Cumpleaños
Me desperté muy temprano, eran las siete más o menos. Y de repente recordé que hoy era mi cumpleaños. Eso debería alegrarme pero… Esto significaba algo mas para mí, pues exactamente hace un año… pasó, el accidente que causó que la razón de mi existencia se fuera… para siempre.
Edward. Edward Cullen. Lo último que había sabido de él es que estaba con el aquelarre de Tanya, en Denali. Y empecé a recordar... Cuando supe que me vio saltar por el acantilado y creyó que me había suicidado. Por lo que él me imitó… Alice lo detuvo pero… el no iba a volver, no me quería poner en peligro, lo que no sabía es que cada día que pasa me hace más daño su ausencia.
Pero de pronto, se interrumpieron mis melancólicos recuerdos con el sonido de mi celular. Lo tomé y vi quien era... Jacob, Mi mejor amigo, mi sol en mis días de sombra. Debía aceptar que estaba mejor desde la partida de Edward pero... Aun no me recomponía del todo. Por lo menos podía decir su nombre sin que se me quebrara la voz. Sabía que a Jake lo dolía que cada vez que nombrara a Edward volviera a las sombras. Pero creo que ya estoy lista para hablar de ese tema sin soltar lágrimas.
Contesté.
-¡Bella! ¡Feliz cumpleaños!
-Gracias Jake, enserio que me hace falta.
-¿Todavía te afecta…?-sabía que iba a decir, y no lo quería escuchar.
-No, osea no te puedo decir que ya lo olvidé pero…
Me detuve. No quería hablar esto por teléfono, pero cuando lo viera lo hablaríamos.
-en fin, oye, después hablamos, ahora baja y deja que Charlie te felicite.
-Ok, Jake, eso haré. Besos, te quiero.
-Yo también cariño, nos vemos.
Hice lo que me dijo Jacob y bajé las escaleras. Pero ahí no estaba solo Charlie…
Estaba lleno de globos y detrás de ellos estaba... Jacob.
No sabía que decir. Estaba en shock.
-Feliz cumpleaños Bella.
Lo único que fui capaz de hacer fue ir y darle un abrazo. Me alegraba de que fuera mi mejor amigo.
Detrás de los globos aparecieron Billy y Charlie, que también me desearon un feliz cumpleaños.
-Ya bella, anda y vístete, te tengo una sorpresa.
-¿que?
Me empujo hacia las escaleras.
-¡Solo anda!
Me bañé y luego me vestí, me puse la blusa roja que tanto me gustaba, con unos vaqueros.
-Listo.- Le dije.
-Perfecta. Ahora, ¡vamos!
Me tomó la mano y me saco de la casa. No estaba su auto. Osea que…
Antes de que pudiera analizarlo, ya me encontraba en sus brazos, yd e repente, comenzó a correr con una velocidad sobrenatural, por lo que estuvimos en un segundo en la Push, la playa que tantos recuerdos me traía.
Caminamos un largo trecho tomados de la mano mientras analizaba como decirle lo que sentía.
-¿Jake..?
-Hmm?
-Yo... Quiero hablarte de lago.
-¿De que? -. Su voz se tornó preocupada.
-Yo solo te… Quería agradecer.
-¿Porque?-. Sonaba desconcertado.
-Tú sabes… Si no fuera por ti probablemente ahora yo no existiría…
-Bella, no digas eso, tú eres fuerte. Lo se, te conozco.
-No Jake… Me sacaste de las sombras. De verdad que te debo mi vida y… creo que también mi cordura. Tú viste como estaba al principio. Daba miedo.
-Si.-. Se rió.-Dabas miedo.
-Por eso... tu haz hecho que mi vida vuelva a tener sentido, tu me mantienes en pie.
-¿enserio significo tanto para ti?
-Si, es y no tengo idea como explicarte lo mucho que et quiero.
-Umm, creo que te entiendo. Pero me alegra saberlo. Yo creía que era un sustituto de chupasangres.-Se rió.-Aunque eso era suficiente para mí, cualquier cosa que me mantenga a tu lado…
-Eso es masoquismo. ¡No puedes rebajarte así! Nunca, ¡Escúchame!- Se empezó a reír y desvió la mirada.- hey, Nunca Jake, serás un sustituto de nada, y tampoco puedes obligarte a sufrir por estar con alguien.
-Bueno bueno, Pero, no importa ¿No?- Porque yo significo para ti más que eso.
-Exacto.
Supuse que había entendido, pues no encontraba otra forma de explicarle.
Nos abrazamos por un largo rato. Luego, se separó de mí y me miro con emoción.
-Hey, te tengo que dar tu regalo.
-No Jake… No, No es necesario.
-lo se, pero quiero dártelo, es algo que significa mucho para mi.
-Bueno, si es lo que quieres...
Rebuscó en su bolsillo hasta que sacó una caja pequeña.
-¿Que es?-. Que pregunta más idiota, ¿por que la hice?
-¡Ábrela!- Dijo riéndose de mi pregunta.
Le hice caso y la abrí. Adentro había un cuerito con un dije con una letra "J" de madera.
-¿T-te gusta...?
-Jake... ¡esta preciosa! ¿La hiciste tú?
-si, ¿de veras te gusta?
-Te lo juro.
-Mira el mío.
No me habría percatado que el también traía uno amarrado en el cuello, solo que el suyo tenia una "I" en lugar de una "J"
-Wow! Jake, de veras que me encantó.
-Me alegro. ¿Te lo pongo?
-Claro.- Me levanté el pelo para que me lo amarrara.
-Te queda muy lindo-. Dijo. Con un brillo extraño en los ojos.
-Gracias. Por todo.
Se encogió de hombros.
-No tienes nada que agradecer, además, yo también te debería dar las gracias a ti.
-P-Porque?- Eso me tomó por sorpresa. Que podría hacer que Jake me debiera algo a mi?
-Bella…- Me tomo las manos.
-Este año contigo ha sido sin duda el mejor de mi vida, aún con el fantasma de tu chupasangre rondando por ahí.
¿Qué le pasaba? No podía creer que me agradeciera por... hacerlo sufrir... Esto era raro.
-bueno... La verdad no se que decirte...
-No tienes que decir nada.
El resto del día nos dedicamos a Hablar de cosas menos incomodas, por lo que el día de me paso muy rápido.
-Jake, ya está oscureciendo, será mejor que me vaya.
-Pero…
-Oye, ¿no te basta estar todo el día conmigo?
- Bueno- Dijo a regañadientes.
-Me tomo en sus brazos y se echó a correr en dirección a mi casa.
Cuando estuvimos al frente de esta, me bajó.
-bueno, feliz cumpleaños, de nuevo.- Se rió.
-Nos vemos Jake, te quiero.
-Yo también cariño.- Me dio un beso en la frente y se alejó corriendo.
Cuando entré, Charlie estaba sentado en el sillón.
-Hola bella, te la pasaste bien con Jake?
-No te imaginas cuanto.
-Me alegro. Hey, Alice llamó.
Alice. La única Cullen con la que seguía hablando.
-¿Que quería?
-Supongo que decirte feliz cumpleaños, dijo que la llamaras.
-Ok, ahora la llamo.
Tomé el teléfono y marqué su número.
-¿Hola?
-Alice, soy yo, bella.
-¡Bella! ¡Feliz cumpleaños!
-Gracias Alice.
-¡De nada! Hey, mañana no hagas ningún plan, iré para allá a verte.
Alice vendría a forks, Hace casi un año que no la veía.
-¿E-En…serio?
-Si, pero si todavía te afecta…-Su voz sonó preocupada.
-N-no, solo me tomó por sorpresa, te veo mañana.
-¿Segura?
-Totalmente.
-Bueno... En ese caso... hasta mañana.
Corté el teléfono.
-¿y?- Me preguntó
-Umm, vendrá mañana a verme.
El rostro de Charlie se puso de todos los colores hasta que recobro su color natural.
-¿Vendrá sola?
Ya sabía a que se refería, quería saber si venía con Edward.
-si papa.
Suspiró aliviado.
-Me alegro.
-Me voy a acostar, buenas noches.
-Espera, bella, tengo que hablar contigo.
-¿Sobre que?
Vaciló, en sus ojos se veía indecisión.
Hubo un largo silencio.
-Sobre Jacob.
Ya veía lo que se me venía encima, y no tenía problema en enfrentarlo.
-¿Que pasa con el?
-Bella, ni tu te puedes mentir, Jake ha estado muy feliz contigo, el es un buen chico, no el hagas vanas ilusiones.
-Papa, no es tu asunto.
-Tú eres mi asunto.
Me estaba desesperando, quería tiempo a solas para pensar y el me lo estaba quitando.
-Pero Jake no, y esto se trata de el ¿no?
-Bella...
-Papá no tengo ganas de hablar, ¿puede ser otro día?
-Bueno, pero no creas que lo olvidaré.
Me di vuelta y me dirigí a mi habitación.
-Se que lo harás.- Masculle lo suficientemente bajo para que Charlie no me oyera.
Me derrumbé sobre la cama, había sido un día muy cansador.
Algo que había dicho Jake me había quedado dando vueltas en la cabeza
Yo creía que era un sustituto de chupasangres. Aunque eso era suficiente para mi, cualquier cosa que me mantenga a tu lado…
¿De verdad Jake estaba dispuesto a tanto por estar junto a mí? Esto no es algo común en la amistad, ni siquiera en las más cercanas. Y lo peor es que yo no me merecía un cariño así. Pero lo deseaba. ¿Qué me estaba pasando?
Entre preguntas y preguntas, me quedé dormida. Mis ojos no dieron más.
Al otro día me desperté muy temprano. Además me había dormido con ropa, tal y como llegué de la Push.
Y de pronto recordé. Hoy viene Alice.
Me bañé y me vestí, pero me tomé mi tiempo, pues aun era temprano.
Cuando terminé la hora había transcurrido notablemente, por lo que me apresuré a preparar el desayuno.
Iba a hacer algo especia. Un omelette.
Cuando estaba terminando oí los pasos de Charlie.
-Hola bella, ¿que hay de desayuno?
-Hola papa, omelette.
-Estupendo.
Nos sentamos a comer en silencio. Charlie me miraba de una manera extraña, como si estuviera esperando algo de mí. Y sabía lo que era. Quería que comenzara con el tema de anoche. Pero yo no lo haría, y el tampoco.
Cuando terminamos recogí los platos y los lavé. Mientras estaba en eso sonó el timbre.
Oh. ¿Podría ser?
Charlie se apresuro a abrir la puerta.
-Alice! Hola, ¿tanto tiempo, como has estado?
-Bien Charlie, ¿y tú?
-bien gracias.
Era Alice. Pero era raro, creí que con la partida de Edward y todo eso me afectaría más su llegada. Pero no fue así.
-¡Bella!
Corrió a abrazarme.
-Feliz cumpleaños amiga.
-gracias Alice, también pro venir desde quien sabe donde para decirme feliz cumpleaños.
-No era solo para decírtelo, si no para celebrarlo. ¡Fiesta de compras!
Oh no, de compras con Alice.
-Con tu permiso Charlie. ¡Vamos bella! No hay tiempo que perder.
Me arrastró hacia afuera emocionada.
-¡Que te diviertas!-me grito Charlie.
Afuera estaba su flamante porsche amarillo.
Cuando estuvimos las dos adentro, ella quedó con la vista clavada en mi cuello.
-¿Q-Que pasa?
Y en ese momento recordé. El collar de Jacob.
-¿Que es eso?- pregunto con fingida indiferencia y curiosidad.
-regalo de cumpleaños.
-¿Y que significa la "J"?
-Jacob.
Su mandíbula se tenso.
-Que… lindo es.- sonaba como si luchara consigo misma para decir las palabras adecuadas.
-gracias.
Iba con la vista fija en el camino... hasta que...
-¿Bella?
-Dime
-¿Te puedo preguntar algo? Pero sin enojarte ni nada.
¿Que se traía entre manos? Esto no era normal en ella.
-Claro, dime.
-Me sorprendió que no te afectara en nada mí... Llegada.
Me sorprendió. Alice siempre tenía tacto para ese tipo de cosas, y ahora estaba como mas… no se, interesada en lo que sentía, pero no parecía percatarse de que eso podía pasarme a llevar. Pero la verdad es que no era así, no veía cambios en mis sentimientos.
-¿Por que...?- intenté parecer indiferente, pero no lo logré. -Ah, te refieres a Edward, ¿verdad?
-Hmm, Si…
Suspiré. Acá había algo raro. ¿Por que Alice se interesaba tanto en saber si aun quería a Edward? Si de todos modos el no volvería, y lo mejor era que nos olvidáramos mutuamente, y por lo menos yo lo estaba logrando. Sentía que me faltaba un detalle para entenderlo.
-No del todo, pero cada día estoy mejor. Ya ha pasado mucho tiempo.
-Si, un año es mucho. ¿Y tu, como has estado?
-Hmm, bien, osea, cada día mejor. Debo decir que esto se lo debo a Jake, ya sabes... Si el no estuviera yo probablemente no existiría.
Por sus ojos paso dolor y rabia.
-¿Tanto te afecto?- dijo casi en un susurro.
-No te imaginas cuanto.
-Cuanto lo siento... pero tú sabes, es por tu bien, aunque con una manada de hombres lobo reemplazándonos no sirve de mucho.- Soltó una risita nerviosa, pero su tono era triste. Este tema era difícil.
No podía creer que dijo que alguien los reemplazo, eso era pasarse de la raya.
-Hey, Alice Nadie, y que te quede claro. Nadie nunca los va a reemplazar.
-Es bueno saberlo, no me gustaría que me reemplazara un perro.
Ambas nos reímos. Aunque yo de verdad no quería hacerlo, pero que mas da, quien sabe en cuanto tiempo mas veré a Alice.
-En fin… Tu sabes que lo que hizo Edward es por tu bien, ¿verdad?- Quizás era mi imaginación, pero su voz sonaba persuasiva.
No lo dudaba, pero eso no ayudaba a olvidarme de el.
-Hmm, si. Pero prefiero pensar que ya no me quiere.
-Emm, eso es masoquismo, ¿o me equivoco?- sonó sorprendida, eso la tomó por sorpresa.
-Quizás hay un poco de eso, pero la mayor razón es que lo quiero olvidar, no me sirve de nada aferrarme al pasado, y si pienso que Edward me sigue queriendo, no voy a poder olvidarlo.
-Hmm, es un buen punto. Pero l mas importante: ¿estas… bien?
Esa pregunta me fue difícil de responder.
-A-algo así... Creo.
Antes de que ella pudiera responder, la interrumpí.
-¿Dónde te estas quedando?
-En mi casa, claro.
-¿Sola?
-No, con Jazz.- Dijo con indiferencia.
-Ah, ¡genial! ¿Oye, te puedo pedir un favor?
-Lo que quieras.
-Mándale saludos a todos por allá y diles que los extraño.
-Claro, nosotros también a ti, y mucho, sobre todo…
No terminó la frase. Y la verdad, no quería saber en que terminaba.
Le sonreí, no sabia que responder a eso.
-¡Llegamos!
Fue un día largo. Muy largo. Estuvimos en Seattle todo el día. Lo pase bien pero habría preferido quedarme en forks.
-Adiós bella.- Me dijo Alice antes de dejarme al frente de mi casa y salir disparada en su flamante porsche amarillo.
Fue un día extraño. Dos horas más o menos antes de llegar a casa, Alice comenzó a comportarse extraño, como si estuviera apurada o agitada. Cuando le pregunte que pasaba me dijo que nada, y no le iba a discutir. Supuse que había tenido una visión.
En ese momento no tenía ganas de analizarlo, ni tampoco ahora. Lo único que quería era dormir.
Charlie Estaba viendo beisbol en el sillón.
-Bella, ¿te la pasaste bien?
-Si, fue cansador. Buenas noches.
.hasta mañana.- su tono sonó desconcertado. Probablemente esperaba tener una conversación más productiva conmigo.
Me puse el pijama y me tumbé en la cama. Me dormí al instante.
Tuve un sueño muy extraño. En mi interior sabía que era un sueño. Pero era tan nítido... y sentía que intentaba decirme algo.
Estaba en el claro. Con... Jacob. Y de pronto aparecía... Edward. Se mantenía lo más lejos que le permitía el espacio. Jacob se percató de su presencia y soltó un gruñido, pero siguió como si nada. Edward no se movía y nos miraba con expresión adolorida. Atormentada. Agonizante. Caminaba unos pasos hacia nosotros y luego... Desperté.
Me desperté sobresaltada. Miré la hora. Era temprano aun, 7 a.m, por lo que intente dormirme de nuevo.
Y lo logré, pero con eso volvieron los sueños. Esta vez era como la "continuación" del sueño anterior, pero como si se hubiera saltado una parte, pues ahora vía como Edward estaba a escasos 30 centímetros de mi, y Jacob luchaba contra si mismo por no perder el control… pero no lo logro. Vi como ante mi se alzaba un enorme lobo marrón oxido mientras que Edward me tomaba y me ponía en su espalda para luego echar a correr. Yo no entendía nada y tampoco era capaz de hablar. Cuando Edward llegaba a los limites del bosque me bajaba y corría de vuelta hasta el claro, donde aún estaba el lobo… y desperté.
