"Él estaba parado en el balcón sintiendo el frio en su cuerpo. Imaginándola. Recodaba su piel desnuda, sus suaves pechos endurecidos por el frio de la noche, su boca enrojecida y enardecida, su voz sollozante, rogando que la tomara otra vez."
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Serena caminaba distraída por el parque nº 10, llevaba en sus manos los libros de lo que seria su nueva profesión. Sinceramente no había muchas cosas para la que ella fuera buena, no le gustaban las matemáticas, no podía coser, mucho menos escribir. Solo le gustaba dibujar y eso era lo único que llenaba su mente en todo momento.
Subió las escaleras hasta su piso, topándose con un hombre atractivo.
-fíjate por donde caminas odango.
-¿odango? ¡¿Cómo te atreves?!
El río.-permiso, odango. Reitero él pasando por su lado y bajando las escaleras rápidamente.
"estúpido" pensó ella cuando abrió la puerta de su departamento.
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Mas tarde Serena se había quedado dormida leyendo su libro de arte moderno. Cuando fue despertada violentamente por unos martillazos y váyase a saber que otra cosa más tratando de tirarle abajo su pared.
Se puso de pie abruptamente. "Saito es tan tranquilo, le avisaré. Estoy segura de que no fue su intención". Fue lo último que pensó luego de golpear la puerta del departamento 31.
-odango. -Seiya la miro de arriba hacia abajo.- ¿me viniste a visitar?
-¿que me ves? ¿Qué haces tú en el departamento de Saito? -Pronto se ruborizó al notar el torso desnudo y musculoso de su vecino.- ¿eres un obrero?-preguntó al darse cuenta de que estaba de alguna manera refaccionando el departamento.
-no, cabeza de bombón.-se reclinó en el marco de la puerta, ofreciéndole una sonrisa altamente seductora.-soy tu vecino ¿viniste a darme la bienvenida?
-¡¿Qué?! A un tipo tan atrevido como tú nunca, escúchame, nunca le daría la bienvenida. Serena dio media vuelta y camino hasta la puerta de su departamento, sintió que él la sujetaba del brazo y la atraía hacia sí. Sus alientos se encontraron, Seiya la sujetó aún más fuerte. Serena se agitó sintiendo el contacto de su piel.
Él la dejó ir súbitamente. –te gusto, lo sé…pero no te pongas incomoda odango, sí quieres te daré una oportunidad. -Él sonrió orgullosamente.
-¡ja!-ella abrió la puerta, entró y golpeó la puerta.
Seiya lanzó una carcajada fingida y volvió a su departamento.
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-uhm, no tengo agua caliente.- tecleó el teléfono de mantenimiento.
Omoki llegó, revisó un poco, notando que no era algo que podía solucionar.
-¿y bien?
-lo siento joven Seiya, hasta mañana no hay nada que yo pueda hacer.
-bueno, tendré que esperar. Lo acompaño a la puerta.
-lamento que no tenga agua caliente, con estos fríos que azotan la ciudad.
Justo Serena iba saliendo de su departamento y trató de escuchar la conversación demorándose en cerrar la puerta.
-si, y yo con estas fachas…estuve toda la tarde tratando de arreglar la mancha de humedad, sí puede tratar de que vengan a primera hora, es que yo tengo que ir a trabajar.
-si, no se preocupe. Hasta luego.- estrecho su mano y se marcho.
-buenas noches señorita Tsukino.
-ah buenas noches Omoki.
Seiya se sintió algo nervioso al ver que ella había escuchado sobre su mala suerte. Cerró la puerta de su departamento, no era un buen momento para toparse con ella.
No pasó ni un minuto y Serena estaba tocando a su puerta. Él abrió con pocas ganas.
-sé que no hemos tenido un buen comienzo, pero escuche que no tienes agua caliente y yo pensé que…
-no, gracias. Respondió él serio.
-como quieras. Serena se marcho sin sugerirle que lo pensará nuevamente.
Serena bajo a comprar un par de dulces y cuando subió encontró al pelinegro parado en su puerta con una enorme sonrisa y con una toalla en su brazo.
Él se sonrojó al ver la expresión de sorpresa de ella.
-¿con que si aceptas?-Ella sonrió habiendo ganado la batalla.-adelante.
Seiya estaba además de atónito nervioso por entrar al departamento de ella… una emoción intensa lo azotaba.
-eres muy buena odango.-Serena se puso tensa.- No, no pienses que estoy tratando de seducirte, solo quiero decir que tengo suerte de tenerte de vecina.-le regaló una sonrisa.
-solo lo hago porque sé que debes trabajar mañana.
-veo que te gusta escuchar conversaciones ajenas.
Serena rodó sus ojos.
-bueno ¿Dónde esta el baño?
-al fondo a la derecha.
-como siempre.
-como siempre. Serena sonrió.
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Seiya salió de bañarse, pero se quedo quieto al ver a la chica saboreando sus dulces frente al televisor, solo la luz de ese aparato iluminaba su rostro. "es hermosa" pensó mientras decidió mirarla un rato mas.
Serena de alguna manera percibió sus miradas clavándose en ella.- ¿ya estas listo?
-aja.- Él se aproximó a donde ella estaba sentada. Serena lo observaba atónita.- ¿puedo sentarme? Y se sentó sin esperar respuesta.
-ya lo hiciste.
-¡ouch! Seiya se levanto del sillón sacando debajo de él un libro.-con que arte moderno.
-si, dámelo.
-no, déjame ver, a mi me gusta.
Abrió el libro y cayó la novela romántica que secretamente Serena leía. Seiya se agachó para alcanzarlo, mientras que ella hizo lo mismo. Ambos forcejearon un poco. Pero Seiya ganó.
-jaja, "la princesa enamorada"
-¡dame eso!
-solo sí me das un beso. -Él señalo su mejilla, mientras sostenía el libro en su otra mano detrás de su espalda.
-¿Qué tal sí no te doy nada y tú me devuelves lo que es mío?
Él la rodeo con el brazo.
-¿y que tal sí soy yo él que te besa? -Los ojos se Serena se abrieron expectantes, pero no hizo ningún intento se zafarse. Seiya recorrió su rostro con la mirada. –Gracias.- solo besó su mejilla.
Serena de alguna manera estaba ansiando que él la besara. Su aroma la embrujaba.-de nada.- respondió ella con los pies en la tierra de nuevo.
-es tarde me tengo que ir, mañana por lo visto será un largo día.
Serena lo acompañó a la puerta. Cuando el ya no estaba ahí Serena quedo sumida pensando solo en él.
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Pasó aproximadamente un mes, donde solo se cruzaban de a ratos y compartían platicas cortas, ella notaba que él no perdía oportunidad de halagarla, seducirla o acercase a ella de cualquier forma, ella se mostraba renuente. Pero la verdad es que a Serena cada vez le gustaba mas, había algo en él que la hacia sentirse bien. Y luego de mucho pensarlo decidió acercase a él como más que una vecina. Ese día ella preparó unas deliciosas albóndigas de arroz y pensó en llevárselas para invitarlo a cenar.
Sonó el timbre del departamento.
-yo iré a atender, tú sigue cocinando.
Los ojos de Serena se ampliaron al ver a una joven hermosa de cabellos oscuros y amplia sonrisa abriendo la puerta.
-ho..hola. –tartamudeó sin poder fingir el balde de agua fría que había caído sobre ella.
-adelante, por favor. Tú eres Serena la vecina de Seiya. -Hino sonrió amablemente mientras le guiñaba un ojo a él.
-si. Respondió poco convencida.
-¿y que traes ahí cabeza de bombón? -Seiya se aproximó a ella para saludarla.
-este…yo solo pensé que no te había hecho ningún regalo de bienvenida. Resolvió astutamente ella.-aquí tienes.
-a ver.-el observo curiosamente el empaque- albóndigas de arroz, mis favoritas. -La cara de él se iluminó al decir esto.
-me alegro que te gusten. Me tengo que ir a preparar unas cosas para mañana. Serena se dirigió a la puerta.
-hey, odango.- la alcanzó.-gracias.
-hasta luego.-saludó Hino.
-hasta luego. -Serena sonrió levemente para dejar el departamento.
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-ah, soy una tonta… ¿Cómo pude pensar que todo ese flirteo era verdadero?, sin embargo siento de alguna forma que él me pertenece.
Serena hizo algunas tareas antes de ir a la cama.
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-¿Seiya crees que ella algún día te recordará?
-francamente Hino, no lo sé. Pero estoy dispuesto a conquistarla nuevamente sí eso no ocurre.
-sí tú quisieras yo le contaría todo.
-lo sé Hino, pero quiero que ella me ame, como yo la amo a ella y que no sienta que la estoy presionando por aquel pasado.
-te comprendo. ¿Cuándo vendrás a casa? Los niños están creciendo rápidamente y extrañan a su tío.
-Hino, yo sin ella no puedo volver, mi vida esta con ella.
Hino se sintió triste por su hermano, lo comprendía, pero aún así sabia que aunque Serena recobrara sus recuerdos había entre ellos dos demasiados asuntos de por medio.
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Hino se marcho y Seiya estaba ansioso por que ya fuera el día siguiente para ver a su chica otra vez. Decidió salir al balcón a tomar aire como todas las noches.
-¿que haces despierto?
-¿ah?- cuando miró al balcón contiguo su corazón se lleno de deseo al verla a ella.-por sí no los sabes-enderezó su postura, él quería seducirla-todas las noches salgo al balcón.
-¿y que piensas? -Ella estaba algo curiosa y no podía contener sus ganas de saber más sobre él.
-pues, yo…pienso en la mujer que amo.
-es hermosa.- Serena se refirió a Hino.
-así es.- él miro profundamente en los ojos de ella.
Serena bajó la mirada, de alguna forma escucharlo hablar sobre otra mujer le dolía.
-¿Por qué esa tristeza de golpe?-él fue muy dulce al pronunciar estas palabras.
-bueno, yo, nada.
-anda dime. Rogó él.
Serena se giró para abandonar el balcón.
Seiya dio un salto con gran agilidad y sujetó la mano de ella en la de él.
-¿Qué haces? -Serena estaba algo confundida, y los latidos de su corazón casi no le dejaban escuchar sus propios pensamientos.
-quiero intentar.
-¿Qué?
-esto.- la acerco a su cuerpo suavemente, mientras ella se dejaba llevar, rodeó su cintura y poco a poco se iba acercando a sus labios, sintiendo cada momento, sin arrebatos. Pronto pudo sentir sus labios…ella besaba como antes, suave y profundamente. Ella no podía negarse, de alguna manera hubiera querido hacerse valer, pero había esperado secretamente ese beso desde el mismo momento en que lo vio.
Cuando el beso concluyo ambos se miraron y Seiya sonrió de manera triunfal, lleno de alegría, como sí hubiera descubierto un tesoro.-te amo.-dijo casi inaudiblemente.
-¿Qué? interrogo Serena
-pregunto… ¿Qué hago? ¿Te sigo besando? Él rió un poco al darse cuenta de la situación.
-tú tienes novia
-no, esa mujer que viste es mi hermana.
-estas enamorado. Retrucó ella.
-si, de ti.
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MISS-ODANGO
Es un oneshot, tal vez haga una continuación, por lo pronto decidí terminar la historia aquí.
Esta especialmente hecho para Selqit!!!!!!!!!!!!!!!
Y…sí lo estas leyendo, no te enojes!! También esta hecho para ti!