Título: Un nuevo ángel en el cielo
Sinopsis: (1851) Marie era la madre de Stefan, pero sin embargo ella nunca hizo distinciones entre los dos chicos. Quería a Damon como si fuera su propia carne y sangre. Stefan y Damon comienzan a crecer y ella contenta con las actitudes de ambos los apoya en todo incluso cuando después de que los hermanos se pelean con un compañero de clases de Stefan que es mayor que ellos, Giuseppe culpa a Damon, y le quiere dar una paliza.
Disclaimer: Los derechos de los personajes Damon y Stefan no son míos, estos pertenecen a L. J. Smith, Julie Plec y la CW.
Aviso: Este fic participa en el Reto temático del mes de Septiembre: "Eventos desafortunados con los Hermanos Salvatore" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons"
Nota del Autor: Poco sabemos de la madre de Damon y Stefan, como yo en lo personal creo que no eran hijos de la misma mamá. Les voy a hablar un poquito de Marie la madre de Stefan.
Primer capítulo tiene 962 palabras.
Rated: T
Capítulo 1
La Mansión Salvatore se encontraba en total silencio. A pesar que se estaba preparando la comida. El silencio fue interrumpido por un azoton de puerta y un grito.
– ¡Ayuda por favor! – Gritaba un Damon, de 12 años bastante golpeado, que entraba por la puerta sosteniendo a un Stefan de 6 años inconsciente y con la cara golpeada, en sus brazos, ayudado por el cochero.
Marie, salió corriendo de la cocina donde se encontraba dando las últimas instrucciones para la comida, ya que sus hijos no tardarían en llegar con el cochero. – ¿Qué pasa hijo? – preguntó ella dulcemente.
Y en el instante que los vio comenzó a gritar ella también. – ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda! – Stefan estaba inconsciente y claramente golpeado, se le comenzaba a hinchar y poner morado el ojo izquierdo, el labio lo tenía partido, y las manos llenas de laceraciones. Damon también tenía el labio roto, y la sangre escurría de su frente y ceja derechas por su cara, hasta llegar a su boca, le sangraban los nudillos y le costaba un poco de trabajo respirar.
Cordelia, la nana, salió de la cocina al oír los gritos despavoridos de Marie. Al ver a los chicos regreso a la cocina y busco paños limpios, jabón y una palangana con agua. Y envió a uno de los sirvientes al pueblo por el doctor Janes y a la botica por algunos remedios. Después apuro a otros sirvientes para que acudieran en ayuda de Marie y los chicos. Los sirvientes entraron en la casa y cargaron a Stefan, librando a Damos del esfuerzo de cargar a su hermano. Subieron a Stefan al piso de arriba hasta su dormitorio, con Damon y Marie tras de ellos.
– El doctor vendrá pronto Señora, – dijo Cordelia haciendo una reverencia, Marie asintió. Después de acomodar la cabeza de Stefan sobre unas almohadas Cordelia se retiró de la habitación dejando a Stefan recostado en su cama, cubierto con una manta.
– ¿Qué ha pasado hijo? – Marie volvió a preguntar a Damon dulcemente mientras le limpiaba las heridas con los paños y un poco de jabón del que había llevado Cordelia.
– Stefan se metió en una pelea con John, el hijo de Peter Forbes. Que es mayor y más grande que yo, pero es su compañero de clases – Damon respondió notablemente preocupado, y luchando por respirar – Cuando yo llegue, ya Stefan estaba inconsciente, pero aun asi él seguía golpeándolo, yo lo alcé para que dejara de golpear a Stefan, y comenzamos a pelearnos entre nosotros, y pues cuando llego el director, él ya me había golpeado bastante. Menos mal el cochero ya nos estaba esperando y venimos directos para acá. ¿Se va a poner bien? – termino de decir Damon notablemente preocupado.
– Esperemos que sí. – Suspiro Marie, volteando a ver a su pequeño. – ¿Por qué fue la pelea? – pregunto y sin querer le rozo el costado a Damon, quien hizo una mueca de dolor mientras se mordía el labio y la lengua para no gritar. Marie volteo a verlo preocupada. Y le comenzó a levantar la camisa, un moretón comenzaba a formarse en sus costillas – También tiene que revisarte el doctor – añadió para finalizar.
Damon asintió y contesto – No, lo sé. – Y en su cara se notaba la enorme preocupación que tenia de ver a su hermano inconsciente. Y después añadió – Que lo revise a él– volteo a ver a su hermano – Yo estoy bien mamá.
Una hora más tarde Stefan despertó – Mamá, ¿Dónde estoy? – gimió mientras llevaba su mano sorprendido hacia su cabeza, volteando a ver a su madre.
Marie se puso de pie y se acercó a la cama de su hijo – Estas en casa, Damon te trajo – dijo volteando a ver a Damon que se había quedado dormido en la silla del escritorio.
Tocaron a la puerta – Señora, llego el doctor – dijo Cordelia desde el otro lado de la misma.
Marie abrió la puerta – Pase, ahí están los pacientes – dijo señalando a sus hijos con la cabeza. – Puedes decirle a alguien que suba para que lleven a Damon a su cuarto – indico Marie a Cordelia.
– Sí señora – contesto ella. Y se dio la media vuelta para ir a buscar a alguien que cargara a Damon hasta su cuarto.
El doctor comenzó a revisar a Stefan.
– Pero si estoy bien, no me duele mucho – protestaba él no queriendo que lo revisaran a fondo, le daba pena admitir que en una pelea lo habían golpeado tanto.
– Deja de protestar y deja que el doctor te revise – le ordeno Marie, frunciendo el ceño.
– Está bien – dijo él haciendo un puchero.
El doctor le iluminaba el ojo derecho con la luz de una vela, para ver si lo podía mover, correctamente, él seguía la luz con su pupila. El otro ojo estaba tan hinchado que no lo podía abrir, pero aun así el doctor lo abrió con sus dedos, tenía la esclerótica con un derrame, – El ojo derecho está bien y en el izquierdo parece que no hay daño serio – dijo el doctor – Tendrán que ponerle fomentos de manzanilla y esperar a que se desinflame. – El labio y el pómulo estaban notablemente hinchados. El doctor le toco la cara con cuidado, tratando de no causarle más dolor del que ya tenía el chico – Parece que no hay fracturas en la cara – continuo palpando la parte de atrás de la cabeza – parece que en la cabeza no hay nada de qué preocuparse, Señora – dijo volteando a ver a Marie.
Los ronquidos de Damon inundaban la habitación, se notaba a leguas que le costaba mucho trabajo respirar, y más en la posición que se encontraba.
Cordelia regreso con uno de los sirvientes más grandes y fuertes que pudo encontrar desocupados. El sirviente tomo a Damon, y se lo echo a cuestas. Damon gimió incómodo, pero no despertó.
