claro Señor, enseguida -Kagome echa ligeramente hacia atrás la cabeza.

El Secretario de Seguridad Pública sigue su camino, detrás de él camina Kagome, todos la voltean a mirar. Cuando llegan a su oficina el hombre se sienta en su silla detrás del escritorio, luego le indica a Kagome con la mano que se siente frente a él.

-Kagome, como sabe, a partir de ahora la oficina de Seguridad Pública estará situada en este edificio. Me he enterado de que usted ha elucubrado numerosos casos que llevaban muchos años sin resolverse, además que ha ayudado a otros Departamentos a hacer su trabajo, y que, en líneas generales, mucho del mejoramiento en Seguridad Pública se lo debemos a usted -le dice el Secretario de Seguridad, serio, recargando el cuerpo en el respaldo de la silla.

-Los casos que resolví eran más que obvios, sólo hacía falta alguien que se dedicara en serio a ellos. En cuanto a ayudar a otros Departamentos, simplemente les di la información de la que disponía cuando sus casos se cruzaban con los míos, nada más. Pero me honra mucho que usted, Señor Secretario, reconozca mi trabajo -Kagome sonríe levemente.

-No es necesaria la falsa modestia, usted sabe lo que vale su trabajo. Déjeme decirle que si algo nos hace falta en la Secretaría de Seguridad Pública es gente comprometida con su trabajo, como usted. Las cosas serían muy diferentes si todas las personas cumplieran con su deber. Sin embargo, parece ser que el mexicano promedio simplemente cumple a medias con dicho deber y a veces ni eso. No debería ser tan exigente con los demás, Kagome, comprenda que no todos tienen su capacidad. Pero no malinterprete mis palabras. Me alegra que haya personas que denuncien la incompetencia ajena, además de dar lo mejor de sí mismas. Espero que siga trabajando como hasta hoy. La llamé a mi oficina porque quiero que se sienta con plena confianza de pedirme lo que le sea necesario para agilizar su trabajo. No dude en solicitar nada. Por supuesto, también le agradeceré que tenga a bien... ¿cómo decirlo? Informarme, cuando alguien obstruya su trabajo -el Secretario de Seguridad la mira fijamente a los ojos, Kagome le sostiene la mirada.

-Le agradezco Señor Secretario, de hecho, le tomo la palabra enseguida. Desde que llegué no han podido instalar el sistema en mi Departamento, inclusive traje mi propio portátil, pero ahora resulta que no puedo llevármelo a casa. Nos hace falta mobiliario, la calefacción no sirve, y me atrevería a pedirle que nos autorizara presupuesto para abrir el laboratorio. ¡No tenemos dónde hacer pruebas de ningún tipo! -dice Kagome.

-¿Entonces cómo ha estado trabajando? ¡Es inaceptable! -exclama el Secretario de Seguridad, abre los ojos y frunce el ceño, luego presiona el botón del interfon que está en su escritorio- Jaken, ven por favor.

Entra un hombre de edad avanzada, vestido muy formal, inclina la cabeza ante el Secretario.

-La Jefa de Homicidios tiene una serie de tareas, quiero que las tengas listas para hoy mismo, da las órdenes para que quienes tengan que trabajar lo hagan en el menor tiempo posible y supervisa tú mismo todo -le ordena el Secretario de Seguridad.

-Se hará como usted ordene Señor Sesshoumaru -Jaken vuelve a inclinar la cabeza.

-Muchas gracias, Señor Secretario -Kagome le extiende la mano y sonríe.

Kagome se pone de pie y se dirige a su oficina, Jaken la sigue. En el camino le dice todo lo que necesita. Cuando llegan a la oficina de Kagome, Jaken se retira, pero de inmediato llega personal de todas las áreas y empiezan a trabajar, haciendo mucho ruido. Nobunaga irrumpe en la oficina de Kagome con un folder en la mano.

-¡Jefa! ¡Tenemos otro decapitado! -entra Nobunaga y le extiende el folder que lleva en la mano.

Kagome le arrebata el folder y lo hojea rápidamente.

-¡Maldita sea! Es el mismo estilo, ¿diste la orden de que no movieran nada hasta que nosotros llegáramos?

-Sí Jefa, pero usted sabe cómo son. Sería mejor que nos apresuráramos antes de que llegue alguien, por el momento sólo está la patrulla que lo encontró -responde Nobunaga.

-Tienes razón, vámonos de una vez, espero que encontremos un conector.

Kagome sale acompañada de Nobunaga, cuando van saliendo se tropiezan con Bankotsu.

-Gracias por venir a instalarnos el sistema tan pronto, amigo Bankotsu -dice Kagome sonriendo.

-Para eso estamos los amigos, no se te olvide que hay que llenar las formas correspondientes -contesta Bankotsu serio.

Interviene de inmediato Jaken, quien alcanzó a escuchar.

-Jovencito, ¿quiere que reporte su conducta al Señor Secretario? Sus órdenes son absolutas, las tiene que obedecer le guste o no -dice Jaken mientras lo señala con el dedo.

-No hay problema, yo llenaré las formas por ti, Kagome. No estoy discutiendo las órdenes del Señor Secretario -Bankotsu agacha la cabeza molesto.

Kagome y Nobunaga se dirigen al lugar de los hechos a recoger evidencias.

Espero les haya gustado. Estoy abierta a todo tipo de críticas y comentarios, desde mentadas de madre, hasta que me digan que es blaghhh, claro que si les gustó, también me lo pueden hacer saber :D

Aclaración:

Originalmente el escrito estaba pensado como guión de telenovela, así que la primera vez que lo publiqué estaba en un formato distinto, ofrezco una disculpa por los cambios realizados, sin embargo, la escencia del contenido es la misma.

¡Saludos!