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¿Nos casamos?

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Disclaimer: Boku no Hero Academia es un manga escrito y dibujado por Kōhei Horikoshi.

Nota: Una pequeña historia sobre la visita de dos chicos a su posible suegra.


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Querida Madre

«La clave está en caerle bien a la suegra»

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—¿Qué demonios haces aquí?

—Eso mismo me pregunto yo.

Frente a la puerta de la familia Midoriya dos estudiantes de Yuei se encontraron con caras de pocos amigos. Uno más alto que el otro, uno de cabello bicolor y el otro rubio león, el primero llevaba una caja de bombones finos y ramo de rosas rojas y blancas; mientras que el segundo tenía rosas amarillas y un paquete de pasteles de arroz dulce.

—¿Pasteles de arroz? ¿Es lo mejor que se te pudo ocurrir? —Shouto sonrió con sorna.

—¿Bombones? ¿Enserio crees que puedes comprar a una madre con bombones? ¡Cómo se nota que no conoces a la madre de Izuku! —Katsuki contrataco sonriendo orgulloso— Yo la conozco desde que soy un niño, se lo que le gusta.

Shouto no pudo ocultar su disgusto y la sonrisa de Katsuki se ensancho triunfante.

—¡Oh! ¡Pero yo no estoy intentando "comprar una madre"! —Respondió, no estaba dispuesto a perder— Estoy intentando ganarme una suegra —y se ajustó la corbata del reluciente traje— La primera impresión es importante. Ella te conoce y a mi aun no, esa es la ventaja que tengo. Dime Bakugou ¿Qué crees que una madre quiere en un yerno?

La sonrisa se le borró del rostro. Katsuki lo miró de pies a cabeza. Debía admitirlo (aunque lo odiase), «el idiota bicolor» se esforzó, el cabello estaba bien peinado hacia atrás, la camisa y el traje eran nuevos, posiblemente a medida y los zapatos de cuero negro estaban relucientes como un espejo. En sus muñecas brillaban un par de gemelos de oro.

«¡Maldito niño rico!»

Apretó los dientes con fuerza.

Él venía vestido con un par de jeans sueltos, una camiseta con líneas grises al frente y la frase "El poder es para los fuertes" estampada. Las zapatillas estaban algo sucias por correr desde el mercado donde consiguió los pasteles hasta la casa de Midoriya. Se ruborizó avergonzado por la gran diferencia entre los dos y discretamente trató de aplanar su rebelde cabello

«¡Ni con toda la gominola!»

Por un segundo consideró quemarse el cabello diabólico.

—¿Tocaste?

—Acabo de llegar idiota —gruñó, tocando la puerta de la vivienda de mala gana. «Debí llegar más temprano», se lamentó.

Se escuchó una alegre voz desde adentro y ambos muchachos saltaron cuando la puerta comenzó a abrirse. Katsuki hizo un último esfuerzo de verse más presentable frotando sus zapatillas contra los jeans y Shouto se irguió todo lo posible.

El objetivo estaba claro: «Me va a querer a mí».

¡La última batalla! ¡Quien ganaba a la madre, ganaba al hijo!... o algo así decía el dicho… quizá… Se miraron una última vez con rencor y determinación.

¡Esta guerra se acaba hoy!

—¡Querida madre! —gritaron ambos inclinándose hacia adelante en un respetuoso saludo para su futura suegra— ¡Regalos para usted!

Inko Midoriya saltó hacia atrás asustada por el feroz grito de los jóvenes. Los regalos se amontonaron junto a su cara y no podía ver de quienes se trataba, aun así como la dulce mujer que era sonrió amable a los dos muchachos mostrando su hospitalidad característica, después de todo le estaban ofreciendo regalos y la llamaron madre.

¡Esperen un momento!

¿Dijeron Querida madre?

—¡Soy yo! ¡Katsuki, madre! —Y Katsuki fue quien hizo el primer movimiento ingresando a la casa confiado, fingiendo demostrar la falsa familiaridad que tenía con la mujer al enemigo. Entregó los regalos a Inko y sonriendo gentil volvió a hablar— madre, quise hacerte una visita casual ya que te extrañaba mucho.

—¿Oh? ¿Es así? —«Pero si no te he visto desde que era un niño…»

¿Y qué es eso de madre?

—¡Querida madre! —La mujer ddejó de prestarle atención a Katsuki y miró hacia abajo, donde Shouto, hincado en el suelo, aun estiraba los regalos hacia ella— Madre, por favor recibe estos regalos. Los compré pensando en complacerte.

—Gracias, que gentil de tu parte jovencito —«¿Y tú quién eres?»

¡¿Y qué es eso de "madre"?!

—Mi nombre es Shouto Todoroki! ¡Soy hijo de…

«¡Del diablo!»

—¡Madre! ¿Qué es ese olor tan delicioso? —Katsuki pasó un brazo por los hombros de Inko tratando de ignorar a Shouto. Si el chico decía a qué familia pertenecía todo estaba perdido ¿Quién puede ganar contra el nombre de Endeavor?— ¿Es una tarta? ¡Amo tus tartas! ¡Siempre son todas tan deliciosas! ¡Por cierto compré esos pasteles de arroz que tanto te gustan!

—¿De verdad? Y si, tarta de manzana —Inko miró la mano de Katsuki— Para mí Izuku, él se esfuerza mucho en sus entrenamientos.

—¿Si? ¡Él es muy devoto al entrenamiento! ¡Por supuesto! —rió.

Shouto gruñó frustrado.

—Madre. Soy un hombre muy devoto del entrenamiento también —y poniéndose al otro lado de la mujer, agarró la mano de Katsuki para tirarla fuera— Izuku y yo somos muy cercanos en el instituto.

—¿De verdad? —la mujer sonrió interesada, su hijo no hablaba mucho de otros amigos aparte de Ochaco y Tenya— ¡Me alegra saber que mi hijo tiene muchos amigos!

—¡Si! Pero no exactamente amigos, quiero decir…

—¡Madre!

Ambos muchachos voltearon hacia la puerta abierta. Izuku apretó la mano contra el pecho agitado y sudoroso. Levantó un dedo en el aire mientras recuperaba el aliento. ¡Si no fuera por todos los gritos que le advertían el problema en su casa con este par de, de, de «locos»!

—¿Qué hacen aquí? —y ya no sabía si su rostro estaba rojo por el ejercicio o por la situación bochornosa.

Katsuki y Shouto se miraron ambos.

—Vinimos por tu madre —y por él.

¡Si ya decía que esto de tener dos novios no iba a funcionar! ¡Casi lo habían forzado a participar en el raro experimento de los dos tercos, ninguno quería dar su brazo a torcer! Y ni siquiera lo dejaban respirar, no lo dejaban pensar, siempre pululando alrededor, ¡siempre acorralándolo en lugares oscuros con intenciones nada santas!

—¿Podrían retirarse?

¿Ah?

—¿Podrían retirarse, por favor?

La sonrisa sombría y endurecida encendió la señal de peligro. Siempre fue amable y comprensivo en una situación en la que lo metieron a rastras obligado. Lo admitía, los quería a ambos, los quería tanto que no podía darle un final a este ridículo y por eso no se quejó ni protestó. ¡Pero sino ponía un "estate quieto" terminarían en un lugar peor que un callejón oscuro!

Levantó un dedo y este comenzó a brillar mostrando como las venas bombeaban dentro y la piel se recargaba de poder. Los jóvenes captaron la indirecta y entregando los regalos salieron en silencio. Shouto se despidió con una reverencia de disculpa y Katsuki estiró la mano en señal de adiós, insatisfecho por el final.

Cerró la puerta de un portazo.

—Tus amigos son lindos —sonrió su madre tratando de animar a su hijo— ellos estaban llamándome "madre" tan alegres.

El joven sonrió a medias preocupado. ¿Tal vez fue muy severo? Ambos trajeron regalos y su madre no parecía incomoda… se podría decir que se comportaron bien ¿cierto? ¿Cierto? Suspiró.

—¿Ocurre algo?

—Madre ¿Puedo hacerte una pregunta extrañada?

—¿De qué se trata?

—Entre nosotros dos ¿Quién te pareció mejor? —estaba hecho, si ese par quería que la decisión la tomara su madre ¡Pues que la tomara ella!

La mujer bajita miró al techo tratando de pensar, emitió un pequeño zumbido mientras lo analizaba. Apenas y los había tratado pero…

—Creo

—¿Si?

—Ambos.

Izuku suspiró largo y tendido. Volvió a sonreír rendido.

«Lo imaginaba»