Hola ! :D
Primero de todo, soy Devi y soy algo nueva en este foro, aunque me pasó mucho porque leo muchos fics por aquí ! Mis historias la verdad, podréis encontrarlas en Potterfics, pero bueno... decidí compartir algunas aquí jijiji
Este fic es un Dramione, pues me encantan los dramiones soy super fans de ellos y bueno, de leer mucho de ellos, me inspiré a hacer este fic. Es corto, casi de 3 capítulos, vamos que no tardaré mucho en actualizar. Y bueno que espero que os guste jeje Intente poner humor en el fic, espero haberlo conseguido jiji
Sin más que decir, os dejo con el :) Disfrutad y espero que pulséis al final el botonzito de "Go" para hacerme un poco feliz. xD
Pues eso, besos para todos :)
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Cuando la nutria observa al dragón
1. Encuentro.
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— Por favor ¡Debes ir! —le gritaba como si de un niño pequeño se tratara.
Ella sonrió suspirando.
— Prometo que esta vez haré todo lo posible. —atinó a responder con dulzura.
Harry se cruzó de brazos e hizo una mueca con la boca que asimilaba al puchero de un niño pequeño.
— Siempre lo intentarás, pero no vienes .—le dijo áun con los brazoz cruzados—. Por favor, sólo esta vez…
—Vamos, sólo es un día, Hermione —lo complementaba Ron, imitando el puchero—. No te costará nada, además Ginny se pondrá muy contenta si vienes.
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La castaña sonrió pensándolo unos segundos. Sus amigos estaban haciendo todo lo possible para convencerla a ir, y ella sabía que éste vez se lo debía, pues siempre les decía que lo intentaría y acababa por no ir ya que siempre se distraía en la biblioteca haciendo otras cosas, como ayudar a Neville con sus deberes o estudiar.
— De acuerdo, estaré ahí.
Sonreía recordando a sus amigos saltar de felicidad cuando les anunció que al final iría, mientras salía de la biblioteca encaminándose hacia el gran estadio de Quidditch, en donde se encontraría con sus mejores amigos como a veces por la tarde después de pasar horas estudiando. A paso firme se apresuraba a su encuentro; apretando en su pecho los dos libros, con los cuales habia estado estudiando durante toda la tarde y que debido a que eran muy grandes no le cabía casi en su mochila.
El fresco viento de la tarde movía sus enmarañados cabellos con ligereza, despeinándoles aún más de lo que ya lo eran pero a la castaña no pareció importarle, pues ahora su mayor prioridad era llegar al encuentro con sus amigos a tiempo. Miró con impaciencia el reloj de pulsera atado a su muñeca izquierda, y comprobó que estaba en retraso y ella no solía ser impuntual, au nque fuese porque había estado ayudando a un alumno de primer curso con un trabajo y éste había tardado más que de habitud a comprender su enunciado.
Suspirando, bajó las escaleras hasta acabar en los vestuarios que daban directo hacia el gran campo de Quidditch. Se sintió apenada al ver salir los jóvenes muchachos, que seguramente debían de acabar su entrenamiento, pues diferentes perfumes entraban por las fosas nasales de la joven castaña, que la dejaron un poco mareada ante ello, y pudo ver que hubo varios chicos que la miraron un poco sorprendidos y confusos de verla por allí.
Con la mirada en sus zapatos y avanzando torpemente continuó su camino algo perturbada. Cada vez era más tarde y el tumulto de chicos que salían no le permitía avanzar, por lo que la solución más rápida era atravesar los vestuarios. No le gustaba mucho la idea, pero ya eran muchos los que habían salido, por lo que sería fácil atravesarlo ya que estaría vacía, o al menos, eso creía, pues que iba a saber la pobre castaña que se encontraría con el que menos se esperaba encontrar en aquellos instantes...
Decidida y aún sonrojada entró sin ni siquiera asegurarse de si realmente no había nadie en el vestuario, cuando al cruzar uno de los pasillos de los vestuaris se encontró con un chico y no pudo evitar quedarse paralizada. Pues éste se encontraba de espaldas secándose el cabello con una toalla, tranquilamente sin percatarse aún de su presencia, creyendo estar completamente sólo en el lugar y sin saber que cierta castaña lo estaba observando con los ojos como platos y en estado casi de shock.
"Mierda", fue lo único que pasó por su cabeza en eso segundos, sin saber que hacer o como comportarse. Seguía contemplando aquella espalda: Era pálido, tanto que parecía brillar por los rayos de luz que conseguían entrar por la única ventana que había en el lugar. Automaticamente, la castaña cerró los ojos, pues si seguía mirando hacía abajo su inocencia se perdería definitivamente.
Con los ojos aún cerrados, empezó a dar pasos hacía atrás, intentando hacer el menor ruido posible. Intentando que aquel chico no se percatara de su presencia, pero retrocediendo sólo consiguió tropezar con un banco y caer de bruces al suelo, delatando así su presencia y sintiendo un dolor muy fuerte en su trasero y la parte baja de sus muslos. Su cabeza al instante empezó a dar vueltas y su expresión era de puro dolor ante la caída.
Él se vió algo exaltado ante el estruendo y se giró al instante hacia ella, poniendose en alerta. Pero fue entonces, cuando la vio que su mirada de sorpresa y confusa, pasó a la estrama frialdad y una extraña sonrisa apareció en su rostro, confudiendo a la leona aún más... Sin duda ese no había sido el momento perfecto para entrar en el vestuario, más aún porque se le había olvidado que ese día los slytherins también entrenaban en el campo y que uno de sus capitanes y peores enemigos se encontraba delante de ella, mirandola desafiante y con una sonrisa de lado que a muchas le hubiese parecido encantadora, pero que ella sabía que era de todo menos eso y más aún si iba dirigida a ella.
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Continuará...
