Disclaimer: No hace falta decir que nada me pertenece, salvo las ganas de escribir sobre mi personaje favorito de Twilight. Lo demás es de Meyer.


Angustia

El viento golpeó su rostro, agitando su cabello. Para ella no fue más que una leve brisa. Su rostro de marfil apenas reaccionó ante el hostil clima. Una gran tormenta amenazaba con cernirse sobre Forks. Probablemente su familia estuviese a punto de organizar una partida de béisbol. Pero ella no tenía ánimos para eso.

Rosalie cerró los ojos y se abandonó al dolor. Había momentos en los que simplemente, su aparente superficialidad no podía combatir su pena, y ésta salía vencedora.

Tenía a Emmet, era verdad. Y Emmet la hacía feliz. Pero su felicidad estaba incompleta. Ella quería una familia, una familia de verdad. Rosalie Hale quería un hijo.

Odiaba a Bella. Podría haberle sido indiferente; después de todo, aquella chica no tenía manera de competir contra ella. Rosalie era hermosa y estaba segura y dichosa de serlo. Pero había algo que Bella tenía, y a lo que Rosalie no podría aspirar jamás.

Isabella Swan era humana.

Tenía la posibilidad de tener una familia. Tener un hijo. ¿E iba a desperdiciarlo todo por el amor de Edward? No es que Edward valiera poco pero, ¿acaso no era sensata?

Rosalie hubiera dado lo que fuese por tener la vida que Bella tenía. Pero debía observar cómo ella la desperdiciaba. Tenía que soportar cómo la estúpida se entregaba a una vida inmortal sin saber lo que ello implicaba.

—¿Rose?

La voz de Emmet interrumpió el hilo de sus pensamientos. Ella no le contestó. Permaneció sentada en su lugar, con los ojos cerrados.

—¿Rose? —repitió Emmet, y se sentó junto a ella.

No hicieron falta palabras. Emmet no podía saber lo que ella estaba sintiendo, como Jasper; tampoco podía saber lo que estaba pensando, como Edward. Pero no le hacían falta ninguna de esas dos cualidades. Emmet la comprendía, lisa y llanamente.

Colocó su brazo alrededor de su cintura, y dejó que Rosalie apoyara su cabeza sobre su hombro. El viento volvió a golpear, y en algún lado oyó la voz cantarina de Alice anunciarles a todos que el clima era el perfecto para jugar.

Rosalie suspiró, y con el aire que se escapaba de su boca, alejó todo el dolor. Al menos hasta que una nueva oleada de angustia invadiera su corazón. Porque aunque todos creyeran que no, ella tenía uno.


Nota: Espero que les haya gustado. Rosalie es mi personaje favorito de Twilight, y creo que siempre que escribo de ella intento humanizarla (aunque me parece el personaje más real de los libros). Me gusta mostrar a la mujer más allá de la muñeca fría de porcelana. Espero sus comentarios, felicitándome o tirándome tomates xD