Disclaimer: Los elementos de esta historia que se reconozcan del mundo de Harry Potter, pertenecen a J.K. Rowling. El fondo y forma de la historia, así como los pequeños escritos salpicados en todo lo largo, son de mi propiedad (a menos que afirme lo contrario).
Editado: Me percaté de unas fugas en nuestra línea de tiempo, así que corrijo detalles pequeñitos que se percibirán como una historia aún más cómoda al leer. Me sentiré muy contenta si gustan releer junto conmigo la historia de a tirón! Es un enorme gusto volver a las andadas :)
- June Pio.
1. EN TU CUMPLEAÑOS.
La pequeña caja se sitúa sobre tu buró; el mismo lugar donde tú mismo la colocaste desde bien entrada la mañana. El regalo es atractivo: envuelto en papel verde nacarado, atado con un listón de hilo de plata enlazado en un pomposo moño. No le encontraste tarjeta.
Tus demás regalos ya están abiertos: túnicas de gala, una nueva escoba, libros de aritmancia, ranas de chocolate, galeones, un viaje a París mágico, más galeones, un set completo para pociones (con ingredientes poco usuales)... ¿Qué más podrías pedir? Nada ¿Algo que te hiciera falta? No. Por eso no entiendes la existencia de ese último regalo.
Aquel 5 de junio es especialmente caluroso. Estás a punto de salir de tu último año en Hogwarts; un mes más para ir directito a tu puesto dentro del Ministerio: al lugar que tu padre ocupaba como asesor financiero. Tu vida ha estado fríamente calculada por tu propia mano: disfrutando de lujos, ejerciendo tu trabajo, regocijándote de una amplia vida social... Pero hay una sola característica constante (faltante) en tu frío modo de actuar, y ésa es: paciencia. Te decides a rasgar la cuidadosa envoltura y, justo antes de toparte con su contenido, hallas una corta nota: Ella te lo envía... eso pidió que hiciéramos. Esto marca el final de cualquier tipo de vínculo que por ella habíamos formado. No, por supuesto que no necesitas de más palabras sobre la tarjeta blanca; incluso habría bastado con un Granger.
Retiras los papeles blancos que esconden tu regalo; sacas una caja más pequeña y un pergamino cuidadosamente enrollado. Pones a un lado éste último para, al instante, ver por fin el dichoso obsequio.
No, sé que no aceptarás algo mío sin obtener siquiera un beneficio; por ello te ofrezco mi vida, tu misión. No tengo tiempo de explicar cómo me enteré; recuerda, siempre lo supe todo de ti... pero no confundas, nunca fui una tonta encandilada con tu papel de chico malo; soy algo mucho más importante y patético, lo sabes... Soy una necia maniatada por el ser más egocéntrico, arrogante, odioso, albino y malvado que en mi vida conocí. Soy la orgullosa recolectora de tus minucias de rencor, asco y orgullo. Soy quien te ama.
Encuentras una gruesa y larga cadena de oro, de la que cuelga una especie de relicario... Imposible. La duda se refleja en tu mirada, tus ojos grises estudian con escrutinio el objeto, mientras un brillo de sumo asombro delata tu anticipado regocijo.
Olvida mi turbadora cursilería. Esto lo he estado planeando desde la fría noche en que por primera vez me deseaste la muerte; supe de tu misión y, con el mayor de mis dolores, decidí darte el gusto, decidí demostrarte hasta dónde podía (pude) llegar por ti.
Abres el relicario. Con una lenta melodía de fondo, hallas la foto de una chica que tendría tu misma edad; morena, castaña, con ojos chocolate, alta, sonriente... abrazada de ti.
Hoy cumples la mayoría de edad. Hoy cumplo un año de muerta. Tus sueños conmigo (exacto, sé que sueñas conmigo) eran un aviso de esto. ¿Ya abriste el relicario, curioso hurón? la melodía es la mejor que compuse cuando el infierno llegó a mi vida; la fotografía es del único día en que yo no fui una "sangre sucia", en tu cumpleaños pasado.
Puedo jactarme que el haberme enamorado de ti fue una "decente" elección; como el SEGUNDO mejor en Hogwarts, estoy segura de que reconoces lo que tienes entre tus manos. Draco, incluso más allá del término de mi vida yo sigo resguardándote.
Inaudito. Las preguntas se agolpan en tu cabeza a la velocidad del rayo. Tomas el pergamino para obtener respuestas.
Lo que el relicario contiene es mi energía: mis fuerzas, conocimientos, habilidades, toda aquella aura mágica que yo poseía; ahora eres el dueño de mi esencia como bruja. En estos momentos ya no pensarás en mi sangre, embustero albino; te será útil sumar nuestras energías... El poder anhelado, ¿me equivoco?
Sabes que te amo, y el relicario fue la única solución que obtuve para seguir contigo. Yo... ya no soy yo. No más sueños, recuerdos, momentos o ideas que tengan que ver conmigo... todo se encapsula en la gema que portarás.
Sonriendo con satisfacción, te colocas la cadena y ocultas el relicario debajo de tus ropas, queriendo sentir lo más cerca posible tu nueva adquisición, que para ella significaría la oportunidad de estar más cerca de tu corazón.
Fue en esta noche de verano cuando al fin comprendes el significado de su amor; entiendes que es algo que tú nunca podrías haber llegado a sentir por esa, por ella.
Feliz cumpleaños, mi dragón.
-Hermione Jane Granger.
