¡Hola!
Les prometo que esto será corto.
No, no corto la longitud del fic, sino cortos los capítulos. Preveo cosas muy largas y muy negras para esto.
Disclaimer: Hache Pé no me pertenece. Es propiedad de Jota Ká. Y yo, Ge, no, de verdad que no tengo ningún derecho legal ni de propiedad ni nada de todo ese rollo. (Uff, que terrible que es poner un Disclaimer "original" en cada historia. Creo que comenzaré a poner en todos el mismo).
Summary: Hay que ser muy estúpido para invocar un demonio sin saber que lo estás invocando. Aún más cuando tienes nueve años, acabas de matar a tu primo por accidente (que tal vez no haya sido tan accidentado, pero vale, nadie tiene por qué saber eso), y toda tu vida parece descarrilarse ante tus ojos. En fin. Eres Harry Potter, y todo podría ir de mal en peor.
Advertencias: Descripciones explícitas de violencia. GORE. Lenguaje sucio y vulgar. Dark!Harry. Creature!Fic. ¿Algo de terror gráfico? Underage. No sé si angustia, excesivas dosis de drama… puede ser, con mucha seguridad. Humor negro. Mucho humor negro. Sadomasoquismo. Ah, obvio, slash (relación hombre x hombre), insinuaciones menor x adulto (con esto me refiero a menor de doce años con un adulto que… al diablo, es bastante grande, pero tendréis una sorpresa), lemmon/smut, me doy el canon por donde se me da la regalada gana… en fin. Supongamos que aquí advierto que si las cosas que ven no son de su agrado, pueden retirarse con amabilidad, pero no es así, ahora están bajo una Imperius y querrán leer, ¿no es verdad? *guiño guiño*
Nota: Debo admitir que este fic está brevemente inspirado en Kuroshitsuji. BREVEMENTE, en la idea de que un demonio puede hacer un contrato con un humano a cambio de devorar su alma. Así que, no creo que haya que dar Disclaimer de la obra, porque obviamente Sebastian Michaelis no aparece, Ciel Phantomhive tampoco… ni ningún personaje de allí. Pero, en fin, mejor prevenir que curar.
Dead from the neck up
1
Demonio
—Entonces —el niño examinó con ojos curiosos al hombre. Alto, delgado, de piel blanca y cabellos rizados tan negros como la noche. Sus ojos relucían como dos grandes gotas de sangre—. ¿Eres un… demonio?
El demonio asintió. Para ser un demonio, lucía muy humano.
Harry se encogió de hombros.
—Entonces, seguramente querrás matarme.
El demonio puso los ojos en blanco, como diciendo "¿Acaso me estás jodiendo?".
Harry soltó un bufido.
—Bueno, si quieres matarme, hazlo ahora. De todas formas, mis tíos me matarán cuando despierten.
El demonio arqueó una ceja, curioso. Harry procedió a contarle:
—Tengo un primo, Dudley. O más bien, tenía. No lo sé. Él tiene nueve, también, al igual que yo. Es sólo unas semanas mayor. O era. Bueno, la cosa es que me enfadé con él porque rompió una foto de mi madre, la única que tenía y que encontré en el desván mientras limpiaba, y supe que era mi madre porque tenemos los mismos ojos, y me enfadé, y le estallé la cabeza.
El demonio parpadeó, sus cejas arqueándose, entre intrigado y divertido. Harry sintió un leve sonrojo cubrir sus mejillas.
—¡Vale, no sé cómo hice que eso ocurriera! Es sólo que, me enfadé con él, y su cabeza comenzó a ponerse cada vez más roja y más hinchada, y yo sentía mucha furia, y mucha rabia, y mi primo comenzó a llorar y sus ojos estallaron como un globo cuando lo llenas con mucha agua, y luego brotó sangre de sus oídos, y de pronto… ¡BAM! Había cabeza, sesos y cosas rojas de Dudley por toda la habitación. Y tuve la certeza de que yo había hecho que eso ocurriera. ¡Y fue alucinante!
El demonio esbozó una extraña sonrisa, que más que sonrisa, lucía como una mueca. Sus comisuras se alzaron. Parecía una extraña versión de sonrisa malévola.
—Así que —Harry mordió su labio— creo que, si eres un demonio y quieres matarme, no deberías esperar mucho. Prefiero morir por un demonio, que será una de las cosas más guays que me habrán ocurrido en mi vida, a retorcerme días y días de fiebre por los azotes en mi espalda con un cinturón, que me desgarrarán la carne, la llenarán de pus, costras, me impedirán moverme, y moriré de infección, inanición, sed, o tal vez devorado vivo por las ratas; en mi alacena debajo de las escaleras hay muchas. Lo que ocurra primero.
El demonio parpadeó, como si con aquel débil movimiento fuera a comprender lo que ocurría por la cabeza de aquel pequeño.
—Hey, demonio —Harry frunció el ceño—, ¿acaso te comió la lengua el gato?
El demonio le expuso una lengua larga y de punta. No era en forma burlona ni nada por el estilo, sino demostrando que aún estaba en su boca. Harry frunció el ceño.
—Entonces, ¿por qué no hablas?
El demonio señaló con la cabeza la pequeña situación en la que se encontraban: Harry estaba sentado con su diminuto cuerpo sobre su pecho, sus rodillas apresándole los brazos contra el suelo. Su mano izquierda apretaba su cuello con fuerza contra el asfalto del callejón de la calle Magnolia (aunque, a pesar de que usara fuerza, no parecía haber pulso bajo sus dedos, ni sangre enrojeciendo su rostro). En su mano derecha, la hábil, una afilada navaja jugueteaba con algunos rizos negros.
En ese preciso instante, Harry se preguntó (de verdad se preguntó) quién de los dos era el demonio ahí.
Pero luego se encogió de hombros. Vale, las cosas no podían empeorar, ¿verdad?
A partir de éste fic cambiaré un poco mis métodos de responder review: Los responderé por Mensaje Privado. Así que activad las opciones, porque no quiero extenderme con la longitud de los capítulos más de lo necesario x3
Un super beso. Os amo.
¿Me dejáis un review?
