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Las personas simplemente pasaban a su alrededor. Tal vez por que estuvieran demasiado ocupados con su destino o solo por que no querían ponerle atención al chico rubio que estaba de pie en medio de ese gentío. A pesar de que todo se movía, él era lo único que permanecía inmóvil. No sabía por que estaba ahí ni por que no se movía. De lo único que estaba conciente era de su soledad. ¿Cómo es posible estar rodeado de tanta gente y aún así sentirse tan solo? se pregunto a sí mismo. De repente sintió una mirada a sus espaldas. Se volteó lentamente para encontrarse con la mirada de otro chico. La única persona que al parecer, lo notaba. Era bastante parecido a él, sin embargo, no eran iguales. Ese chico tenía el cabello de su mismo color, rubio, pero en un tono más opaco. Aún así, lo que más destacaba eran sus ojos, unos ojos de color rubí intensos. Esos ojos rubí se quedaron mirando la cara de perplejidad de Naruto. El rostro del otro chico cambio hasta que sus labios se curvaron en una media sonrisa, un sonrisa malévola…
En ese instante Naruto despertó de su sueño. Con la respiración agitada y bañado en sudor se sentó en su cama. Ese maldito sueño llevaba acosándolo desde hacia semanas, ya estaba harto. Se desperezó y se incorporó en su pequeño departamento. Hoy era su primer día de clases, y no le hacia ni pizca de gracia. Entraba a cuarto año. Suspiró al pensar que por muy poco había pasado de año. Se animó, este era uno nuevo ¿Qué podría salir mal?
Después de haberse bañado y vestido con el uniforme del colegio, un saco negro abierto sobre una camisa blanca de botones y un pantalón verde oscuro (solo imaginenselo!! XDDD), tomó un plato y se sirvió de su rámen favorito (hay cosas q nunca cambian jaja). Mientras comía con aire ausente, los recuerdos de su última pesadilla empezaron a aflorar en su mente. ¿Por qué había estado soñando lo mismo desde hacia tanto tiempo? ¿Por qué ese sueño lo ponía tan nervioso? Miró el reloj y se dio cuenta que le quedaban diez minutos para llegar al colegio. Terminó su rámen y salió corriendo de su casa. No tuvo tiempo para seguir pensando en su extraño sueño.
Llegó al instituto justo cuando la campana daba su último toque, Apenas pensó. La mañana transcurrió normal, después de la acostumbrada asamblea de principio de curso, Naruto se dirigió a su clase, la 4ª. Se sentó en un escritorio y empezó a escuchar música viendo hacia la nada hasta que un cabello rosa llamó su atención. Sakura-chan esta en mi clase!! Pensó alegremente. No pudo contener una sonrisa hacia la chica a lo que ella respondió con una mueca de asco.
Con una última campanada todos se sentaron y el profesor entro en al aula.
-Mi nombre es Hatake Kakashi y voy a ser su profesor de literatura y también su tutor. (sip de milagro llego temprano XD)
Hizo una pausa antes de continuar.
-Para empezar con las presentaciones quiero que conozcan a su nuevo compañero, Uchiha Sasuke.
En ese momento un chico de ojos y pelo negro como la noche y piel nívea como la nieve entró en el salón despertando un sonido de admiración entre todas las chicas de la clase, incluida Sakura, para desgracia de Naruto. La verdad el muchacho era bastante guapo, las chicas del instituto Konoha jamás se habían topado con tanta perfección, ni siquiera el más guapo del instituto estaba a su altura. Ninguna le quito los ojos de encima ni dejó de comérselo con la mirada mientras el pelinegro recorría el camino hasta situarse al lado de Kakashi-sensei.
-Ahora por que no te presentas, Sasuke-kun?- Pregunto Kakashi-sensei con una sonrisa que estaba cubierta por una bufanda q le tapaba toda la boca.
-Hmph- fue la única respuesta de él.
Presumido pensó Naruto.
El resto de las clases transcurrieron con normalidad. El chico nuevo se concentraba en la clase y no parecía darse cuenta de las miradas enamoradas de sus compañeras y las miradas envenenadas de sus compañeros. Durante el recreo, mientras escuchaba música, en la transición de una canción a otra, Naruto captó el fragmento de una conversación.
-… sí! Escuche que toda su familia murió en un incendio cuando el tenía 12 años!
En este punto Naruto ya le había bajado todo el volumen a su reproductor de música.
-¿Enserio? ¿Es huérfano?
-Sí, pero no parece que eso le importe a las chicas, están babeando por el tipo.
-¡Sí! Solo por que tiene una "cara bonita". Estoy harto de que los huérfanos acaben con nuestra diversión.
Tres pares de ojos se clavaron en la espalda de Naruto. Todo el instituto sabía que él no tenía familia, pero no por eso demostraban lástima hacia él, aunque una parte de sí agradecía eso enormemente, más bien los estudiante solían rechazarlo y no solo ellos, la mayoría de los habitantes del pueblo le ponían mala cara cada vez que lo veían. Todo esto se debía a una sencilla razón: todo el pueblo conocía su historia y sus orígenes. Su madre había muerto al darle a luz y su padre no era muy respetado que digamos. Su padre había sido un delincuente que había matado a varias mujeres en el pueblo antes de ser atrapado y ejecutado. Había dejado un desastre y ahora Naruto debía cargar con la responsabilidad de lo que su padre había hecho, por si no fuera poco el parecido con su padre lo delataba a cada lugar que iba.
Sin embargo, Naruto no se había percatado de ninguna de esas cosas. Su atención había quedado en dos palabras "… es huérfano". ¡Igual que yo! Pensó. Ese chico frío y de rasgos afilados estaba completamente solo en el mundo, igual que él.
