Digimon no me pertenece, sólo uso sus personajes en mi imaginación y después las escribo y publico aquí. Lo único que gano es la satisfacción de expresarme.

Tampoco me pertenece la canción Hitoribocchi no Seesaw.

Este es un fic contenedor de historias en la vida de Yamato Ishida. Se publicara una historia cada vez que se me ocurra algo.

Disfruten de historias breves y sin suficiente trama, pero con una linda reflexión (al menos yo lo veo así)


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Subibaja Solitario

Por Amai do.

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Historia Número 1:

Hitoribocchi no Seesaw: Canción de Yamato Ishida.

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Subibaja Solitario

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Hace cerca de unos seis meses que regresamos de un mundo lleno de puras aventuras. Al principio todos estabamos muy tristes, pero con el paso del tiempo hemos entendido que la amistad que mantenemos entre nosotros y entre nuestros amigo digitales se hará mas fuerte con la distancia... si es que no la debilita primero.

En fin, mi padre me ha dicho que cambié mucho en sólo esos días del campamento, si supiera que en realidad fue casi un año el que estuve en el digimundo entendería más mi madurez. Por mi parte entendí la de todos: Tai es mucho más sensible (en lo que cabe) y piensa un poco más antes de hacer algo. Sora... ella sigue tan compreniva como siempre, creo que ella fue una de quiene más me entendió en ese lugar, pues pasamos por cosas muy parecidas y ahora nos llevamos muy bien. Izzy, Izzy sigue al pendiente para ver si hay algo nuevo acerca del mundo digital, pero ahora se divierte más y sale más seguido, dejando la computadora como un pasatiempo y no como una prioridad. Mimi, ja, la princesita vaquera vestida de rosa sigue tan femenina, aunque claro está que cambió y ahora se preocupa por los demás y es un poco más fuerte. Joe es ligeramente más extrovertido, acaba de entrar a la secundaria, no es la misma a la que vamos a entrar los demás pero aún así nos juntamos de vez en cuando. Hikari, la más pequeña, sigue siendo sobreprotegida por Tai, pero ella poco a poco comienza a dejarle claro que está creciendo y que es capaz de hacer muchas cosas por sí misma. Y TK, mi hermano; él fue quién creció más con todo lo ocurrido, ni pensar que comenzó como un niño llorón y terminó siendo el más fuerte de todos al pasar por la muerte de su compañero digimon.

Pero... yo. Yo me siento diferente, sé que he cambiado porque ahora soy un poco más abierto, digo lo que me gusta sin faltarle el respeto a alguien, salgo más, platico con mis compañeros, entiendo y comprendo más a las personas, pero lo principal es que ahora ya no me da miedo ser rechazado por mi personalidad.

En estos momentos estoy en el parque a donde el tren nos trajo de regreso del digimundo, por lo general es el punto de reunión con los demás y donde hemos prometido que siempre que queramos recordar en grupo a nuestros amigos digimons es donde nos veremos; pero por ahora estoy solo.

Es algo curioso, habiendo tantos juegos en donde subirse me tengo que subir en un subibaja, un juego metalico que se necesita de dos para que pueda funcionar y crear un entretenimiento ligero. Ni siquiera estoy en posición de jugar, es más, tengo mis manos en los bolsillos del pantalón para que no me dé más frío, mientras que la otra parte de este juego está vacía como si esperara a que alguien llegue y se suba en ella.

La verdad es que extraño mucho a Gabumon (por eso vine aquí), creo que él es de los pocos que me entiende y no me juzga, al contrario, me apoya siempre.

Él es un amigo que está contigo en las buenas, en las malas y en las peores, sólo espero que esté bien y que él siempre piense lo mismo de mí.

Gabumon me ayudó mucho, y por eso lo extraño, talvez él estaría aquí conmigo y pasaría un buen rato con mi compañía para después finalizar el día cuando me pida tocar en mi armónica esa melodía que llenó de esperanza aquellas noches desiertas de ilusión mientras estabamos juntos en le mundo digital.

Ahora que lo pienso, talvez tocando un poco pueda recordar a Gabumon...

Ni sé cuanto tiempo llevo aquí, pero se empieza a ocultar el Sol y como me perdí en la música de mi armónica no tengo idea de qué tan tarde pueda ser. No hay tanto problema, mi padre siempre llega más tarde que yo, pero me agrada estar en este juego aunque este en solitario.

-Tocas muy bien.

Esa voz me asustó un poco, pero la reconocí de inmediato.

-Hola Matt. -me susurró con un leve rubor.

-Hola Sora. No te ví, ¿llevas mucho rato allí parada?

-En realidad no mucho, pero iba pasando después de venir de la florería de mamá; escuché la música y quise venir a saludarte. -me responde con su sonrisa de siempre.

-¿Cómo supiste que era yo?

Me vuelve a sonreír si quitar su vista de mis ojos. -Simple. -comienza. -Conozco muy bien la melodía que entonabas en el digimundo.

-Ya veo.

Nos quedamos un rato en silencio, no sé ella, pero yo me comencé a perder entre los recuerdos que vivimos en semanas atrás.

-¿Por qué te subiste aquí? no me malentiendas, pero hay más juegos y es un poco difícil jugar sin evitar que caigas. -me dijo en tono comprensivo y burlón a la vez.

-Em... pues la verdad es que desde chico me ha llamado mucho la atención este juego, tal vez sea raro, pero me siento muy bien mientras estoy en él. -¿desde cuándo me volví tan abierto? supongo que desde que regresamos.

-No es raro, a mí me gustan mucho los pasamanos, podría estar trepada todo el día sin cansarme. -me dijo un poco divertída. -Es curioso este juego... -dijo para sí misma.

-¿Por qué? -continuando la plática para no ser antipatico.

-Pues... es un juego de dos. -comienza a decir mientras ella se sienta enfrente de mí pero en el subibaja de a lado. -Cuando uno sube el otro baja, pero no puedes bajar a menos que el otros suba. Es como la amistad y como el amor.

-¿Amistad? ¿Amor?

-Sip. La amistad, se requiere de más de una persona para que funcione, los planes de uno influyen en el otro y aunque estén equilibrados justo en el medio, tienden a seguir jugando con la gravedad. Con el Amor pasa algo parecido, se necesita de más de uno para que cuando uno cae, otro se pueda levntar. -tal vez era una analogía tan simple y tan vaga, pero muy cierta.

-Nunca lo había visto así. Y... tienes mucha razón, siempre me ha gustado estar solo porque creía que era una manera en la que no me iban a molestar, pero ahora entiendo que estando solo todo es mucho más dificil, gracias Sora. -le agradecí como pude.

Aveces estás tan hundido en pensamientos o ideas poco motivadoras, pero sin llamar a nadie, alguien viene y te abre los ojos. Agradezco mucho sus simples palabras, ahora entiendo que siempre debo estar con alguien más.

-Oye Matt... hace tiempo que no me subo a uno de estos, ¿me puedo subir un rato? -no entiendo porqué me lo preguntó, ella es mi amiga y no tiene porque pedir permiso.

-Claro. -respondo sin más dilación.

Subo.

Bajo.

Baja.

Sube.

Un simple juego que explica gran cantidad de paradigmas y paradojas. Es muy curioso saber que de algo tan simple y cotidiano aprendes algo que pueda cambiar la vida.

En mi caso, hoy aprendí algo importante, no es malo estar solo, pero es mejor compartir todo con aquellos que también desean compartir algo contigo.

Mientras tanto... me agrada estar aquí con mi amiga Sora en pleno invierno, viendo y riendo de cómo el aire juega con su cabello mientras ella sube y yo bajo.

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Tal vez la vida se basa en encontrar el equilibro en todo, pero para eso es necesario estar dispuesto a compartir y formar parte de ese mismo equilibrio. Sora me ayudó a ver mi error, estaba equivocado y después de casi doce años entendí que la vida no es un subibaja soltario.

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Fin

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Hitoribocchi no Seesaw (traducción al español)

Voy a caminar por

El sendero de invierno

Sin rumbo en la mente.

El cielo azul es frío.

Tengo las manos metidas en los bolsillos.

Y una rueda de piedra en mi corazón.

Tu amabilidad.

Es tan recta y justa.

Es un poco doloroso.

Yo no puedo ser honesto.

Yo no tengo el derecho

Para manejar esto.

Solo en el subibaja.

Todos esperan a que alguien regrese...

No soy diferente.

Pero siempre me sentaba

Frente a la dirección opuesta.

Nunca fui

Capaz de decir

Justo lo que estaba pensando

Pero ahora he decidido.

Obligarme a mí mismo para tratar de hacerlo.

No me importa si se ríen de mí.

Solo en el subibaja.

Esperé, fingiendo no estar solo.

Si tu te sientas conmigo

Nuestros sentimientos estarán en equilibrio

Y creo que voy a ser capaz de sonreír.

Solo en el subibaja.

Todos esperan a que alguien regrese...

Este anhelo de verte.

Difunde en mi corazón.

Al igual que el cielo azul en invierno.

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Notas de la autora:

Ya se lo que estan pensando algunos: ¿Porque empiezas otro fic si no haz terminado uno en el que nos has dejado con la intriga? Es que estoy muuuuy bloqueada y se me vino esta idea y no pude continuar hasta que la terminé, jeje, pero descuiden que le falta poco para que lo publique (entre los sig dos días)

Lo de siempre, espero que les haya gustado y perdon por la falta de originalidad y esos momentos Soratos que me encantan.

Gracias por leer!

Dios los bendiga

**Amai do**