El día acababa de empezar y con ello una hueva historia.
Sakura haruno una niña pequeña de 17 años de edad, médica prestigiosa, alumna de la hokague. No tenía ningún sueño que no fuera Sasuke uchiha, sufría por el cada día, cada hora y cada minuto, era su pasión desde críos.
Sasuke uchiha, descendiente de un clan prestigioso, último uchiha, su sueño matar a su hermano, vivía para su venganza lo demás era viento al pasar a su lado.
Hace tiempo que el Uchiha fue en busca de su sueño dejando a atrás todo, sus amigos, su hogar, cierto era que familia no tenía, nadie le recibía…tiempo después lo único que se supo de él fue que mato a orochimaru y a su hermano.
Por su parte Sakura se estaba convirtiendo en una de las mejores ninjas, fuerte, valiente y casi sin sentimientos… ella tenia una gran habilidad para los combates, su arte medico era muy preciso en las batallas, se le asigno una misión matar a Sasuke uchiha.
El viento se hacia escuchar, grandes gotas de agua caían, el cielo lloraba, una lucha se libraba, un campo de batalla lleno de sangre y armas…
El sonido de dos katanas al colisionar una contra la otra se oía desde lejos, dos cuerpos manchados de sangre, luchaban con todas las fuerzas que ambos tenían. Suriken, kunais, daba igual el arma lo importante era no morir en aquella batalla.
-te matare y lo sabes- dijo el chico pelinegro esquivando a su enemigo
-demasiado imposible, amor mío- dijo la chica de pelo rosa
El silencio domino el lugar, el pelinegro la digirió una mirada de superioridad, ella rió, un gran trabajo fue su entrenamiento, no sentía, él mato su amor. Sakura cargo la katana a la espalda, el Uchiha la imito, los dos corrieron hacia el otro empezando así una batalla de taijustu muy reñida. Un fuerte golpe por parte de ambos, los hico rebotar a cada extremo del campo, lejos uno del otro.
Tiempo después, solo se veía sangre en el campo de los dos shinobis, sus respiraciones agitadas, aun así se miraban con odio y rabia, se había presenciado una gran batalla, en la que ninguno daba su brazo a torcer, ellos siguen de pie mirándose, descubriendo el cuerpo de el enemigo, de un enemigo que en alguna vez llamaron amigo. Ninguno sentía el dolor, para ellos el dolor solo era una palabra, por que no hay más dolor que el perder lo amado y lo más triste era que lo sabían.
El shinobi estiro el brazo creando un potente chidori, dando fin a la chica de ojos jade, para él ella no era nada, una muerte a su espalda no significaba nada, sentía dentro de él un gran vació, una muerte mas le daba igual, solo era eso, una muerte mas.
El tiempo pasa poniendo a todos en su lugar, desde aquel día, él soñaba con ella, él la deseaba, aun así no la tenía, vivía en un infierno creado de su corazón, el mismo que un día no le importo robarla su alma ni su corazón, él la amaba, él la mato.
Nunca grito, tampoco lloro, es de piedra, no tiene corazón.
El susurro del viento lleno la aldea, su deseo dar adiós a ella, él perdón de los grandes no lo buscaba, solo buscaba algo con lo que calmar un poco ese dolor que se había formado dentro de él.
Andaba lento, le daba igual todas las sucias miradas y los susurros a sus espaldas, el solo caminaba.
Llego a su destino, poso la mano en la lapida, y por primera vez en mucho tiempo lloro, tanto tardo en darse cuenta que mato a su propio amor. Un pétalo de cerezo callo del cielo, giro su vista y allí la vio. Ella le sonrió, estaba muerta, el lo sabia, no le importo que solo fuera producto de su imaginación.
Nunca dejes escapar lo que tienes, por que sufrirás al no tenerlo, y te darás cuenta de lo que de verdad debes apreciar.
FIN!
