Declaimer: Los personajes no me pertenecen, aun, mis abogados trabajan en eso (Risa maníaca). Naaa por ahora todo es de Masashi Kishimoto. Lo único mío es la historia y sus lindos comentarios que quieran dejarme jojojo

Advertencia: Bastante de OC, UA y palabras altisonantes

Pairing:SasusakuIta y mención del Naruhina.

Sobre el fanfic: Como dice el SUMMARY, esta meloso, Nuestro Sasuke no es el sexy bastardo eléctrico que conocemos en Naruto. Aquí lo puse con familia, amor, y un sexy hermano. Por lo tanto, no anda por ahí buscando venganza ni con indicios emo en su vida. ¡Pero! (Porque siempre hay un, pero) A pesar de que sea una cosa hermosa, tan linda y que digas "Mi vidita" quiero advertir que en la medida de lo hermoso que es al principio, lo será de maldito después. El fanfic se dividirá en dos, la primera parte la contará Sasuke y la segunda Sakura. En la parte de Sasuke le pondré la personalidad infantil y chula que tiene en Naruto durante su niñez y la mantendré así hasta que empiece la parte de Sakura. De ahí en adelante… prepárense para hacer coraje porque si llegan a odiar a Sakura al principio, a Sasuke van a querer lincharlo después. Como dije anteriormente, no me gustan las historias sin dolor así que hágase una idea de para donde va esto.

Sé que no he terminado Carpe Diem, pero subo este fanfic porque se me hace más fácil escribirlo, por lo tanto, estaré subiendo continuamente (creo). Así mientras termino con la historia de Carpe Diem ustedes podrán leer este y no estar esperando tanto sin alguna historia. ¿No sé si me di a entender? Igual respondo dudas en los comentarios. Recalco, no abandonare ni uno ni otro. Solo que carpe diem es un proyecto algo más complejo y que quiero mantenerlo bien y no hacerlo a la carrera. Engloba más aspectos que este, así que no se lo pierdan.

Es todo y Gracias por leer.

H.M.


OMAE DATTANDA

Capítulo 1

Tokio.

Sasuke 5 años:

Mi rostro se pagaba contra la ventana tanto que el aire caliente de mi boca comenzaba a empañarla. Comencé a morderme la parte interna de las mejillas. No me gustaba ni un poco lo que veía. Escuchaba a Mamá y a Papá comentarle a Itachi lo grandioso que sería vivir en aquel vecindario. Adiós departamento, hola jardín con mascota. Pero para mí era como perder algo valioso para ganar algo innecesario. Ya no dormiriá con mi hermano mayor, en vez, tendríamos los tres gatos que Mamá siempre quiso. Incluso si me esforzaba conseguiríamos un perro. Yo no quería un perro, quería mi cuarto compartido y mi departamento en Osaka.

El auto se paró de pronto y me gire hacia la ventana de Itachi. El jardín principal de mi nueva casa cubria todo el marco. Mamá se desabrocho el cinturón de seguridad y se giró hacia nosotros, sus ojos cayeron de inmediato sobre mí.

-Sasuke mira el vecindario ¿No te gusta? Incluso tenemos un parque de juegos frente a la casa- Su elegante dedo blanquecino apunto a través de la ventanilla y tuve que seguirle la dirección arrastrado por sus palabras. Arrugué la nariz, a pesar de que la caja de arena y el trampolín me hacían guiños desde sus posiciones me negué a mirarlos embobado. Yo no quería esa casa, yo no quiera mudarme. Quería a mi escuela en Osaka y mi pequeño hogar en el tercer piso del edificio. ¿Por qué Papá no podía seguir trabajando desde casa?

-Me gustaba más el anterior- Había mentido un poco, el anterior no tenía tantos juegos como ese.

-Te gustara este ya verás- Mamá me sonrió con esa sonrisa suya que la hacía verse tan guapa. Era injusto. Nadie podía contra eso, ni papá. Lo único que pude hacer fue expresar una débil queja.

-Hmph

-Olvídalo Mikoto, es imposible hacerlo entender- La voz de Papá me tomo de sorpresa. Me gustaba como sonaba fuerte y gruesa, aunque lo único que escuchara de ella fueran reproches sobre mi comportamiento. Papá despego las llaves del auto - Ya estamos aquí y el no lograra nada si sigue con esa actitud- Y salió para recibir al camión de mudanzas.

Itachi se descolgó los audífonos y cerro uno de los muchos libros gordos que solía leía.

- Estaremos bien mamá - Dijo con su voz suave y ese tono especial que usaba cuando me sentía asustado o desconfiado.

Observe a mamá ella me veía con algo de pena. Suspiro, pellizco mi mejilla y después fue a encontrarse afuera con papá. Itachi hizo lo mismo una vez que guardo el iphone en la sudadera.

-Vamos Sasuke- aviso dejándome la puerta abierta de su lado para que saliera. Apreté los labios enfadado. Era tan molesto cuando no podía hacer nada, ser pequeño apestaba. Jale mi peluche verde de dinosaurio y puse los pies por primera vez en mi nuevo hogar.

-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-

Tres días.

Tache en mi calendario el día martes 13 de julio con un plumón rojo. Según mi calendario de Thomas el tren, habían pasado tres días desde que dejamos el apartamento. Baje del escritorio y mire a mi alrededor, estaba aburrido, aunque los juguetes tapizaran la alfombra ya no se me antojaba jugar con ellos, toda la mañana lo hice. Camine empujando los bloques de construcción y derribando mis grandiosos edificios solo para asomar la cabeza fuera de la habitación. Mire con lastima la habitación de frente de mi hermano e inhale con fuerza llevándome a la nariz el olor a comida que subía desde el piso de abajo.

Eso era bueno. Significaba que Itachi no tardaría en llegar del colegio y quizás esta vez, podría jugar conmigo. En ese momento el "tin" "tin" de la entrada se escuchó desde la parte inferior. Yo ya estaba a mitad de las escaleras de caracol cuando sonó el quinto timbrazo. Mamá se limpiaba las manos con el delantal a la vez que caminaba para abrir la puerta.

- ¡Yo! ¡yo quiero hacerlo! - Por suerte la detuve antes de que alcanzara el picaporte. Se volteó, me vio y se hizo un lado para que pudiera girar la chapa.

Pero no era Itachi, ni Papá, ni alguien que conociera siquiera. La señora al verme sonrió tan grande que retrocedí buscando a Mamá. Esa expresión era escalofriante, como en las películas de terror cuando el monstro encuentra a su presa para comérsela.

- ¡Pero que niño más mono! - Su voz me recordó al sonido que escuchas cuando rayas una pizarra con las uñas. ¡Mamá!

Mi espalda por fin choco contra las dulces piernas de mi madre.

- ¿Puedo ayudarle en algo? - La amable voz de Mamá logro que los ojos verdes de la señora se despegaran de mí y fueran por los de ella.

- ¡Queríamos darle la bienvenida! Son nuestros nuevos vecinos y me pareció apropiado venir a visitarlos y darles una cálida entrada a nuestro vecindario- Solo hasta que empujo una charola hacia nosotros observe bien el pastel de chocolate que llevaba como presente ¡Hugg! ¡Dulce! Odiaba el dulce. Por lo menos Itachi podría disfrutar de un buen postre al regresar.

-Oh que detalle- Mamá tan buena como siempre recibió el regalo con suaves modos. - ¿Ustedes viven al lado cierto?

- Así es. Por cierto, Mebuki Haruno un placer- Y alargo unas uñas de colores brillantes hacia Mamá.

-Mikoto Uchiha igualmente- Dijo correspondiendo el saludo. - ¿Porque no pasas? Creo que sería bueno que me contaras un poco sobre el vecindario. Acabamos de mudarnos sería bueno escuchar algunas referencias.

- ¡Claro! – Se giró y le grito a alguien a su espalda. Me pare de puntitas tratando de ver a aquella persona- Sakura, cariño, ven a saludar tú también.

¿Sakura?

En ese momento unos pequeños zapatos rojos aparecieron por detrás de la señora Mebuki y no fue hasta que ella se hizo un lado que pude conocerla.

Lo primero que vi fue su frente ¿Cómo no hacerlo? Era enorme, pero de alguna manera no lograba verse mal en ella. Su cabello no era lila como el de su Mamá sino rosa y era una maraña que escapaba en todas direcciones, por arriba de los hombros y nunca tan brillante como el de mi Mamá. En un intento de peinarse se había amarrado un lazo rojo, pero se le veía gracioso porque parecía un conejo de lo largas que quedaron las puntas de este.

Sus ojos jade eran grandes, gigantescos y me devolvían la mirada aterrados. Además, estaba enana, como un duende. Apenas si me llegaba al hombro y vestía un horrible vestido rojo de lunares blancos. ¡Puag! Que mala suerte una niña como vecina.

-Hola corazón - Saludo Mamá agachándose para llegar hasta su altura.

-Soy Mikoto ¿Cuál es tu nombre linda? -

¿Linda? ¿Ella? ¡Pero si era igual al duendecillo de los cuentos infantiles!

-Sakura- dijo con una vocecita de caja de música. ¡Qué suerte que no tuviera una voz como la de su madre! Era una voz "muy de niña" pero soportable.

- Sakura saluda también a Sasuke- La niña miro a su Mamá con los ojos muy abiertos y luego volvió hacia mí, agachado la cabeza. Odie eso por alguna razón. ¿Por qué no me miraba? - Hola-

Mamá bajo hacia mi e hizo una señal con los ojos para que yo también la saludara. Volteé el rostro, no me interesaba en lo absoluto saludar a una niña tan rara.

- Sasuke Saluda- La orden fue suave, aunque claro yo sabía que si no lo hacía, cuando se fueran las visitas obtendría una reprimenda por desobedecer. Si algo no me gustaba era que Mamá me regañara, ella no.

- Hola- solté rápido. Me cruce de brazos hacia Mamá- ¿Puedo irme ya?

Ella alzo la ceja. La ceja. Esa terrible seña que hacia cuando algo no le gustaba. Oh no.

-Lleva a Sakura a jugar contigo- Otra vez el mismo tono dulce cargado de amenazas.

Intente razonar.

- Son juguetes para niños-

- Seguro le gustaran- Y empujo a Sakura por la espalda un pasito hacia mí- Anda yo estaré en la cocina platicando con la señora Haruno.

- ¡Hmph! sígueme- Le di un tirón a su vestido y comencé a subir las escaleras. Podía oír sus pequeños pasos siguiéndome y el rechinido de sus zapatos de charol contra la pulida madera. Abrí la puerta de sopetón y me hice a un lado para que ella pudiera pasar primero. Cerré la puerta recargandome en ella, observando como Sakura inspeccionaba cada punto de mi habitación. No era algo grandioso, una cama individual con sabanas de naves espaciales, un armario, mi mesa de dibujo y los aparadores para poner los juguetes. Oh y mi TV sobre la cómoda. Cuando termino dirigió sus gordos cachetes hacia mí. Otra vez bajo la cabeza.

- Mi cuarto esta junto al tuyo-

- ¿Qué?

Señalo mi ventana. Oh.

- Hmph, no está junto. Nos separa un árbol gigante ¿no ves? - Me cruce de brazos enfadado- ¿Y vas a jugar? ¿O te quedaras parada ahí todo el día?

- ¿Qué vamos a jugar? - Se agacho y tomo mi dinosaurio verde ¡MI DINOSAURIO VERDE! - ¿A la casita sale? Yo seré la mamá, tú el papá y este nuestro bebe.

Apretó mi peluche favorito contra su gordo cachete rojo. ¿Mi dinosaurio verde un bebe? ¿El monstruo destruye ciudades? ¿Mi súper arma secreta en los juegos de aventura? ¿Mi compañero ninja? Ja, no lo creo.

- Dame eso- Le arrebaté mi juguete llevándome unos mechones rosas entre las manos. Sakura soltó un ¡Hay! que sonó como el sonido de un ratón - Esta es mi casa, mi cuarto y tú eres solo una invitada. ¡No vallas por ahí tomando las cosas de otros sin permiso, niña maleducada!

A Sakura le tembló la boca.

-Lo siento-

Una punzada de terror me pego en el pecho. Sus ojos se veían como los de Mamá cuando estaba a punto de llorar. Si esa tonta lloraba me reprenderían. ¿Y qué diría mi padre e Itachi si Mamá se los contaba?

- ¡No llores, eres una molestia, si lloraras te odiare! -

Funciono, Sakura apretó con fuerza sus labios y sus ojos lagrimosos aguantaron las lágrimas.

- Escucha. – Respiré con fuerza y puse las manos sobre mis caderas imitando a mis papas cuando se ponían serios conmigo- Jugaras a lo que yo juego ¿entendido? No juego a la cocinita, ni a la casita, ni al papa y la mamá, ni a las muñecas ni a cualquier otro juego tonto de niñas. Y nada me hará cambiar de opinión ¿ENTENDIDO?

Sakura asintió.

- ¡Bien!

Sasuke 6 años:

Esa mañana Mamá hablaba por teléfono otra vez con la secretaria del colegio al que no pude ir. Según Mamá hubo un "Trapapeleo" o algo así con mi inscripción durante la mudanza y mis hojas de nacimiento y esas cosas se perdieron. Por eso tenía que quedarme en casa hasta que Mamá volviera a sacar mis papeles de nuevo. Pero ya habían pasado tres meses y estaba fastidiado, sino fuera por Sakura….

¡Cierto! Sakura ¿Dónde estaba esa molestia?

Busque a Mamá en la cocina, ella estaba muy ocupada moviendo la comida en los sartenes y tarareando la canción del canal de música. Tuve que jalarle el delantal para que me hiciera caso.

- ¿Qué hora es? - Pregunte algo fastidiado. Si fuera mayor no tendría por qué pedirles a los mayores la hora a cada rato.

Mamá me sonrió con esa nueva tonta sonrisa. Una expresión facial que se incluyó en su repertorio algunos meses después de la visita de Sakura. Era la primera vez que odiaba un gesto de ella, porque esa fea sonrisa me hacía sentir un horrible calor en las mejillas.

Volteé la cabeza para no verla. Arrg, quería esconderme en hueco y nunca salir.

- Falta media hora para que llegue Sakura cariño

¿Y quién dijo algo sobre Sakura? Solo pregunte la hora…

- Hmp, bien-

Eche a correr antes de que a Mamá se le ocurriera revolverme el cabello y mirarme igual que a un perrito abandonado. Cuando iba por las escaleras recordé que no sabía cuánto era una media hora. Rayos. Termine de subir a mi cuarto, por nada del mundo volvería a bajo. Ya tenía bastante con preguntar lo hora todos los días.

Todo por culpa de esa molestia, estúpida niña tonta que se tardaba demasiado en el colegio. ¿Qué tanto hacia? ¿Deberes? Con lo torpe que era seguro que no podía con las mates, cuando fuera al mismo colegio que ella seguro terminare enseñándole. Mire el calendario. Martes. Hoy le tocaba a la molestia. Suspiré y fui por las sabanas y la mesa de dibujo. Era mejor empezar a preparar las cosas.

Estaba tan perdido tratando de que las sabanas se alzaran perfectas que no escuche a Sakura llegar hasta que abrió la puerta de mi cuarto de un tortazo.

- ¡Sasuke-Kun! - Grito con su voz chillona, tan irritante como siempre, lo bueno era que me había acostumbrado a ella, a eso y a su horrible sufijo. - ¡Waaa! ¡Te ha quedado muy bien!

En nada apareció a mi lado, girando, agachándose y brincando alrededor de mi obra maestra. Yo observe todo su tonto parloteo de aquí para allá. Sus gigantescos ojos de sapo, su despeinado cabello rosa y la falda roja alzándose y encogiéndose por todos lados. Esa vez llevaba las bragas de polka. Tela blanca con puntos rosas. ¿Cuáles llevaría mañana? ¿Las de osos? ¿O las de frutilla? Me agradaban las que tenia de superhéroes.

- Mira Sasuke-Kun – Dijo alzándose la camiseta blanca del colegio- Mi mami me ha comprado una camiseta de conejos. ¿Ha que esta linda verdad?

- Quien sabe, soy niño, no me gustan esas cosas. Venga vamos a jugar ya

- ¡Si- Sakura se bajó la blusa de nuevo y se quitó el moño rojo botándolo sobre mi cama- ¿De qué color son tus boxes? - pregunto de pronto.

Fruncí el ceño tratando de recordar. Abrí un poco mis pantalones- Azules ¿Por qué?

- Porque hoy en el kínder, Satoru nos enseñó sus calzoncillos que su papá le compro el fin de semana. Eran de Dragón Ball. ¿Tú nunca usas de figuritas verdad?

- Mamá me compra los mismo que Itachi, son solo para niños grandes ¿Vas a jugar o no?

Sakura asintió y corrió hacia su mochila amarilla. Sin embargo, tenía que decirle lo que pensaba. Mamá una vez me había dicho que teníamos que ser cuidadosos con la ropa interior. - Tu como niña no deberías ver los boxers de los demás niños.

Dejo de hurgar dentro de su mochila para volverse hacia mí con sus cejas rosas fruncidas.

- Pero si siempre veo los tuyos, incluso sin ellos cada vez que nos bañamos juntos. - dijo confusa

- Pero yo soy tu amigo y también te he visto los tuyos y sin ellos.

- Satoru también

¿Qué?

-También le enseñas tus bragas a Satoru?

-No tonto, digo que él también es mi amigo

Me cruce de brazos irritado. Ella siguió buscando en su mochila hasta que saco el juguete principal para nuestro juego. Mi hija, Sarada Uchiha, una muñeca de plástico que la Mamá de Sakura le regalo en su cumpleaños. Era de esas muñecas que antes de comprarla podías elegir su color de ojos y cabello. Yo fui con ella cuando se compró. Su cabello y ojos eran del mismo color que los míos porque Sakura quiso que así fuera, pero tenía unos ojos tan grandes como los de ella y también su color de piel. Esta vez llevaba un pomposo vestido rosa. Entonces recordé algo…

- Yo soy tu mejor amigo- solté- Y, además el papa de Sarada, lo que me convierte en tu esposo y los esposos pueden verse sin ropa ¿no? Satoru no es nada de eso, por eso no veas sus boxers ¿Entendido?

- Está bien- dijo sonriendo, pero luego poniendo una cara seria- Entonces tu tampoco se los veas a otras niñas. ¡Nunca!

- ¡Hmp! Eso no me interesa. - Mire a Sarada- Ya empecemos, estos juegos me aburren mucho

- Es mi día, tienes que jugar a lo que yo quiero- protesto Sakura

- ¡Bien! Pero mañana jugaremos en el lodo así que no te quejes

Sakura acuno a Sarada y comenzó a hablarle con esa voz tan parecida que Mamá usaba conmigo antes de dormir. Su nombre también había sido por causa mía. Sakura quería ponerle algo que a mí me gustara. Me encantaban los tomates, pero no podíamos ponerle tomata ¿Verdad? Así que su mama nos dio la grandiosa idea de Sarada, como en ensalada, donde siempre hay tomates.

-Hola Sarada, Mamá está muy feliz de verte. ¿Vamos a jugar con papa de acuerdo? Nosotros te amamos mucho, mucho….

-Sakura- solté. Había algo que necesita preguntarle con urgencia en cuanto me puse a pensar en ello. Ella despego su vista de Sarada para ponerla sobre mí.

- ¿Te casaras conmigo de verdad cuando seamos grandes?

Por alguna razón tuve miedo de su respuesta. Sakura parpadeo, miro un segundo al techo y después lo soltó

- ¡Si!

Suspire. Después de todo Sakura era mi mejor amiga. Ella siempre seria mi única opción.

-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-

- Supongo que eso es todo señora Uchiha y una vez más una disculpa de parte de la institución por la confusión.

Mamá sonrió.

-Esas cosas pasan y en una mudanza es común un traspapeleo. Lo importante es que Sasuke por fin va seguir al corriente con la escuela.

La joven secretaria me miro. Sus ojos cafés saltaron como el de muchas otras al verme. ¿Por qué pasaba eso? Tenía un bicho en el rostro ¿O qué? -Ya lo creo, ansiamos tu llegada Sasuke- dijo amablemente. Estaba por responder solo por cortesía cuando el timbre de fin de clases sonó.

- ¿Dónde está el salón 3°B? - pregunte rápidamente.

- ¿Quieres conocer tu salón cariño?

Negué con la cabeza

- Vine por Haruno Sakura- espeté firme y con las manos en los bolsillos. Escuche a Mamá soltar una risita baja y luego la cara confundida de la secretaria pasar de mi a ella.

- Eso estaba a punto de comentarle, Mebuki Haruno es mi vecina y me pidió llevarle a su hija a casa- explico

- Por supuesto ¿Tiene algún documento? - dijo la secretaria moviendo algunos papeles en el escritorio. Empecé al golpear el piso inquieto, la puerta estaba cerca ¿Por qué no solo me dejaban ir por ella? Sakura me conocía, éramos vecinos, amigos, esposos ¿Algo más? Incluso nos íbamos a casar de grandes, eso la hacía oficialmente mía desde ya ¿Por qué no podía ir por lo mío?

- Me parece que ella llamo por teléfono avisando…- dijo Mamá. Pareció que una bombilla se prendió en la cabeza de la secretaria

- ¡Dios! Claro, por supuesto ¿En dónde tengo la cabeza? lo había olvidado.

Resople.

- Ella está en el segundo piso, pueden pasar- Mamá se puso de pie y yo corrí frente a la puerta del despacho.

- Gracias-Se despidió- ¡Sasuke espera! - A penas abrió la puerta yo me lance fuera de ella dejando a Mamá atrás. Ya me alcanzaría mas tarde.

Por las tantas veces que Sakura me había contado de la escuela, supe exactamente donde estaba el salón 3B. Había Papás en la entrada y niños saliendo con ellos de las manos. Como pude me apretujé entre ellos para entrar. La maestra Kurenai, mi futura maestra, estaba muy ocupada hablando con algunos Papás y no pudo notarme cuando entre.

Había muchas mesas, juegos, casilleros y montones de niños que desde mañana serian mis compañeros de clase. Busque entre todos ellos su cabello rosado y esa cinta roja que la hacía verse como un conejo. Sakura estaba en el fondo armando un puzle con una cara seria que ponía cuando estaba concentrada.

Al instante de haberla encontrado un niño de cabello rojo en puntas se acercó a ella. Inmediatamente comencé a avanzar hacia ellos. Algo no me gustaba nada. Vi que ellos hablaban y algo no parecía gustarle a Sakura porque de pronto le saco la lengua. Claro, al niño eso tampoco le pareció y la jalo del moño rojo alzándola de donde estaba. Su puño derecho iba para su mejilla y yo ya estaba corriendo y empujando a todos para llegar.

Solo quería alejarlo de ella, pero…

- ¡SASUKE! - Sakura grito mi nombre, no sabía que estaba ahí, ella… solo lo hizo.

Lo último que recuerdo de esa ocasión fue que entre Mamá y la maestra Kurenai tuvieron que separarme del tal Sasori antes de que terminara de romperle la nariz.

Fecha: 10 de septiembre

REPORTE POR INDISCIPLINA

Por este conducto le informo que el alumno: UCHIHA SASUKE. Recurrió a la falta de disciplina numero 18°, puesto que: AGREDIÓ A UNO DE SUS COMPAÑEROS DE SALÓN. Esperamos su valiosa contribución para que su hijo mejore en su comportamiento y nos ayude a sacarlo adelante en su educación formándolo como un buen ciudadano.

Atentamente El maestro de grupo Profe. (a) KURENAI

Firma de enterado Sr. (a) UCHIHA MIKOTO

- ¡Increíble! Reporte de conducta un día antes del primer día de clases ¡Es un record! - Mamá presiono el algodón con fuerza sobre mi mejilla. El alcohol impregnado me hizo gruñir. Sasori había logrado darme un golpe en la mejilla, pero su cara no termino tan bien como la mía. Según Sakura el chico no podría ir a clases en tres días más. Perfecto.

- ¿Papa va enterarse de esto? - Pregunte algo desconfiando, Mamá por lo general me cubría, pero esta vez la notaba un poco más enfadada. En cierta parte tenía razón, costo varios meses que volviera a integrarme al colegio, para que, antes de ir siquiera el primer día, lograra una suspensión de tres por mala conducta.

- Esta vez, lo mantendremos así- Mamá me dirigió una mirada reprobatoria terminando de curar mi herida poniendo un curita gigante- Pudiste avisar a la maestra de lo que le hacían a Sakura

-Hmph- Los asuntos de Sakura era algo que yo solamente debía resolver.

- Bien está listo, le diremos a papa que te caíste ¿De acuerdo? –asentí- La próxima vez en vez de correr a los golpes avísale a la maestra.

- ¿Y dejar que le peguen mientras le aviso? - Eso no me parecía una opción.

- Bueno, no creo que vuelvan a molestarla, el pobre niño... ¡Valla Sasuke cómo pudiste dejarlo tan mal! Esos juegos de Xbox Te están haciendo daño- Suspiro- En ese caso defiéndela, pero trata de no pegar ¿De acuerdo?

-Bien ¿Puedo irme a jugar ya? - Pregunte ansioso balanceando los pies.

- Si cariño- Y otra vez me sonrió dulcemente como de costumbre.

Me levanto del banco de la cocina y corrí hasta la puerta principal, antes de salir le grité a Mamá.

- ¡Estaré con Sakura!

Mamá se asomó desde la cocina y soltó con ternura - ¿Y dónde más cariño?

Sasuke 8 años:

La discusión de Mamá y Papá comenzó mientras cenábamos. Itachi me dijo con los ojos que permaneciera callado, aunque no me gustara nada lo que escuchaba. Ellos discutían por mí y por Sakura. Papá no quería que ella fuera mi amiga, no tanto tiempo. ¿Por qué? ¿Habíamos hecho algo mal? Esa vez rompimos un jarrón, pero juramos no volverlo hacer y tener más cuidado ¿Por qué se enojaba tanto? Ella era buena.

-¡Fugaku por dios no seas tan exagerado! - dijo Mamá enojada

-¡¿Exagerado?! ¡Mikoto, vamos, sabes que tengo razón! ¡El niño no se despega de ella! Se va con ella al jardín de niños, comen juntos, hacen los deberes juntos, cenan juntos y casi todos los fines de semana se va a dormir a casa de ella. – Papá enlisto con los dedos todos los días que pasaba junto a Sakura.

-Es su mejor amiga-

Parecía que esa argumentación de Mamá lo solucionaría todo. Después de ella no había nadie. Itachi como estaba en secundaria no tenía tiempo de jugar conmigo. Se la pasaba casi todo el día en su cuarto estudiando y haciendo los deberes, las únicas veces que salía era para comer e ir a su club de futbol. ¿Con quién iba a jugar?

- Está obsesionado, necesita despegarse de esa chiquilla Mikoto. No puede vivir toda su vida como lapa

-Creo que exageras ¡Solo tienen siete años!

-Hay que corregirlo ahora que podemos. Necesita más amigos, no digo que Haruno no deba serlo. Pero Sasuke no puede seguir pegado a ella todo el tiempo. Desde mañana lo iré a dejar yo al colegio y por las tardes se quedará en su cuarto estudiando. Ya es hora de que empiece a saber cómo funciona la vida.

- ¿Y cuánto durara esto? - Mamá se cruzó de brazos, increíblemente Papá había ganado esta vez la discusión. No me sentí asustado, porque, aunque fuera escondidas, buscaría la manera de verme con Sakura.

- Hasta que consiga otros amigos, además de esa niña. - ¿Así que solo era eso? Bien, conseguirlos era fácil.

-En verdad creo que estas exagerando- Mamá se levantó de la mesa y comenzó a recoger los platos en silencio. No tardo mucho para que Papá abandonara la mesa sin dar las gracias y se refugiara en su despacho. Itachi ayudo a Mamá con la vajilla, me ofrecí para secarlos, pero Mamá me mando directamente arriba.

Pegue un salto al encender la luz y descubrir a Sakura hecha ovillo sobre mi cama. Llevaba su bata rosa suave con estampado de fresitas que usaba para dormir. Supe que había escuchado todo, las lágrimas viajaban por sus redondas mejillas e incluso temblaba.

Había olvidado por completo que esa noche quedamos en probar nuestro nuevo y recién descubrimiento. La conexión de casas que el roble gigantesco nos ofrecía. Parecía coincidencia, pero era una realidad que nuestros cuartos estuvieran separados por una gruesa rama entre ambas ventanas. Un simple paso sobre ella y estábamos sobre el marco de cualquiera de las dos ventanas.

- Te dije que yo iría ¿Qué haces aquí? – Mi voz sonó molesta y era porque en verdad lo estaba. Si ella me hubiera esperado como acordamos no habría escuchado todo eso. Suspire y tire de mi camisa esperando a que hablara mientras me ponía el piyama.

- Quería darte una sorpresa- Dijo con tristeza. Termine de ponerme una playera blanca y me deje los boxes largos.

-Mírame- Ordene poniéndome frente a ella- No dejaremos de ser amigos ¿vale? Así que deja de llorar.

Le limpie las lágrimas de su rostro con mis manos. Sakura se restregó los ojos con cansancio y asintió suavemente con la cabeza. Ella se quedó dormida pronto. Se abrazó a mi cuerpo y permaneció así hasta la mañana siguiente. Desde ahí comencé a usar el despertador para despertar antes y cambiar de cuarto sin que ninguno de nuestros padres se diera cuenta. Esa noche solo marco el inicio de nuestras innumerables noches juntos.

Al día siguiente Pap me inscribió por la tarde al club de futbol al que asistía Itachi todos los días. Eso redujo mi tiempo con Sakura, pero logro su objetivo, o más bien, yo hice que sucediera así. Papá se mostró muy satisfecho cuando le presente a Suigetsu Hozuki, Jugo Y Karin Uzumaki, compañeros de mi club que se convirtieron en mis "amigos" después de unos cuantos diálogos fáciles. Eso fue suficiente para que pudiera volver a reunirme con Sakura sin presenciar sus feas muecas de disgusto. Y de momento, papa dejaría el tema tranquilo.

Aunque ya me importaba muy poco, porque ahora tenía a Sakura para mí solo todas las noches

¿Separarnos? ¡Ni en un millón de años!


Jueves 10/3/16, 5:05 a.m

Seré muy feliz si me regalan su review. :D

Les recuerdo que cada que subo el feo fanfiction borro alguna palabra o me cambia cosas, por ahora tengo muchooo sueño, así que luego lo revisare y si hay que hacer correcciones las haré. Me disculpo por adelantado. Más tarde subiere el segundo capítulo, por ahora dormiré. Jajajaja Por cierto no se olviden de ver el capítulo de Itachi Shiden. ¡Mi nene Uchiha esta precioso!

H.M