Ya habían pasado varios años desde que había estado con los guardianes, exactamente, tres años.

Me había cambiado de escuela y de casa, lejos de donde estaban los guardianes, mi vida había cambiado mucho desde que estuve con ellos

-Hinamori-hime!- la gente de esta escuela siempre me llamaba hime (princesa) al principio no les dejaba que me llamasen así, pero ya me daba igual.

-Hai?-me giré, era Subaru-kun.

-Esta tarde vas a trabajar?-Yo asentí- ya veo, iré a verte- Por las tardes trabajaba de maid en el maid café cercano a nuestra nueva casa. Ikuto por otra parte no me había escrito desde que se fue. Cuando se acabó el colegio, me fui a trabajar. Casi todos los de clase venían a tomar algo, y cuando la jefa montaba un evento de fotos con las maid etc, siempre compraban todas las mías en pocos minutos. También solía vigilar que Ami estuviera bien, lo que me había cambiado la vida, era el asesinato de mi oto-sama. Mi oto-sama había salido a hacer fotos cuando alguien le dio con el coche, después de eso, nada volvió a ser lo mismo. Por eso mismo quise que nos fuéramos, mi familia ya no era la misma, y estando como estaba, no podía estar con los guardianes.

Volví a casa, estudié, mis notas eran las mejores de la clase y no podía dejar que bajaran, después de eso me fui a dormir, luego fui al colegio. En el instituto los profesores me dejaban hacer lo que quisiera, todos sabían lo que le había pasado a mi familia y me tenían algo consentida.

-Hinamori!- era el sensei, no me había dado cuenta de que me llamaba.

-Hai?- se pueden sentar los nuevos a tu lado?- Yo asentí sin mirar si quiera, me gustaba pasarme las clases mirando por la ventana. Pasó la clase y subí a la azotea, me transformé con Ran, ahora mis charas habían evolucionado y con decir chara Ran me transformaba inmediatamente, mis poderes eran mejores, mi ropa había cambiado, todo lo había diseñado Miki. Salté de la azotea y fui a ver a Ami, ella estaba bien, después de eso, volví a la azotea y me quité la transformación. –Debería volver a clase?- Nari, mi nuevo chara, que llevaba un nenúfar negro en el pelo, y había nacido de mi dolor, empezó a dar vueltas.

-Hay que volver Amu, sino, se preocuparán- yo asentí y volví a clase.

-Amu, Amu!- Pepe estaba en mi mesa, espera, Pepe? Hice como que no le veía, mis charas estaban en mi mochila por lo que no podían saber si seguía teniendo charas, y no podían ver a Nari… Se acabaron las clases.

-Amu!- era el sensei… - Pareces algo estresada, está todo bien?

-Hai, arigato sensei-Salí rápidamente y fui a trabajar.