¡Bienvenidos de vuelta! Hacia falta alejarme un poco, probar nuevas cosas y nuevos enfoques, nuevas ideas. Tardo mucho, pero la inspiración y, sobre todo, la confianza en mis habilidades regresó. Tal vez no era necesario haber borrado esta historia en un principio, pero quizá también era necesario para una sensación de libertad y no-presión.
En fin, ¡el mejor fanfic de Adventure Time en español está de regreso! ¡Y esta vez llegaremos hasta el final! La historia, hasta donde estaba escrita, no cambiará absolutamente nada. Hice algunos arreglos para los capítulos que tenía planeados pero no escribí pero de eso ya se darán cuenta después. Recuerden que esto es una secuela de "Corazón de Fuego" así que vayan a leerla, es cortita.
Sin más preámbulos, ¡empecemos otra vez!
Era un día hermoso en las praderas. El sol matutino brillaba alto en el cielo, regalando un hermoso calor de verano. El cielo azul era navegado por enormes y bravíos barcos blancos de vapor que danzaban al compás del suave viento que soplaba. El verde pasto de las praderas bailaba al mismo ritmo, al igual que las hojas de los frondosos árboles, formando una sinfonía para hojas y viento.
Esta tierra parecía jamás haber estado en riesgo.
Al centro de las praderas, en un árbol muy especial, ya que no era solo un árbol, sino una casa, un perro feliz cantaba frente a la estufa mientras preparaba un delicioso desayuno.
-Bacon pancakes, makin' bacon pancakes, take some bacon and i'll put it in a pancake…-
El olor de los panqueques con tocino era una delicia para él. Ese exquisito aroma le indicaba que el almuerzo ya estaba casi listo.
-¡Finn, será mejor que vayas bajando para comerte esto o seré yo quien los devore!-, gritó el perro.
-¡Ya voy Jake!-, respondió una voz adolescente desde arriba.
Por las escaleras bajó un chico vestido con short y playera azul; tenis negros y calcetines blancos; y, lo más representativo en él, un grandioso gorro blanco con forma de oso polar que cubría toda su cabeza, dejando a la vista solo su rostro. Camino hasta la mesa, e inmediatamente su compañero le sirvió un plato con tan exquisito (y extraño) manjar.
Este chico había derrotado a uno de los más grandes males sobre la Tierra tan solo un día antes. Sin embargo, él actuaba como si hubiera sido únicamente una aventura más, de tantas que solía tener. La misma sonrisa, la misma actitud y la misma energía infinita de siempre.
Rápidamente, el humano empezó a comer su desayuno, casi no se molestaba en mascar la comida: en cuanto era posible, tragaba lo que se había llevado a la boca, empujándolo con el jugo que estaba en su vaso.
-Oye Finn, ¡tranquilo! Nadie te está persiguiendo-, le dijo Jake preocupado.
-Lo siento Jake…-, dijo con la boca llena de comida, para luego pasársela con el jugo, -es que quiero ir lo más pronto posible con Flama-
Tan pronto termino de hablar, una horrible sensación le llego. Sentía que le faltaba el aire. Con desesperación, se tomó la garganta y después empezó a golpear la mesa. No sabía qué hacer. Sentía que la vida se le iba.
Jake su puso atrás de él. Lo rodeo con sus brazos y puso sus puños en la boca de su estómago, y apretó con fuerza a Finn. Parecía que los ojos le saltarían con cada apretón.
Después de dos o tres apretones, Finn pudo escupir el pedazo de panqueque que se le atoró en la garganta por comer tan rápido.
El chico cayó de rodillas al suelo, todavía tosiendo y tocándose el cuello.
-Uff, esa estuvo cerca. Gracias hermano-, dijo tratando de recuperar el aire perdido.
-De nada hermano, pero… ¿en qué demonios estás pensando? Por querer ir rápido con tu chica casi la dejas de ver ¡pero para siempre! Ten más cuidado-, reprochó Jake.
-Lo haré-, dijo Finn ya de pie y recuperado, -bueno, ¡nos vemos! ¡Cuídate!-, dijo antes de salir corriendo hacia la parte de debajo de la casa.
Salió por la puerta, obteniendo la vista de las praderas. Comenzó a correr, pero el paisaje no parecía cambiar. Seguía corriendo y corriendo, más no parecía avanzar. Y es que Jake alcanzó a estirar su brazo para tomar a su hermano y levantarlo en el aire antes de que avanzara más.
El chico estaba suspendido en el aire, todavía moviendo sus piernas en carrera, como queriendo correr sobre el viento.
Jake trajo de regreso a Finn y lo sentó en el sofá junto a él.
-Escucha Finn, tengo que hablar contigo-
-¡Ouh! ¿No puede esperar?-, dijo Finn desesperado levantándose del sofá.
-No, esto es importante-, dijo el perro con seriedad.
Finn sabía que muy pocas veces Jake hablaba con él de esa forma y con cara tan seria, por lo que decidió (muy a su pesar) quedarse y escuchar lo que su hermano tenía que decirle.
-Eeemmm… ¿cómo lo digo?-, dijo Jake rascándose la cabeza, -quiero… quiero que tengas cuidado cuando estés con tu chica-
-¿Cuidado de qué?-, preguntó extrañado, -¿Qué no viste lo que pasó ayer? ¡Ya no hay ningún peligro! ¡Por fin podemos estar juntos sin lastimarnos!-, dijo con una gran sonrisa y emoción.
-Pero Finn, ¡fue apenas ayer! ¿Cómo sabes que no volverá a quemarte otra vez? ¿Qué tal si solo estaba debilitada por el Lich? No sabemos qué es lo que pueda pasar. ¿Y qué tal si… si… si…?-, Jake tartamudeaba preocupado.
Finn lo tomó por los hombros, haciendo que mirara hacia él. Le brindó una sonrisa y una mirada de completa serenidad y confianza.
-Te diré lo mismo que le dije a Flama: Todo va a cambiar. Y te juro que todo saldrá bien-, dijo Finn.
Jake, ya calmado, solo se quedó mirando al sonriente humano.
-¿Cómo estas tan seguro de todo esto?-, preguntó.
-Una muy buena amiga me lo dijo-, respondió sonriente
Jake se quedó mirándolo con una cara de no entender nada.
-Oooookaaayyyy… ¡sé que algo pasó después de que te desvaneciste y vas a tener que contármelo alguna vez jovencito!-, dijo Jake, provocando la risa del humano.
-¡Claro! Te lo contaré…-, respondió Finn, haciendo que al perro se le iluminaran los ojos, -…cuando tú me cuentes lo que pasó en la habitación del tiempo la primera vez-
La emoción en la cara del perro desapareció de repente, en un gesto tan chistoso que Finn no pudo hacer otra cosa que reírse fuertemente.
-¡No te rías! Tú no sabes lo difícil que es explicar eso-, se defendió el perro.
-Bueno, pues no lo sabré hasta que me lo cuentes-
-¡No! Tu cerebrito de adolescente no podría lidiar con tanta información-, dijo el perro, mientras estrujaba la cabeza de Finn, desacomodando su gorro.
-Bueno, está bien. No tienes que decírmelo. Total, todo salió bien, ¿no?-, dijo volviendo a acomodar su gorro
-Sí… supongo que eso es lo importante. Pero aun así… prométeme que vas a tener cuidado, ¿sí?-
-Ok, está bien. Es más, para que estés más seguro, iremos con la Dulce Princesa para que nos estudie y nos diga que podemos hacer. Ella sabe mucho sobre ciencia y biogo… logos… guiobo… esa cosa… sobre los seres vivos…-
-¿Biología?-, dijo Jake tratando de ayudarlo.
-¡Sí, biología! Y todas esas cosas. Estoy segura de que ella nos puede ayudar-
Jake suspiró, y se puso a pensar un poco.
-Está bien, Finn. Ya puedes ir a ver a tu novia-, dijo sereno y sonriente.
La palabra "novia" le sonaba extraña a Finn, e hizo que se sonrojara un poco.
-Sí… muy bien. Bueno, nos vemos más tarde-, dijo Finn levantándose del sofá, listo para correr otra vez.
-¡Espera!-, gritó Jake.
-¡Aaaaaaggghhh! ¿Y ahora qué?-, pensó Finn.
-Trata de llegar temprano. Hay otra cosa de la que quiero hablarte… pero con más calma-
-Sí, no hay problema, seguro-, dijo Finn sonriente mientras bajaba por las escaleras.
Por fin estaba caminando por las praderas. Decidió ir con calma pues, si corría, llegaría todo sudoroso y apestoso. Y las chicas no quieren eso, y menos una princesa.
Finn se sonrojaba tan solo de pensar en ella. Una gran sonrisa le nacía en el rostro, su corazón se aceleraba y sentía un vacío en el estómago que no era malo, era casi agradable.
Y así, después de recorrer los hermosos paisajes de aquella tierra, llegó por fin a su ansiado destino. Esa colina al borde del lago que formaba un pequeño precipicio.
Y allí estaba ella, fuera de la casa. Finn se sorprendió pues desde lejos pudo observar que, entre sus manos, ella sostenía una bella flor violeta. La acariciaba y olía su aroma una y otra vez. Y la sonrisa en su rostro expresaba la inmensa felicidad que sentía en aquel momento.
Cuando ella volteó, el héroe ya estaba a unos cuantos metros.
-¡Finn!-, dijo la princesa, mientras el fuego de su cabello empezaba a arder más.
-¡Hola Flama!-, saludó Finn mientras se acercaba.
Y cuando extendió sus brazos para darle un abrazo, la princesa retrocedió alejándose de él, poniendo sus brazos en su pecho, como protegiéndose. Finn no entendía lo que había pasado. Se quedó con una cara de incredulidad, y parpadeo un par de veces antes de notar que la princesa también tenía una cara extraña, como si él hubiera hecho algo que la asustara.
-Flama… ¿qué pasa?-, preguntó Finn totalmente extrañado.
La Princesa Flama bajo sus brazos y suspiró bajando su mirada hacia el suelo. Después de unos segundos, volvió a levantar la vista y con cara sería volteó hacia el chico frente a ella.
-Finn… tenemos que hablar-
-Oh, Glob… otra vez no…-
