Introducción

Indignado, Naruto caminaba pateando piedras, envolturas o cualquier tipo de basura que se la atravesara en el camino, minutos atrás había recibido la noticia por boca de Tsunade que su sexy no jutsu había sido agregado a la lista de jutsus inútiles en batalla del mundo shinobi. Claro, Uzumaki estaba en total desacuerdo con el calificativo, pues en algunas ocasiones le fue de gran utilidad como lo fue en batalla contra Ebisu y aunque no haya sido usado en batalla, también le sirvió para convencer a Ero-senin para que le enseñara otros jutsus.

—¡Que saben ellos!

Refunfuñó deteniendo su andar. Lo único que cruzaba por su mente eran las críticas a quienes fueran que calificaran los jutsus. "Cuando sea Hokage sacaré mi jutsu de la lista" pensaba. Y fue ahí cuando le vino una idea a la mente: si su jutsu fue puesto en esa lista injustamente, seguramente habrían muchos otros que serían útiles.

Con una astuta sonrisa corrió a los documentos de Konoha para hacerse de una copia de aquella lista; en cuanto la consiguió, corrió a su casa a leer con detenimiento cada título.

Transcurrieron tres horas desde que inició su lectura, ya estaba aburrido y fastidiado al no encontrar nada interesante. Había jutsus tan inútiles… ¿Quién y para qué crearía un jutsu para pintarles bigotes a los contrincantes? Bueno, no sería malo para una broma pero ¿un jutsu para hacer crecer las uñas de los pies? Vaya que había gente con mente retorcida.

—Aquí no hay nada que me sirva —bufó haciendo pucheros pero su show fue interrumpido por el sonido de su estómago hambriento— Me pregunto si habrá un jutsu para aparecer ramen —hojeó más adelante esperanzado— Alto, si existiera tal jutsu no estaría en ésta lista de inútiles.

Y claro que no existía, los jutsus no son magia para aparecer cosas pero al haber hojeado, notó un peculiar letrero en tinta roja que decía: "No usar". Probablemente sea el color o bien, la frase la que invitó al rubio a leer en lo que consistía el jutsu.

Otogibanashi no jutsu: Introduce a una serie de personas en algún cuento de hadas. El jutsu no puede deshacerse hasta llegar al final del cuento o…"

—Bla, bla, bla… —saltó las advertencias y características para llegar al cómo ponerlo en marcha— Este jutsu si me gusta —se levantó de un salto— Nos meteré a Sakura y a mi en algún cuento donde ella sea la princesa y yo el príncipe.

Emocionado, corrió a una librería en busca de alguna antología de cuentos para elegir la historia que más le gustara.

Aunque no leyó todos los cuentos, no lograba decidirse por uno en especial, así que decidió por usar todos los cuentos de amor y enseguida fue en busca de Haruno para dar inicio a su plan.

—Sakura-chan, que bueno que te encuentro, tengo algo que mostrarte.

—¿Qué haces aquí? —Cuestionó sorprendida pues no era muy común que Naruto llegara al
hospital tan de repente— Estoy ocupada.

—Sólo será un momento.

Ella cedió a la petición y se acercó a ver el libro que Uzumaki llevaba en las manos, él le pidió sostener el libro y aunque ella no entendía el para qué, lo tomó viendo como él comenzaba a hacer sellos de manos. El chakra de Naruto combinado con el del Kyuubi los rodeó a ambos para posteriormente irse expandiendo. Una puerta del pasillo de abrió dejando ver a una rubia de ojos almendrados y detrás a una joven de cabellera negra corta.

—¡Otogibanashi no jutsu!

—¡Alto Naruto! ¡No lo hagas!

Pero era demasiado tarde, en un parpadeo el chakra que emanaba del ojiazul envolvió todo a su alrededor y un parpadeo todo cambió… ¿o no?