NO ES UN ERROR SI ES POR AMOR

CAPITULO 1

Kurt Hummel, el chico más popular de McKinley High, líder de los Cheerios y cantante principal del Club Glee. Lo tenía todo, era guapo, dulce, bueno, una gran voz, talento para el baile y las destrezas, un novio que lo ama y…

"Anderson, ¿Qué quieres?" Preguntó Kurt mientras sacaba lo que necesitaba de su casillero y vio de reojo unas Converse negras desgatadas y sucias.

"A ti. Y no lo niegues, tu también me quieres, lo veo en tus ojos cuando me miras" Anderson contestó apoyado en el casillero de al lado, con el cuerpo muy cerca del de Kurt y con una voz profunda.

Blaine Anderson, el chico malo de la escuela. Jeans ajustados, chaqueta negra de cuero, camiseta blanca, rizos despeinados, una barba de dos días, piercings en la ceja y lengua, motocicleta… todo un cliché, un sexy cliché. Blaine casi nunca iba a clase, solo asistía a las que compartía con Kurt, casi siempre se la pasaba fumando bajo las gradas de la escuela.

"No, no te quiero." Kurt dijo sin mirar al chico malo, cerró su casillero y comenzó a caminar hasta su próxima clase ignorando a Blaine que lo seguía. El chico malo pasó su brazo por la cintura de Kurt atrayéndolo más cerca. "¡Y quita tus manos de mí! Tengo novio, y lo sabes." Dijo Kurt mientras trataba de apartarse de Blaine, pero este lo sujetó más fuerte. Kurt sentía escalofríos cada vez que Blaine lo tocaba, pero era una sensación agradable.

"No me importa a mí, si no te importa a ti." Dijo acercando su boca al oído de Kurt. "¡Vamos, bebé! Solos tu, yo y ese uniforme. Bueno… podemos quitar el uniforme." Dijo con una sonrisa altanera.

Kurt se sonrojó, la verdad es que le gustaba Blaine, bueno… ¿a quién no?. Era algo que nunca admitiría porque haría a Blaine más arrogante de lo que ya es. Pensó por un momento la propuesta. ¡No, Hummel! ¿En qué estás pensando? Tienes novio, y él es maravilloso contigo.

El Cheerio se paró, se enfrentó a Blaine y colocó una mano sobre su pecho. Se acercó y susurró muy cerca de sus labios.

"Antes que estar contigo, prefiero ser arrojado en el contenedor de basura de la cocina de la escuela con mi nuevo conjunto Marc Jacobs". Sonrió y se alejó de él, dejando al chico malo parado en medio del pasillo de la escuela.

"¡Terminarás en mi cama, Hummel!" Dijo en voz muy alta Blaine mientras Kurt caminaba y le daba la espalda, todos los demás estudiantes se dieron vuelta y miraron a Blaine. "¡O dejaré de llamarme Blaine Anderson!"

Kurt, que seguía caminando contoneando sus caderas, se dio vuelta y miró a Blaine. "¡Entonces búscate otro nombre!" Dijo desde el otro lado del pasillo con una sonrisa. Los murmullos de los estudiantes que caminaban por ahí se oyeron, además de algunas risas, Blaine hizo caso omiso de ellas.

"Serás mío, Hummel" Murmuró Blaine para sí mismo mientras veía irse a Kurt y entrar en un aula.

Blaine salió de la escuela y se dirigió bajo las gradas donde se reunía con algunas Skanks, como Quinn, su mejor amiga.

"Sabes que nunca te dejará tocarle un pelo, ¿verdad?" Dijo ella cuando vio venir a su amigo.

Quinn Fabray, ex reina del baile, ex líder de las animadoras, ex integrante del Club Glee. A pesar de su cabello rubio con mechones rosas, aspecto descuidado y renegada de la vida, seguía siendo la chica más hermosa de la escuela. Su vida había sido un completo desastre desde que quedó embarazada y abandonó a su hija.

"¿De qué diablos estás hablando, Fabray?" Preguntó Blaine antes de prender un cigarrillo.

"¿De quién va a ser? De Hummel, idiota" Dijo ella sentándose en el sofá viejo que tenían en ese lugar, su refugio en la escuela.

"¿Por qué no? Todos y todas quieren pasar por este cuerpo" Dijo él señalándose a sí mismo y dejando ir el humo que tenía en la boca.

"Bueno… por eso mismo. Si, eres sexy como el infierno, pero eso no es lo que busca él. Tal vez si no eres tan… así, y un poco más como tu eres en realidad, el podría considerar la idea de salir contigo."

Blaine no siempre tuvo esa actitud de chico malo. Por el contrario, cuando se cambió a McKinley era un pobre niño rico nerd. Objeto de burlas y matones en la escuela y en su casa. Su padre lo maltrató desde que confesó su homosexualidad y desde ahí su cabeza cambió y se prometió que nunca más nadie lo iba a molestar. Por eso se convirtió en el chico malo y rebelde que es hoy. Con ayuda del hermano de su madre denunció a sus padres y logró la emancipación. Desde ese momento se fue a vivir con su tío en un hermoso departamento. Pero hace algunos meses, su tío murió de una enfermedad, dejándolo con el apartamento y poco dinero para vivir por un tiempo. Ahora era un adolescente de 18 años que podía hacer lo que quería, cuando quería sin tener a nadie quien lo controle.

"Ya fui como soy en realidad muchos años y no me fue bien" Él dijo, suspiró y se sentó al lado de la chica en el sofá todo roto y sucio.

"¿Por qué no le dices que estas enamorado de él desde los 14 años? Dile que eres tu quien le envía todos esos poemas de amor, flores, chocolates y no sé que otras cursilerías"

Blaine apoyó la cabeza en el respaldo del sofá y cerró los ojos "No puedo, Quinn. Simplemente no puedo…"

El teléfono de Kurt vibró en medio de la clase de Historia. Con disimulo lo sacó de su bolsillo y miró la pantalla, un mensaje de su novio había llegado.

Hola, amor. Tienes entrenamiento con las animadoras?- Seb.

Kurt sonrió cuando leyó el mensaje y pronto le contestó.

Hola, cariño. No, estoy libre ;) –Kurt.

Bien. Pasaré por ti después de la escuela. Vamos a mi casa, mis padres no estarán ;) –Seb.

Kurt suspiró, sabía lo que eso significaba. Significaba que Sebastian, su novio de dos años quería tener sexo con él, pero Kurt no estaba listo. Tenía un gran secreto y temía que si Sebastian se enterara lo dejaría ¿Y quién podría querer a alguien como a él?. No podía permitirse el lujo de que Sebastian lo deje, pero si Kurt no se entregaba, también corría el riesgo de perder a la única persona que lo quería (además de su familia). Esta noche hablaría con su novio de su secreto.

Ok. Nos vemos xxx –Kurt.

El día había pasado con normalidad, Kurt no vio a Blaine en lo que restaba de las clases. Blaine por su parte había salteado todas sus clases junto a Quinn y se quedaban en el mismo lugar bajo las gradas, de vez en cuando aparecía Puck y se sentaba con ellos a hablar de nada.

Kurt estaba esperando a su novio hacía ya más de quince minutos en la puerta de la escuela, estaba retrasado y había comenzado a hacer frio. Para su desgracia no se llevó abrigo y lo peor fue que mandó a su hermanastro Finn a casa, asique si Sebastian no llegaba no tenía idea de cómo volver. Se envolvió a sí mismo con los brazos y esperó unos minutos más.

"¿Todavía aquí, bebé?" Una voz interrumpió los pensamientos de Kurt. Se volteó para mirar y vio a Blaine. "¿Necesitas que te lleve a casa? Está haciendo frío. Toma, ponte mi chaqueta". Decía mientras se quitaba la chaqueta de cuero y se la ofrecía a Kurt, decidió que tomaría el concejo de Quinn y trataría de conquistar a Kurt.

Kurt lo miró por un segundo, ¿Este es el mismo Blaine Anderson que siempre me hace propuestas indecentes? Me está ofreciendo su chaqueta, ¿Qué hago?. ¡Oh por Dios! Mira esos brazos, quisiera que me abrace con ellos y no me deje ir. ¡¿QUE?! ¡Hummel, despierta! ¡¿Qué sucede contigo!?.

"Uummmm… no, gracias. Estoy esperando a mi novio." Dijo Kurt sin mirar a Blaine, estaba seguro que su cara se había vuelto roja.

"¿Y hace mucho tiempo que lo estás esperando?" Preguntó Blaine, se acercó a Kurt y envolvió con su chaqueta en los hombros del Cheerio.

Kurt se había quedado sin habla, cuando Blaine le colocaba la chaqueta, sus caras estuvieron a milímetros. Kurt podía sentir el aliento de la boca de Blaine sobre su mejilla mientras hablaba. Ya habían estado así de cerca, pero Kurt no sabía porque esta vez era diferente.

"E-es que, tenía que hacer unas cosas antes de… de pasar por mí." La voz de Kurt había comenzado a temblar y el todavía seguía sin entender porque la presencia de Blaine lo ponía tan nervioso. Se acomodó la chaqueta en sus hombros e inconscientemente la olió. Olía como Blaine, a cigarrillo, su colonia y cuero… era embriagador.

"Si no te importa espero aquí contigo" Dijo Blaine en una voz suave mirando directamente a los ojos azules de Kurt.

Kurt lo miró y sus ojos se encontraron por un segundo. Los ojos de Blaine era hipnotizadores, Kurt nunca había notado la variedad de colores que poseían. Un ruido de motor los interrumpió.

"Gracias, pero no hace falta. Sebastian ya está aquí."

Blaine giró la cabeza para ver y un Kia Forte negro estacionó frente a ellos. El chico que conducía se bajó del auto sin apagar el motor y fue acercándose a los dos chicos.

Sebastian Smythe, alto, apuesto, rico, líder de los Warbles de la Academia Dalton. Uno de esos niños mimados que siempre tuvieron lo que quisieron. Y cuando Sebastian puso los ojos en Kurt, fue durante una competencia de coros. Le dijo unas palabras tiernas y Kurt cayó rendido a sus pies, era un seductor nato.

El Warbler se acercó a Kurt y lo besó profundamente en los labios. "Lo siento, amor. Tuve que hacer una diligencia para mi madre." Blaine, que todavía estaba parado ahí se rio incrédulo, sabía que ese chico estaba mintiendo. Sebastian volvió la atención hacia él. "Anderson" Saludó secamente al chico.

"Smythe" Dijo Blaine fingiendo una sonrisa.

"¿Estás listo?" Preguntó Sebastian a Kurt tomándole la mano y el asintió con la cabeza. Sebastian le quitó la chaqueta de cuero de los hombros y se la tiró a Blaine que la atrapó en el aire.

De repente, un frio corrió por la espalda de Kurt. Y no era el frío que sentía por el clima, era por la falta del calor de Blaine. Sebastian tiró de Kurt hasta su auto. Kurt se dio vuelta y miró a Blaine. Lo saludó con la mano y le dirigió una pequeña sonrisa. Blaine le devolvió el saludo de la misma manera y los vio irse.

Era el principio, pero Blaine iba a conquistar a Kurt. No era solo por sexo, era por amor.