Hello Boys and Girls! Con la firme intención de animar a mis compañeros Ichirukistas debido a los últimos sucesos en el manga T-T, vengo con una nueva historia, que si mis cálculos no me fallan, sera de unos cinco capítulos, a menos que se me ocurra otra cosa ¬3¬. Quería publicar Alergia primero... pero perdí el ultimo capitulo ._.U y es imprescindible que lo encuentre, si no tendré que volver a escribirlo -.-U ya que es la resolución de todo el embrollo... En fin, soy desordenada como podrán ver, y no tengo remedio xD
Este capitulo es solo el prologo... por lo que es cortito, pero si quieren más, ya saben donde pedírmelo... sus reviews serán contestados en mi blog, el enlace esta en mi profile.
Disclaimer: Bleach y sus personajes aquí involucrados le pertenecen a Tite Kubo, un hombre que si no arregla la situación actual de Ichigo... sera descuartizado por mi persona ^-^***
Advertencias: Lime y Lemon. Situaciones subidas de tono. Cambio de rating T a M en el siguiente capitulo. Inspirado en el Dorama del mismo nombre, solo en la premisa, nunca lo he visto ni se como termina o va.
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Anego
X
T-Annita
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+++ Sin duda, era la mejor que se haya conocido en el ramo,
no podía negarlo…
mas su fiera personalidad,
su hipocresía,
su diminuto tamaño,
y la obvia falta de otro tipo de "personalidad"
tiraban a la borda, sus demás cualidades
y lo peor de todo
no eran sus dibujos de horrendos conejos
si no…
que aun así la encontraba increíblemente
Sexy +++
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No estaba bien desde un principio y lo sabía.
Estaba al tanto que el tabú en relación a las edades estaría siempre presente.
Y le daba igual.
No deseaba pensar en ello, por lo que mejor se concentro en su tarea.
Repartió caricias por donde se le antojo irresistible. Y recargó su cabeza en ella.
El sutil suspiro emergido de su comisura labial, fue suficiente para erizarle los bellos de la nuca.
La cercanía denotaba claramente un abrazo. Los brazos masculinos se aferraban con firmeza y ternura a la cintura y cabello de la pequeña fémina. La acorralada se limitaba a mantener el contacto con ayuda de sus piernas.
Sus pequeñas manos viajaban por su gran espalda, alternando ligeros círculos con el rose literalmente agresivo de sus uñas. Sabía que eso le dejaría adolorida la espalda al día siguiente. Poco le importó, los escalofríos que le invadían bien valían la pena, además de que este era juego de dos.
Sacando el brazo que le sujetaba por arriba de las caderas, logro apoyarla por completo en la fría pared sintiendo cómo reaccionaba al fresco contacto con su espalda semidesnuda. Presiono su cuerpo contra el suyo con la doble intención de no dejarla resbalarse y conseguir acelerarle la respiración. Las intimidades de ambos palpitaban ansiosas, sobre todo la masculina, que parecía incomoda en su prisión. El joven sabía que si seguía así, terminaría por desesperarse y culminar él solo. Su real propósito se debatía entre su placer y hacerle rogar a la altanera mujer que sujetaba por sus caricias.
Una idea surgió en su perturbada mente.
Podía hacer ambas.
Relajó lo mejor que pudo su recién errática respiración. Acerco sus labios a la sien de la chica y descendió lentamente entre besos hasta llegar a su cuello y sonrió, le haría pagar por anticipado el ardor que sentiría al día siguiente al ducharse.
Reluctante, su lengua recorrió la piel blanca desde la clavícula hasta los hombros y con una paciencia que en su vida imaginó tener, esparció besos húmedos por este. Una dulce tortura para la mujer, conocía ese punto débil en ella, la sensibilidad de esta parte de su cuerpo era equiparable a las gemelas que estaban más abajo. Paseo sus labios por encima de la dermis para llegar a un punto en específico, uno entre su hombro y la nuca. Exhaló el aire caliente que contenía.
-¡Ichigo!- El gemido ahogado que soltó junto con su nombre le confirmó sus sospechas, si seguía así, ella sería la terminara desesperada.
Volvió a juntar sus labios en un apasionado beso. Sin tregua, ambas lenguas batallaban para ganar la dominación sobre el otro, cosa imposible, cabría de decir, si algo los distinguía y poseían en misma cantidad, era el no doblegarse ante nada.
La falta de aire se hizo presente. Sus respiraciones irregulares golpeaban la faz del otro, mezclándose entre sí, dando como resultado un vapor que aumentaba la humedad en los cuerpos de ambos.
Orbes ámbar y violeta se conectaban en perfecta sincronía. Parpados entrecerrados que denotaban la lujuria y la ansiedad de unirse al otro, pero sobre todo, expresaban ese sentimiento tan anhelado por todos.
Sabía que estaba mal… Que no debían…
¿Pero a quien le importaba?
En estos momentos, su único deseo era unirse a esa mujer y demostrarle lo que sentía.
-Te amo Rukia.
El brillo en sus ojos le confirmó que le correspondía de la misma e intensa forma.
Lo que hacía no estaba bien.
Pero en este preciso instante, el mundo podía irse al carajo.
Ella era su suya, y él mismo le pertenecía a ella.
Lo demás no le concernía a nadie.
No estaba bien y lo sabía.
Pero mientras fuese reciproco el sentimiento entre los dos, dejaría a un lado la diferencia de edades.
Porque a él… no le importaba.
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